sábado, 21 de agosto de 2021

Anaconda, de Horacio Quiroga

Unas pocas líneas respecto a esta novelita, que es simplemente una introducción a la amplia obra del autor, de la que no me extrañaría haber leído algo en mi juventud. Pero que me aspen si me acuerdo.

Las protagonistas de la historieta son una serie de culebras y serpientes, entre ellas la anaconda que les da título, que verán amenazada su vida (obsérvese, no su entorno), o creerán verla amenazada, al instalarse en una casa de su entorno un grupo de humanos. Estos "Hombres" quieren fundar allí un instituto serológico para extraer veneno de las serpientes y comercializar la inmunización al respecto. Y, de hecho, tienen ya un perro completamente inmunizado, y caballos en tratamiento para que la alcancen.

Poco más hay que decir. Me ha llamado la atención la diferencia que hace el autor entre serpientes venenosas y serpientes cazadoras, entre las que traza una rivalidad que no sé si tendrá reflejo en la realidad. En todo caso, el autor toma partido "cuando se es torpe, pesado, poco inteligente e incapaz, por lo tanto, de luchar francamente por la vida, entonces se tiene un par de colmillos para asesinar a traición". Asimismo, me sorprende que el autor trace a las anacondas como amables para el ser humano, y hasta sus aliadas; no sé hasta qué punto será imaginación pura o tendrá base real.

El estilo de Quiroga es sobrio, sin demasiada floritura pese a su procedencia sudamericana (en concreto, es uruguayo). No demasiado que destacar por este lado, aunque, como siempre, algo se puede rescatar. Aquí dejo esta frase y cierro con el pensamiento de que debería leer algo más de este autor, pero no acabo de tener claro cuál puede ser la obra más relevante en su inmensa producción. Si algún lector tiene a bien hacer una recomendación, será bienvenida.

La frase: "la serpiente de cascabel quedaba arrollada e inmóvil fijando sus duros ojos de vidrio en un ensueño de mil perros paralizados".

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