viernes, 30 de mayo de 2008

La balanza comercial: A quién le importa

Dije ayer que hoy hablaría de este otro juego del despiste que es la balanza comercial. Y precisamente hoy se se publica el dato de que nuestro déficit en la misma es el 12,1% del PIB, que al parecer es record mundial. Ya están los analistas llevándose las manos a la cabeza y la oposición afilando las navajas. Y yo digo que a quién le importa este déficit.

Como ayer, empecemos con el concepto: ¿qué significa tener un déficit de la balanza comercial? Pues muy fácil: que el conjunto de los españoles gasta más en compras en otros países, de lo que la gente de otros países compra a España. Así que no hay un déficit comercial de España, si no una deuda de determinados españoles (en neto) con ciudadanos extranjeros. Mientras estos españoles hayan tomado esa decisión libremente, francamente no alcanzo a entender cuál es el problema de tener un déficit o un superávit en la balanza comercial.

La perspectiva cambiaría si cuando hablamos de déficit comercial de España nos estuviéramos refiriendo a déficit del Estado español: esto es, a lo que deja a deber nuestro Gobierno a entidades de otros países para financiar su gasto público por no alcanzar nuestros impuestos para cubrirlo. En ese caso, de todas formas, nos estarían enseñando el lado incorrecto del asunto, siendo el correcto, como vimos ayer, el gasto público total. ¿Qué más da que el Estado se endeude con sus ciudadanos o con los de otros países? En todo caso, no es esta la interpretación del déficit de la balanza comercial.

En realidad, el pretendido interés de la magnitud viene de un sentimiento nacionalista: si España tiene supéravit, es que exportamos más que importamos, o sea, que tenemos una economía potente cuyos productos son valorados allende nuestras fronteras. En este sentido, el Estado tendería a colocarse la medallita (como si dependiera de él una cosa o la contraria). Y al contrario, si hay déficit, es que nuestros productos son mal valorados (relativamente) y el Estado tiene motivo para el sonrojo.

Ya vemos que todo es mentira, pues todas esas decisiones son tomadas por los individuos en función de los intereses, y la balanza comercial únicamente es una agregado absurdo de esas decisiones. España no tiene déficit comercial aprehensible; España no debe nada al mundo. Hay ciudadanos españoles que lo deben, porque así lo han decidido y ya está. Y vuelvo a plantear la pregunta anterior: ¿es mejor deber pasta a otro español que a un extranjero? Qué sentimiento patriótico más raro.

Un último punto interesante en relación con esto sería el referido, sí, claro, a la inflación. Si nuestra deuda con el extranjero está denominada en la moneda nacional (digamos, peseta, por claridad), una opción del Estado para facilitar la devolución de la deuda (no lo olvidemos, adquirida por individuos) es inflar la moneda, de forma que se devalúe y lo haga también el importe de la deuda en términos reales. Estupenda solución para España, ¿verdad?

Sí, sobre todo para los que tenían la deuda, que la ven reducida, a costa de que todos los españoles pierdan riqueza. Pero todo sea por el interés de España.

jueves, 29 de mayo de 2008

Superavit y déficit público: una mentira del Gobierno

Asistimos estos días con creciente preocupación al repentino agotamiento del superavit presupuestario del Gobierno central. Clama la oposición, atenúa su importancia el Gobierno, y se tiran de los pelos los analistas: ya hemos dilapidado nuestra posición ante las vacas flacas que se avecinan. Y, me parece, todos viven en una ficción, en la que quieren meternos.

Para hablar de este tema, hay que tener claro, de entrada, lo que supone el superávit y el déficit público. Fácil, ¿no?; superávit, que los ingresos superan los gastos públicos; déficit, que los gastos superan a los ingresos. ¿Qué es mejor? Obviamente, el superávit... ¿o no?

Démosle otra vuelta al asunto: ¿cuáles son los ingresos públicos? Nuestros impuestos. ¿En qué consiste el superávit? En que el Gobierno nos ha quitado de forma obligatoria más dinero del que ha podido gastar, del que necesitaba. ¿Nos lo va a devolver? Y el déficit supone que el gobierno ha gastado más de lo que nos ha quitado, lo que implica que los próximos años nos tendrá que arrebatar dinero para devolver esa deuda. O mejor, que parte del dinero que nos quite, lo dedicará a cubrirla.

