Javier Moro es uno de mis grandes recientes descubrimientos. Y no será porque no lleve escribiendo el hombre, que lleva unos cuantos años. De hecho, su carrera empezó en colaboraciones con el mismísimo Dominique Lapierre.
El caso es que yo lo descubrí hace un par de años con "El imperio eres tú", que también me abrió los ojos a la apasionante y corta historia de Brasil (ver las entradas de los libros de Laurentino Gomes). Este año tuvimos la suerte de que publicó otro libor, "A flor de piel", que también tuve oportunidad de leer y disfrutar. Viendo que los dos me habían gustado, me tiré en picado a por el resto de sus obras, lo que es bastante fácil de hacer en el mundo kindle.
Así cayeron "El sari rojo", "Pasión india" y éste que ahora comento "El pie de Jaipur". Aunque todos parecen tener que ver con la India, es realmente éste el que menos tiene que ver. La verdad es que el nombre en sí es una verdadera incógnito.
Lo cierto es que el libro trata de un tema muy poco atractivo. Vamos, un tema al que yo no me hubiera asomado de saber que el libro iba de ello. Y que seguramente sino fuera por el entretenidísimo estilo del señor Moro, hubiera abandonado. Pero es que con su forma de escribir Javier Moro es capaz de hacer apasionante hasta una carrera de caracoles (me ahorro la provocación de decir una carrera de Formula I).
En este libro se nos cuenta la historia de varias personas que, por diversas razones, han sufrido (y sufren) algún tipo de discapacidad motora. Si bien hay un claro protagonista en el libro (un chaval francés que se tira en una playa con poca profundidad, con lamentables consecuencias), la historia fluye y refluye entre otros personajes también afectados, que éste va encontrando en el hospital en que le tratan.
Uno de ellos es un señor camboyano que, lo adivináis seguro, ha sufrido amputación de sus miembros por una mina personal. Y es por este hilo por el que en algún momento se llega al dispositivo conocido como "Pie de Jaipur", por haberse inventado en dicha ciudad india. Y es que el Pie de Jaipur resulta una solución barata, sencilla y adaptada al medio para la ortopedía en áreas como Camboya.
También subyace en el libro una lección sobre los valores del mercado espontáneo y la imposición de soluciones traídas de fuera en contextos diferentes. Pues El pie de Jaipur resulta al principio desdeñado por los bienintencionados funcionarios extranjeros proporcionando ayuda en Camboya. Optan por las caras soluciones de ortopedía importadas de los países más desarrollados en que, por ejemplo, hay una taller de reparación a una distancia razonable, por ser tecnológicamente mejores.
Vamos, lo que hacen los señors de los Gobiernos: como ellos saben más que los ciudadanos, hay que regular sus condiciones de vida aún a riesgo de que ello no sea lo que los ciudadanos desean o siquiera se pueden permitir. El Pie de Jaipur proporciona una lección de gran valor a todos aquellos que creen que las necesidades de los individuos se pueden solucionar de una forma estándar y sin tener en cuenta las condiciones de cada uno.
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