Historia de un falso huérfano al que su padre, el Orphan Master del título, hizo pasar por tal para poder mantenerlo cerca. Lo más interesante de la historia, y lo que hizo que empezara con el libro, es que se ambienta en Corea del Norte, país del que no conozco mucho, ni siquiera novelas relacionadas con él.
El libro empieza con un impactante discurso del Dear Leader (el presidente) en el que, entre otras cosas, se recuerda que está prohíbido mirar las estrellas. Habrá más de este tipo de prohibiciones a lo largo de la historia. Si la novela se basa en cosas reales, como parece ser el caso según la entrevista al autor que hay al final del volumen, solo con esto se obtiene una buena impresión de lo que puede ser aquel paraíso comunista.
La novela se divide en dos partes, bien diferenciadas y con estructuras distintas.
En la primera se nos cuenta forma convencional la historia del protagonista hasta que acaba en una mina-prisión del régimen, momento en que parece que le perderemos de vista para siempre.
El protagonista Jun Do empieza realizando misiones en los túneles bajo la DMZ (Zona desmilitarizada en la frontera con Corea del Sur), de donde es reclutado para una misión especial en Japón (ni más ni menos que secuestrar una cantante de ópera para uno de los capitostes del régimen). De aquí pasará a ser radio-espia en un barco pesquero, de donde por diversas circunstancias termina siendo declarado héroe nacional y con un tatuaje del actriz oficial del régimen en el pecho.
Por fin, tras una extraña misión en EEUU en donde establece cierto contacto con algunas personas de aquel país, es internado en la mina a la que me referí, perdiendo el nombre. Así termina la primera parte.
En la segunda se intercalan tres narraciones: las cosas que le están pasando al comandante Ga (en quien el protagonista se ha impersonado); la historia en primera persona del agente que le interroga, y la historia del comandante Ga según la cuenta el régimen a través de los altavoces.
La verdad es que está segunda parte está contada de forma muy confusa y se tarda un rato hasta enterarse de qué te están contando y en qué orden va. Y es que en general se trata un libro no muy bien narrado, con una historia bastante extraña y difícil de seguir, y cuyo interés residia para mí, sobre todo, en las condiciones de vida del país norcoreano.
Lo cierto es que, aunque hay trazos sobre éstas, tampoco abundan en el libro. Por ejemplo, toda la primera parte transcurre fuera de lo que serían las condiciones de vida habituales en Corea, (túneles, un barco, EEUU). En la segunda la acción se centra en Pyongyang, pero ni la historia directa del protagonista ni la narración por los altavoces nos permiten ver mucho de esas condiciones de vida.
Se nos permite la visión de algunos "usos" tremebundos, como la asignación de maridos a esposas viudas (enviudadas), la lobotomía como forma de reeducación o las cabras en lo alto de los edificios residenciales.
Como digo, aparte de esto y algunos de los discursos del dictador, el libro no es especialmente interesante. Además, se me ha hecho ardúo de leer. Pero bueno, menos da una piedra
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