sábado, 21 de agosto de 2021

Anaconda, de Horacio Quiroga

Unas pocas líneas respecto a esta novelita, que es simplemente una introducción a la amplia obra del autor, de la que no me extrañaría haber leído algo en mi juventud. Pero que me aspen si me acuerdo.

Las protagonistas de la historieta son una serie de culebras y serpientes, entre ellas la anaconda que les da título, que verán amenazada su vida (obsérvese, no su entorno), o creerán verla amenazada, al instalarse en una casa de su entorno un grupo de humanos. Estos "Hombres" quieren fundar allí un instituto serológico para extraer veneno de las serpientes y comercializar la inmunización al respecto. Y, de hecho, tienen ya un perro completamente inmunizado, y caballos en tratamiento para que la alcancen.

Poco más hay que decir. Me ha llamado la atención la diferencia que hace el autor entre serpientes venenosas y serpientes cazadoras, entre las que traza una rivalidad que no sé si tendrá reflejo en la realidad. En todo caso, el autor toma partido "cuando se es torpe, pesado, poco inteligente e incapaz, por lo tanto, de luchar francamente por la vida, entonces se tiene un par de colmillos para asesinar a traición". Asimismo, me sorprende que el autor trace a las anacondas como amables para el ser humano, y hasta sus aliadas; no sé hasta qué punto será imaginación pura o tendrá base real.

El estilo de Quiroga es sobrio, sin demasiada floritura pese a su procedencia sudamericana (en concreto, es uruguayo). No demasiado que destacar por este lado, aunque, como siempre, algo se puede rescatar. Aquí dejo esta frase y cierro con el pensamiento de que debería leer algo más de este autor, pero no acabo de tener claro cuál puede ser la obra más relevante en su inmensa producción. Si algún lector tiene a bien hacer una recomendación, será bienvenida.

La frase: "la serpiente de cascabel quedaba arrollada e inmóvil fijando sus duros ojos de vidrio en un ensueño de mil perros paralizados".

viernes, 20 de agosto de 2021

Tinto de verano, de Elvira Lindo

Bah, no quiero escribir demasiado sobre este libro, completa y absurdamente veraniego. La Lindo es conocida por su serie de Manolito Gafotas, de los que no he leído ninguno. También es conocida, y por si acaso ella insiste en recordarlo, por ser la esposa de un escritor más respetable como es Antonio Muñoz Molina, que aparece en estos relatillos referido constantemente como el "santo" (entiéndase, " el santo de mi marido", no el ladrón de las películas). 

Creía que Tinto de Verano podría ser algo como su blockbuster más adaptado a adultos. Lo que es es una recopilación de relatos cortos (imaginados) sobre su verano, que publicó en El País es agosto de 2000. Creo que ha habido luego más volúmenes, que asumo recopilarían capítulos de sucesivos veranos, pero no me voy a molestar en constatarlo.

Me ha parecido una cosa vulgar, carente de interés y ni siquiera especialmente simpática. Son un montón de lugares comunes, literatura para marujas a las que no les guste leer (que las marujas son tan respetables como los marujos y los no marujos). Y añado que la vulgaridad no es solo sobre la temática si no también afecta al propio estilo literario. No hay que confundir espontaneidad con cutrerío. 

En este contexto, es especialmente llamativa la defensa que hace en el prólogo de  su trabajo: "Me gusta recalcar esto porque a las personas que escribimos humor con frecuencia se nos tacha de «ocurrentes», y la ocurrencia, para que sea buena, hay que trabajársela mucho, hay que pensársela, y cuando consigues una idea humorística que sea sólida, deja de ser ocurrencia, deja de ser un chispazo momentáneo de ingenio para convertirse en ironía.". Excusatio non petita... Vamos, que aquí solo parece haber escrito ocurrencias.

Bueno, como es imposible que incluso en este librucho no haya nada aprovechable, aquí dejo algunos rasgos de ingenio de la autora, antes de enterrar para siempre su obra (que, "según algunas personas que saben de literatura, es mejor que no se agrande.") en mi olvido. 

"Prefiero el fitness de mi gimnasio en pleno corazón de Madrid. Además, como he domiciliado el pago ya no tengo que pisarlo ni para ir a pagar."

"Porque la gente de campo es desconfiada y eso de acabar con los bichos con un veneno les parece una mariconada. Los quieren bien muertos."

"En mi casa tienen muy clarito que puedo escribir cosillas graciosas, pero a mí, tonterías, ninguna."

