martes, 27 de diciembre de 2022

C'était le XX siècle (III: La guerre absolue), de Alain Decaux

Tercera entrega y penúltima de la serie. El lector interesado encontrará los comentarios sobre las dos primeras aquí y aquí.

El esquema es el mismo: el autor selecciona un grupo de episodios, en este caso relacionados con la Segunda Guerra Mundial, y nos los narra en cierta profundidad. El criterio de elección es completamente subjetivo, los que a él le han gustado más o le parecieron más interesante. Ello tiene como consecuencia que tiendan a aparecer episodios locales franceses, que no tienen el mismo interés, al menos para mí, que los restantes. Ello contribuye a que, una vez más, haya una gran heterogeneidad en la calidad de la lectura. En este caso, son de dimensión claramente francesa los dedicados a la Gestapo francesa, a Jean Moulin y la Resistencia, y al doctor Petiot. Los dos últimos son especialmente soporíferos. En concreto. en el último solo se me quitó el sueño cuando Decaux describe la cobertura que dio el Partido Comunista francés al asesino en serie: "plusieurs des officiers responsables d’une caserne aient pu se placer sous l’autorité du parti communiste," "Des pouvoirs locaux se sont institués au sein desquels les communistes jouent presque toujours le rôle principal." Como vemos, la izquierda no decepciona nunca: aquí les tenemos soltando violadores, en la Francia liberada protegiendo a delincuentes psicópatas.

Dos cosas son diferentes respecto a las entregas anteriores, En primer lugar, los episodios son más largos y detallados (como digo, hasta el sopor en el caso de los franceses). En segundo lugar. Decaux se muestra más activo como historiador científico, hablando más de las fuentes y de sus fuentes, y haciendo crítica de ellas cuando es necesario.

En cuanto al contenido, me han resultado especialmente interesantes los capítulos dedicados a la bomba atómica y a la rendición de Japón, los dos últimos del libro. 

En el primero comienza "in media res", con el avión meteorológico que precedía el Enola Gay, pero lo remonta a los orígenes de la investigación cuántica ("Dans les années 1920 et 1930, de jeunes savants cherchent éperdument – et passionnément – le secret de la matière : Ernest Rutherford à Cambridge, Niels Bohr à Copenhague, Max Born et Jacob Franck à Göttingen, Frédéric Joliot-Curie à Paris, Enrico Fermi en Italie."). Como dato curioso, resulta que la fabricación de la bomba atómica involucró a 539.000 personas. Otro dato interesante es que "L’enquête postérieure des services américains montrera que les études préliminaires à la fabrication d’une bombe atomique n’étaient même pas engagées en 1945." O sea, como en Irak, estos americanos siempre con el mismo truco. Habrá que ver que nos han ocultado en el caso de Ucrania. Último detalle, la visión mainstream de Roosevelt y su New Deal:"l’homme qui, à peine élu, a dû faire face à la dépression qui accablait les Américains et, en leur proposant un audacieux programme économique – le New Deal –, les a sauvés.

La descripción del estallido de esa primera bomba atómica es magistral, por su expresividad y concisión. "Ce fut d’abord l’éclatante lumière. Ensuite, l’effroyable chaleur qui brûla tout. Puis la rafale qui détruisit tout."

En el caso de la rendición de Japón, lo más relevante para mí es que documenta bien cómo NO es cierta la visión mítica de que Japón se rindió como consecuencia de la devastación que produjeron las dos bombas atómicas. De hecho, había una importante facción en el gobierno que quería seguir la guerra a toda costa (calculaban con con "tan solo" 20 millones de bajas se podría conseguir la victoria ante los aliados) y en las discusiones que nos cuenta Decaux no aparece el efecto de la bomba atómica como argumento.

Los restantes capítulos son también interesantes, aunque los conocía algo mejor. Está el montaje de los soviéticos en relación con la matanza de Katyn, que trataron de imputar por todos los medios posibles, algunos completamente ridículos, a los Nazis. Tenemos el hundimiento de la flota francesa en Mers-El-Kebir. Tenemos otro sobre el agente SS que trató de denunciar el genocidio nazi de los judíos ante la iglesia, con poco éxito. Y está también otro dedicado al hundimiento del Laconia al sur de África, un pequeño canto a la paz y la esperanza entre tanto desastre, al que los americanos se encargaron de poner fin (o al menos así lo cuenta Decaux, que como buen francés tiene su ramalazo anti-estadounidense).

Mención aparte merece el rescate de Mussolini, no tanto por la operación de tal rescate por Hitler, sino por el previo a tal rescate: Mussolini renuncia pacíficamente al poder tras votación del alto Consejo Fascista, pero es traicionado y llevado a prisión una vez presentada su dimisión. ¿Cuántos dictadores socialistas han hecho algo parecido? Sí, lo siento, en la lectura de este libro se recrudece la manía y temos que cualquier persona bien informada debería tener a los partidos de izquierdas.

En fin, otra tomo de lecturas interesantes e incluso apasionantes, Ya solo me queda el cuarto tomo, De Stalin a Kennedy. En breve, aquí lo tendré comentado.



domingo, 18 de diciembre de 2022

Roma soy yo, de Santiago Posteguillo

Confieso que me daba pereza ponerme con esta nueva novela de Posteguillo, que además tiene pinta de ser la primera de algo más largo de una trilogía. Me gusta mucho el autor, pero el tema estriba en que hace un tiempo me leí los siete tomos de Colleen McCoullough sobre el mismo periodo histórico. Estos empiezan con "First man in Rome", con Mario de protagonista, y tres de los mismos tienen como principal protagonista a Julio César.

Vamos, que no me apetecía leer otra vez lo ya leído, por mucho que fuera Posteguillo el autor. Afortunadamente, recordé lo que echaba de menos en aquella obra y que es la principal característica en las novelas de Posteguillo: la narración de las batallas. En efecto, McCoullough no les da especial importancia, y deja a su novela más social que épica. En cambio, Posteguillo las va buscando para poder contarlas como parte de su narrativa. llegando en ocasiones a forzar el relato para poder incluirlas (recuerdo las batallas de Craso en la trilogia de Trajano, por ejemplo).

Aquí lo vuelve a hacer, aunque tenga que recurrir a contar la historia de Mario en forma de narración de este a su sobrino César, y por aquí nos mete la batalla de Aquae Vitae, que luego acompañará de la de Mitilene, en que César juega un papel lo suficientemente importante como para que le den la corona cívica. Ninguna de ambas batallas tiene la riqueza estratégica que tenían las de Escipión con Aníbal, que fueron las que lanzaron a la fama al autor, pero revelan el gusto de Posteguillo por este valor diferencial. En todo caso, es evidente que la saga de Julio César le va a dar montones de oportunidades de lucir palmito: le quedan todas las Guerras de las Galias y su conflicto con Pompeyo por delante. Por eso digo que esto va a ser bastante más largo que una trilogía.

La apuesta de Posteguillo en este comienzo de la vida de Julio César consiste en centrarse en un juicio en que, a los 23 años, actúo de fiscal contra el senador corrupto Dolabella. Este juicio y su preparación, sabiamente interrumpidos por los recuerdos en que contarnos la relación de Mario y de Sila con el protagonista, constituye el contenido de la novela. El marco histórico nos lo traza Posteguillo como un enfrentamiento entre dos facciones: la de los senadores optimates y la de los populares. Los primeros, liderados inicialmente por Sila, quieren mantener los privilegios de los senados a ultranza, aunque para ello tengan que corromper todas sus instituciones; los segundos, consideran que se tienen que igualar los derechos de todos los ciudadanos romanos e incluso incorporar a tal categoría a los socii, pueblos conquistados por los romanos y que son fieles a ellos y sus instituciones. El líder de estos es Mario apooyado por Sertorius (quien trasladará la acción a Hispania, aunque no en esta entrega de la saga).

Lo curioso es que el autor, supongo que aposta, ha conseguido traer el conflicto a la actualidad de lo que ocurre en España con el gobierno actual y su asalto institucional. Nos pone sobre aviso una frase como la siguiente: "Políticos egoístas, corruptos y con frecuencia imbéciles, que se aprovechan de una grave crisis bélica o generada por una gran enfermedad, que buscan aprovecharse de esas terribles circunstancias para, o bien llegar al poder, o bien mantenerse en él sin importarles lo más mínimo las consecuencias que su ambición personal" Y digo que nos pone sobre aviso, porque sinceramente no me esperaba este activismo, aunque sea de grado bajo, en un escritor como Posteguillo.

Otra frase interesante: "Cuantas más leyes, más corrupción. No se trata de legislar sin fin, sino de asegurarse de que se cumplen las leyes que ya tenemos". Y esta última muy a cuento con lo que está sucediendo estas semanas con el Tribunal Constitucional y que dejan claro lo que hay que pensar de quién está tratando de llevar a cabo estas reformas: "un dictador que podía promulgar leyes al tiempo que podía reorganizar el Estado a su conveniencia. Poder absoluto."

Me complace ver que Posteguillo revela algo que yo ya había deducido en las novelas de McCoullough: la profesionalización del ejército que lleva a cabo Mario, básicamente haciendo que los soldados cobre un salario del Estado por guerrear, es la semilla del mal que llevará primero la dictadura de Sila ("en esa profesionalización, el dinero era cada vez más importante y Sila se había dado cuenta de eso. Antes que ningún otro líder romano. Antes, incluso, que el propio Mario."), y posteriormente al Imperio y los abusos de los emperadores.

En este párrafo, Posteguillo explica sucintamente la reforma de Mario y sus causas: 

"Para ello tuvo que torcer todas las normas y regulaciones de reclutamiento: un soldado romano debía ser propietario, en mayor o menor medida, y reunir él, con sus propios fondos, el material necesario para el combate; desde armas y escudo hasta corazas y menaje para la vida diaria en campamento. Pero Mario sabía que no había suficientes hombres en Roma que, después de siete años de guerra en África, estuvieran en condiciones de aportar todo ese material, mientras que desarrapados y gente de la plebe de Roma sin dinero había mucha. Miles de personas que no tenían nada y, en consecuencia, nada tenían que perder y sí, en cambio, mucho que ganar combatiendo si se les ofrecían los medios para ello y algo revolucionario: un sueldo que se denominó salarium,"

Y aquí tenemos a César, posiblemente algo que no ocurrió, recomendando a Lúculo la estrategia de Ciro para su imperio, tras derrotar a Mitilene. "Pero porque Escipión usó su misma técnica. Mitrídates usa sólo la fuerza; y oponiendo sólo la fuerza, la lucha por Oriente será eterna, como cuando Catón sustituyó a Escipión en Hispania y fue a sangre y fuego por todo aquel territorio. Luego tardamos decenios en volver a controlar Hispania. Aquí es lo mismo: si se incendia Mitilene, Mitrídates se verá reforzado en su imagen de libertador frente a Roma. Si se es generoso con Mitilene en su derrota, otras ciudades de Oriente pueden pasarse a nuestro bando y, así, debilitar la posición del rey del Ponto... reduciendo el número de batallas y el número de legionarios muertos."

El estilo narrativo de Posteguillo es al que ya estamos habituados. No hay concesiones al estilismo, solo narrativa directa y casi cinemática de las distintas secuencias. Leer a Posteguillo es casi como la ver la película, lo que pasa es que en esta ocasión es más de juicios que bélica. Y, como suele ser habitual en él, es capaz de construir una escena impactante y emocionante para culminar su libro. En este caso, se trata de la muerte de Dolabella (siento el spoiler) a manos del Tíber tras incurrir en la maldición de Tesalónica, La escena con la lluvia cayendo a mares sobre Roma mientras se enfrentan los sicarios del senador contra Julio César y su escolta, unidos a los macedonios, es digna de recuerdo, aunque seguro que es apócrifa.