Bien hasta aquí. Así que, vuelvo al origen: ¿Qué es mejor un superávit de 3 MEuros o un déficit de la misma cantidad? No tengo forma de decirlo. ¿Por qué? Porque estoy mirando en el sitio incorrecto.
Completemos la pregunta: ¿Qué es mejor, un superávit de 3 M Euros con un gasto público de 97 MEuros, o un déficit público de 3 M Euros, con un gasto público de 5 M Euros?

Aquí ya se ve mejor la trampa. Obviamente, es mejor el déficit, pues solo ha supuesto unos impuestos de 2 M Euros (5 - 3); el magnífico superávit que tanto nos hubieran vendido, implicaba 100 M Euros de impuestos.

Con lo que llego a mi conclusión final. Los Gobiernos, con la complicidad de la mayor parte de medios y analistas, atraen nuestra atención sobre unos indicadores falaces de su gestión, superávit y déficit público, y así no nos damos cuenta de dónde está el verdadero problema: el crecimiento del gasto público, o de su variable perfectamente correlada, los impuestos. Aquí sí que de verdad nos hacen daño. Sigamos viviendo en la ficción, no obstante.

Mañana hablamos de la balanza comercial.
PS: Por cierto, la correlación entre gasto público e impuestos es cuasi perfecta en ausencia de... lo habéis adivinado, inflación. Quizá por eso a la inflación (en el 4,7% dice el IPC hoy) se le llama el impuesto de los pobres.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Los medios de comunicación nos guian

No lo puedo evitar, cada vez estoy más harto de los pseudo-telediarios a que nos someten las cadenas nacionales, especialmente las privadas. La pública no la puedo juzgar porque la dejé de ver en 2004, que ya me sabía como funcionan los socialistas con la TVE.

Los telediarios tienen el privilegio de constituir para la mayoría de los españoles la guia de la realidad en el proceloso mundo que nos rodea. Lo que dice la tele es la verdad: "lo han dicho en la tele". Cualquiera que haya visto tratado en los media algún tema que conozca bien, sabe que no lo tratan, lo maltratan, no se sabe si por incompetencia o por negligencia. Hay honrosas excepciones, pero se puede generalizar que la realidad que nos cuentan no es la realidad.

Por eso me fastidia sobremanera cuando les da por un tema. Hace poco les dio por el pervertido austriaco que había tenido a su hija secuestrada y había hecho no sé cuantas burradas. Y tuvimos noticias del tipo durante quince días. ¿No es increible? Los señores de la tele deciden que eso es lo que nos interesa, y ya no hay nada que hacer. Y, lo más triste, es que encima acertarán.

Ahora llevamos ya unos días con la polémica entre cocineros. Y yo me pregunto: ¿a cuánta gente le puede interesar que Ferrán Adriá use o no química en sus recetas? ¿Cuántos de los presentes vamos a pasar alguna vez en la vida por el restaurante de este señor? Pues nada, ahí estamos, como si fuera asunto de salud nacional. Por cierto, que seguro que lo del aceite de girasol tuvo menos cobertura (afortunadamente, dada la calidad de la información que dio base al escándalo).

Y contra esto, ¿qué se puede hacer? Fácil: apagar la tele, o, al menos, poner otra cosa. De los 15-20 minutos que dedican a noticias serias, ¿hay algún minuto que sea fiable?. ¿No es mejor leer un libro que perder el tiempo dejándote engañar? ¿Necesitamos de verdad saber las cosas que las teles nos cuentan?

martes, 27 de mayo de 2008

Sigue subiendo la inflación

Ha salido el índice de precios industriales. Ha subido más de un 7%. Los alimentos, un 10%. Qué barbaridad. Supongo que no tardará en verse reflejado en el IPC, por lo que la inflación, medida con este parámetro, sigue disparada.

Y seguirá. Los que hayáis leído algunas de las entradas anteriores, ya sabéis que no es un fenómeno natural, que no es algo que ocurre porque sí. Que los precios no tienden a subir como si fueran globos. Que la razón de estas subidas generalizadas no es otra que la emisión alegre de dinero falso por parte de los Gobiernos.