"Me paso la tarde leyendo los prospectos de mis cremas. Es lo que más me gusta de las cremas caras porque es el único sitio en el que ves los resultados."

Ah, y no olvidemos el viaje que le pega a un escritor nacionalista catalán que se queja de que su obra no acaba de interesar en Madrid por su centralismo: "¿por qué mis libros no acaban de despegar en Alemania, cariño? Porque vista de lejos parezco turca y contigo al lado, pues más."

jueves, 19 de agosto de 2021

Tarud, Bagdads berühmte Köchin, de Paul Scheerbart

Me ha gustado bastante esta novela orientalista de este escritor alemán del siglo XIX, desconocido hasta ahora para mí. De entrada, me gusta mucho su estilo de frases y párrafos cortos, tan diferente de el escritor alemán normal. Sea Zweig, Mann o Ende, o incluso Kästner, cuando uno abre un libro en alemán se encuentra páginas llenas de párrafos enormes, que muchas veces ocultan en su interior frases también terriblemente largas, aunque no sean necesariamente complicadas. En cambio, Scheerbart en este libro apuesta por párrafos y frases cortas, por secuencias de párrafos-frase, lo que hace la lectura, si no más fácil, sí menos temible.

La historia que nos cuenta Scheerbart es algo extraña. Los sucesos ocurren en Bagdad en el siglo IX, pero no es una novela histórica, ni de aventuras o romántica. Yo diría que es una novela filosófica, aunque eso sí con sabor a las Mil y una Noches, no solo por la ambientación si no también por el estilo narrativo del autor.

El protagonista principal es Safur, un poeta atormentado y hedonisgta, amante de la cocinera, Tarud, que da título al libro. Safur pertenece a un grupo de intelectuales de Bagdad, un geógrafo, un astrónomo, un filósofo y así, cuyas andanzas y, sobre todo, reflexiones, son las que nos cuenta Scheerbart. Y básicamente de eso va el relato. Quizá el principal elemento de reflexión sea la eterna confrontación entre realismo, encarnado en la cocinera, y el espiritualismo de Safur, siempre aspirando al más allá y a relacionarse con espíritus en vez de con personas. Así se lo reprocha a sus camaradas: "Nennt mich doch unfruchtbar! Nennt mich doch, wie Ihr wollt. Es ist schon zuviel, daß ich Euch Red und Antwort steh. Ihr rennt dem Erreichbaren nach– das tut die Tarub auch– natürlich– Tarubs Brüder seid"

Safur visita Egipto y allí recibe iluminación tras observar a la esfinge: "Und Safur breitet die Arme aus und starrt in das steinerne Antlitz, in dem alle Rätsel der Welt ihre Spuren hinterließen." A la vuelta, trata de explicar su visión a los demás intelectuales del grupo, pero nadie le entiende. Safur les dice: "Das Denken führt nicht zur Klarheit– das war nie so." y añade "Das Heiligste, was wir tun können, ist das, was die Menschen, dies nicht kennen, das Unnatürliche nennen– während dieses Unnatürliche doch grade den feiner entwickelten Menschen als Pflicht von der leidenden Natur auferlegt wird. Hier hast Du den Kernpunkt aller Religionen. Erinnre Dich nur an die Ssabier!«"

Pero estas disquisiciones aparte, el libro está lleno de frases deliciosas, algunas estrictamente, como esta lista de los postres elaborados por la cocinera: "Die Süßigkeiten werden herumgereicht. Abla verteilt ihr Zuckergebäck und eine große ZobaïdaTorte. Sailóndula bietet ihren mit Mandeln und Bananen gefüllten Kataïf, der in Nußöl schwimmt, so zärtlich bittend an, daß ihr Niemand einen Korb gibt."). Por supuesto, en la mayor parte la delicia es simplemente literaria.

Esta la podemos usar los entraditos en kilos para defender nuestra aflicción: "Zum mindesten sollten wir immer bestrebt sein, runder zu werden. Dürfte nicht mein Leib noch schöner aussehen, wenn er noch runder würde?" Seguramente fuera el mismo que se pregunta: "warum soll ich mich für eine köstlich schmeckende Speise nicht ebenso herzlich begeistern wie für eine neue Stadt oder für ein neues Buch?", poniendo así la gastronomía al nivel de otras artes como la literatura o la arquitectura (no se olvide que Scheerbart escribe a finales del XIX, ahora no nos resulta tan extraño).

