Libro clásico de misterios del autor del Fantasma de la Ópera, que ahora tengo oportunidad de leer en francés.
Este libro lo leí de adolescente y me resulto bastante atractivo, empezando por el título: "El misterio de la habitación amarilla". Evocador, ¿verdad? Bueno, pues no ha resistido el test de la relectura.
Ni la historia ni el misterio ni los personajes me han llegado a atrapar, y eso que no me acordaba prácticamente de nada, vamos, que no podía hacer auto-spoiler.
La sensación que se me queda ahora es que el señor Leroux hace muchas trampas, más que Shyamalan en El sexto sentido. Así, la historia pierde interés conforme te das cuenta de que no te lo ha contado todo al entrar por primera vez al famoso cuarto amarillo con el detective. Vamos, que estás en clara inferioridad para tratar de resolver un misterio en que parecía que todo se iba a deducir de las pistas iniciales.
Esta novela es seguramente un clásico, pero es el tipo de historia que quizá fue concebidamente inicialmente para adultos, y que sin embargo ahora no podría recomendar a ninguna persona de cierta edad, habiéndose quedado su público objetivo reducido a adolescentes.
Por cierto, ¿no le pasa un poco lo mismo a Sherlock Holmes? Cuando uno lo relee, encuentra que esas deducciones aparentemente infalibles tienen más agujeros que un colador, y que el mismo conjunto de pistas podrían encontrar otras muchas explicaciones igualmente posibles, por lo que al final lo que tiene Sherlock es mucha suerte.
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