viernes, 28 de febrero de 2020

Meursault, caso revisado ("Meursault, contra-enquéte"), de Kamel Daoud

Kamel Daoud es escritor y periodista, de Argelia, y ha obtenido el premio Goncourt a la primera novela, lo que, aunque no dice mucho, lo rescato como aliciente. No obstante, no llego a esta novelita por el autor, sino por recomendación de un amigo y por su original planteamiento.

¿De qué va la historia? Pues nos la cuenta, en estilo vocativo (dirigiéndose al lector de tú, como si escritor y lector estuvieran conversando en un café argelino, el hermano del extraño por antonomasia. Sí, el hermano del árabe que es asesinado en la famosa obra homónima de Albert Camus, y cuyo calificativo le da título. Hablo, por supuesto, de L'Étranger, que leí hace no mucho.

Moussa, que así se llama el hermano, nos cuenta en esta obra cosas sobre su hermano, y también sobre su madre, el tercer miembro de la sufrida familia. Su inquietud parte de su queja constante por el tratamiento que le Camus al Árabe, que es como le llama, sin preocuparse nunca más por su persona. Así, se queja de que "S’il appelle mon frère l’Arabe, c’est pour le tuer comme on tue le temps" ("Si llama a mi hermano el Árabe es para matarlo como se mata el tiempo"), y también de que
"mon frère aurait pu être célèbre si ton auteur avait seulement daigné lui attribuer un prénom, H’med ou Kaddour ou Hammou, juste un prénom, bon sang ! M’ma aurait pu avoir une pension de veuve de martyr et moi un frère connu et reconnu au sujet duquel j’aurais pu crâner." ("Mi hermano podría haber sido célebre si tu autor simplemente se hubiera dignado a darle un nombre, Hamed o Kaddour o Hammour, solo un nombre, por Dios! Mamá habría podido tener una pensión de viuda de mártir y yo un hermano conocido y reconocido gracias al cual yo hubiera podido presumir").
 
Le imputa a Camus haberse inventado una historia improbable (¿una puta deshonrada a la que su hermano quiere vengar?) y le llega a hacer cómplice del asesinato: "Il y en avait des milliers comme lui, à cette époque, mais c’est son talent qui rendit son crime parfait." ("Había miles como él en aquella época pero es su talento el que ha hecho este crime perfecto").
 
Sí, es original, pero el tema se hace cansino, incluso es una novelita tan corta. Daoud alterna este tipo de reflexiones con otras más interesantes sobre el colonialismo y la revolución, guerra de Independencia de Argelia incluida, con una queja ciertamente sarcástica: "“Le Français, il fallait le tuer avec nous, pendant la guerre, pas cette semaine!" ("Al francés había que matarlo con nosotros, duranta la guera, no esta semana").
 
De hecho, a partir de la mitad del libro, el propio autor se debe de dar cuenta de que el tema no da más de sí, e introduce un par de giros sorprendentes, que no voy a desvelar. Desgraciadamente, tampoco los desarrolla mucho, y vuelve el burro a dar vueltas a la noria. Eso sí, se agradecen en esos últimos momentos de la novela. 

Por cierto, la narración es en algunos momentos un poco, no sé, violenta, del estilo de Karina Saiz Borgo en "La hija de la española", aunque sin llegar a los extremos de ésta. No digo que esté mal escrito, sino que es un recurso estilístico bastante eficaz para transmitir una situación de disgusto. Para muestra este botón, hablando de Orán: "Cela confirme un peu ma vision lubrique, cette ville a les jambes ouvertes vers la mer" ("Eso confirma un poco mi visión lúbrica, esta ciudad tiene las piernas abiertas hacia el mar"). Que luego compensa con ésta más lírica, sobre cuya calidad llama él mimo la atención: "Oran, c’est la seule issue vers la mer et l’endroit le plus éloigné du désert.".
 
No hay nada especial que me haga recomendar este libro. Al ser corto, no incurres en mucho coste por leerlo si tienes curiosidad. Quizá se aproveche más si se lee nada más hacer lo mismo con el de Camus. 

jueves, 27 de febrero de 2020

Blueprint, de Nicholas A. Kristakis

En este libro, el autor explora la vinculación entre estructura social y genética-evolución del ser humano. O sea, un tema de los que me interesa enormemente, en mi búsqueda por la raíz científica de la economía austriaca. El señor Kristakis resulta ser médico a la par que sociólogo, por lo que su ensayo es de un rigor inusitado, en comparación con otros antropólogos que han tratado el tema. En concreto, las referencias empíricas y la forma de relacionarlas es impecable y demuestra gran autoridad.