Dos apuntes socio.geográficos que me han resultado de interés. En el primero, los sabios están visitando las ruinas de Babilonia, y uno de ellos pronostica que Bagdad terminará igual, y lo compara con Bizancio, el Estámbul del momento: "beide Städte seien nicht wie Byzanz durch ihre natürliche Lage sondern durch die Willkür kurzsichtiger Machthaber groß geworden."

Mucho más interesante es el segundo, que nos habla de La Meca. Pero de La Meca de la época, una ciudad libre y abierta, y en la conviven todas las religiones. Para que luego haya quien piense que el mundo solo mejora: "Und es gibt sehr viele Weinkeller in Mekka. Die christlichen und jüdischen Weinwirte sprechen von Kodama mit einer Hochachtung– fast mit derselben, mit der Battany vom griechischen Dionysos spricht."

Cierro el tema de viajes con esta reflexión por parte del geógrafo: "Nicht dürfen wir mehr mit den Augen der Krieger, die Alles nur besitzen wollen, die Welt durchstreifen. Wir müssen mit wissensdurstigen Augen durch die Länder wandeln und Alles kennenlernen".

Otro de los temas del libro es el disfrute de los placeres, a lo que parecen dedicarse, de una u otra forma, todos los sabios y especialmente Safur. Hay mucho diálogo sobre el tema, pero yo solo me quedo con un par de frases. La primera es la versión alemana de lo bueno, si breve, aunque con un valor añadido: "Verschärfen läßt sich ein Genuß, aber nicht verlängern". La segunda es más complicada de asimilar, aquí la dejo: "»In Safurs Genußwut liegt eine gewisse Frechheit. Es ist unverschämt, dort mühelos genießen zu wollen, wo Andre nur im sauren Schweiß ihres Angesichts kärglich Früchte sammeln dürfen." Viene a decir que no se pueden disfrutar los placeres sin haber sufrido algo para conseguirlos.

Por último, un par de pensamientos filosóficos:
"Was ich gestern war, Bin ich heute nicht. Jeder neue Morgen Zeigt ein neu Gesicht.‹«"
"Die Fäden, mit denen die Menschen aneinander gebunden sind, sind viel dünner, als man gemeinhin denkt– zerreißen so leicht und sind so schwer wieder zusammenzuknüpfen." (Esta muy apropiada para todas las "amistades" que se han quebrado con los confinamientos de la pandemia).

En resumen, que este Scheerbart me parece un autor interesante, y seguramente vuelva con él más pronto que tarde para ver qué más se ofrece. 

sábado, 7 de agosto de 2021

Ordinary Men, de Christoph R. Browning

Llego a este libro por referencia de Jordan Peterson en Beyond Order: 12 More Rules for Life que se lo recomienda a una paciente para que comprenda hasta dónde llegar la maldad humana. Se trata de un libro científico de historia. Su objetivo es investigar cómo gente a priori normal, se convirtieron en seres brutales capaz de matar a mujeres y niños sin piedad alguna. El caso de estudio es el Batallón de Reserva de Policía 101, de la Alemania Nazi, que llevó a cabo misiones de exterminio de la población judía polaca de diversa naturaleza. El motivo de estudiar dicho batallón es que se cuenta con testimonios de numerosos de sus componentes, por lo que es relativamente más fácil que en otros casos establecer lo qué pasó y por qué.

El problema del libro es que tiene, como digo, un enfoque bastante científico, por lo que su lectura se hace pesada y aburrida. Ya desde el principio, cuando el autor establece la participación de la "Order Police" en la Solución Final, el lector se percata de la naturaleza del tratado. De todos los datos aportados, me llamó especialmente la atención el siguiente: "In mid-March 1942 some 75 to 80 percent of all victims of the Holocaust were still alive, while 20 to 25 percent had perished. A mere eleven months later, in mid-February 1943, the percentages were exactly the reverse. At the core of the Holocaust was a short, intense wave of mass murder." O sea que no parece que Hitler quisiera inicialmente hacer un genocidio, pero optó por esta solución en algún momento posterior, al ver quizá que las cosas no funcionaban como él quería. 

El caso es que la urgencia de la misión hizo que se tuvieran que involucrar en la misma cuerpos funcionariales, como esta Policía de Orden, que normalmente no hubieran tenido que participar en el conflicto. Y es por ello que el estudio de este batallón es relevante: porque no eran personas ideologizadas, ni fervientes nazis, ni nada por el estilo. Era gente que hacía labores de policía convencional en su ciudad, en este caso Hamburgo, y que, sin embargo, se convierten en sadicos asesinos cuando se les encarga la matanza de judíos polacos.

