Este libro es, según la lista de algún medio, uno de los 10 libros de autoría alemana más leídos/ conocidos en el resto del mundo. Una disculpa tan buena como cualquier otra para leerlo.
Las razones de su fama posiblemente tengan que ver con que ha sido llevado al cine, lo que también ocurre con otros de lo libros de la lista (por ejemplo, Der Vorleser, El Lector, que también he leído durante el año).
La novela da realmente poco de sí. Su publico objetivo es los adolescentes y parece ser una novela de brujería y magia, pero la historia es bastante pobre.
El protagonista Krabat es admitido como aprendiz de molinero, en un molino en que ocurren cosas extrañas. El dueño del molino es un mago (quizá, el propio diablo) que enseña a sus pupilos hechizos de magia negra.
La historia ocurre durante tres años consecutivos en los que el protagonista pasa de ser el último de la lista, a ir enterándose de las movidas que ocurren en el molino, y luego tratar de escaparse de su especie de pacto con el diablo.
A mí este libro no me ha convencido (salvo para aprender alemán): es como un Kika Superbruja para adolescentes, pero no tiene gancho, o yo no se lo he sabido apreciar. Lo más interesante, las ceremonias de celebración en el pueblo cercano al molino, y la descripción que hace del palacio del rey en la oportunidad en que lo visitan, en relación con alguna guerra europea que ahora no recuerdo.
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