En fin, que la novela me ha encantado, que Posteguillo es un tío grande al que se le puede leer cosas que ya se conocen, y que nos esperan unos cuantos libros de infarto a poco que Posteguillo mantenga su nivel habitual. Habrá que esperar con paciencia la siguiente y sucesivas entregas, y sobre todo el final, porque estoy seguro que Posteguillo será capaz de encogernos el corazón en el momento en que Bruto saque su daga. 

Don Santiago, muchas gracias una vez más por hacernos disfrutar con una de romanos. 






.



 


sábado, 10 de diciembre de 2022

Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy ("The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman"), de Laurence Sterne

Originalísima novela del siglo XVIII, al parece un clásico de la literatura inglesa que yo desconocía hasta hacer unos meses. Que nadie se espere un Oliver Twist o un Barry Lyndon, pues no es eso. Vamos, que nadie se espera siquiera una novela de la vida del tal Tristram, porque, aunque es el narrador, apenas nos cuenta algún retazo de su vida, centrándose principalmente en su padre Mr. Shandy y su tío Toby, y ni siquiera sus aventuras, más bien sus conversaciones. Baste decir que hasta algo así como el 25% del libro ni siquiera ha nacido el supuesto protagonista.

Sin embargo, lo que nos ofrece Sterne es una especie de novela burlesca sobre el propio arte de novelar y el novelista. Nos encontraremos capítulos vacíos, una dedicatoria a la venta, frases a medio terminar, reflexiones sobre el orden en que contar las cosas, y montones de cosas por el estilo.

Van unas cuantas frases de muestra:
"Could a historiographer drive on his history, as a muleteer drives on his mule,— straight forward;----for instance, from Rome all the way to Loretto, 2 without ever once turning his head aside either to the right hand or to the left,—"

"think, says he:—— But to enter rightly into my uncle Toby’s sentiments upon this matter, you must be made to enter first a little into his character, the out-lines of which I shall just give you, and then the dialogue between him and my father will go on as well again." (reanudándose unos capítulos después)

"And, at this hour, it is a thing full as problematical as the subject of the dissertation itself, (onsidering the confusion and distresses of our domestick misadventures, which are now coming thick one upon the back of another) whether I shall be able to find a place for it in the third volume or not."

"All my heroes are off my hands;——’ tis the first time I have had a moment to spare,–– and I’ll make use of it, and write my preface."

"as at this rate I should just live 364 times faster than I should write— It must follow, an’ please your worships, that the more I write, the more I shall have to write— and consequently, the more your worships read, the more your worships will have to read."

Así las cosas, el estilo narrativo es difícilmente calificable. Los capítulos son generalmente muy cortos, aunque de vez en cuando aparece uno de tamaño completamente desproporcionado. Se anidas historias en historias, y se enlazan unas con otras muchas veces sin nexo aparente. Hay mucha referencia culta a autores de la época, pero la verdad es que no se pierde mucho si uno no lee las anotaciones. Las burlas que pueda hacer de los mismos se pierden, o al menos yo no las capto, incluso sabiendo que hacen referencia a uno u otro autor. 

En todo caso, las principales referencias de Sterne son sobradamente conocidas: Rabelais, Montaigne, Jonathan Swift y nuestro gran Cervantes, cuyo Don Quijote, "the peerless knight of La Mancha, 13 whom, by the bye, with all his follies, I love more, and would actually have gone further to have paid a visit to, than the greatest hero of antiquity.",  y sobre todo Sancho Panza aparecen muchas veces en el libro. 

Hay mucho juego de palabras subido de tono, pero, una vez más pese a las notas, cuesta seguirlo y no me parece divertido. y hay también frases muy curiosas, aquí dejo un par:

Mr Shandy discutiendo con su esposa sobre si poner pantalones al recién nacido Tristram: "argued the matter with her like a christian,— like a heathen,— like a husband,— like a father,— like a patriot,— like a man:— My mother answered every thing only like a woman;"

Acumulación de adjetivos con remate sarcástico: "thus it is, by slow steps of casual increase, that our knowledge physical, metaphysical, physiological, polemical, nautical, mathematical, ænigmatical, technical, biographical, romantical, chemical, and obstetrical, with fifty other branches of it, (most of ’em ending, as these do, in ical)"

Por último me ha llamado la atención y me ha resultado muy entretenido que el hobby del tío Toby sea el estudio de asedios y fortificaciones de ciudades, hasta el punto en que la edición que he leído incorpora un glosario con los distintos términos técnicos al respecto. Con ayuda de su asistente Trim, el tío Toby se dedica a recrear las defensas de distintas ciudades en su jardín, de forma que luego pueda ensayar su asedio. Dará lugar a bastantes bromas en los momentos finales del libro, en que se nos cuenta el enamoramiento a dos bandas de Toby y Trim con una viuda y su doncella. Enamoramiento que, ya dejo aquí dicho, termina en nada a la vez que todo el libro, que queda calificado como un mejor juego de "Bull and Cock" por el propio autor. Ah, antes de que se me olvide, sepa el lector que hobby viene de los caballitos de juguete ("hobby-horses") que tienen los niños de pequeños.

Se trata de una novela larga, y para mi gusto va de más a menos. Llega un momento en que solo interesan los devaneos meta-novelistas de Sterne, porque la verdad es que no sabes muy bien por qué te cuenta lo que te cuenta y qué tiene que ver con lo otro o con su vida. Como he dicho, las referencias más cultas se me pierden pese a la anotación, y tampoco pillo las gracias picantes, así que se me queda todo en lo que acabo de decir, junto con las reflexiones del tío Toby sobre los asedios.

La verdad es que me gustaría recomendarla, y lo haría si no fuera tan larga. En estas condiciones, que cada uno sepa dónde se mete, sin olvidar que estamos hablando de un clásico de la literatura inglesa al que 200 años lo contemplan como éxito. 



sábado, 3 de diciembre de 2022

El mito del déficit ("The Deficit Myth"), de Stephanie Kelton

Leído, que no se diga que no soy abierto de mente y exploro explicaciones alternativas teóricas a las que me tienen convencido. No tenía grandes esperanzas de esta lectura, que sólo me plantee para participar en un club de lectura, y las pocas que tenía se desvanecieron en el primer capítulo, cuando la autora describió en qué consiste la "Teoría Monetaria Moderna" (MMT por sus siglas), como si los lectores estuviéramos viendo Barrio Sésamo.

La idea brillante de esta gente consiste en que, como el Estado es el emisor de la moneda, no se tiene que imponer restricciones alguna de gastos, lo que sí ocurre a las personas normales, puesto que siempre podrá emitir toda la moneda que necesite para sus gastos, cualquiera que sean estos. Esto es la MMT y por increíble que parezca, le llaman teoría, hay unos cuantos economistas ufanos que se consideran de la corriente y, más grave aún, hay gente que edita estas bazofías, más aún, hay gente que las traduce al español.

Con lo cual, uno se pasa la lectura de este libro maravillándose de los mil disfraces que es capaz de asumir el comunismo para mantener sus ataques a la sociedad, bajo un supuesto paraíso artificial. Da igual los muertos, las hambrunas y las torturas, la ideología siempre encuentra unos cuantos tontos útiles en los que encarnarse. Ahora aparece bajo un disfraz teórico supuestamente serio, de escuela de economía invocando entre otros a Lerner.

En el fondo, no es más que otra trampa "intelectual", la estrategia clásica comunista de infiltrarse en todos los estratos sociales a base de peones que supuestamente son pensadores libres. Los trucos son siempre los mismos: hacer ver lo mal que está la sociedad, tratar a atizar las bajas pasiones, típicamente la envidia respecto a los ricos (que en este libro aparece una y otra vez), y proponer una solución mágica para todos los problemas. El capítulo dedicado a la pobreza es especialmente patético: nada de teoría económica allí, simplemente apelación a la lágrima fácil y a la demagogia.

La solución mágica, que tienen el rostro de calificar como "equilibrador automático" ante situaciones de crisis, es la garantía de empleo. Vamos, que el Estado contrate a todos los que quieran trabajar a un sueldo de 15 USD/hora. No se trata de una propuesta fundamentada, es simplemente una soflama para atraer gente al bando de la MMT.

Una y otra vez repetirá Kelton la idea de que lo importante no es el dinero, sino como asignar los recursos (menos mal que estos si los reconoce escasos) a las cosas que importan a la sociedad. La asunción implícita es, por supuesto, que todos los recursos son del Estado para su gestión y distribución, y que el dinero es solo una forma en que el Estado los distribuye. O sea, lo que ya he dicho más arriba: el régimen propuesto por Kelton es el comunismo con el disfraz de política monetaria.

No sigo, ya he dedicado demasiado tiempo a estas gilipolleces. Evítese la lectura de este libro.


   


lunes, 21 de noviembre de 2022

C'était le XX siècle (II: Le course à l'abîme), de Alain Decaux

Segunda parte de la serie sobre el siglo XX del este académico francés. Aunque con sus altibajos, la primera parte (De la Belle Époque aux Années folles) me resultó lo suficientemente atractiva para adentrarme en la lectura completa de la obra. Tras terminar la segunda entrega, me reafirmo en la decisión de seguir leyendo la serie.

Los episodios escogidos en esta ocasión por Decaux reflejan perfectamente el ambiente previo a la Segunda Guerra Mundial. No hay en esta ocasión historias de emprendedores e inventos, ni de hazañas, y prácticamente todos son mundialmente conocidos, aunque algunos sean de Francia. Solo hay una concesión (relativa) a la frivolidad, la historia de corrupción que nos cuenta el primer capítulo, donde un tal Stavisky es capaz de forrarse a base de robar al erario público de forma desconocida hasta el momento y con la complicidad de los políticos, especialmente, cómo no, de los socialistas, que como vemos no tardaron en mostrar sus dientecitos ("Stavisky a été, par l’intermédiaire de Bonnaure, le bailleur de fonds électoraux du parti radical-socialiste,"). Y este se lo quedaba para él, por si algún socialista contemporáneo español está pensando en atenuar responsabilidades, como tratan de hacer con los ladrones de los EREs andaluces.

El caso es que fuera de esa concesión tanto a lo frívolo como a lo francés, los demás son relatos de asesinatos, revoluciones, y complots. Extraña época la de las entreguerras, donde los Estados están cogiendo todo el poder de la sociedad (ejemplos paradigmáticos son la URSS y la Alemania Nazi, aunque también se han plantado las semillas del mal en las democracias). En paralelo, los ciudadanos, hasta ese momento individuos, también comienzan a experimentar en sus carnes la consecuencias de los actos de esos Estados. 

Esto nos dice Decaux de la inflación de la posguerra en Francia: "Ce qui a caractérisé l’après-guerre, c’est une inflation d’autant plus cruelle que ceux qui la supportaient avaient toujours ignoré la seule existence du phénomène. Toute une classe sociale vivait avant 1914 de ses rentes, et celles-ci avaient la solidité du granit. Après 1918, la plupart des rentiers se sont vus à peu près ruinés. Les porteurs d’emprunt russe ont tout perdu." Por cierto, algo que vimos recientemente que era la gran preocupación de Keynes (aquí).