En los capítulos centrales del libro, Browning documento lo dicho en el párrafo anterior. Comienza por describirnos los miembros del batallón, y constata lo anunciado: no tienen sesgos (como grupo) ni pronazi ni antisemita. Son una representación razonable de la población. A continuación, nos describe las acciones en que participaron, comenzando por su bautismo de sangre en Jozefow.

Esta masacre inicial tuvo un elevado coste psicológico para los que participaron en ella, aunque muchos de los componentes se "escaquearon" bien de forma consentida o luego durante la actividad. En todo caso, queda bastante claro que la mayor parte de los policías no querían matar judíos indefensos, muchos menos niños y mujeres, y trataron de evitarlo como pudieron. Otros compañeros asumieron la tarea que los escaqueados dejaban de hacer, pero sin gusto por ello.

Estos costes psicológicos iniciales fueron identificados por el alto mando a cargo del exterminio, y se reaccionó con una solución de doble división del trabajo: "The bulk of the killing was to be removed to the extermination camp, and the worst of the on-the-spot “dirty work” was to be assigned to the Trawnikis." (Los Trawnikis eran colaboracionistas principalmente de los países bálticos, seleccionados por su especial odio a los judíos).

El batallón 101, desde ese momento, participó principalmente en misiones de deportación, moviendo a la población de judía entre ghettos hasta llevarlos al campo de exterminio que les tocara, típicamente Treblinka. Aún así, volvió a tener que participar directamente en masacres (Lomazy, y la matanza general del "Ernstefestival") así como en la "Caza de judíos" que se requería para la completa "limpieza" de la zona. Lo que se observa es que, en general, disminuyó la resistencia de los policías a llevar a cabo las terribles misiones, e incluso algunos comenzaron a disfrutar del tema.

Y aquí es dónde está el crux de la cuestión: ¿es tan fácil transformar a personas normales en máquinas sanguinarias? Algunas teorías previas (con su mayor exponente en un tal Goldhagen) lo habían justificado en la cultura antisemita de los alemanes, que permeaba todas las capas de dicha sociedad, hasta el punto de elegir democráticamente al partido Nazi: no os preocupéis, solo un pueblo como el alemán de principios del XX se puede transformar en una máquina genocida, nos viene a decir Goldhagen. Sería muy tranquilizador, claro, pero Browning desmonta exitosa y completamente esa hipótesis, y nos dice: "the fundamental problem is not to explain why ordinary Germans, as members of a people utterly different from us and shaped by a culture that permitted them to think and act in no other way than to want to be genocidal executioners, eagerly killed Jews when the opportunity offered." 

No, lo que hay que explicar es  "why ordinary men—shaped by a culture that had its own particularities but was nonetheless within the mainstream of western, Christian, and Enlightenment traditions—under specific circumstances willingly carried out the most extreme genocide in human history."

Son diversas las explicaciones que se han ofrecido, aunque posiblemente ninguna pueda explicar el fenómeno por si sola: "wartime brutalization, racism, segmentation and routinization of the task, special selection of the perpetrators, careerism, obedience to orders, deference to authority, ideological indoctrination, and conformity." Browning, por ello, considera adecuado el modelo de cuatro bases de James Waller:
1) Innate and universal aspects of human nature that have emerged through the evolutionary process, (ethnocentrism, xenophobia, and desire of social dominance). 
2) Factors that shape the dispositions of the perpetrators: cultural belief systems, moral disengagement, and rational self-interest. 
3) Immediate social context: professional socialization, group binding, and merger of role and person.
4) Factors that shape how perpetrators define or perceive their victims: us-them thinking, dehumanization, and blaming the victim.

Observando este modelo, a nadie se le escapa que todos los factores están presentes en nuestras personas (inevitablemente los factores psicológicos evolutivos) y nuestras sociedades. Por ello, Browning concluye que, dado que "we live in a world in which war and racism are ubiquitous, in which the powers of government mobilization and legitimization are powerful and increasing, in which a sense of personal responsibility is increasingly attenuated by specialization and bureaucratization, and in which the peer group exerts tremendous pressures on behavior and sets moral norms.", "modern governments that wish to commit mass murder will seldom fail in their efforts for being unable to induce “ordinary men” to become their “willing executioners.”

Y quien lo dude solo tiene que recordar lo que tardaron en aparecer policías espontáneos para protegernos (es un decir) del COVID siguiendo las normas de los gobiernos.

