miércoles, 18 de enero de 2023

Las aventuras de Werner Holt - I ("Die Abenteuer des Werner Holt - I"), de Dieter Noll

Estamos ante un verdadero best-seller de los años 60 en la antigua RDA. Veo que se vendieron cuatro millones de copias y que incluso se llevó al cine. Sin embargo, yo desconocía esta obra, y no creo que en España haya mucha gente que la conozca. Es una novela larga, muy larga, con dos partes. De momento, he leído la primera y me ha encantado, así que no tardaré mucho en ponerme con la segunda, pese a que imagino que será igualmente larga.

El título es bastante descriptivo de la novela, y a primera vista parece que nos encontramos ante la típica historia de la adolescencia de un chaval, el tal Werner Holt. De hecho, la novela cubre desde sus 16 hasta sus 18 años. El gran aliciente es que coinciden estos dos años con los finales de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la mayor parte de las aventuras que se nos cuentan tienen lugar en el frente bélico.

Este primer libro se puede estructurar en tres grandes partes. En la primera, tenemos una novela propia de adolescentes. Ya desde las primeras páginas se nos presenta a Wolzow, entre otros de sus amigos. Tras algunos rifirrages, Wolzow se convierte en el mejor amigo de Holt, pero sobre todo en el verdadero protagonista de la novela y héroe admirable para lector y compañeros prácticamente hasta el final de la misma.

Wolzow proviene de una familia militar y tiene una vocación bélica clara. Se dedica a estudiar a los clásicos militares, a los que no duda en citar, para desespero del lector no bilingüe en alemán que se enfrentará a muchos tecnicismos y autores desconocidos. Wolzow arrastrará a sus compañeros a que se alisten en el ejército para combatir, tras un verano de ejercicios de supervivencia con el que concluye la primera de las tres partes citadas. 

Lo más llamativo de esta parte de la narración es la absoluta falta de respeto que los chavales tienen por sus profesores: las gestas se dirimen en base a quién hace la travesura más gorda. Además, los dos protagonistas tampoco tienen demasiado respeto por la autoridad familiar: Holt, por ejemplo vive solo porque se niega a vivir con su madre (que, eso sí, le paga la pensión) y su padre está en paradero desconocido. Estas escenas "costumbristas" son coherentes con lo que he sacado de otras lecturas sobre la época Nazi: los Nazis son jóvenes, fuertes, confiados en sí mismos y tienen como misión subvertir el orden preexistente. Ninguna autoridad vale ya salvo la suya. y esto se debió de extender como la pólvora entre los adolescentes, que ya no tenían por qué obedecer ni a profesores ni a progenitores.

En la segunda parte ("Dies alles interessierte Holt schon gar nicht mehr. Das Abenteuer war Vergangenheit. Die Gegenwart war Uta. Die Zukunft war der Krieg."), el grupo de amigos, siempre liderado por Wolzow, es destinado a una batería antiaérea en la cuenca del Ruhr. Al principio hay mucho de formación sobre cómo usar los cañones, y la lectura es complicada una vez más por los tecnicismos. Poco a poco se van extendiendo y profundizando los bombardeos, lo que va añadiendo acción e interés a la narración. No ha lugar a gestas heroícas el tema de los antiaéreos, pero ya se empiezan a ver las maneras de Wolzow. Y, por supuesto, comienzas las pérdidas, ie, las muertes de los amigos.

La tercera parte comienzo cuando la batería es destruida ("Holt sah und erlebte dies alles wie von fern, denn Angst hatte ihn gefaßt. Angst vor dem ersten Schuß, Angst vor Bomben, Angst vor allem, und sie hüllte ihn ein wie der Nebel am Morgen.") y los supervivientes del grupo trasladados al frente oriental. Aquí sí cobrará Wolzow la dimensión que merece, y la novela se hace apasionante, aunque también más difícil de seguir. Y esto es así porque el citado frente es en esos momentos un verdadero caos, con el Ejército Rojo haciendo un paseo militar y la Wehrmacht en desordenada retirada. Eso es lo que le tocará hacer a Wolzow, Holt y dos amigos supervivientes. retirada en la que tendrán oportunidad de encontrar a varios de los oficiales que les formaron. Por cierto, que nuestros amigos forman parte de la división blindada. Ello implica que tenemos doble valor añadido en la perspectiva del conflicto: por un lado, lo estamos viendo desde la perspectiva alemana (frente a la tradicional EEUU) y por otro desde el cuerpo de artillería (frente a la más habitual de la infantería).