Así, tenemos los asesinatos del rey de Yugoslavia Alejandro I, el de Kirov a manos de un amante despechado (¿o de Stalin?) y el de Trotski. Tenemos los complots urdidos por los Nazis para hacer la guerra a Polonia, y para desplazar al general ruso Toukhatchevski y que Stalin pudiera pactar fácilmente con ellos, además de la Noche de los Cuchillos Largos en que las SS acaban con el poder de las SA engañando a Hitler con respecto a las intenciones de su amigo y confundador del partido nazi Roehm,

A estos episodios se une la historia del canciller Dollfuss en Austria (Millimeternich, que le llamaban los cachondos de la época, debido a su estatura y a sus ínfulas), así como la interesantísima en que Pierra Laval consigue tumbar la república francesa abandarándose con el prestigio del mariscal Petain, y transformar el régimen de Vichy en una especie de dictadura a la moda del momento. Aquí tenemos su plan maestro: "Le Parlement doit être dissous. La Constitution doit être réformée. Elle doit s’aligner sur les États totalitaires. L’institution des camps de travail doit être envisagée. Si le Parlement n’y consent pas, c’est l’Allemagne qui nous imposera toutes ces mesures avec, comme conséquence immédiate, l’occupation de toute la France."

Por cierto, que al señor Decaux le extraña la actitud de los partidos de izquierda ante la tesitura: "Que ceux-là mêmes qui s’étaient voulu les plus fermes soutiens du régime – la majorité des socialistes, la majorité des radicaux, la Chambre issue du Front populaire – aient non seulement prêté la main à l’assassinat de la République, mais y aient applaudi, voilà qui passe l’entendement." En España, como ya sabemos que el PSOE y la Izquierda no pierde oportunidad de traicionar a los españoles, no nos asombra tanto.

Por último, Decaux dedica un capítulo a nuestra Guerra Civil, cosa inevitable. El episodio elegido es, tampoco sorprende, el del bombardeo de Guernica. Siempre me interesa ver la perspectiva de extranjeros al respecto de lo que ocurre en España, por lo que leí este capítulo con curiosidad y cierto desapego, ya que el ramalazo izquierdista de Decaux es innegable. Lo digo, al tiempo que reconozco que sus relatos son bastante neutrales.

Me apresuro a decir que el tratamiento que da a la Guerra Civil española me ha parecido en términos generales correcto. Lo único que cabe recriminarle es que trate en pie de igualdad, durante la República, los atentados de los partidarios de la derecha, con la persecución sistemática que hizo la izquierda desde el Gobierno. O sea, no es lo mismo que unos cuantos delincuentes, por muy organizados que estén, maten a un sindicalista, que que el Gobierno se dedique a hacer checas y a matar monjas. Que no eran grupos espontáneos, era el Gobierno supuestamente democrático gobernando para todos los españoles.

Aparte de eso, muy interesante la discusión que hace del fenómeno propagandista en torno al bombardeo, que es de lo que realmente va el capítulo. Efectivamente, parece que las autoridades franquistas consiguieron confundir a la opinión pública internacional durante un tiempo, y hacerles creer que había sido un incendio provocado por los rojos en su huida del pueblo, precisamente para cargar las tintas contra los rebeldes por su barbarie. Vamos, nada que hubiera hecho pestañear a Stalin, o sea que perfectamente verosímil.

Lo cierto es que sí fueron las fuerzas franquistas las que causaron la barbarie. Pero también parece cierto que fue algo que hizo el ejército alemán como ensayo general para la guerra europea que se auguraba. Vamos, que ni italianos ni españoles esperaban que sus aliados hicieran esta maniobra, lo que no les exime de la responsabilidad.

Bueno, queda claro que ha sido una lectura interesante a la par que amena, y que procede seguir con la tercera entrega. "La guerre absolue".

 

lunes, 14 de noviembre de 2022

Venga a nosotros tu reino, de Javier Reverte

Javier Reverte es uno de sus autores que te garantizan una lectura interesante. He leído ya varias cosas de él, normalmente de literatura de viajes, como "Corazón de Ulises" o "Dios, el Diablo y la Aventura", siempre me han gustado, aunque sin llegar al arrebato. Así que no indagué demasiado antes de leer éste que comento, esperándome alguna historia relacionada con algún viaje.

No me encontré algo así, y sí una historia relativamente extraña y poco atractiva, pero que aún así se deja leer y es interesante. El protagonista es un cura polaco que llega a España tras unos años en Italia, con la medio-misión de infiltrar el comunismo en las comunidades cristianas. Estamos hablando de los años 50, cuando España comienza a remontar económicamente y bajo el dominio del Caudillo. 

Trabará conocimiento con dos personajes que afectarán su vida: el primero es un personaje histórico, el Patriarca de Indias Leopoldo Eijo Garay, quien, sorprendentemente para un país con leyes contra el libre pensamiento como la de la Memoria Comunista, perdón, Democrática, sigue teniendo alguna calle y colegio a su nombre en Madrid. Reverte no muestra ninguna simpatía hacia él, a quien califica siempre con pájaro pero de los malos: no águila, sino buitre, cuervo, grajo... Sin embargo, sus reflexiones son lo segundo más interesante de la novela. Al menos, Reverte le reconoce inteligencia y sabiduría. "Ha bendecido una guerra contra el ateísmo pese a que detesta las guerras y detesta la sangre derramada en las batallas. Ha ignorado los fusilamientos y las cárceles porque pensaba que era necesario limpiar de escoria la tierra mancillada por los enemigos de Cristo.". Más cínicamente, una reflexión del preboste: "siempre has de tener en cuenta que el pensamiento es una senda peligrosa, porque nos hace dudar. Y la duda conduciría a la Iglesia a su fin. Necesitamos del dogma, de la creencia en lo absoluto. Sin ello, nada somos.". 

Y muy interesantes los extractos que hace de la encíclica "Rerum Novarum", la respuesta católica al marxismo, que es el conflicto que yace al fondo de la novela: ¿Debe la iglesia tomar a su cargo la justicia social, o la rinde a los comunistas? Parte de la respuesta está, por supuesto, en que la trampa es que la justicia social es un concepto socialista, y su búsqueda conlleva el giro a la izquierda de la Iglesia. En todo caso, dejo esta interesante cita: "Los socialistas empeoran la situación de los obreros, puesto que, al condenar la propiedad privada, los privan de la libertad de emplear sus ahorros y beneficios en aumentar los bienes familiares y procurarse utilidades".

El otro protagonista es la chiquilla de turno, una tal Pilar de buena familia, que arrancará al cura polaco de sus ensoñaciones de virtud confrontándole con el amor y la carne. No demasiado que rascar por este lado de la novela.

El lector atento se habrá fijado en que las reflexiones de Eijo Garay me han parecido lo "segundo" más interesante de la novela. Lo primero han sido los pasajes costumbristas de la novela en que Reverte nos describe el Madrid de la época. Son maravillosos, alguno recuerda al comienzo de Doña Francisquita, la zarzuela de Vives. Hay un recorrido por la Gran Vía, numerosos viajes en tranvía, una taberna ("Los de la mesa de don Arturo le chistaban con hambre de vinos justicieros, coñacs quebrantapáncreas y anises tronchahígados."), recorridos por Bailen, visitas a los barrios más pobres...

Me quedo con este ejemplo, recorrido en coche por calles que conozco:"...Cea Bermúdez. Desde allí, viró hacia el oeste en dirección a la Moncloa. Pronto, pasada la calle de Galileo, edificios arruinados por la guerra, algunos desmontes y poblados de gitanos, que alzaban sus chabolas en la vecindad de enormes basureros, asomaron en el lado derecho del recorrido."

Y también rescato el sistema de censura para el cine: "En España, la censura califica las películas por números. Las dos primeras, las 1 y 2, pueden verlas todos, pero las que tienen la calificación 3 sólo son aptas para los mayores de dieciocho años. Luego, las de 3-R, están permitidas para mayores, pero con «reparos», de ahí la erre mayúscula. Y queda la calificación de 4, que son las «gravemente peligrosas»."

Como se observa, sin ser una historia muy interesante, sí me han gustado bastantes pasajes, y otros me han resultado más informativos, como todo lo relacionado con el comunismo y sus artimañas para encontrar adeptos, muchas veces para sorpresa de los propios interesados. Por ejemplo, la organización PAX. La verdad es que estas inquietudes manipuladoras y de hacerlo todo de izquierdas, especialmente cualquier movimiento ciudadano espontáneo, solo se vez en las ideologías zurdas. Y mucho me temo que el truco sigue vigente en la actualidad: cuelan las ideas izquierdistas bajo cualquier tipo de ropaje a los no avisados. Lo que pasa es que ahora no hay celosos agentes policiales protegiéndonos de tan peligrosas ideas (nótese el tono irónico del que duda que esa sea una buena solución). 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

The Power of Geography, de Tim Marshall

Era poco previsible que, tras el mal sabor de boca que me dejó Prisoners of the Geography, del mismo autor y que terminé hace unas semanas, me pusiera a leer esto. Sin embargo, antes de despedirme, eché un vistazo al índice y me llevé la sorpresa de que, entre los nueve países analizados, estaba España. ¿Qué nos hacía acreedores de tal honor? Eso me pregunté, y con algo de morbo, me dispuse a una nueva lectura del señor Marshall. Como España ocupaba el penúltimo lugar del índice, solo por delante del dedicado al espacio exterior, y mi religión me prohíbe la lectura de capítulos aislados, me tocaba leer el libro entero.

Lo que ha constituido una agradable sorpresa, ya que me ha gustado más que el anterior: me ha parecido más interesante e informado, más completo y he aprendido más. Quizá sea porque su foco, con alguna excepción, es a nivel de país en lugar de áreas geográficos, algo que le pasaba en el anterior.

Los países elegidos son, además de España, Australia, Irán, Reino Unido, Arabia Saudi, Turquía, Grecia y Etiopia. A ellos se unen un capítulo para el Sahel y otro, ya dicho, para el espacio exterior. Este mayor foco le permite a Marshall ahondar más en la historia de cada uno de los países tratados, algo apasionante por si solo (con la excepción de Australia y Arabia Saudi, que tienen más bien poca). 

En cierta forma, esto supone una capitulación del autor respecto a su tesis de que la geografía condiciona el devenir de los pueblos. Por ejemplo, cuando dice "Britain is a place that, for most of its history, was cold, windswept and backward, and yet became the centre of one of the world’s greatest empires. How it did so is partially due to its geography– notably its access to the oceans." ya pone un "partially" en el que reconoce que ese acceso al océano no puede ser la causa final de que Inglaterra se convirtiera en un Imperio. Los que sabemos algo de historia, conocemos que el origen del mismo está en la India y en la compañía, PRIVADA, que la colonizó, no en nada estatal o geográfico. Aunque parece que Marshall no lo tiene tan claro cuando, en el capítulo sobre el espacio nos casca: "the East India Company comes to mind, which aligned its trading interests with those of the British Empire from the sixteenth century onwards, and at times acted almost as a governing body in some territories controlled by the British.". El detalle es que no eran los British los que controlaban el territorio, sino la propia compañía.

Pero, detalles aparte, la historia que nos cuenta de cada país me ha parecido razonablemente correcta y coherente con lo que conocía de otras lecturas (por ejemplo, para Grecia, Turquía o Irán). Sorprendentemente a la vista de lo leído en el libro anterior ya citado, también me ha parecido que está muy bien la historia de España, en la que incluye correctamente la expansión por ultramar sin atribuirle colonialismo. Los territorios de Hispanoamérica eran tan España como la península, algo que nunca ocurrió con las colonias inglesas y muchas francesas.

