Otro de los relatos clásicos de Kästner, "La clase volante".
En esta ocasión, el relato transcurre en un colegio de niños, en torno a una obra de teatro que están preparando (precisamente, "La clase volante" es el título de la obra).
Como en muchas de las historias de Kästner, no existen buenos y malos. Parece mentira que se pueden escribir historias interesantes y absorbentes sin crear estas dicotomías, pero Kästner lo consigue sistemáticamente. Y cuando pone algún malo, es casi un hombre de paja, una disculpa para dar hilo a la narración de todos los demás personajes: no hay malos protagonistas con Kästner.
Por lo demás, tenemos el estilo de narración amable característico del autor y algunos momentos emocionantes, como el encuentro entre los dos viejos amigos del colegio que, ya adultos, han terminado viviendo cerca pero sin conciencia de su proximidad. Serán los niños los encargados de permitir el redescubrimiento de la preciosa amistad.
Otro libro de Kästner a la buchaca, otro poquito de alemán aprendido, a por el siguiente.
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