Empiezo con el contenido. Lo que postula Kristakis es que, en el núcleo de todas las sociedades, se encuentra una característica humana (y, por tanto, adquirida evolutivamente), que él llama la suite social. Esta suite tiene ocho componentes, que a continuación listo:
(1) Capacidad de tener y reconocer la identidad individual
(2) Amor por conyuges y descendientes
(3) Amistad
(4) Redes sociales
(5) Cooperación
(6) Preferencia por el grupo propio (lo que llamamos “in-group bias”)
(7) Algo de jerarquía, "relative egalitarianism"
(8) Aprendizaje y enseñanza social

La suite social es lo más característico del ser humano y la constante en todas nuestras culturas. ¿Por qué? La explicación de Kristakis es de gran elegancia: "If environmental variation causes cultural variation, then it is possible that any unvarying, universal features of human societies would be attributable to specific, consistent features of the environment itself. That constant element is the presence of other humans." (subrayado propio)


En el resto del libro, se dedica a acumular evidencia empírica sobre que esto es así.
Los tres capítulos iniciales los dedica al estudio de naufragios y sociedades impuestas; sociedades intencionales, y sociedades artificiales. En todos los casos, el objetivo es su grado de funcionalidad en relación con cómo se define la suite social. Al respecto de las sociedades artificiales, Kristakis aprovechará para contarnos cosas de teoría de redes (de la que ya había leído a Ferguson en su "The square and the Tower"), pero con el rigor propio de un científico, muy superior al que imprime Ferguson. Muy interesante la descripción del uso de Amazon Turk para experimentos con redes sociales masivas, así como el estudio de los MMORPG.

Una vez hecho este estudio, recorre los distintos elementos de la suite social para ver sus precedentes en otras especies animales (como es lógico esperar si su origen obedece a la evolución) y para proponer la ventaja adaptativa que han podido suponer para la especie humana en uno u otro momento. Vamos, apasionante, y que difícilmente podré resumir en una mera entrada de blog.

Por ello, me limitaré a apuntar aquellas cosas que más me han sorprendido.

Así, introduce el concepto de "morphospace" o espacio morfológico, como herramienta para analizar porque determinados tipos de organización social han funcionado y otros no. Nos propone como ejemplo ilustrativo el de las conchas de caracol, y cómo no todas las posibles conchas han aparecido en la naturaleza, sino solo aquellas que tenía sentido física y biológicamente. Si a esto añadimos la dimensión social, podemos concluir con Kristakis que: "Only certain types of social organization make sense, and that is the social suite."

Dedica mucha reflexión a la relación entre cultura y biología, como no puede ser de otra forma. Para él, "culture further supports several crucial elements of the social suite— accentuating practices related to identity, friendship, in-group bias, cooperation, and learning—even as culture itself depends on the other elements of the social suite." Desde un punto de vista empírico, se puede observar que ni siquiera las fuerzas ecológicas y culturales más potentes son capaces de acabar con relaciones como el amor o la amistad, parte de la suite social.

Habla también de los "exofenotipos" definidos como "nonincidental, genetically guided changes that an organism makes to its surroundings in order to improve its prospects for reproduction and survival". Con esta definición, la sociedad humana se puede ver como un exofenotipo del ser humano, como lo son los nidos en los pájaros (por supuesto, Kristakis aporta ejemplos más sofisticados).

En relación con la teoría de redes, un par de teoremas que se han encontrado empíricamente:
- Cuantas más conexiones tiene la gente, más incentivados están para cooperar.
- La presencia de líderes permite a seguidores socialmente aislados mayor acceso los miembros populares del grupo sin miedo a represalias por parte de otros potenciales buscadores de status. Esto contribuye a explicar la existencia de jerarquías en las sociedades.

La verdad es que he aprendido tanto con la lectura de este libro, y en tantos aspectos, que podría seguir poniendo ideas un buen rato. Dejo alguna más:
- "Groups can have both instrumental leaders, those focused on practical objectives or tasks, and expressive leaders, people who work to build solidarity in the group."
- La unión en parejas parece haber surgido cuando ya se había consolidado la vida en grupo.
- El conflicto con otros grupos por los recursos escasos es un requisito para que haya aparecido el altruismo en nuestra especie, por muy contradictorio que pueda sonar.
- La amistad surge para solucionar aspectos que la familia no alcanza a resolver. Por ejemplo, tamaño del grupo para llevar a cabo una tarea, o habilidades complementarias, o acceso a nuevas ideas o recursos; incluso, evitar la competencia por determinados recursos escasos familiares La aparición de amistad ("non-kin ties") es prerrequisito para que aparezca la cultura.