Es en esta situación cuando aflora con toda magnificiencia el personaje de Wolzow, al que ya toca dar más pinceladas. Lo primero es que Wolzow es militar, no Nazi. No tiene ningún apego por la política, solo por la batalla. Esto es especialmente evidente cuando se informa a través de los medios nazis de cómo evoluciona la guerra, y siempre lo hace con un análisis crítico que muchos de sus amigos y algunos de sus superiores le reprochan hasta extremos peligrosos. En otras palabras, no se traga la propaganda y prefiere obtener una visión más acertada de lo que ocurre realmente. Buscando las contradicciones y razonando, es capaz de explicar a sus superiores que no hay nada victorioso en marcha en el frente este, por ejemplo.("„Wenn man keine militärischen Kenntnisse besitzt, kann man nämlich die Vorgänge an den Fronten gar nicht richtig verstehen. Soll ich dir sagen, warum Leute wie Branzner die Wahrheit über die militärische Lage nicht hören wollen? Weil sie innerlich... unsicher sind, weil sie trotz aller schönen Worte den Krieg eigentlich gar nicht richtig mögen!")

Su vocación e inteligencia le hacen no perder la cabeza en ningún momento y dedica mucho tiempo a estudiar planos y situaciones, pese a ser un mero recluta. Él tiene claro a dónde quiere llegar. Esto se mostrará fundamental en medio del caos del frente oriental, en que es capaz de llevar a cabo verdaderas hazañas (detener con otros dos colegas una columna de tanques, por ejemplo) simplemente aprovechando el terreno, como hacían sus maestros Julio Cesar y Napoleón. En todo este lío, Wolzow tratará de mantenerse firme, y cumplir las misiones que le encargan, pese a que los propios oficiales que se la encomiendan desertan a continuación. Wolzow llegará a detener a estos oficiales e incluso juzgarlos. En todo caso, es claro para el lector que si Holt sobrevive al frente es gracias a la capacidad militar de Wolzow.

Por desgracia, o suerte, esta amistad se va a romper en un episodio decisivo al final de la novela ("Er sah wie gebannt auf Wolzow. Er kannte ihn nun zwei Jahre, eine lange Zeit. Zwei Jahre lang hatten sie zusammen gekämpft Sie hatten bei der Flak nebeneinander am Geschütz gestanden, sie hatten Tiefangriffe und Bombenteppiche überlebt, sie hatten das Gefecht in den Karpaten überdauert, sie waren im Osten durch den Schneesturm geflohen, sie hatten in einem Panzer gesessen. Vom Dummejungenstreich bis zum Nahkampf gegen die Amerikaner hatten sie alles gemeinsam erlebt. Holt kannte Wolzow, nichts war neu, nichts kam überraschend."), dejando abiertas las posibilidades para la segunda entrega. ¿Qué papel jugará Wolzow en ella, si es que alguno?

Dos cosas más antes de terminar. Como buen adolescente, Holt sí tiene interés por las féminas, algo que a sus amigos no parece interesarles tanto. El caso es que las aventuras bélicas se entreveran con hazañas románticas, en las que Holt se va quedando prendado de sucesivas mujeres, con alguna de las cuales llega a consumar sus ansías. Conforme la guerra avance, el papel de estas chicas se mantendrá aunque solo como recuerdos en momento puntuales. En todo caso, ayudan a visualizar el contrapunto Holt-Wolzow, uno quiere una vida normal, el otro honores militares, y ambos soportan el régimen Nazi.

La otra es, por supuesto, el fondo Nazi. Poco a poco, Holt y los demás (a Wolzow no le importa), descubrirán la verdad de la gestión del gobierno de Hitler. Holt tiene un contacto de primera mano con las SS, en una escena de las mejores del libro. Pero las cosas que van viendo y oyendo les llevarán a cuestionar las palabras del Fuhrer, siendo Gomulka el principal de los críticos:"Es war ein Zauberwort von Kindheit an: Der Führer spricht!". Y por fin Holt podrá constatarlo y resumirlo: "Ich weiß alles. Kommunisten werden hingerichtet, Juden mit Giftgas erstickt, Kriegsgefangene geschlagen und zu Tode gehungert, Polenkinder ins Reich verschleppt, Ukrainer ins Ruhrgebiet deportiert, junge Mädchen erschossen, Partisanen zu Tode gefoltert."

Es patente que he disfrutado bastante leyendo este libro. Siendo en alemán, no ha sido una lectura fácil, pero no lo ha sido por razones distintas a las habituales. Noll escribe de forma sobria, ni estructura ni volcabulario es complejo. El problema, como ya ha quedado dicho, han sido los tecnicismos bélicos, especialmente cuando estaban manejando la batería antiaérea. Como la guerra termina en este volumen, espero no encontrar las mismas dificultades en el segundo.

Por mi parte, dejo recomendado el libro, y no creo que tarde mucho en leer la segunda parte.