Me ha parecido muy interesante la historia de Arabia Saudi, que desconocía en gran medida, así como las características de su Empty Quartier ("Even now few people venture into it, and much of it remains unexplored. It’s known that beneath the sands lie large quantities of oil and gas, but recent low oil prices mean it is too expensive to exploit them fully."). Idénticamente, apenas sabía nada del Sahel, y aunque aquí adolece de carencia de foco como le pasaba en algunos capítulos del libro anterior, sigue siendo muy instructivo. Y vemos que la conflictividad que hay en esta zona tiene unas causas muy similares a la que ocurre en Arabia Saudi, aunque en este país esté atemperada por la riqueza que da el petróleo: "The ruling elites in government and big business concentrate too much on their own wealth and power and on making sure their ethnic groups reap the benefits. The geography of ethnicity appears to be stronger than that of state borders."

El espíritu estatista de Marshall queda reflejado en esta frase-solución a los problemas: "In stable industrialized nations the authorities would control the industry and more of the revenues would go to the government’s coffers.". No os perdáis la descripción que hace las caravanas de camellos como clave para la riqueza del Sahel, que, por cierto, es la zona buffer entre el desierto del Sahara y las selvas tropicales.

De Irán me quedo con esta frase "The Guards talk the revolutionary talk and walk the moneymaking walk.", y de Etiopia con esta otra "what the Nile gives, the Grand Ethiopian Renaissance Dam can take away". Ambas revelan la brillantez puntual del autor.

Y, por último, claro, ¿qué dice de España? Pues dice unas cuantas cosas, aunque ninguna especialmente revolucionaria o llamativa. Me quedo con dos. La primera es su síntesis de nuestra posición geoestratégica:"All this combines to give Spain a defensive military advantage, potential control of access into and out of the Mediterranean, and ports and bases with which to maintain military and trade links and which helped to build one of the strongest militaries in Europe, and then an empire. Nevertheless, even at the height of Spain’s powers, its internal geography limited its wealth creation and political unity.

La segunda no me ha gustado tanto, pero hay que traerla de todas formas aquí para que veamos el alcance de la propaganda de los nacionalistas catalanes, que incluso alcanzan a un tipo razonablemente bien informado como Marshall: "The day of the vote saw riot police using batons to prevent people from entering polling stations. The chaos meant that claims of a 42 per cent turnout, and 90 per cent ‘yes’ vote, were difficult to prove. What was clear was that most Catalans who were against independence boycotted the vote. Despite this the Catalan parliament declared independence, leading Madrid to dismiss the Catalan Cabinet, suspend autonomy and impose direct rule citing Article 155 of the Spanish constitution. Some Catalan leaders were thrown in jail, others fled abroad." Que cada uno haga su análisis del párrafo.

Queda claro que este libro es bastante más interesante que el primero. Lo mejor son las breves historias que proporciona de cada uno de los países analizados. Le dedica más tiempo a la historia que a su geografía, que es lo que nos vende el título del libro, y paradójicamente eso hace que sea mucho más interesante.

martes, 25 de octubre de 2022

Hyperion, oder der Eremit in Griechenland, de Friedrich Hölderlin

El nombre de este autor me sonaba un montón, como uno de los grandes escritores clásicos alemanes. Por alguna razón, lo asociaba a cuentos de hadas o de terror. Quizá porque como era romántico, me llevaba a pensar en las Rimas y Leyendas de Becquer. Pero nada de eso, es un poeta, bastante poeta por lo demás.

Esta obra de Hyperion es, al parecer, una de sus más conocidas y mejores, así que me lancé a por ella. Como está en prosa, no acerté con lo que me esperaba, y no me encontré nada de cuentos o leyendas, sino una especie de poema en prosa epistolar, en alemán. O sea, el peor de los mundos para mí: no me gusta el género epistolar, no me mola especialmente la poesía, la lírica alemana me parece cargante.

Pero como uno es un profesional (y el libro no era demasiado largo), me puse al oficio y me lo terminé. Conclusión; evitar en adelante leer este género literario. Y más en alemán, aunque a fuer de ser sincero, no he encontrado nada parecido en otras literaturas, y eso que la española, la inglesa y la francesa las tengo bastante bien curradas. Debe de ser que fuera del ámbito germano este género no triunfa. Me explico, no es no haya leído en otras lenguas algo que me guste; no, lo que digo en que no he leído nada parecido.

Hyperion se va a pasar una temporadita a Grecia (bueno, más bien a Turquía, Esmirna en concreto), y una vez allí se dedica a escribir cartas a su amigo Bellarmin, suponemos en Alemania. Durante su estancia se hace un gran amigo, Alabanda, y se enamora de Diotima, lo que da pie a incluir cartas tanto de ésta como a ésta. Venga paseos por los campos y episodios por el estilo, hasta que se va a guerrear contra los turcos por la independencia de Grecia (el año en 1770), y termina en un barco ruso. A su vuelta a Grecia, derrotado, se encuentra a Diotima muerta, como buen romántico. Y termina de vuelta en Alemania pareciéndolo aquello lo menos poético del mundo, no digamos sus compatriotas.

Vamos, que no hay trama. Lo único que pasa es que eso está contado con mucho recurso estilístico y reflexión idealista en muchos casos no fácil de seguir, como verdadera poesía en prosa. Como a mí el alemán me cuesta, pues el impacto retórico queda muy atenuado y termino leyendo por practicar.

Dejo alguna de las frases que me han llamado más la atención. Primero algunos pensamientos:

- Sobre la niñez: "Der Zwang des Gesetzes und des Schicksals betastet es nicht; im Kind ist Freiheit allein. In ihm ist Frieden; es ist noch mit sich selber nicht zerfallen. Reichtum ist in ihm; es kennt sein Herz, die Dürftigkeit des Lebens nicht. Es ist unsterblich, denn es weiß vom Tode nichts."

- Anarcocapitalismo Hölderliniano: "Immerhin hat das den Staat zur Hölle gemacht, daß ihn der Mensch zu seinem Himmel machen wollte."

- Visión de la guerra, obsoleta claro: "der Knechtsdienst tötet, aber gerechter Krieg macht jede Seele lebendig."

- Consecuencias de los actos: "alles Tun des Menschen hat am Ende seine Strafe, und nur die Götter und die Kinder trifft die Nemesis nicht"

- ¿Es posible vivir sin amor?: "Das macht uns arm bei allem Reichtum, daß wir nicht allein sein können, daß die Liebe in uns, so lange wir leben, nicht erstirbt."


Y ahora algunas comparaciones que me han parecido bonitas. Es el recurso estilístico que más usa:
-"hohe Worte, wenn sie nicht in hohen Herzen widertönen, sind, wie ein sterbend Blatt, das in den Kot herunterrauscht."
- "Ist der Mensch nicht veraltert, verwelkt, ist er nicht, wie ein abgefallen Blatt, das seinen Stamm nicht wieder findet und nun umhergescheucht wird von den Winden, bis es der Sand begräbt?"
-"Verstand ist ohne Geistesschönheit, wie ein dienstbarer Geselle, der den Zaun aus grobem Holze zimmert, wie ihm vorgezeichnet ist, und die gezimmerten Pfähle an einander nagelt, für den Garten, den der Meister bauen will."
-"in den Tiefen der Gebirgswelt wird das Geheimnis unsers Herzens ruhn, wie das Edelgestein im Schacht, im Schoße der himmelragenden Wälder, da wird uns sein, wie unter den Säulen des innersten Tempels,"
-"Sieh auf in die Welt! Ist sie nicht, wie ein wandelnder Triumphzug, wo die Natur den ewigen Sieg über alle Verderbnis feiert? und führt nicht zur Verherrlichung das Leben den Tod mit sich, in goldenen Ketten, wie der Feldherr einst die gefangenen Könige mit sich geführt?"

Un juego de palabras, viendo sus amoríos: "Wir nannten die Erde eine der Blumen des Himmels, und den Himmel nannten wir den unendlichen Garten des Lebens."

De esto no me acuerdo el nombre: "Kein Eroberer schwächt sie, kein Kriegsglück berauscht sie, kein fremder Götterdienst betäubt sie, keine eilfertige Weisheit treibt sie zu unzeitiger Reife."

Bueno, suficiente. Suficiente de citas y suficiente de romanticismo alemán para este cuerpo. A ver si la próxima vez es de verdad una novela lo que leo.

jueves, 20 de octubre de 2022

Prisioneros de la geografía ("Prisoners of Geography"), de Tim Marshall

El planteamiento de este ensayo parecía muy interesante: entender cómo la geografía de los distintos países condiciona la geopolítica, y, por ende la historia de los mismos. Al menos eso es lo que el autor, Tim Marshall, periodista y reconocido experto en geopolítica, nos dice que va a hacer.

En la práctica, lo que tenemos es un libro que casi parece de conversación de café. Es cierto que cada capítulo comienza describiendo a grandes rasgos los aspectos geográficos del territorio analizado, pero a partir de ahí rara vez establece una línea causal rigurosa con la historia del país o países afectados, historia que también da a muy grandes rasgos, y menos aún con la estrategia geopolítica actual. O, si lo hace, a mí me ha parecido de perogrullo.

Veía este libro como una oportunidad de aprender mucho sobre nociones que normalmente no me atraen, pero que en este formato (en torno al mapa del país) me resultaban de interés. Una vez terminado el libro, y repasando su contenido, me doy cuenta de que apenas he aprendido nada (con la excepción del capítulo dedicado al Ártico, de esas cosas no tenía ni idea). Y no es que yo sea experto en geopolítica ni mucho menos, es que las cosas que nos cuenta el señor Marshall son muy triviales.

He de decir que el libro empieza con mucha fuerza y con el que quizá sea el mejor análisis de los que aporta el libro, el dedicado a Rusia, que por si fuera poco es de tremenda actualidad. Aquí nos casca lo siguiente, escribiendo en 2015: "Georgia, Ukraine, and Moldova, who would all like to join both organizations but are being held at arm’s length because of their geographic proximity to Russia and because all three have Russian troops or pro-Russian militia on their soil. NATO membership of any of these three could spark a war."

Lógicamente, me quedé con la boca abierta y empecé a venerar al autor. La lectura subsiguiente me reveló no tanto el conocimiento del autor capaz de hacer esa predicción, como lo trivial que es en el fondo la geopolítica en comparación con otras disciplinas sociales. Y es que la geopolítica va de lo que hacen los Estados, y los Estados son mucho más previsibles que el resto de la sociedad a la que gobiernan, porque carecen de capacidad de emprendimiento comparable, porque no internalizan los costes de sus acciones, y porque sus preocupaciones reales van poco más allá de sus fronteras, y su fiscalidad, porque condicionan el territorio en que pueden ejercer su poder. Poco más es necesario para anticipar sus animaladas.

Creo que este párrafo, procedente del análisis sobre Rusia, revela el tenor de la geopolítica y del libro: "From the Grand Principality of Muscovy, through Peter the Great, Stalin, and now Putin, each Russian leader has been confronted by the same problems. It doesn’t matter if the ideology of those in control is czarist, Communist, or crony capitalist— the ports still freeze, and the North European Plain is still flat."

Esta frase completa a la anterior, en este caso con referencia a China: "China has locked itself into the global economy. If we don’t buy, they don’t make. And if they don’t make, there will be mass unemployment." ¿Qué relación tiene esto con la geografía de China? ¿Y qué quiere decir aquí "nosotros" y "ellos"? ¿Qué pasa, los chinos no compran productos chinos?