La siguiente constatación empírica puede que no guste a gente de determinada ideología, así que no os extrañen que la nieguen contra los hechos.
"Findings from cross-cultural studies suggest that in-group bias and an emphasis on the distinction between us and them is higher in collectivist societies (including Communist societies), which stress the importance of group membership and subsume the individual within the group, than it is in individualist societies (where social interdependence is less salient), which stress autonomy"
De nuevo, parece contradictorio, ¿verdad?

Cierro con una frase magnífica, que es también la que cierra el libro."Belief in the sociological mutability of human beings has, in my judgment, done more harm to people through the ages than the belief in their genetic immutability."

lunes, 17 de febrero de 2020

El naufragio de las civilizaciones ("Le naufrage des civilisations"), de Amin Maalouf

De Amin Maalouf he leído y disfrutado todas sus noveles. Es un escritor magnífico, al que cuando lees en francés pareces estar leyendo a los antiguos poetas persas y árabes, como al que escribió Las Mil y Una Noches. Como me gustan tanto sus novelas, me he leído también otro tipo de obras, como "Las cruzadas vistas por los árabes" o más recientemente "Desorientés". Y tampoco me pude resistir a leer este "Naufragio de las civilizaciones" en cuanto me enteré de su aparición.

¿Por qué me hubiera resistido?, se puede preguntar alguien. Pues muy sencillo: porque Maalouf tiene una cierta deriva izquierdista, que jamás aprecié en sus novelas, pero que sí aflora con claridad en sus ensayos. En este, por ejemplo, el punto de partida de su preocupación es, por supuesto, la conjunción de Brexit, Trump y el crecimiento de la desigualdad, cómo no. También el cambio climático, aunque menos. Pese a ello, la calidad de la escritura y, sobre todo, el enfoque que le da, hace que la lectura sea muy recomendable y entretenidad.

Maalouf parte de que gran parte de las causas del naufragio que (según él) nos amenaza, son similares a las que causaron el de el Oriente Próximo que el conoció y en el que vivió su infancia. Y que, por tanto, deberíamos aprender de esa experiencia. Claro, con esta disculpa, nos puede contar muchas cosas biográficas, que es de lo mejor del libro. A ello añade su inquietud posterior y visión de los fenómenos internacionales obtenida trabajando como periodistas. La verdad es que ambas cosas le dan un punto de vista privilegiado para el análisis, con independencia de su sesgo.

Comienzo describiendo el Egipto de su niñez, su riqueza culturas y sus oportunidades, que compara con las de los Estados Unidos, Cuba o Australia de la época. Era un país cosmopolita y liberal, y ello se extendía a toda la región, alcanzando su Líbano natal. Todo este sueño se rompe con la llegada de Nasser, quien a cambio promete el panarabismo, ilusionando a muchas gentes, incluido el propio autor, quien se confiesa su admirador, pese a haber sufrido su familia la expoliación de sus propiedades en Egipto.

También el de Líbano se describe como un régimen ilusionante, que posibilita la convivencia de las comunidades, mediante ciertas garantías a aquellas más inquietas, que serán la semilla de su insostebilidad posterior. Descubro así como se repartían los cargos en el pequeño país, por ejemplo, que el Presidente tenía que ser maronita. Aquí nos descubre también como el enfrentamiento chiies-sunnies es algo que ha reaparecido recientemente (por ejemplo, eran mucho más frecuentes los matrimonios chiies-sunnies en su juventud que en la actualidad).

En pocas palabras, hasta Nasser, Maalouf sostiene que los países árabes eran similares a los países occidentales. Después de Nasser, el acontecimiento más traumático es la llamada Guerra de los 6 Días, en que Israel arrasó a la aviación de Siria y Egipto, infligiendo una derrota al panarabismo de la que nunca se recuperó, y que además fragmentó completamente el Levante transformándolo en el polvorín que ahora conocemos. A ello, se une otro acontecimiento más traumático para El Líbano, cual fue la aceptación de integrar en sus fronteras a la OLP, algo a lo que se opuso con firmeza y consiguió evitar Jordania, pero que en El Líbano no pudo ser detenido precisamente por esa cuidado de las comunidades a que antes me he referido.

Tras esta mirada a su tierra de origen, Maalouf levanta la vista hacia fenómenos más globales, y en concreto a 1979. Lo primero que hace es constatar la existencia del Zeitgeist: "Tous ceux qui vivent à une même époque s’influencent les uns les autres, de diverses manières, et sans en avoir habituellement conscience."

Malouf resalta dos acontecimientos que él llama revoluciones conservadoras: la de Thatcher en UK (muy ligada a la de Reagan en US), y la de los Ayatollahs en Irán. Establece una comparación entre ellas a cierto nivel, aunque no puede evitar reconocer que "no es lo mismo". Junto a estos dos acontecimientos capitales, resalta también la revolución de Deng Xiaoping en China y la llegada del Papa Juan Pablo II.

