Primera temporada de esta serie de Movistar, que al parecer tendrá recurrencia. Son 8 capítulos de media hora, formato que invita a pensar que se trata de una comedia, como efectivamente es el caso.
Se nos cuenta la historia de una peculiar pareja al servicio de la actriz norteamericana Ava Gardner, durante el periodo en que ésta vivió en Madrid. La pareja está formada por Ana Mari (Inma Cuesta) y Manolo (Paco León). Ana Mari es el ama de llaves y tiene el encargo de informar al régimen (franquista) sobre las posibles actividades contra la moral pública de la actriz; para mejor disimular, el han asignado un marido de mentiras, el tal Manolo, al que podemos calificar como el típico buscavidas simpático y pícaro. A ambos les acompaña una doncella, Pilar (interpretada por Anna Castillo, a la que acabo de ver también en Paquita Salas). Y completan el reparto ni más ni menos que los Perón, aunque no Evita, si no su sucesora.
La dinámica de fondo consiste en la vida libertina de Ava, con sus fiestas multitudinarias tanto en casa como fuera de ella, y su enfrentamiento con los Perón, que solo aspiran a una vida tranquila por las noches Contra este fondo, se nos cuentan las inquietudes eróticas de Ana Mari y las picardías de Manolo.
La serie está rodada en blanco y negro, y tiene un acabado excelente. Las series españolas nos podrán gustar más o menos por temática, guión y actuación, pero como acabado ya no tienen nada que envidiar a las americanas o inglesas. Es más, he de decir que aquí las principales actrices están magníficas, sobre todo Fabiana García Lago (que hace de Isabelita Perón). Y lo digo porque hace poco me quejé de lo contrario al comentar la serie Gigantes. También en Paquita Salas están estupendas, por cierto. ¿Es una mejora general de las actrices españolas, o es que el género cómico lo dominan y el dramático no?
Por lo demás, la serie tampoco es para tirar cohetes. La trama principal (robo/falsificación de un collar de Ava Gardner) no es demasiado atrayente y no engancha. Como en paralelo se pierde una oportunidad de hacer la serie algo más costumbrista, esto es, de que nos muestre la vida en Madrid en los 50 (algo que yo sí esperaba), pues la serie transcurre sin demasiado interés, salvo por los ocasionales enfrentamientos entre Gardner y los Perón a cuenta de la disipada vida nocturna de aquella. Al ser capítulos de 30 minutos, la cosa no se hace insoportable; además, varios de esos minutos se dedican a lo que podríamos llamar "minutos musicales", con lo que el metraje efectivo queda aún más reducido.
Con todo, el último capítulo está francamente bien, y es un excelente colofón para esta serie, que nos deja el suficiente buen sabor de boca como para darle una oportunidad a la segunda temporada. Por cierto, atentos a los títulos de crédito, pues en cada capítulo se dedican a uno de los protagonistas de la serie, además de ser tributarios del estilo de Tarantino.
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