Que el dólar esté devaluándose con respecto al Euro lo único que significa es que la FED imprime billetes a más velocidad que el BCE. De ahí los denodados intentos porque estas entidades actúen coordinadamente. Así nos lo venden, encima: el Banco de Inglaterra, la FED, el BCE y los suizos se coordinan para meter dinero en el sistema contra la crisis. Esa es la causa de la inflación, y no otra. Todos sabemos que estos bancos han estado insuflando dinero alegremente desde agosto para paliar la crisis del "credit crunch". Ese dinero "falso" poco a poco se extiende por el sistema y devalúa el existente hasta el momento, haciendo que suban los precios de todas las cosas.

Por el camino, se benefician los primeros receptores de la pasta, que encuentran todos los precios sin crecer. Como cuentan con más pasta, aumenta la demanda de los bienes que les interesan, y sus precios; estos nuevos receptores, hacen lo propio... y así hasta llegar a los últimos rincones del sistema. Pero claro, los últimos en recibir el dinero ya encuentran todos los precios al alza, y no se benefician de la medida. Al contrario, sus ahorros se devalúan.

¿Quiénes son los primeros receptores del dinero? Los bancos. Así que cada vez que los bancos centrales salvadores insuflan dinero al sistema, están beneficiando arbitrariamente a estos, como primeros receptores. Es fácil adivinar en qué momento dejarán de insuflar "pasta": cuando los bancos hayan salvado "el culo" (y perdonen la expresión). Pero, para entonces, ¿dónde estará la inflación?

Así que cada vez que leais lo de la acción coordinada de los bancos, o que el BCE bate un record en inyección de liquidez, o que la FED baja los tipos, echaros a temblar... ya sabéis lo que viene unos meses después.

lunes, 26 de mayo de 2008

La solución: la deuda pública

Así que, según leo en El Confidencial, http://www.cotizalia.com/cache/2008/05/26/96_solbes_tendra_tirar_deuda_publica_mantener.html, el Gobierno pretende tirar de la deuda pública para cubrir la estrategia presupuestaria.

Gracias a ella, no será necesario dejar caer ni inversión pública ni el gasto social, pese al fuerte deterioro de la actividad económica, que está disminuyendo los ingresos del Estado. La deuda pública como instrumento de política económica anticíclica. Total, según datos del propio artículo, la deuda pública solo supone el 35% del PIB, frente al 56% que ha llegado a suponer en otros momentos. O sea, que hay recorrido.

Son tantas las falacias de estos razonamientos que uno no sabe ni por donde empezar. Por ejemplo, quién dice que el "óptimo" de deuda pública sea el 56% del PIB. ¿Qué pasa, que porque se ha llegado a alcanzar ese nivel en algún momento de la historia ya hay recorrido mientras no se alcance? Qué tonteria. Esperemos que no se les ocurra aplicar el mismo razonamiento al paro.

Pero luego miremos con respecto a que se mide la deuda: el PIB. Una persona o una empresa normal compararía su deuda con los activos que posee, por ejemplo; o con la renta anual que estima percibir. Jamás se le ocurriría compararla con los activos del barrio, o con los salarios de la comunidad de vecinos. Pues el Estado no, el Estado pone su deuda en relación con la riqueza que todos generamos. ¿Qué tendrá que ver? Bueno, sí puede tener que ver... con la concepción totalitaria de que todos esos ingresos pueden eventualmente ser confiscados para satisfacer la deuda.

Pero seguimos, ahora en línea Bastiat de lo que se ve y lo que no se ve. Así que es una política anticíclica que el Estado se endeude para gastarlo. Que se endeude quiere decir que alguien, los ciudadanos, le prestamos dinero. Este dinero, evidentemente, no lo podremos gastar nosotros, pues lo hemos prestado. Por tanto, es falaz que sea necesario el endeudamiento del estado para hacer política anticíclica. De hecho, se podría argumentar que nos den dinero a nosotros (por ejemplo, que nos devuelvan los impuestos) y también lo gastaremos anticíclicamente. ¿A qué no cuela?

Pero es que el endeudamiento del Estado es aún peor: primero, porque extrae recursos de la sociedad según se acaba de describir, y no incrementa pues el gasto; y segundo, porque esa deuda habrá que devolverla eventualmente, para lo cual será necesario de nuevo extraer recursos de la sociedad.