Aquí se le ve el sesgo y se le va un poco la pinza (llega a calificar la de Thatcher como revolución de los ricos contra los pobres). Y nos suelta esta frase para la posteridad: "La montée des idées issues de la révolution conservatrice anglo-américaine aux dépens de celles de la gauche allait rendre le modèle soviétique de moins en moins attrayant au cours des décennies suivantes, et freiner son expansion planétaire." O sea, lo que frena al comunismo es que sus ideas pasan de moda, no todos los muertos y la catástrofe económica y humanitaria que había supuesto en todos los países de implantación. Me parece una frase miserable e impropia de un tipo tan culto como Maalouf, pero ahí está, aunque sea a costa de Sholenitsyn, a quien seguro habrá leído.

Al empezar a dominar las ideas conservadoras (más libertad, más empresa), el marximo queda arrinconado. Y, atención, los países árabes pierden su oportunidad de engancharse al futuro mediante el marxismo, movimiento que sí había permitido la integración de musulmanes, judios y cristianos en una sola ideología. O sea, si le he entendido bien, al ponerse en duda el marxismo, que era lo único que unía a las diversas confesiones de estos países, se impidió la llegada de un régimen moderno (supongo que democrático) a Irán o Indonesia.

Claro, porque el discurso conservador posee una "tonalité identitaire – souvent fondée sur la religion, la nation, la terre, la civilisation, la race, ou un mélange de tout cela." En cambio, el discurso de izquierdas es global, "embrassant les prolétaires de tous les pays", o al menos lo era hasta que se han visto obligados a luchar contra el triunfante conservadurismo en ese mismo terreno de la fragmentación. "Lorsqu’une pensée est dominante, ceux qui ne la partagent pas doivent souvent ruser, et louvoyer, et feindre même d’accepter certains de ses principes, pour que leurs objections puissent être entendues."

Cualquiera que esté al tanto de lo que está pasando en España supongo que se quedará tan ojiplático como yo: decir que los valores conservadores son los identitarios, o que son los que dominan en el mundo, cuando aquí tenemos PSOE y Podemos fragmentando España en todas las dimensiones que se le ocurren (hablo de Cataluña, pero también del feminismo o de otros -ismos).

Pero volvamos con Maalouf, quien ya ha construido su narrativa para echar la culpa de todos los males al liberalismo en el que cree que vivimos. Y es que esas revoluciones conservadoras habrían impulsado los factores que fragmentan la sociedad frente a los que las cimentan; más grave aún, habría dado lugar a falsos cimentadores. Para Maalouf, la ideología dominante, insisto, el conservadurismo, está fundado en el "égoïsme sacré des individus et de leurs tribus" y ello nos lleva a que "les activités pécuniairement lucratives sont plus valorisées que celles qui sont socialement utiles" lo que conlleva "conséquences, dévastatrices, sont impossibles à maîtriser."

Son muchos los posibles factores que pueden unir un país: "le sentiment d’avoir un avenir commun, des ancêtres communs, des valeurs communes, voire un ennemi commun…". Maalouf destaca el papel cimentador de, tachán, el Estado: "Il contribue, de mille manières, à tisser des liens, ce qui renforce le sentiment d’appartenance commune" Y, claro, cuando se le denigra sistemáticamente no puede realizar este papel. Así que gran parte de los problemas que tenemos son de tener un Estado débil o poco respetado. No sé si echarme a reír o a llorar. Hay pocas dudas de que estamos viviendo la época de Estados más poderosos en la historia, solo hay que ver los recursos que mueven, tanto en términos absolutos como en términos relativos, pero el problema es que el Estado no puede hacer su función porque está bajo ataque de la ideología dominante.

Veamos como se traduce esta tendencia en el ámbito, por ejemplo, del cambio climático:"Ceux qui sont hostiles à toute gouvernance globale auront tendance à privilégier les arguments qui mettent en doute la réalité du réchauffement climatique et la responsabilité des activités humaines dans les perturbations. À l’inverse, ceux qui font confiance aux instances internationales auront tendance à croire aux chiffres les plus alarmants." O sea, que por supuesto hay cambio climático, pero cada uno mira los datos según su ideología.