Quizá entre los aspectos más interesantes del libros estén los casos en que analiza el trazado artificial de fronteras por los poderes occidentales, en comparación con las divisiones naturales causadas por la geografía: "The colonial powers used ink to draw lines that bore no relation to the physical realities of the region, and created some of the most artificial borders the world has seen. In the Middle East, an attempt is now being made to redraw them in blood." Son los casos de Oriente Medio (sobre todo Irak), India vs Pakistan y, por supuesto, Corea.

Lo cual nos lleva al Tratado de Tordesillas, sobre el que nos suelta "This mix can be traced back to the Treaty of Tordesillas between Spain and Portugal in 1494, one of the early examples of European colonialists drawing lines on maps of faraway places abouta lo que añade "The rest is a very unfortunate history in which the vast majority of the occupants of the lands now called South America were wiped out." No me gusta insultar, pero francamente después de esto anoté al margen un insulto para el autor.

No sé qué es mayor, su ignorancia o su estulticia. ¿De verdad compara el tratado de Tordesillas sobre territorios por descubrir, con lo que hicieron los ingleses, franceses y americanos en territorios perfectamente conocidos? ¿De dónde se saca que como consecuencia del mismo se aniquilaron a los habitantes de Suramérica? Es evidente que se ha confundido con su querido país, los EEUU, pues fue allí donde se produjo tal aniquilación y no en América del Sur, como cualquier visitante a ambas áreas geográficas podrá constatar fácilmente.

Suma y sigue, y nos dice que estos países "have come a long way since colonialism and slavery. There is still a long way to go." Una vez más, ¿de qué países habla? En Hispanoamérica no había ni de lejos la esclavitud que en los EEUU o en Brasil; y estos países nunca fueron colonias de España, sino territorios con el mismo rango de la península. ¿De verdad el señor Marshall no sabe esto? ¿Es fiable entonces algo de lo que nos cuenta de las historias de los distintos países? ¿O tiene la misma idea que de Sudamérica?

Pero sigamos: ¿qué nos dice de España? "Spain is also struggling, and has always struggled because of its geography." ¿Qué estamos sufriendo, como siempre, por la geografía? Se lo dice al país cuyos habitantes construyeron un Imperio en él que no se ponía el sol. O sea que no debe de ser tan terrible la nuestra, o a lo mejor es que, contrariamente a las tesis de este tipo, la geografía tiene una importancia muy secundaria en el devenir de las sociedades, sobre todo si a éstas se las deja libertad. 

Y cierro la glosa del esperpento con este párrafo, también de pozo de ignorancia: "Latin America, particularly its south, is proof that you can bring the Old World’s knowledge and technology to the new, but if geography is against you, then you will have limited success, especially if you get the politics wrong. Just as the geography of the United States helped it become a great power, so that of the twenty countries to the south ensures that none will rise to seriously challenge the North American giant this century nor come together to do so collectively." Pues solo recordarle a este señor lo dicho anteriormente de España primera potencia mundial durante unos cientos de años, y también que mientras en esas áreas con toda la geografía en contra se alumbraron los imperios azteca, inca y maya, en los EEUU tan favorecidos geográficamente solo había unos cuantos indios malviviendo. Iba a decir a caballo, pero hubiera mentido porque, señor Marshall, por si no lo sabe, los caballos los llevaron los españoles.
Aunque no me estaba entusiasmando el libro, lo consideraba interesante hasta que llegué al capítulo contra el que acabo de despotricar, que me ha parecido impresentable, y me ha sumido en dudas sobre el resto de lo leído. El autor escribe de forma atractiva, como todos los periodistas estadounidenses de cierto renombre, aunque no diría que escribe bien, Eso hace que la lectura se lleve agradablemente, aunque el contenido sea ligero y incluso erróneo y manipulador. 
Marshall concluye: "Our history has shown us the rapacious way of the zero-sum game. Arguably, a belief in partial geographic determinism, coupled with human nature, made it difficult for it to have been any other way."

Yo digo: es indiscutible que la geografía condiciona el desarrollo de las sociedades, pero lo hace solo en proporción a la falta de libertad que tenga. En la medida en que mayor sea el poder del Estado, menos emprendimiento hay y más "determinismo geográfico". Ese es el escenario de juego suma-cero que extiende Marshall a discreción. La pregunta pasa a ser si en la actualidad, contra todo lo que cabría pensar, hay más determinismo geográfico que en el pasado, esto es, si los Estados tienen más poder en la actualidad. Y la respuesta la da lo fácil que le resultó a Marshall prever que habría guerra si Ucrania se planteaba entrar en la OTAN. 



miércoles, 19 de octubre de 2022

Breve tratado sobre la reforma monetaria ("A Tract on Monetary Reform"), de John Maynard Keynes

Alguien se preguntará que qué hago a estas altura de mi vida leyendo a Keynes. Yo mismo me lo pregunto, o me lo preguntaba. Ahora ya me puedo responder: perder el tiempo. Sin paliativos. Solo hay dos cosas positivas de esta lectura: que es un obra breve para conocer la forma en que pensaba el señor, y los chistes que hace de vez en cuando. Lo demás es basura intelectual, que los lectores coetáneos podrían encontrar relevante y hasta interesante, pero que visto desde la perspectiva del siglo XXI y de los avances de teoría económica no tiene un pase. Sería como estudiar física leyendo a Heráclito.

Lo último está dicho en descargo de Keynes, que conste. Él escribía en su momento, con la coyuntura que le toco vivir, y con los conocimientos de teoría económica que habría en la época. Lo que es indecente es que estos pensamientos sigan guiando la actuación de políticos y autoridades.

Esta obra de Keynes es muy coyuntural. No pretende ni siquiera aportar avances en teoría económica. Se limita a constatar una situación de (lo que para él  es) gran inestabilidad en los precios, tras la Primera Guerra Mundial, y decide que es en interés de la sociedad que los precios sean estables. Con esta finalidad, utilizando la teoría cuantitativa del dinero (que no sé si define directamente él a nivel macro) llega a hacer propuestas concretas para en Inglaterra, y con las instituciones del momento, se puede conseguir ese objetivo macro. Ello pasará por cargarse el patrón oro, por cierto.

Su primer paso es demostrar que la inestabilidad de precios perjudica en general a los distintos grupos sociales. Esto lo hace tanto para procesos inflacionarios como deflacionarios. Aquí ya se empieza a traicionar la visión tremendamente estática que tiene este señor de la economía. Dice que tanto trabajadores como empresarios ¡se benefician de la inflación!, como si fuera automática la subida de precios y salarios debida a ella, y que solo se perjudica a los rentistas. No sé si lo primero pasaba en sus tiempos, pero ahora no creo que ni trabajadores ni empresarios lo crean. 

Un análisis dual hace para la deflación: esto me sorprendió inicialmente, pues tiendo a ver la deflación como algo positivo, ya que supone la revalorización del dinero, que es lo contrario de la inflación, que siempre he tenido por malo. Al continuar leyendo, me di cuenta de que Keynes hablaba de políticas deflacionarias, o sea, de acciones del Estado para revalorizar el dinero, y no de un proceso espontáneo. Claro, desde la perspectiva actual es inconcebible que se planteen políticas deflacionarias, pero parece que en los momentos en que escribe Keynes sí estaban sobre la mesa. Pero, vamos, tan intervención en el mercado es una política inflacionaria como una deflacionaria, así que mal las dos.

Ha de observarse que el análisis de "inestabilidad" de precios que hace Keynes procede ya de políticas estatales. O sea, son inestabilidades forzadas por la intervención, no inestabilidades naturales que puedan surgir de otro tipo de acontecimientos. De hecho, se podría pensar que la inestabilidad que tanto miedo da a Keynes era consecuencia del conflicto bélico: solo faltaría que una guerra de esas dimensiones no hubiera tenido consecuencias sobre el comercio y, por tanto, sobre los precios. Y máxime con los Estados empezando a guarrear con la política monetaria como nunca antes habían podido hacerlo. En este contexto, lo que parece absurdo es tratar de mantener a capa y espada una supuesta estabilidad de precios cuando están cambiando completamente las preferencias de la sociedad.

Y en cuanto a las soluciones, Keynes las construye sobre la teoría cuantitativa del dinero. Esta parte de una especie de transformación de la obvia Ingreso = precio x cantidad, según la cual la cantidad de dinero (M) ha de ser igual al (nivel de precios) x (número de unidades de vectores sintéticas que consumen los individuos) distinguiendo las que quieren comprar con dinero de las que quieren comprar con saldos de cuenta corriente. Es evidente que ambas magnitudes macro no tienen nada que ver con sus correspondientes micro: un precio es un precio; un nivel de precios exige una cesta de bienes que sea el consumo del ciudadano medio, y mierdas por el estilo. Y eso sin contar con el evidente dinamismo de ambas magnitudes.

El caso es que de aquí el tipo deduce que se puede mantener estable el nivel de precios manejando las otras magnitudes de su artificial ecuación. Dejando de lado nuestras preferencias por tener dinero en casa o en el banco (que digo yo que serán distintas de individuo a individuo y también en el tiempo), le quedan las otras magnitudes: número de billetes y coeficiente de caja de los bancos.

No entro más al trapo. Keynes está claramente superado y es un producto de su tiempo, y de un oportunismo flagrante. Leer sus obras es una pérdida completa de tiempo, y lo único que puede traer es malas ideas, así que mejor no hacerlo. Encima, tampoco es que escriba muy fluido. Eso sí, a alguien le sorprenderá la sorna que desprende en algunos pasajes. Aquí dejo uno antes de cerrar.

"But in some countries it seems possible to please and content the public, for a time at least, by giving them, in return for the taxes they pay, finely engraved acknowledgements on watermarked paper. The income tax receipts, which we in England receive from the Surveyor, we throw into the wastepaper basket; in Germany they call them bank notes and put them into their pocket-books; in France they are termed rentes and are locked up in the family safe."

domingo, 16 de octubre de 2022

Un puente sobre el Drina, de Ivo Andric

Es lo que tiene la lectura, que de vez en cuando te ofrece magníficas sorpresas, como ha constituido esta novela.  Pero empecemos por el principio. Este verano visité Bosnia, y entre otras de sus ciudades, Visegrad. Este pueblo está muy cerca de la frontera con Serbia, y lo más destacable, la razón por la que uno se pasa 2 horas conduciendo desde Sarajevo, es su puente sobre el río Drina, obra del famoso arquitecto Selin (que también hizo varias mezquitas en Edirne y Estambul). Pues bien, resulta que el puente adquirió su fama gracias a una obra del autor Ivo Andric, que obtendría el premio Nobel de literatura.

Andric es bastante reconocido en Visegrad, aunque no es de allí (sí vivió unos años), hasta el punto de que la nueva ciudad antigua se llama Andricgrad. Digo "nueva ciudad antigua", porque Visegrad fue arrasada por los serbios en la última guerra, dejando poco más que el puente de la antigua kasaba. Por curiosidad, aunque sin demasiado entusiasmo, me animé a leer la novela, un poco para conocer cómo era la vida en la zona. Me esperaba la típica saga familiar, pero lo que me encontré es, realmente, la historia del puente ("un eslabón indispensable en el camino que une Bosnia con Serbia y, más allá, a través de Serbia, con el resto de las provincias del imperio turco hasta Estambul.", y narrada de una forma maravillosa.