Y aún nos quedaría por analizar porque es necesariamente deseable que aumente el gasto, sea del Estado o de los ciudadanos, en una situación de crisis...

domingo, 25 de mayo de 2008

Prohibido salir de Cataluña

Hoy vamos con pajareo del bueno. En una entrada anterior me referí al incremento de poder de las CCAA a costa del Estado central como una buena noticia desde un punto de vista liberal. El argumento resumido venía a ser que, dado el menor ámbito territorial de aquellas, siempre tendrían menor poder global que un Estado central, a igualdad de competencias.

En ausencia de esas normativas centrales, cabía esperar cierta competencia liberal entre las CCAAs, puesto que aquellas más intervencionistas tenderían a mostrarse más hostiles para la vida del ciudadano, quien, por tanto, tendería a cambiar su residencia a aquellas con mayor bienestar (i.e, menos intervencionistas). Aunque solo sea para ahorrar impuestos.

En estas condiciones, una CCAA tan crecientemente intervencionista como se está mostrando Cataluña, cuya clase política se enriquece a costa del bienestar de sus ciudadanos, obviamente se encontraría perdiendo ciudadanos, esto es, pagadores de impuestos, que preferirían residir en otras que no les presionaran tanto. De hecho, como decía en la entrada antes aludida, esto parece estar ocurriendo ya debido al Impuesto de Sucesiones.

En estas condiciones, o Cataluña entra en una carrera liberal (lo que sería lo ideal para los ciudadanos catalanes) eliminando también impuestos e intervencionismo; o, como alternativa, se dedica a poner barreras para que sus ciudadanos puedan abandonar el territorio.

Dichas barreras podrían consistir en prohibiciones explícitas (técnica ya usada en países totalitarios) o en obstáculos más sutiles. Puestos a pensar en alguno de estos... ¿qué os parece el idioma? Si la gente no es capaz de hablar otra cosa que catalán, encontrará difícil poder emigrar incluso a los territorios limítrofes, de la misma forma que a los españoles nos cuesta en general emigrar a otros países europeos.

Prefiero no elucubrar más por hoy, que luego me dicen paranoico.

sábado, 24 de mayo de 2008

Huelgas en los servicios públicos

Esta semana hemos sufrido en Madrid la huelga de los vigilantes de los parquímetros; recientemente, tuvimos las de la EMT y el metro, y tampoco están lejanas las de las basuras del Metro, en un pueblo malagueño, o la espectacular en Napoles, o la terrible de los funcionarios de justicia La pregunta surge sola: ¿por qué parece que solo hay huelgas en los servicios públicos? ¿Son sus trabajadores los únicos que pueden conseguir sus objetivos con este medio?

Tradicionalmente, solía pensar que son los únicos que las hacen porque son los únicos que pueden usar como rehenes de sus pretensiones al resto de los ciudadanos, cosa que no está al alcance de otros trabajadores.

Sin embargo, recientemente he cambiado mi punto de vista. Ahora soy más bien de la opinión de que, para estos trabajadores, la huelga es la única forma de conseguir cosas que los trabajadores del sector privado pueden conseguir con su trabajo e incremento de productividad.

La base de este punto de vista está en la perspectiva que para cada agente, el público y el privado, supone una "inversión", en sentido amplio. Pensemos que un gobierno hace un puente para dar servicio a sus ciudadanos. Desde el momento en que el puente está operativo y el objetivo político amortizado, su mantenimiento pasa a ser exclusivamente un centro de costes. Para el Estado, dicho puente no supone otra cosa, y su entusiasmo por el dicho mantenimiento será perfectamente descriptible.

Por el contrario, si el puente es hecho por un agente privado, para obtener beneficios en su explotación, la citada infraestructura es percibida como un centro de ingresos, y el dueño tiene todos los incentivos para cuidarlo y mantenerlo adecuadamente.

Pues bien, esto mismo es lo que pasa con los trabajadores de los servicios públicos: constituyen únicamente un centro de costes para el Estado, y no tiene ningún incentivo para "cuidarlos". Al contrario. Esto con independencia de que sus condiciones de partida puedan ser mejores que las del trabajador del sector privado, dentro de la clásica ineficiencia de gestión del sector público.