Curiosamente, después de esta reivindicación del Estado, Maalouf se va a las principales amenazas del futuro (destacando, cómo no, la desigualdad), y aquí sí que constata nuestra tendencia a fiarnos de las autoridades que nos protegen, "et s’il leur arrive d’exagérer, nous leur accordons des circonstances atténuantes". Y también es consciente de que "Sauf que, dès lors que l’on a la technologie adéquate et un bon prétexte pour contrôler, on contrôlera.". Nos habla de un bloqueo de los anticuerpos a este tipo de acciones por las autoridades. Pero ¿no eran estos a los que había que dejar de denigrar para que no se perdieran los puentes que tienden entre los distintos individuos? Pues ahí están como la clara amenaza que son para nuestras vidas y nuestra convivencia. Maalouf tiene el clásico síndrome que voy a empezar a llamar "del socialista": le parece que el Estado hace mal las cosas y, por eso, hay que encomendarle tareas aún más importantes.

Aún no estando de acuerdo con las conclusiones de Maalouf, no puedo dejar de recomendar el libro: está muy bien escrito, aporta experiencias y reflexiones interesantes, y fuerza a su vez a la reflexión. Si tan solo supiera un poquito de teoría económica...Diré además que está bien trazado y ligado, y que aparecen recomendaciones adicionales de lectura.

Cierro con algunas de las frases que más meritorias me han parecido:
-"Dans une société où les minoritaires subissent la discrimination et la persécution, tout se corrompt et se pervertit."
- En la actualidad, "il devient difficile d’exercer son rôle de citoyen sans se référer à ses origines ethniques, à sa confession, ou à ses appartenances particulières."
- "Il est illusoire de penser qu’en se montrant radical, on fait taire les radicaux. C’est souvent l’inverse qui se produit."

martes, 11 de febrero de 2020

¿Qué hacer?, ("What is to be done?"), de Nikolai Chernyshevsky

Este libro que acabo de terminar tiene vitola de libro mítico, de esos libros que aparecen una y otra vez cuando se indaga en los orígenes del comunismo, más bien del bolchevisno. Según parece, tuvo una gran influencia en Lenin, quien utilizó el mismo título en su principal obra.

El autor era un revolucionario de algo más que mesa-camilla, pues estuvo encarcelado, y fue desde la cárcel desde donde escribió esta novela. Según nos cuentan en el estudio previo, que es casi lo mejor del libro, Chernyshevsky era el típico revolucionario utópico, convencido completamente de que su visión era la correcta y completamente intolerante con la crítica (algo que nos explica muy bien Sowell). Para él, "“Good” and “evil” became relative terms, their use based on whether people perceived the actions of others as beneficial or harmful to them", y el conflicto entre el bien y el mal no es más el choque de intereses entre individuos o grupos enfrentado. Primera buena dosis de relativismo en los precedentes de la izquierda, aunque lo siguiente también nos sonará a rojizo: "the source of Russia’s economic backwardness and social oppressiveness lay in its patriarchal socioeconomic and political structures."¿Pionero en echar la culpa de todo al heteropatriarcado?
 
El caso es que la novela promete, tanto por sus precedentes como por lo que nos anticipa el estudio que acaba de citar. A ello se une un excelente comienzo, en el que podemos vislumbrar el caracter del autor, que ya desde el prefacio se presenta con una arrogancia completamente inusual, pero que le da saborcillo al libro. Y es que el autor no perderá oportunidad de menospreciar a sus lectores, llegándonos a insultar en algún momento (nos llama "bluestockings" en inglés, vusté a saber en ruso). Chernyshevsky interrumpe muchas veces la narración para hacer disgresiones sobre lo que nos cuenta, sobre lo que piensa o sobre lo que nos tendría que haber contado. Curiosamente, a partir de cierto momento, son estas disgresiones lo único interesante del libro, siendo el resto una nebulosa narrativa que no se sabe dónde va. Debe de ser que soy un poco masoca.

Como decía, la novela promete. Entre las disgresiones vocativas del autor y el arranque de la misma, la primera parte pasa volando. La protagonista de la novela es Verochka Pavlovna, quien se emancipa de su familia (no perderse la persecución que le hace su madre cuando la abandona en plena galería comercial; podría ser la primera persecución en taxi de la historia, la primera vez que le dicen a un taxista "Siga a ese coche", en este caso, carroza). Pero no se emancipa para someterse a un marido (Lopukhov), sino para buscar su independencia económica, mediante la formación de una cooperativa de modistas. Muy interesante, bien contado, y de gran actualidad.

En todo momento, Chernyshevsky insiste en que nos cuenta la realidad, que él no tiene talento para hacer buena literatura, y que por eso es exquisito y objetivo con lo que nos cuenta:"But I’m recounting this affair the way it happened, rather than the way needed to establish my artistic reputation." Lo divertido es que la mitad de lo que nos cuenta es lo que piensan los propios personajes!!! O, por ejemplo, cuando nos dice que Verochka se equivocó con la graduación de un militar, pero "she actually saw two stars and was neither mistaken nor bragging, it’s not she who so testified, but I who vouch for it." O sea, que el autor confirma que Verochka vio, equivocadamente, dos estrellas.
 
