La última novela de Marías es otro paso más en la caída de este magnífico escritor. Todavía sigo recomendando y sonriendo cuando recuerdo alguna de las escenas del primer libro que leí de él, Corazón tan blanco. Desde entonces me he leído casi todo lo que ha publicado: Mañana en la batalla piensa en mí, Tu rostro mañana y Los enamoramientos.
Javier Marias es un apasionado del lenguaje y una de las cosas que más me suelen atraer de sus libros son las disgresiones que hace sobre el significado de las palabras en los distintos idiomas y las dificultades en las traducciones para que sean capaces de reflejar todos los matices. De hecho, Marías es el rey de la matización, sus frases son magistrales en la forma en que matiza y re-matiza lo que quiere decir, tratando de alcanzar una imposible precisión con el lenguaje humano.
Los títulos de sus obras son especialmente evocadores, y siempre encuentran su explicación cuando uno avanza en su lectura. ¿Qué puede significar "Tu rostro mañana"? ¿Y "Corazón tan blanco"?. Desgraciadamente, también esto se pierde en su último libro.
Las historias que nos cuenta Javier Marías tampoco son especialmente relevantes. Confieso que no recuerdo la trama argumental de "Corazón tan blanco", y sin embargo es un libro que recomiendo a todo el que quiere empezar con este autor. Y, claro, me quedo tan blanco cómo el corazón del título cuando me preguntan de qué va y no lo recuerdo. Eso sí, tengo grabada en la mente la desternillante escena en que el protagonista actúa de interprete entre los presidentes de dos naciones.
Para mí, la forma de escribir de Marías, sobre todo en sus obras magnas, es parecido a lo que hacen los compositores clásicos de música. Cogen un tema, lo desarrollan; luego otro, lo desarrollan, y conforme avanza la composición los mezclan de mil formas y maneras, enriqueciendo de forma inimaginable al principio las disgresiones.
Esto es lo que hace que para mí Marías sea un escritor excepcional. Pero, en fin, cada vez queda menos de esto en sus novelas. ¿Así empieza lo malo? Bueno, en el caso de Marías ya empezó lo malo con Los enamoramientos. Recomendarlo: da igual, los incondicionales no podremos resistirnos a leerlo por mucho que nos digan que no está a la altura del escritor. Y los que no conocen a Marías, mejor que empiecen, sí, por Corazón tan blanco. Pero que no me pregunten de qué va.
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