Pero lo cierto es que, dada la ausencia de incentivos de su empleador por mantenerlos productivos, su única arma para mejorar las condiciones de trabajo es la huelga. Así que periodicamente nos tocará sufrir de forma inevitable estos fenómenos. Mejor no pensar que, encima de los perjuicios que nos causan, terminará traduciendose en una subida de impuestos.

jueves, 22 de mayo de 2008

Los mejores trenes del mundo

Pues sí, parece que los mejores trenes del mundo están en Japón. El tren bala allí es una maravilla, con 4 servicios por hora entre ciudades que distan más de 1500 Km. Al parecer no se le conocen retrasos, ni ha tenido ningún accidente en su historia. No está mal para un país sujeto a terremotos frecuentes, ¿no?

Pero es que las redes locales también están a la altura. Entre Nara y Kyoto, separadas por 70 Km, tienes servicios cada 10-15 minutos, en una de las líneas que sirven el trayecto.
Porque, y aquí es donde quiero llegar, en Japón sí hay competencia entre servicios ferroviarios. No competencia de m... con un gestor de infraestructuras y carriers y slots. No, competencia en líneas ferroviarias, con despliegue propio e integración vertical. Y, claro, la consecuencia no puede ser otra que tener los mejores trenes del mundo.

Solo en Kyoto debe de haber unas cinco líneas ferroviarias, cada una con sus vias, sus estaciones y sus trenes. En Tokyo directamente renuncio a dar una cifra, no soy capaz mirando el mapa de transporte público.

De hecho, la compañía nacional, Japan Railways, es al parecer una alianza de compañias privadas locales, no una compañía pública (como Renfe o SNCF). Y tampoco los competidores alternativos son pequeños, solo hay que ver el enorme edificio de la estación de la compañía Namba en el centro de Osaka. Impresionante.

Confieso que el análisis no deja de ser ligero. Desconozco hasta que punto estas líneas en competencia se han desplegado o no mediante sistemas de privilegios (concesiones) o si han tenido derecho de expropiación. Lo único que sé es que hay muchas compañías en competencia, que compiten integradas, nada de derechos de acceso sobre algún supuesto dominante, y que Japón tiene el mejor servicio ferroviario del mundo.

Y el que quiera entender, que entienda. Otro día hablamos del suelo en Japón.

sábado, 10 de mayo de 2008

Partir es morir un poco

Sí, sobre todo cuando se tienen hijos, pequeños, tres. Uno prepara su viaje con ilusión, cuida los detalles, se imagina lo que va a ver y a vivir. Pero, cuando llega el momento, hay que separarse de los pequeños, y uno se va con sensación agridulce.

Está claro que, ya allí, el viaje merecerá la pena, y veré cosas para recordar y para contarles a ellos. Es cierto que, cuando me quiera dar cuenta, estaré aquí de nuevo, y los tendré pegados al pantalón, si es que tengo la suerte de que me hagan caso entre ordenador y Nintendo. Pero tras el momento de la separación, solo hay silencio y reflexión. ¿De verdad merece la pena?

Y, de momento, está fuera de la cuestión llevarlos contigo: sería una tortura para ambas partes interesadas. Una clara muestra de que no existen intereses comunes ni siquiera en la unidad familiar.

Te cuesta más irte. Pero hay una parte positiva también: te cuesta menos, mucho menos, volver, porque sabes que aquí están ellos, esperándote, dormidos posiblemente cuando llegues a casa. Y al día siguiente, todo vuelve a ser igual. Todo, no: unas cuantas fotos sirven como prueba irrefutable de la aventura, y unos cuantos recuerdos colaboran a enriquecer tu vida y, un poquito, las de ellos.

Da igual lo que pueda escribir aquí: les voy a echar de menos.

jueves, 8 de mayo de 2008

La economía se recuperará a mediados de 2009!!!

Al parecer eso es lo que ha dicho nuestro ínclito ministro de Economía. Uno se pregunta con qué artes y brujerías son capaces algunos economistas de subirse a la palestra y echarle narices para hacer este tipo de previsiones. Claro, que como la memoria es corta, nunca hay nadie en el momento supuesto del cumplimiento de la previsión para recordárselo. Y, si lo hubiera, se podría explicar de forma perfectamente razonable el por qué de la desviación.

