La última novela del gran escritor Tom Wolfe, uno de los clásicos de nuestro tiempo.
Tom Wolfe es uno de los mejores escritores norteamericanos del momento, y sus obras serán reconocidas con el tiempo como clásicos de la literatura. Lo conocí a través de la adaptación al cine de su obra "Bonfire of the Vanities", que leí posteriormente. El siguiente libro que publicó fue "A man in full", que es la novela suya que más me ha gustado, con capítulos/escenas que son dignas de memoria, como la reunión del empresario con los ejecutivos del banco de inversión, en el que a aquel le terminan aflorando las "saddlebags" por el sudor, lo que era el objetivo real de los segundos.
La historia de fondo que nos cuenta Wolfe en sus novelas no es a mi entender lo relevante en sus obras. En muchas ocasiones, la historia queda abierta y no se resuelve en ningún sentido. Pero esa historia le da disculpa a Tom Wolfe para acumular escenas desternillantes en que se burla sin ningún tipo de pudor de las costumbres norteamericanas del momento.
Eso mismo ocurre en esta novela. Back to Blood se ambienta en Miami y toma como disculpa de inicio el conflicto interracial consecuencia de la multitud de etnias que pueblan la capital. El foco principal lo constituyen, no puede ser de otra forma, los cubanos. Pero es intersante su relación con otras minorías (a lo mejor, los cubanos no son minoría en Miami) como los afroamericanos (no me atrevo a decir negros) o los haitianos.
La historia comienza con un capítulo rocambolesco, pero que revela el lío étnico y de lo políticamente correcto al que terminan abocándonos las administraciones con su protección de determinadas minorías a costa de otras. Un policía, de origen cubano, bastante cachitas, rescata a un balsero cubano arriesgando su propia vida, pero impidiéndole que llegue a tocar suelo americano, por lo que se le ha de deportar. Así pues, su indudable acto heroíco se ve saludado como tal por sus compañeros (blancos que hasta entonces le despreciaban) pero acogido con desprecio por la comunidad cubana, que le rechaza.
Pero como digo, esta escena de la historia que utiliza Wolfe para ironizar sobre las normas con los emigrantes. En otras se burlará de los coleccionistas de arte, de los psiquiatras famosos o del spinning. Pero todas ellas tienen en común la vitalidad, el ritmo narrativo, que consigue llevarte al medio de la acción con una eficacía como pocos escritores pueden o han conseguido. Estoy acordándome del latido del corazón del policia protagonista cuando está llevando a cabo una redada (que terminará también con conflicto interracial, para desesperación de su jefe).
2 comentarios:
Wolfe siempre me parecio bastante racista.Sabe que no se le permitiria ser racista con negros o judios a quienes justifica su conducta o alaba,asi que suele descargar su racismo contra los latinos.Son delincuentes sucios y vagos que encima hablan otro idioma.
Bueno, aquí el protagonista es un latino-cubano, y resulta ser el único personaje con algo de nobleza en el relato, quizá con la excepción del jefe policia negro.
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