La verdad es que he disfrutado de la novela desde el principio hasta el final. Comienza con una visión general de Visegrad, en la que ya se "oponen" las distintas etnias de sus habitantes, a saber serbios-cristianos ortodoxos y turcos-musulmanes, aderezados con algún judío que otro. Y el autor lo hace contándonos las distintas historias y leyendas que ambas comunidades tienen en relación con el puente. El mismo sillar tiene una historia muy distinta para los niños turcos y para los niños serbios, si bien ambos juegan por igual encima del puente.

Dos cosas me han resultado fascinantes del estilo narrativo de Andric. En primer lugar, se refiere en todo momento a "nuestra" ciudad, la de todos sus habitantes incluido él; y lo hace en todo momento, aunque la historia del puente abarca 500 años y él lógicamente no ha podido vivirlos todos. Consigue así transmitir al lector un sentimiento de cercanía, tanto hacia él como a los suyos.

El segundo aspecto es espectacular. Consiste en cómo es capaz de transformar la narración de un hecho en un momento dado, en leyendas, habladurías o recuerdos conforma avanza el tiempo. Lo que en un capítulo es un hecho vivido por los personajes del momento, cobra tintes míticos cuando en capítulos posteriores aflora en el recuerdo de los habitantes de entonces, que han oído hablar o han vivido en la niñez el acontecimiento inicial. "Así, de la torre y los cruentos sucesos que estaban vinculados con ella no quedó más huella que algunos recuerdos tristes que fueron palideciendo y se desvanecieron junto con esa generación, y una viga de roble que no había ardido del todo porque estaba encajada en los escalones de la kapija."

La historia del puente comienza con su accidentada construcción ordenada por el visir Mehmed Pacha Solokovic, que ahora da nombre al puente, y a quien el autor imagina mirando el Drina impasable en su niñez. Tras unos cuantos años y escándalos, por fin queda construido con un Han u hospedería mantenido por una fundación del propio visir. Del puente, nos dice: "El milagro de los primeros días había entrado en su vida cotidiana y empezaron a cruzar el puente apresurados, indiferentes, preocupados, distraídos, igual que el agua rumorosa corría por debajo, como si fuera uno de los innumerables caminos que ellos y su ganado habían apisonado con los pies." Y así casi hasta nuestros días. El Han correrá suerte muy distinta una vez se pierda la fundación que dotaba su mantenimiento, conforme se va reduciendo el imperio turco.

Así nos va contando Andric diversas historias y sueños de los habitantes de Andric. Visegrad va observando como el imperio turco retrocede, cómo los serbios amenazan las fronteras, y cómo eventualmente el imperio austro-húngaro conquista Bosnia y llega al mismísimo Visegrad, con sus "germanos" (que así los llama uno de los habitantes de Visegrad), sus funcionarios, sus ingenieros y sus soldados.

Esta parte del libro es en la que más se detiene el actor y posiblemente la más interesantes desde el punto de vista histórico. La llegada de la "ley" del imperio austriaco supone inicialmente una explosíón de libertad y riqueza. "Lo que antes resultaba inalcanzable, lejano, caro, prohibido por las leyes o los prejuicios todopoderosos, ahora, en muchos casos, era posible y accesible para el que tuviera los medios o fuera capaz de obtenerlo."

Sigue, ya anticipando la calamidad que se avecina: "Así transcurrieron los últimos años del siglo XIX, años sin agitaciones ni grandes acontecimientos, como transcurre un río ancho y tranquilo ante su desembocadura incierta. A juzgar por ellos, pareciera que hubieran desaparecido los momentos trágicos en la vida de los pueblos europeos, y también de la kasaba del puente." Y añade: "o no llegaban hasta nosotros,"

La libertad da lugar a riqueza, y la riqueza permite pagar más impuestos, y hace a los Estados más fuertes, reduciendo la libertad y empobreciendo a la población. Aquí nos lo narra Andric para Visegrad, Primero la llegada del ferrocarril, pero luego empiezan las ordenanzas, los impuestos y la continúa inflación ("El único trabajo bueno y seguro era el abastecimiento del ejército o de una institución estatal, pero no estaba al alcance de cualquiera. Los impuestos generales y las tasas municipales eran cada vez mayores y más numerosos; se intensificaba la rigurosidad en la recaudación.").

El descontento social da lugar a corrientes como el nacionalismo o el socialismo, entre los jóvenes que ya conectan con el mundo gracias al tren. Que, por cierto, juega un papel similar en la época al de las redes sociales actuales, como ilustra en este pasaje, muy de actualidad, el autor: "Con la introducción del ferrocarril no sólo se habían acortado los viajes y el transporte de mercancía era más fácil; también se había acelerado el curso de los acontecimientos." Mientras, "Allá, en el mundo, se tiraban los dados o se reñía una batalla, y allá se resolvía el destino de cada uno de nosotros.", en un pasaje con reminiscencias de Zweig y en el que claudica la comunidad de Visegrad ante el poder de los Estados para regir sus destinos.

En una perspectiva micro, esto es lo que reflexiona una de las habitantes, honrada y próspera dueña del un hotel: "La ley de beneficios y pérdidas, una ley maravillosa que siempre había regido los procedimientos humanos, parecía no servir ya, porque había mucha gente que hacía, declaraba y escribía cosas cuyo fin y sentido ella no vislumbraba y sólo podían traer incomodidades y perjuicios.". Con ella se "puede hablar de negocios y acontecimientos, apoyándose en un cálculo consolidado y reconocido, lejos de la «política» y de las palabras grandilocuentes y peligrosas que lo ponen todo en cuestión y no explican ni confirman nada." Nótese la cualificación que da Andric (ley maravillosa, palabra peligrosas), a la distorsión que comienzan a sufrir las relaciones humanas, y lo está haciendo alguien que tuvo veleidades con el socialismo.

Por fin, llega el asesinato de Sarajevo y el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Una vez más, Andric nos narra la evolución de la kasaba en este nuevo tiempo, y lo hace si cabe con más brillantez que en los episodios anteriores. Lo que él narra para Visegrad es realmente lo que está ocurriendo a escala en Europa. Y la novela termina, no podría ser de otra forma, con la destrucción (parcial) del puente tras un bombazo de los serbios. Puente que, por cierto, ya había quedado "dejado a su suerte como un barco encallado o un templo abandonado." tras la construcción del ferrocarril.

Recomiendo sin ninguna duda la lectura de esta novela. Es magnífica, en la línea de Zweig y con el deje de Maalouf. Un premio Nobel muy merecido este dado a Ivo Andric.


martes, 11 de octubre de 2022

Amor en las ruinas ("Love in the ruins"), de Walker Percy

Este libro aparece citado en el que leí recientemente de Dalmacio Negro (Historia de las formas del estado). Lo citaba como ejemplo ilustrativo de cómo el Estado destruye la sociedad, o eso le creí entender. Lección aprendida: si no te gusta demasiado un libro, es muy improbable que te gusten libros en él aludidos. Y ese ha sido el caso de este verdadero tostón del señor Walker Percy, quien al parecer es un filósofo que novela sus ideas. Supongo que de filósofo a filósofo, el señor Negro y el señor Percy se entenderán fenomenal y hasta se reirán las gracias. A mí, como plebeyo, me costó mucho entender al primero y no creo haber entendido nada al segundo.

La historia va de un doctor, el protagonista, que diseña un aparato llamado Lapsómetro, con él que puede leer y alterar los estados cerebrales: "why not devise a gadget without wires that will measure the electrical activity of the separate centers of the brain? Hardly a radical idea. But here was the problem: given such a machine, given such readings, could the readings then be correlated with the manifold woes of the Western world, its terrors and rages and murderous impulses? And if so, could the latter be treated by treating the former?"

Esto creo que está claro. Lo que ya no lo está tanto es si realmente el tipo es un doctor o un loco de un manicomio (la duda se le planteará al lector en el capítulo del Pit, bien avanzado el libro). Tampoco acaba de quedar claro que tiene que ver el citado Lapsómetro con los acontecimientos que nos cuenta el señor en relación a una rebelión de Bantúes, y sus acciones como francotirador, que es con lo que empieza el relato. Y, como remate, tampoco soy capaz de saber qué tiene que ver el desenlace que se nos cuenta correspondiente a 5 años más tarde con el resto de lo narrado.

Así las cosas, el lector navega entre las ocurrencias de Percy sin saber muy bien a qué puerto le lleva. Por el camino aparecen tres señoras, Lola, Ellen y Moira con las que parece que va a formar familia estilo mormón, pero tampoco lo hace por razones no muy claras. If I live and love Moira, who’s to love Lola and how can I tolerate it? Same with Lola-Moira. And will Ellen stand for it in either case? Only one solution: I must live with all three."

 Y todo esto ocurre entre los bayous de Louisiana, en una ciudad en que conviven todo tipo de grupos culturales, políticos ("LEFTPAPASANE, which stood far what, according to the Right, the Left believed in: Liberty, Equality, Fraternity, The Pill, Atheism, Pot, Anti-Pollution, Sex, Abortion Now, Euthanasia.") y religiosos. "On Sundays Christian businessmen dress up and take their families to church, whereas unbelieving scientists are apt to put on their worst clothes and go bird-watching."  O esta: "The services overlap. Jews wait for the Lord, Protestants sing hymns to him, Catholics say mass and eat it"

Entre el maremagnum de ideas aparentemente inconexas, se encuentras algunas ideas graciosas, como las que recojo a continuación, que como se ve lindan con el surrealismo en muchos casos:

- "The Southern gothic novel yielded to the Jewish masturbatory novel, which in turn gave way to the WASP homosexual novel, which has nearly run its course."

- "At the same time that I developed liberal anxiety, I also contracted conservative rage and large-bowel complaints."

-"There is this damnable female talent for making a man ashamed,"

- "Property Rights Sunday is a major feast day in the A.C.C. A blue banner beside the crucifix shows Christ holding the American home, which has a picket fence, in his two hands."

-Everything is interdisciplinary now, Doc. As well as being third-generational."

La siguiente es un frase que casi resume el libro. O sea, que no se entiende: "A scoffing Irish behaviorist, the sort in whom irony is so piled up on irony, jokes so encrusted on jokes, winks and nudges and in-jokes so convoluted, that anticlericism has become anti-anticlerical, gone so far out that it has come back in as clericism and comes down on the side of Rome where he started."

Y no me puedo resistir a dejar esta curiosa referencia a un acontecimiento netamente español, de la cual se deduce que tuvo repercusiones globales: "You’re the new matador, Manolete taking on Belmonte.”

Por mi parte, una vez escritas estas líneas, procedo a olvidarme de este escritor, y posiblemente de todas las recomendaciones que encuentre en los libros de Negro, si es que vuelvo a leer algo de él.

viernes, 7 de octubre de 2022

C'était le XX siècle (I: De la Belle Époque aux Années folles), de Alain Decaux

Alain Decaux es un historiador y miembro de la Academia Francesa. Ha escrito montones de libros, aunque por lo que veo se le ha traducido poco al español. Yo no había leído nada de él, y me encontré con este libro en una batida de búsqueda de literatura en francés. Si a uno le gusta la historia, yerra poco leyendo algo de un historiador, y máxime si tiene vitola de buen escritor.

Se trata del primero de cuatro volúmenes que Decaux dedica a la historia del siglo XX. Pero es una historia sui-generis, no sistemática. En realidad, Decaux nos cuenta capítulos selectos ocurridos en dichos años, muy en la línea de los Momentos Estelares de Zweig, aunque los que nos cuenta Decaux no lo sean, y ni siquiera esté claro el criterio por él que los ha recogido.