En todo caso, sí cabe hacer un poco de crítica "austriaca" a esta previsión concreta, y de paso hablar un poquito de la teoría del ciclo según dicha escuela económica.

Para los austriacos, el ciclo económico no es natural, si no algo generado por la acción humana. Lo que ocurre es que, en la fase alcista, mucha gente realiza una serie de previsiones equivocadas y está dispuesta a pagar más por algo que no vale tanto; en la fase bajista, todos se dan cuenta de los errores, y se necesita un proceso de liquidación de activos, para que los recursos se puedan redirigir a los usos donde los individuos más los valoran.

Sobre las causas de ese error sistemático y generalizado, ya hablaremos otro día. Baste decir que, sí, lo habéis adivinado, tiene que ver con la inflación.

Ahora lo importante es centrarse en el caso español: no creo equivocarme mucho si apunto al sector de la construcción como el receptor de ese exceso de recursos. El producto de este sector son casas, inmuebles, que en muchos casos aún se están construyendo, aunque no se vendan. Además, es un sector hiper-regulado, lo que significa poca capacidad de adaptación al cambio.

¿Alguien puede creer que, en este sector, y en estas condiciones de regulación, el ajuste va a durar solo 1 año? Hablando en plata, se trata de vender casas, miles de casas, a precios más acordes a la realidad, de forma que los recursos que se vayan liberando puedan dedicarse a usos más productivos. Solo cuando esos recursos se ajusten mejor a las preferencias de los consumidores, comenzaremos a salir de la crisis. Esos recursos son, básicamente, el capital invertido.

Así que lo de 1 año me parece difícilmente creíble, a menos que... sí, hay otra solución. ¿La adivináis? Sí, inflación, y vuelta a comenzar el ciclo expansivo. Eso sí, cada vez más cerca de la catástrofe final.
PS: Lo único que pasa es que, con la política monetaria fuera del control del señor Ministro, no parece claro que pueda acudir a la inflación con tanta alegría como otrora.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Las belles natures

Muy bonito este libro de Félicien Marceau, autor hasta ahora desconocido para mí. Es un libro de cuentos, la mayor parte de los cuales transcurren en el sur de Italia. Los cuentos están bien escritos y son muy entretenidos, con personajes incluso entrañables y situaciones, no por curiosas, menos realistas.

Di con él en una de mis compras aleatorias de libros de segunda mano, que procuró hacer cuando me toca algún viaje a la capital de Europa, Bruselas.

Me quedo con la historia de Don Pascual, especie de tragedia corneillana, sin tragedia. Don Pascual es un guappo napolitano, que es confinado por la policia en su localidad natal, la famosísima Positano en la costiera Amalfilitana.

Don Pascual tiene una hija, de la que se enamora un lugareño, pero para la que Don Pascual tiene un destino más alto: otro guappo, don Nicolas. Así que en una resolución desesperada, el lugareño decide secuestrar a la chica, garantizándose así el matrimonio por la deshonra cometida. Por supuesto, es un secuestro consentido.

Pero el ingenuo de nuestro héroe, cuando don Pascual irrumpe en su casa y encuentra a su hija, y con el fin de tranquilizar al futuro suegro, le indica que en la habitación "no hay cama". Don Pascual encuentra que su hija no ha sido deshonrada, y en ese momento la compromete con don Nicolás, también presente en la escena.

Es en ese momento cuando interviene un astuto carabinieri, que se presenta en la casa de don Pascual a confrontar los honores en estilo Corneille. Le informa de que va a detener al lugareño por secuestro de su hija; sin embargo, el honor de guappo impide a don Pascual acudir a la policia para resolver estos problemas. Por tanto, niega que haya habido tal secuestro. De ello deduce el carabinero que la chica se ha presentado por propia voluntad en casa de su "novio". Si no ha ido obligada, entonces ha ido voluntariamente. Y se pone en duda el honor de la hija.

En esta situación entre la espada y la pared, don Pascual opta por su honor de guappo, como bien intuía el policia. Por lo que lo siguiente es cuestionar quién podría casarse con una casquivana que visita por las noches la casa de otros hombres.