El caso es que pasada esa primera parte, digamos, hasta el momento en que se suicida Lopukhov y la narración llega al "in media res" del principio, la cosa se deteriora y mucho. Ante el lector se abre una insulsa amalgama de diálogos entre los personajes, coronada por varios sueños de la propia Verochka (que supongo también cuenta Chernyshevsky como si los hubiera visto él). Lo único que motiva al lector en tal zozobra son las intervenciones del propio autor, y la esperanza de que en algún momento aparecerá Rakhmetov, el prototipo de revolucionario ascético y sin escrúpulos, y que tan citado aparece en las historias del comunismo.
 
Y, sí, pasado el 60% de la obra aparece Rakhmetov. Lo único que hace es soltarle una parrafada a Verochka tras la muerte de su marido. Y lo único que nos queda claro es que todo lo que hace Rakhmetov es "necesario". O sea, Rakhmetov solo obra por necesidad objetiva que define él.  Por cierto, Rakhmetov es un hombre de lecturas (cita a los economistas clásicos Adam Smith, Mill, Malthus y Ricardo), y está leyendo los Comentarios del Apocalipsis de Isaac Newton (!). Tras esta intervención, el autor discutirá con nosotros el papel del tal Rakhmetov y las enseñanzas que podemos esperar de su presencia. Aprovechará para endosarnos otro desprecio: "Now you see that they’re simply standing at ground level; they appeared to be soaring above the clouds because you’re sitting in some godforsaken underworld."
 
Así sigue transitando la narración, sin pena ni gloria. Un aspecto interesante son las continúas y veladas referencias a la revolución, que solo apreciamos gracias a las notas al pie en que se nos apuntan. Y es que este libro está escrito pensando en la censura rusa, por lo que no puede ser explícito sobre determinadas cosas. Quizá es por eso también el uso de alegorías en determinados momentos. Asimismo, el autor se refiere, sobre todo en las páginas finales, a su propia estancia en prisión, que le impide participar en determinados actos. Por último, termina con la promesa de que el libro tendrá una segunda parte, ya después del triunfo de la revolución y con él mismo fuera de prisión.

Esto es. Es un libro demasiado largo para que pueda recomendarlo solo por el morbo de conocer qué inspiró a tantos revolucionarios rusos y al propio Lenin. Así que a menos que se esté muy interesado en el tema del pre-comunismo, yo pasaría de leerlo. Una última observación: no soy tan snob como para preferir leer una traducción del ruso al inglés a una al español. Una vez hay que traducir, lógicamente prefiero leer en mi lengua materna. Y empecé a leer esta obra en español, que existe una edición; pero es que la traducción era tan mala, tan mala, que la tuve que abandonar a las pocas páginas. Esta en inglés, en cambio, me ha parecido excelente y muy bien anotada. Así que, el que insista en su empeñó de leer esta obra maldita, le sugiero que lo haga con la traducción de Michael R. Katz y anotación de William W. Wagner.
 
 

lunes, 10 de febrero de 2020

Los asquerosos, de Santiago Lorenzo

Leo esta novela con la esperanza de encontrar algún escritor divertido bueno en español, que pueda ir cogiendo el relevo de Eduardo Mendoza algo desmejorado. El primer intento, con Javier Pérez Andújar y La noche fenomenal, empezó bien pero no dio el resultado apetecido. Creo que con Santiago Lorenzo estoy más cerca de lo que busco, aunque tampoco ha logrado entusiasmarme.

En esta novelilla, el autor se burla de la vida urbana, y lo hace mediante un personaje, Manuel, que se verá forzado a abandonar la vida en Madrid, en concreto en la calle Montera, para refugiarse en un pueblo abandonado de la España vacía tan en voga cuando hay elecciones. En concreto, en el imaginario Zarzahuriel. La trama no dará mucho más de sí, me temo, lo que deja todo el mérito del libro en el peculiar estilo narrativo de Lorenzo, y en sus diversas ocurrencias.

Y es que a Manuel apenas le pasan cosas. Como en Moby Dick a la tripulación del Peqod. Y de la misma forma que Melville tiene que llenar páginas y páginas de viaje sin sucesos,  Lorenzo nos tiene que llenar la estancia de Manuel en Zarzahuriel sin que casi nada le ocurra.