Con esta nota tan optimista termina un libro cuya lectura me ha parecido mayormente aburrida y prescindible. Solo me han gustado los capítulos de análisis, como el 8, el 17 o el 18. Lo demás es un rollo, especialmente el Afterword, en que se dedica a rebatir científicamente a Goldhagen, y el epílogo final "25 years later", en que recoge la literatura aparecida tras su libro, y revisa el análisis de las fotos que incluyó en su edición inicial.

martes, 3 de agosto de 2021

Assez parlé d'amour, de Hervé Le Tellier

Como se puede constatar con mis entradas en el blog, estoy leyendo todo lo que cae en mis manos de este autor, desde que leí su "L'Anomalie", que sin parecerme la novela del año, sí me resulto divertida y bien escrita. Luego leí Moi et François Mitterrand, que me resulto divertida y original. Y ahora leo esta novela, que ya no es tan cómica, aunque sigue estando bien escrita.

Como bien indica el título, se trata de una historia, o doble historia, romántica. Por cierto, spoiler, la novela termina con la frase que le da título, lo que no deja de ser gracioso.

La historia se centra en dos señoras, Anna y Louise, ambas casadas, con Stan y Romain respectivamente, y ambas dos poniéndoles los cuernos a sus maridos, con los otros dos protagonistas de la novela, el psicoanalista Thomas y el escritor Yves. La narración se estructura mediante capítulos cortos agrupando a los personajes de dos en dos, a veces de las parejas cruzadas.

Conoceremos las vicisitudes de cada una de las relaciones extraconyugales desde su gestación hasta el desenlace, con un breve desarrollo. A mí, sinceramente, lo que les ha pasado me ha traído al pairo. Con lo que he disfrutado es con el estilo del autos, con sus frases y con algunos momentos magistrales, entre los que destacaré tres:

- La lección que imparte Yves sobre la palabra "l'étrange", compuesta por 72 frases en que tiene que aparecer dicha palabra, su femenino o su plural (por no su verbalización).

- El diálogo entre Yves y Stan sobre una novelita del primero que trata de la destrucción de un matrimonio.

- Y el patético capítulo final en que Thomas supera su trágica relación con Piette, que recuerda a los momentos más emotivos de la película "La-La Land".

Estos momentos son excepcionales. También son interesantes los que dedica a la genética y la evolución usando como disculpa el oficio de Romain. Más extraña resulta la inclusión completa de una obra de Yves "40 souvenirs de Anna Stein" como parte de la novela. No tengo claro que sea necesaria, y lo único que se me ocurre es que Le Tellier la tenía escrita pero, como era tan corta, necesitaba todo el envoltorio del resto de la novela para publicarla.

Por supuesto, ahora toca una selección de las frases para daros una muestra del talento narrativo, siempre con fina ironía, del autor:

-"sans doute est-elle trop orgueilleuse pour rater ses études. Elle ne l’est pas encore assez pour oser vouloir échouer."

-"Ça finit mal, c’est très court… C’est une définition de la vie."

-"Je veux bien d’une folle. J’ai toujours rêvé de ramener du travail à la maison.", nos dice el psicoanalista con sorna.

-"Ou plutôt, elle aime encore l’avoir aimé, c’est comme l’arrière-goût sucré d’un café."

"Mais il m'étonne encore plus que des enfants, au passage d'une frontière, en quelques mètres, se mettent à parler dans une langue étrangère."

Y termino con otra frase del genial Yves: "Je voudrais publier un livre dont le titre serait "Un livre sans intérêt" chez un éditeur qui s’appellerait “Un petit éditeur” et dans une collection baptisée “L’indifférence générale” afin de pouvoir énoncer : “J’ai publié un livre sans intérêt chez un petit éditeur dans l’indifférence générale.”"

Hala, suficiente hablado de este libro. Y seguiré leyendo a Le Tellier.


lunes, 2 de agosto de 2021

Experiencing Architecture, de Steen Eiler Rasmussen

Una gran parte de las visitas que hacemos los turistas por el mundo tiene que ver con la contemplación de edificios, tanto por fuera como por dentro. Es relativamente fácil quedar admirado al ver las grandes obras arquitectónicas, más difícil es entender su mérito más allá del puramente estético o de originalidad. Por ello, como turista inveterado, me parecía útil la lectura de esta pequeña obra, a fin de disfrutar más, en cantidad y calidad, de mis observaciones. Una vez terminado el libro, no tengo claro si el objetivo se habrá cubierto o no, pero alguna cosa, tampoco mucho, sí he aprendido.

