Este año, y de momento, estoy teniendo mucha suerte con mis lecturas en francés. He descubierto, con ayuda en algún caso, dos magníficos escritores, Fouad Laroui y Philippe Claudel, a los que ahora se une Grégoire Delacourt. Los tres tienen en común que escriben novelas cortas, al menos cortas para lo que se lleva en otros lares, y que tienen una prosa preciosa, que normalmene dedican a historias con cierto grado de ingenio y ternura.
El libro que ahora comento nos cuenta una historia interesante, que puede dar lugar a montones de reflexiones sobre la sencillez del concepto. La protagonista es una señora ya entrada en años, con dos hijos emancipados, y que se juzga feliz en su situación actual, con un marido que la quiere, unas amigas gemelas, una mercería en Arras y un blog sobre tricotar de creciente éxito.
A esta señora resulta que le toca la lotto, por la nada desdeñable cantidad de 18 millones de Euros. Y la cuestión que se plantea viene a ser algo así: si ella es feliz en sus circunstancias actuales, ¿qué puede hacer el dinero para acrecentar su felicidad? (De ahí el título del libro). Es sin duda esa lista (o listas), las más reveladoras sobre el estado de los deseos sin satisfacer de la protagonista.
Dos escenas son las que más me han llamado la atención, en cuanto al contenido del libro: por un lado, la sesión con el psicólogo que pone a su disposición de la empresa que da el premio una vez entregado éste, quien le advierte de los numerosos riesgo que tal premio conlleva, sobre todo en sus relaciones con amigos y familiare. Por otro, son enternecedoras las visitas que hace a su padre, enfermo de alzheimer y con 6 minutos de memoria, en las que aprovecha para hacerle creer sus sueños (los del padre).
Sin embargo, lo mejor de la novela es el estilo delicioso con que está escrito y que se debe paladear casi frase a frase (lo que es posible porque el libro es ciertamente corto). Os dejo algunas de las frases que me han gustado (traducidas):
"He visto el tiempo que nos aleja de nuestros sueños y nos acerca al silencio"
"Poseía aquello que el dinero no podía comprar pero sí destruir"
"El regalo maravilloso de un niño, ¿se vuelve innoble si el niño se vuelve asesino?"
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