En consecuencia, nos encontramos episodios poco sorprendentes, como puede ser la historia del Acorazado Potemkin (con él que se abre el volumen), el asesinato de Sarajevo (inevitable) o la revuelta de los predesores del IRA en Irlanda. Junto a ellos, tenemos algunos más cercanos al concepto de Zweig, como podrían ser el de los pilotos Louis Bleriot (primero en volar sobre el Canal de la Mancha, después del cual "On n’en est plus au stade de l’exhibition : on découvre que l’avion est un moyen de transport.") y Lindbergh (primero en cruzar el Atlántico en avión) o el descubrimiento de la tumba de Tut Ankh Amon.

Y luego tenemos algunos netamente franceses, para los que no encuentro otra explicación que la nacionalidad del autor. Por ejemplo, el asesinato del socialista Jaurés, que para Decaux era un pacifista irredento y el último obstáculo para que Francia entrara en la Primera Guerra Mundial. Al respecto, resulta muy interesante, y no es la primera ver que me la encuentro, la visión de la Internacional Socialista, la unión de los obreros del mundo, como valladar contra la guerra. "Tel est l’espoir de Jaurès. Il existe maintenant, partout en Europe, des partis socialistes puissants : en Allemagne, en Russie, en Italie. Tous jurent que, si la guerre venait à menacer, ils l’empêcheraient en déclenchant la grève générale. Ainsi la guerre deviendrait-elle impossible. De toutes les forces de son âme, Jaurès veut le croire." Claro, no tardarían los socialistas es dar la primera decepción a la humanidad, al ser incapaces de parar el conflicto pese a todas las esperanzas.

Más episodios franceses son el del piloto (otro) de guerra Guynemer, el juicio de Vincent Moulia (condenado en falso por supuesta traición, y revelador una vez más de cómo funciona la justicia estatal) o el del asesino en serie Landru. El interés de estos episodios me ha resultado menor, pero supongo que para los franceses será la bomba. Como tampoco me ha parecido demasiado interesante el dedicado a dos italianos anarquistas acusados de un atentado en los EEUU (Sacco y Vanzetti).

Si es en cambio mucho más interesante el dedicado a la conquista del Polo Norte por el general Umberto Nobile, tanto por la épica de la hazaña y de los intentos de rescate del dirigible caído (en uno de los cuales se perdió el mismísimo Amundsen, el Águila Blanca de Noruega, como por la polémica dentro del gobierno fascista del momento en Italia.

Decaux escribe con sencillez y en general la lectura se hace amena. No obstante, hay gran irregularidad en los episodios, tanto de fondo como de forma. Ya he hablado de lo primero, siendo el principal "problema" el foco que pone en historias franceses, que en algún caso me han resultado de nulo interés. También hay irregularidad en la forma, aunque no sabría decir por qué: solo que hay episodios que se me han atrancado en la lectura. Al final, lo más interesante quizá sea la selección de episodios que realiza, y hubiera sido genial que explicara porque los destaca.

Ya tengo preparadas las II, III y IV parte para su lectura, lo que revela que, pese a la irregularidad comentada, he disfrutado suficientemente del libro.




sábado, 1 de octubre de 2022

Obra maestra, de Juan Tallón

Es curiosa esta novela, por al menos dos razones. Primero, la temática: la desaparición de una obra de arte del museo Reina Sofia. Pero no una obra cualquiera, sino una escultura de Richard Serra llamada Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, de 38 toneladas de acero. ¿Cómo se roba o desaparece una escultura de estas dimensiones? Pues eso es lo que se pregunta tallón en esta obra,

La segunda razón es literaria. Para responder a la pregunta, Tallón utiliza un recurso inhabitual, cual es el de las voces creado por la escritora bielorrusa y premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexievich. Su obra principal Voces de Chernóbil inspiró la serie de HBO sobre la catástrofe. El caso es que Tallón estructura así su novela-investigación, solo que, claro, las voces en el fondo son todas la suya. Ello resulta desconcertante al principio, pues todos los personajes piensan y hablan aproximadamente de la misma forma, por lo que no los diferencias. El recurso no le funciona a nivel de forma, pero no está mal a nivel de fondo, porque le permite abordar el problema desde muchos puntos de vista, y tocar temas cercanos sin que se pierda el hilo.

Entre las voces que simula el autor las hay de personajes reales, entre ellos Richard Serra, el ex ministro Solchaga o González-Sinde, la ministra de Cultura en el momentos de la desaparición. Y también hay personajes inventados mediante los que supongo que Tallón cuenta los hechos, a veces, pero no estoy seguro de que siempre, deducidos de sus investigaciones. Lo más curioso es que entre las voces está la del propio Tallón quejándose de las dificultades que tuvo para hacerse con la documentación judicial del caso, algo que le parecía imprescindible para sacar la novela adelante.

Una vez superado el desconcierto inicial al respecto del estilo narrativo, estamos en condiciones de sumergirnos en un mundo completamente nuevo, del que apenas yo conocía algo. Se trata del mundo del arte, de los marchantes. de los coleccionistas, pero también del burocrático, judicial y policial, de los funcionarios escaqueándose, y de los expertos en logística y materiales, porque montar las obras de Serra es un reto por si solo, en que el escultor siempre está involucrado, Muy interesante todo.

Hay un tema de fondo durante todo el libro, o quizá a mí me lo parece por tener la sensibilidad desarrollada en ese sentido: el de la incompetencia o negligencia funcionarial. Para empezar, tenemos la empresa Macarrón S.A., una empresa histórica y verdaderamente heroica, que se había encargado de transportar a Francia los cuadros del museo del Prado para que estuvieran protegidos durante la Guerra Civil, y los había traído de vuelta. A esta empresa es a la que se encarga el almacenamiento de la obra una vez más finalizada su exposición. Pues bien, cuando se notifica la desaparición de la obra, resulta que esta empresa ya ha desaparecido, y lo ha hecho porque el Ministerio no le paga lo que le debe; como el Ministerio no pagaba, la empresa no podía pagar a la Seguridad Social, y como no pagaba a la Seguridad Social, la Administración Pública no podía pagar a la empresa. Y así hasta que quebró y desapareció. Increíble, pero debe de ser la experiencia que tienen muchas medianas empresas en España.

Otra instancia de negligencia y dejadez es la ya referida en la relación con los juzgados, en este caso el de Arganda. Y también es muy interesante una cosa que yo he pensado en ocasiones. y que Tallón llama la "sovietización del sistema" artístico, "o sea, la proliferación de artistas que trabajan para el Estado exclusivamente". Una de sus voces dice: "A mí me interesa mucho el mercado, me parece una cosa saludable. Lo que no me gusta es ese otro mercado, el de los artistas oficiales y sus encargos públicos, que nació con Duchamp y hoy se mantiene."

Muy interesantes me han parecido los dos o tres capítulos que dedica a estimar los costes que supondría robar las piezas de acero que constituían la obra. Tanto su transporte como su despiece in situ parecen prohibitivos habida cuenta de la maquinaría específica que se requeriría. Por tanto, su hipotético robo solo tendría sentido como pieza artística, es la única forma en que se podría rentabilizar, no como acero. Pero, el problema es que, como explica muy bien alguna de las voces, las obras de Serra están concebidas para un espacio concreto, y pierden su valor artístico fuera del mismo. En estas condiciones, ¿para qué robarla? Tallón concluirá hipotetizando que algunos gitanos de la proximidad de los almacenes abandonados, y con todo el tiempo del mundo, hubieran ido laminando la obra y llevándosela en pequeñas porciones a modo de chatarra. Y es una hipótesis porque nadie sabe, a día de hoy, dónde está o cómo acabó la obra.

Hay también unas cuantas voces que hablan de arte y su interpretación, no siempre de forma afectiva. Entre las que cuentan cosas más atractivas está la del "protagonista", Richard Serra, que tiene varias intervenciones a lo largo del libro. Me gusta especialmente la reflexión que hace al contemplar "Las Meninas", que le lleva a abandonar la pintura en favor de la escultura, por encontrar insuperable el talento de Velázquez: "Cuando vi Las meninas me di cuenta de que no había posibilidad de que me acercara a eso. El espectador en relación con el espacio, el pintor incluido en la pintura, la maestría con la que podía pasar de un pasaje abstracto a una figura o un perro me paralizaron. Cézanne no me había paralizado, De Kooning y Pollock no me habían paralizado, pero Velázquez parecía algo demasiado grande con lo que lidiar. Eso me envió al ataúd de la pintura."

Y, por supuesto, muchas reflexiones de los distintos personajes que se asoman a la novela, a veces incongruentes con el perfil del personaje (pero no seamos clasistas). Dejo aquí una que me ha hecho gracia, aunque en general ni fu ni fa:  "Hay que saber reconocer cuándo se acaba el optimismo, en qué momento se traspasa la raya con la que dejas de serlo y te vuelves un incompetente, un idiota."

"Obra maestra" no es nada por el estilo, pero está lo suficientemente bien para estar cómodo recomendándola. Es muy entretenida, ciertamente instructiva, un punto anti-estatista y hasta tendría algo de suspense si no fuera porque he hecho el spoiler más arriba. 




martes, 20 de septiembre de 2022

Pachinko, de Min Jin Lee

 Cuando estuve por Japón hubo algo que me llamó la atención enormemente: los salones de Pachinko. Te asomabas por la puerta de locales a los que daba miedo entrar, y veías extrañas máquinas repletas de bolas de metal con sus respectivos jugadores haciendo lo que fuera, una mezcla de billar y máquina tragaperras. Como todo estaba en japonés y también los jugadores, era difícil enterarse de qué iba la vaina, así que me volví del país del Sol Naciente con una curiosidad insatisfecha y ni una sola foto, ya que estaban terminantemente prohibidas en su interior.

Andando el tiempo me tropecé por casualidad con un libro llamado Pachinko. Me recordó mis inquietudes, pero no me animé a leerlo, pensé que sería algo cutre. Siguió andando el tiempo, y me encontré una serie llamada igual, con gran puntuación y en Apple. Esta ver sí que decidí darle una oportunidad, y con éxito, pues es una serie de una excelente factura, histórica, entretenida y sobre un tema del que raramente tratamos los occidentales, como es la discriminación de los coreanos en Japón.

 La tal serie estaba basada en el libro que había desdeñado unos años antes, que resultó ser un best-seller en los Estados Unidos. Ahora ya sí tenía todas las disculpas para leerlo: por un lado, la historia; por otro, a ver si me enteraba de una vez de cómo se juega al Pachinko.

Una vez leído, me temo que sigo sin saber cómo funciona el Pachinko de las narices, pero eso no quita para que haya disfrutado mucho con su lectura. Min Jin Lee tiene un estilo muy simple y sencillo, sus frases son cortas y "to the point", A veces tienes la sensación, correcta, de estar oyendo a un coreano hablar en inglés.

Sin embargo, utiliza ese estilo de forma magistral para describir psicológicamente a los personajes que van apareciendo. Esto es lo que más destaca de su narración, para mi gusta, como con tres o cuatro párrafos te da para cada personaje la visión que tienen de él quienes comparten escena. Es realmente brillante. Ejemplo: "In a way, the two women tried to obey Yoseb in their disobedience—they did not want to hurt Yoseb by defying him, but the financial burdens had become impossible for one man to bear alone."

O aquí, Sonja imaginando lo que pensarian sus padres de ella: "There was no shame in her work, but it couldn’t be what they’d wanted for her. Nevertheless, she felt her parents would have wanted her to make money, especially now."