Lo primero que confieso es que el objetivo del autor no parecía ser el mismo que yo perseguía, aunque no sonaran muy desencaminados: "My object is in all modesty to endeavor to explain the instrument the architect plays on, to show what a great range it has and thereby awaken the senses to its music." De hecho, insiste en que "Understanding architecture, therefore, is not the same as being able to determine the style of a building by certain external features." que era quizá a lo que yo aspiraba.

Lo segundo es de una naturaleza más técnica: dice Rasmussen que la arquitectura es un arte, pero un arte muy especial que "confines space so we can dwell in it, creates the framework around our lives." Me encanta la última frase.

Cada capítulo se dedica a un aspecto relevante de la disciplina. En el primero, habla de observaciones básicas, como formas "suaves" y formas "duras, o formas "pesadas" y "ligeras". Incluso habla de formas "animadas. Los dos capítulos siguientes a explicar "sólidos" y "cavidades" explicándonos que algunos periodos arquitectónicos son más “structure-minded,” y otros “cavity-minded;” según como enfoquen los arquitectos el diseño.

Sucesivamente hablaré de los colores, escala y proporción, ritmo, textura, iluminación y, finalmente, audición. Los capítulos más interesantes me han parecido el dedicado al ritmo y el último sobre acústica, que enlaza con David Byrne y su "How music works" con cuya lectura disfrute enormemente hace unos años. Por ejemplo, "the acoustics of Thorvaldsen’s Museum are poor unless steps are taken to improve them—which is true enough when it is used for chamber music. But it could just as well be said that it has excellent acoustics, provided the right kind of music is performed." o "Much of Bach’s music was composed especially for that church. It is a large, three-aisled Gothic edifice with level vaults.", sobre la influencia de la acústica del edificio en los compositores: no se compone en abstracto, si no para unas condiciones concretas muchas veces definidas por la arquitectura.

Sobre el ritmo, nos dice Rasmussen "Architecture itself has no time dimension, no movement, and therefore cannot be rhythmic in the same way as music and dancing are." para luego ponernos, entre otros muchos, el magnífico ejemplo de la Escalera Española de Roma, donde "we can see a petrification of the dancing rhythm of a period of gallantry". 

Respecto a la iluminación, me quedo con la idea de que mucha luz no es necesariamente buena luz. Rasmussen destaca la sabiduría de los holandeses al respecto, con referencia a Rembrandt incluida: "The rooms with their white plastered walls and large windows could be as drenched with light as the rooms in the most modern house today. But the light could also be dimmed down to a most mysterious gloom. Or all of it could be concentrated on one spot, leaving the rest of the room in semi-darkness. No one has employed these effects with greater skill than Rembrandt, as his paintings show."

Otras ideas de interés:

- "We continually find the same two tendencies in architecture: on the one hand the rough form of the basket, which emphasizes structure, on the other the smooth form of the clay vessel, which hides it."

- "In architecture it is distinctly unpleasant when the stone that is supposed to form firm supporting elements seems insecure and almost intangible."

Rasmussen usa como referencia principal a tres arquitectos: el clásico Palladio y los recientes Le Courbusier y Frank Right Lloyd. También se refiere a arquitectos escandinavos menos conocidos. Y en cuanto a sitios específicos, abusa de Italia y especialmente de Venecia, de la que tiene esto que decir reminiscente de la llegada por mar que Thomas Mann describe en su "Der Tod in Venedig": "At that time, when every self-respecting town was surrounded by the most menacing and impenetrable fortifications, the first impression of this metropolis must have been of a sort of earthly paradise where fear was unknown, with houses with delicate and graceful arcades swarming with carefree people."

La monotonía de las referencias y arquitectos, unida a la baja calidad de las fotos (antiguas y en blanco y negro) hace que los ejemplos concretos que describe Rasmussen sean en muchos casos poco accesibles al lector. Incluso un servidor, que es intensito en sus visitas y trata de verlo todo, podrá contar con los dedos de una mano qué edificios ha visitado de los que propone Rasmussen.

Con todo, la principal crítica para mí de este libro es que es demasiado sencillo, yo esperaba un poquito más, sin llegar al nivel de arquitecto, pero quizá algo más sofísticado, algo que fuera más allá que las observaciones que un lego ya hace por si solo aunque no sepa ponerle nombre. Es quizá por eso que el único capítulo que me ha resultado interesante es el de Ritmo, porque era algo en que no había reparado.