Como poco más hay que decir de la trama, cojamos algunos especímenes del estilo de Lorenzo, que sí me parece novedoso y divertido. Aquí le tenemos mostrando su capacidad, pocas veces igualada en cuanto a originalidad, para el insulto:

"Un rácano clínico. Se decía que pasó un fin de semana de marzo en un hotel y pidió rebaja en la factura porque en la madrugada del domingo se adelantó la hora. Era lo que se llama un cacas, un tacaño y un gañotero. Un asqueroso."
"Era, según Manuel, de cara legañosa. No porque tuviera legañas. Sino porque daba la impresión de que si miraras una legaña al microscopio verías algo similar a su cara."
"La Mochufa era estomagante y esofagante y pulmonante por vocación, cardiante por lerdez pura y por mandato del emperador del desquicie." 

Y aquí algunos extractos más burlescos, igualmente graciosos:
"El individuo llevaba la expresión de peligrosote de quien luego no sabe rellenar un formulario en una ventanilla."
"Que si la tolla, el cantorral y la aulaga, voces así de mucho antaño imponente, vocablazos del Santo Grial en el lavavajillas."
"Cafres a gritos, a ver quién hacía más Fosbury sobre la cota de decibelios."

Turno para algunas ocurrencias críticas con nuestra forma de vida:
"Mejor aquello que estar en su pieza de la calle Montera, desechando la idea de meter en casa alfombras demasiado gruesas para no tener que ir dando con la cabeza en el techo." 
"Empezó a pensar en la cuestión del síndrome de abstinencia, como me iba retransmitiendo. Según la cual, geles y jabones producen un mono tan claro como el de la cocaína o el azúcar. "
 
Y estas frases me han parecido bastante brillantes y son muy ilustrativas del estilo de Lorenzo: 
"Que volar ya se podía, con el Google Maps. Y que invisible ya se sentía, porque no se notaba notado.
"parecía una broma de cámara oculta en la que todo el equipo de realización se hubiera muerto al tiempo,"
"Debía de cagar calcáreo. Pero decía que comía lo que los cerdos de alcurnia, y que así estaba él criando nalga pata negra." 
 
¿Y esta? 
"Así se lo dije, porque ya era hora de tirar la casucha por el ventanillo." 
 
Rescato por última una máxima más filosófica, que entronca con el modo de vida del autor, pues al parecer Santiago Lorenzo vive en una aldea casi abandonada de Segovia. Este es el que podría ser su truco para sobrevivir en tales condiciones (aunque aquí lo aplica exclusivamente al sexo): 
"dejar mucho DE desear. Ensayaba la difuminación de ganas y su extinción, porque ya iba viendo que no quería delante a nadie con quién deflagrarlas."
 
Yo creo que este libro merece la pena leerlo. Es corto y el estilo de Lorenzo es muy original. Si no te gusta cómo escribe, no sigas, porque no hay trama con sorpresas. A mí me ha gustado, aunque no tanto como para lanzarme a recuperar la obra del autor, que parece integrada por otras tres novelas. No descarto leer alguna otra en el futuro. 

lunes, 3 de febrero de 2020

The Lean Startup, de Eric Ries

Este es un tratado bastante reciente sobre management, pero ya se ha situado casi en la condición de clásico. Su autor, Eric Ries, es un emprendedor con cierto grado de éxito, pero al que claramente tira más el mundo académico y explicar cómo hacer las cosas. De hecho, en la actualidad es "entrepreneur-in-house" en Harvard, lo que sea que ello signifique.

En este ensayo, su propuesta se inspira en los métodos de producción eficiente que, sobre todo desde la empresa japonesa Toyota, se pusieron en marcha en los años 80. Su aportación consiste en buscar una metodología eficiente para el proceso de innovación, que a él le parece poco eficiente en general.
Así, nos dice que "our economy is still incredibly wasteful. This waste comes not from the inecient organization of work but rather from working on the wrong things—and on an industrial scale", y cita a Peter Drucker: "There is surely nothing quite so useless as doing with great efficiency what should not be done at all". Me encanta, en la línea, el concepto de "achieved failure", ejecutar fiel, rigurosamente y con éxito un plan completamente erróneo.


Con esta inspiración, su propuesta concreta se basa en lo que él llama "Validated Learning" y en el ciclo Build-Measure-Learn (Construye-Mide-Aprende). Ahora explicaré ambos conceptos. Para él, las startups tienen que progresar no en beneficios, número de usuarios o ingresos, sino en el aprendizaje del comportamiento del consumidor, el "aprendizaje validado" mediante demostración empírica. Ries abusa quizá aquí al definir este método como científico, algo que en mi opinión no es: es indudable que en el "Aprendizaje validado" se formulan y contrastan hipótesis, pero eso no quiere decir que los resultados sean inmutables. Sin embargo, en mi opinión, una parte fundamental del método científico es que los experimentos sean reproducibles por terceros y den los mismos resultados, algo que evidentemente no tiene que pasar cuando se hacen hipótesis sobre la conducta de las personas.