La novela es una saga familiar de tres-cuatro generaciones de coreanos conviviendo con japoneses. La primera generación, de la Sunja y sus padres, con japoneses colonizadores de Corea, la segunda y la tercera, viviendo en un Japón que les margina y desprecia, pero sin posibilidad de retorno a su Corea original, porque la cosa no está para bollos (véase Corea del Norte) o porque allí también serán despreciados por haber emigrado a Japón.

Aunque el tema del Japón-Corea siempre está presente, la vida de los protagonistas transcurre dentro de cauces razonablemente normales, aunque puntualmente sea desviada por esa marginación. "The Japanese think Koreans are filthy, but they have no choice but to live in squalor." Esta marginación no impide a los coreanos buscarse la vida allá donde puedan, lo que les lleva a los salones de Pachinko, algo que muchos japoneses asocian a la yakuza y en donde trabajar es visto con desprecio. No obstante, la autora deja un recado para estos japoneses y su superioridad moral: 
"the players also came to escape the eerily quiet streets where few said hello, to keep away from the loveless homes where wives slept with children instead of husbands, and to avoid the overheated rush-hour train cars where it was okay to push but not okay to talk to strangers."
Impresionante el retrato que traza de los japoneses en tres líneas.

Como buena saga familiar, tiene un montón de personajes, algunos propiamente de la familia, otros a los que la familia nuclear toca y permiten extender la trama. Pero quizá la clave la tienen tan solo 3: Sunja, la protagonista y originadora de la saga, y los dos hombres de su vida, el mafioso Koh Hansu y el hermano de su marido, Yoseb. Ambos presentan formas casi completamente opuestas de enfocar la vida, y, sin embargo, para ambos lo más importante es la familia y en ambos llama la atención su desconfianza absoluta en Estados y los políticos.
"Yoseb didn’t see the point of anyone dying for his country or for some greater ideal. He understood survival and family." Y esto es lo que dice Hansu: “I’ll take care of myself and my people. You think I’d trust my life to a bunch of politicians? The people in charge don’t know anything. And the ones who do don’t care.”

Tampoco se detiene la novela en los grandes acontecimientos históricos que les tocan vivir a los personajes, como la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y su división en dos países con regímenes diametralmente opuestos. Por supuesto, estos acontecimientos afectan a sus vidas, cómo no, pero no se entretiene especialmente en ellos la autora.

Como dije, he disfrutado mucho con esta novela. Creo, además, que la serie es bastante fiel al contenido y, como está muy bien, puede ser una alternativa a la lectura. Yo solo digo que aquí la dejo recomendada, y cierro con un consejo que Hansu a su hijo, cuando Noa aún no sabe que lo es: "“Learn everything. Fill your mind with knowledge—it’s the only kind of power no one can take away from you.”. Quizá por eso hay mucha gente que prefiere más vacaciones a más dinero (pista: ¿se paga impuestos por irse de vacaciones?)


martes, 6 de septiembre de 2022

Historia de las formas del Estado, de Dalmacio Negro

 A Dalmacio Negro le dimos el premio Juan de Mariana este año. Como siempre, los encomios que se le hacen al premiado impulsan e invitan a conocer su obra, y en este caso no fue una excepción, Aunque después de oír el discurso del premiado se me habían pasado bastante las ganas, investigué in situ para saber qué leer de él, y me lleve apuntada esta obra que ahora comento.

No me atraía este señor ni su obra, y la lectura de esta no ha hecho más que ratificar mis expectativas: una lectura rayana en la pérdida de tiempo. Para empezar, se trata de un libro de filosofía, y ya se sabe como escriben los filósofos, al menos los mediocres, con una constante auto-referencia (lo Social, lo Político y expresiones por el estilo, como aquí: "Y lo Político y la Política, que proceden de lo Sagrado, la localización de lo Divino, sólo pueden legitimarse a partir de una instancia religiosa, pues la religión se refiere a lo Divino, que como la última realidad, la realidad de realidades, es por tanto la fuente decisiva de las legitimaciones.") complementado con referencias a tipos nisu, pero que deben de decir las cosas que a él le gustan. Lo típico de completar un razonamiento diciendo "Tenía mucha razón Pepito de los Palotes cuando decía....".

Además, es que el señor Negro escribe muy mal. No ya solo por esas auto-referencias que fuerzan su estilo. Es muy común que deje frases sin verbo, o con el verbo en infinitivo. Y tiene la manía de incorporar palabros en distintos idiomas, desde el latín al alemán, pasando por el francés o el inglés, para a continuación ponerlos en español, sin que se sepa muy bien por qué no se limita a lo segundo.

Por último, en cuanto al fondo, pues tampoco me ha aportado grandes cosas. Me parece un libro asistemático, desordenado, difícil de seguir, con repeticiones y circunloquios. Si está haciendo una historia, ¿por qué no sigue una cronología? ¿Por qué no da pruebas un poco más verificables de las conexiones sucesivas?¿Por qué dice infinitas veces que el Estado es una cosa europea y nunca explica qué es lo que hay en otras geografías y por qué no es Estado? ¿Por qué dice que no hay Estado en Inglaterra o los EEUU? 

O desde otro punto de vista, cuando dice "Los principales órdenes naturales en que se estructura lo prepolítico son: en sentido horizontal y jerárquico, el orden religioso (directamente relacionado con el orden de lo sobrenatural o divino), el moral, el jurídico, el económico y el cultural. En sentido vertical y transversal, los órdenes principales son el estético, el intelectual, el técnico y el científico." Esto es, ¿por qué sí? ¿por qué lo dice él? ¿No hay más? ¿Son excluyentes o superpuestos? No sé, es que hay mucha de esta categorización sin justificar, y eso a mí me resulta incómodo, porque siempre me cabe la sospecha de que se ha dejado algo fuera.

En suma, me ha parecido un libro muy decepcionante en todos los sentidos. Ni siquiera recuerdo que haya dado una definición explícita de Estado, por increíble que parezca. No obstante, alguna cosa interesante hay. Por ejemplo, el origen histórico que da al Estado. Lo radica en Italia y justifica su creación en la necesidad de poner fin a las luchas intestinas que se producían en las ciudades. Nos dice: "A fin de acabar con las luchas intestinas que corroían a las comunas republicanas haciéndolas inseguras, idearon contratar un podestá (juez) o un capitano del popolo (jefe de guerra, condottiero), según los casos, cuyo prestigio redundaría en el de la ciudad. El contrato era temporal (generalmente por un año) para que gobernase como un poder neutral. A cambio, le juraban lealtad las partes en discordia. Sin embargo, los dictadores comisarios, aprovechando su poder, se acostumbraron a quedarse como señores de las ciudades al expirar el contrato."

Ese monopolio temporal que se da a estas personas sobre distintos poderes (armas, dinero, conflicto y derecho) tiende a hacerse permanente, y sienta las bases para que el Estado extienda dichos poderes a otros ámbitos sociales (los órdenes arriba citado). El proceso es bien conocido. A él añade Negro la asociación del capitalismo al Estado: al ser siempre el problema de este último uno de recursos, y ser capaz con sus monopolios de priorizar los distintos órdenes, tiende a priorizar el económico sobre los demás.

Con estos orígenes, el autor establece tres etapas en el desarrollo del Estado: las monarquías-Estado, el Estado Moderno, Estado Nación, producto de la Revolución Francesa, y el Estado totalitario, que es el que tenemos ahora, a las que dedicará la mayor parte del ensayo. Como curiosidad, y yo jamás lo hubiera pensado, la monarquía española la considera como sui generis. ya que se mantuvo en el primer estadio hasta la llegada de los Borbones y más allá. En España, según Negro, hubo muy poco espacio de Estado Moderno "al no aceptarse el paganizante derecho divino de los reyes ni la ratio status centralizadora e igualadora, se conservó la concepción del orden natural por creación, aunque por las necesidades del Imperio entrasen en franca decadencia las Cortes y el autogobierno municipal.". Sin embargo, pese a eso, hemos caído en picado tras la Dictadura franquista a la fase del estado Totalitario. Esta es la críptica descripción que otorga el autor a nuestro Estado: "al que el consenso parece decidido a darle finalmente a la socialdemocracia una forma totalitaria de tendencia eurocomunista del tipo Minotauro, es hostil a la religión tradicional y a la Iglesia, que unifican el éthos peninsular desde los tiempos visigodos". El consenso es el de los partidos políticos y no, yo tampoco sé qué es el éthos de un pueblo, aunque lo haya usado cientos de veces el señor Negro en su obra,

En la parte final describe las distintas formas del estado Totalitario en que, por supuesto y para sorpresa de algunos, está el Estado del Bienestar. Comparte fase con el Estado Soviético, el Estado Nacionalsocialista, el Estado Fascista. el Estado Social y de Derecho, y el efímero Estado Total. Y nos lleva al Estado Minotauro, siempre según el autor.

"El Estado Providencia o de Bienestar ha evolucionado siguiendo su lógica eudemonista hacia el Estado Minotauro, no sólo señor de las haciendas y dictador de la conducta, sino de la vida y la muerte de una manera distinta a la de los Estados Totalitarios paternalistas que le prepararon el camino."

Claro, leyendo estas cosas, uno se piensa si el señor Negro vive en la realidad o en una especie de mundo alternativo. Por mucho que yo esté de acuerdo en la amenaza que supone el Estado, y que puede llegar a extremos difícilmente imaginables (una vez más, el confinamiento COVIDiano resulta el paradigma para quienes se fíen de esta maquinaría), tampoco me atrevería a describir la situación actual en los términos que acabo de transcribir. Se puede aceptar como tendencia, no como realidad.

Por último, dejo anotadas dos ideas que me han parecido interesantes. La primera se refiera a como, por mucho que nos digan que el gobierno, o el Estado, es democrático, la Ley de Hierro de la Oligarquía se cumple, y al final el Gobierno no es ni puede ser democrático, sino que corre a cargo de un número reducido de personas, en cualquier ámbito de la actividad humana, no solo en lo político. Para Negro, "Ésta es la causa principal de los ingentes problemas de la democracia europea, empeñada en identificar el estado democrático de la sociedad con la democracia como forma del gobierno, lo que excluye por definición la posibilidad de jerarquizar el mando;" Yo añado, siguiendo a Hayek, que además el sistema estatal tiende a que dicha oligarquía no sea la de los mejores, y solo hay que ver la oligarquía que gobierna ahora mismo España como prueba.

La otra idea es la sustitución de la religión por ideologías, propuestas por los partidos para hacerse con el Estado que permita conducir a la sociedad al paraíso pintado por las mismas. Negro habla de una ideocracia. que "aspira fundamentalmente a liberar el EstadoNación, titular de la summa potestas, de las creencias intangibles que limitaban la Monarquía: las del Altar, la conciencia, el Derecho Natural y consuetudinario, la propiedad". Muy interesante la identificación de la propiedad como limitadora del poder del Estado.

Me cuesta recomendar este libro. Yo no lo he disfrutado, y si me he enterado de algo es porque llevo ya unas cuantas lecturas buenas sobre el tema a mis espaldas. Leoni, Hayek, Buchanan han explicado de forma mucho más sencilla los conceptos que aquí maneja el autor de forma abstrusa. Aunque hay algún descubrimiento interesante, normalmente tampoco está bien justificado (por ejemplo, las ideas en torno a la monarquía hispana). Así que devuelvo al señor Dalmacio Negro al archivo, de donde quizá fuera mejor que no hubiera salido.