Esta es una de las obras más conocidas del autor, y la primera que he leído del señor Kästner. Parece mentira con lo cantidad de libros que cree uno haber leído, que en pleno 2015 no conociera a este autor. Es casi como no saber quién es Lewis Carroll, Enid Blyton o Saint-Exuspery. Pero, claro, es que el interés en España por los autores alemanes es bastante limitado. Y quizá no es solo algo que ocurre en España.
El caso es que Kästner es una asignatura pendiente para todos a los que os guste la literatura infantil para adultos; para mí ya no, que me he leído (y sigo leyendo) muchos de sus libros este año.
Una de las cosas curiosas de Kästner es que le gusta hacer prólogos y epílogos sobre las condiciones (reales o imaginadas) en que ha escrito la novela en cuestión. No tienen nada que ver con la historia, pero son bastante jugosos y nos dejan entrever agudos análisis realizados con candidez, como para un niño. Y seguramente para un niño. Sin embargo, cuando leo a Kästner tengo la sospecha que no escribía exclusivamente para niños, algunos de sus comentarios parecen ir dirigidos a adultos o al menos a niños maduros. Desde luego, son libros de un nivel superior a los de, por ejemplo, Barco de Vapor, que he tenido ocasión de leer a mis hijos. Quizá es que los niños alemanes maduran antes que los españoles, incluidos los adultos.
Emilio y los Detectives es una historia bastante original. El protagonista, que luego lo sería de otras entregas, viaja a Berlin con una gran cantidad de dinero. Este dinero le hes sustraído mientras duerme por su vecino de vagón. ¿Qué hacer en tan adversa circunstancia?
Emil monta un ejército de niños que le ayuden a identificar y localizar al sospechoso. Con la ayuda de los cabecillas de la pandilla, montará una operación logística de tremenda envergadura, incluida centralita telefónica, para conseguir su objetivo. Por supuesto, los esfuerzos de Emil y sus amigos detectives se verán coronados por el éxito. De la misma forma que la novela de Kästner, de la que se han hecho varias películas.
Me atrevería recomendarla incluso para su lectura en español.
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