En todo caso, el trabajo del emprendedor debería consistir en generar y validar hipótesis sobre el funcionamiento del mercado. En cuanto a la generación, dos son las hipótesis fundamentales que ha de identificar el emprendedor: la hipótesis de valor (demostrar que el producto da valor real a los clientes cuando lo usan) y la hipótesis de crecimiento (cómo descubren los nuevos clientes el producto).

Para la validación de la hipótesis, Ries desarrolla el concepto de MVP (Mínimo Producto Viable). ¿Qué es el MVP? Pues no hay una respuesta única: el MVP debe permitirnos validar la hipótesis formulada, llevar a cabo un ciclo Build-Measure-Learn completo, con el mínimo esfuerzo y tiempo. Una de las claves del éxito del emprendedor será, por tanto, la maximización en la eficiencia de este ciclo. Y es que, como dice Ries, la mayoría de las empresas están saturadas de buenas ideas, por lo que lo relevante es cómo ejecutarlas y priorizarlas, siendo de esto de lo que depende la supervivencia de la startup. Si consiques ser eficiente en "aprendizaje validado" podrán probar muchas de estas ideas, comparativamente con si no es el caso.

En cuanto a la medida del resultado, Ries advierte contra las llamadas métricas "de vanidad", en las que se mide el número de clientes registrados y cosas por el estilo, que dan al emprendedor la idea de que están progresando. Ries prefiere las métricas por "cohortes" de clientes, y nos propondrá diversos indicadores útiles, por ejemplo, para la hipótesis de crecimiento según el tipo que postulemos. A estas las llama "actionable metrics".

El ciclo termina con la decisión o no de "pivotar". Esto es, cambiar algún aspecto de la estrategia planteada antes de los experimentos, manteniendo un "pie" en el aprendizaje adquirido. Ries identifica varios tipos de pivote (por ejemplo, de segmento de clientes, de canal de distribución, o de zoom-out y zoom-in). Ries afirma que se trata de una decisión difícil, pero que no ha de posponerse: el mayor gasto de las empresas se produce como consecuencia de decisiones incorrectas de perseverar en una dirección equivocada. Es más, para Ries la verdadera medida del tiempo de vida que le queda a una startup es el número de pivotes que le quedan por hacer antes de quedarse sin recursos.

En resumen, se trata de un ensayo que describe un método de trabajo bastante razonable para el lanzamiento de empresas. Una vez más, tengo la sospecha de que se extraen lecciones de un tipo muy concreto de startups (las de software, en las que ha trabajo toda su vida el amigo Ries), en las que todo lo que dice suena viable. Habría que ver cómo se puede extrapolar el ciclo a empresas que sean más "duras" en sus productos. Ries hace un esfuerzo por incorporar en su narración otro tipo de empresas, pero son escasos y no demasiado convincentes. En particular, me ha sorprendido la eficiencia comparativa de la producción en "one-unit batches" (lotes de una unidad), pero al mismo tiempo se ver que esta eficiencia requiere de unas condiciones productivas muy especiales, que no siempre son de aplicación.

Por ejemplo, la lógica del "lote de una unidad" implicaría que cada vez que necesito algo voy al supermercado y lo compro. Pero eso puede funcionar si el supermercado está muy cerca y normalmente no hay gente; en otro caso, es claro que hay unas economías de escala en acumular necesidades antes de comprar, que difícilmente pueden ser resueltas con la tecnología actual.

Y no querría abandonar estas líneas sin recoger un ataque al sistema de patentes, al mismo concepto de patente. Ya conozco el análisis teórico ("Against intellectual Property", de Kinsella) y el análisis empírico ("Against intellectual Monopoly", de Boldrin y Levine). Ahora ya también veo lo mal que le parecen a un emprendedor, precisamente el tipo al que supuestamente beneficiaría el sistema de patentes. He aquí sus palabras.
"You may want international patent protection and may wind up having to abide by these more
stringent requirements. (In my opinion, issues like this are one of the many ways in which current patent law inhibits innovation and should be remedied as a matter of public policy.)

In many industries, patents are used primarily for defensive purposes, as a deterrent to hold competitors at bay." (Observad lo constructivo que es el uso más habitual de las patentes, según Ries).

En esencia, excelente tratado que dará para mucha reflexión. Y, aunque no lo he dicho, trufado por numerosos casos de estudio reales, que contribuyen a hacerlo también de amena lectura.