Por supuesto, en este cuento no hay muertes finales, sino boda feliz, con activa participación del supuestamente despechado don Nicolás. Magnífico. Ahora, supongo que a este autor no se le habrá traducido a español, como a tantos otros.

martes, 6 de mayo de 2008

La bolsa sube a largo plazo

Hoy hablamos otra vez de inflación. Curiosamente, hoy el instituto Mises publica un artículo sobre la inflación de materias primas, en la misma línea de la entrada del domingo.
http://ferhergon.blogspot.com/2008/05/sobre-las-falsas-causas-de-la-inflacin.html
Aquí tenéis el artículo: http://mises.org/story/2958

Eso es lo bueno de los economistas austriacos, que nuestros análisis son consistentes unos con otros. No como los neoclásicos, que pueden hacer análisis a gusto del consumidor: que ahora necesitamos que un sector sea monopolio natural, lo demostramos; que 50 años después ya no lo es, lo demostramos con otro modelo. Vamos, la arbitrariedad que los Gobiernos necesitan para justificar sus decisiones. Más sobre esto otro día. Hoy, a la inflación.

Todos hemos ido que la Bolsa siempre sube a largo plazo. Y los análisis históricos parecen demostrarlo. Esto lo aceptamos sin más, pero cabe pensar en sus causas, porque no es inmediato. No existe ninguna ley natural por la que la Bolsa tenga que subir a largo plazo, ¿verdad?

Bueno, pues a poco que reflexionemos, y sabiendo ya las verdaderas causas de la inflación, resulta trivial la explicación. En la medida en que las acciones son también bienes que se compran con dinero, no tienen porque estar sometidas a leyes ajenas a las de los demás bienes. Así que, por supuesto, su valor sube en la medida en que el Gobierno imprime billetes y consigue que la moneda valga menos, con independencia de que realmente los gestores creen valor para el accionista, como pomposamente dicen.

De los valores de la Bolsa cabe esperar que, en ausencia de inflación, unos suban y otros bajen, en función de las preferencias de los consumidores y su renta disponible, así como de la capacidad de la empresa de adaptarse a estas variaciones. Lo que no parece razonable es que todos tiendan a subir, como nos dicen los analistas que ocurre a largo plazo.

La verdad es que estos son unos primeros apuntes, y el tema puede merecer más reflexión. Pero no parece que puedan surgir dudas sobre la relación entre esta subida a largo plazo y la inflación que genera el gobierno.

Ahí se queda.

lunes, 5 de mayo de 2008

Una cruz por la Iglesia

Aunque el debate con el tema de Isabel la Católica se ha mostrado más caliente de lo que mis conocimientos de historia me permiten mantener, prefiero dedicar la entrada de hoy a este tema, aprovechando que ha empezado otra "fiesta" de la democracia, la campaña de la renta.

Son escasísimas las oportunidades que nos da el Estado de decidir el destino de nuestros impuestos. De hecho, parecen resumirse en las dos posibles aspas que nos permiten dedicar un porcentaje a la Iglesia y otro a determinades organizaciones.

Aunque solo sea porque es una excepción dentro de la declaración de impuestos, creo que todos deberíamos optar de forma expresa por dar un paradero conocido y concreto a lo que pagamos de impuestos. Y con independencia de ser creyentes o no.

Si ese porcentaje no lo dedicamos a la Iglesia, se lo dejamos al Gobierno para que lo use como mejor le parezca, como si tuviera pocos fondos sobre los que decidir. Vamos, que si no se lo damos a la Iglesia, será Bibiana o Miguel Sebastian el que se lo dé a sus amigos. Creo que es indiscutible, con independencia de nuestra confesión, que seguro que mejor destino le da la Iglesia, organización de principios consolidados a través de los siglos, y que mantiene numerosísimas formas de ayuda a los necesitados.

Además, y esto es de destacar, pues mucha gente no lo sabe, hacer esta asignación a la Iglesia es PERFECTAMENTE compatible con asignar otro porcentaje idéntico a organizaciones como la Cruz Roja. Vamos, que se pueden marcar las dos casillas. Aunque tal como lo dispone el formulario, parece dar a entender que es o uno u otro (no seamos mal pensados, creamos que es simple negligencia).

Ejerzamos la poca libertad que tenemos sobre el dinero que el Estado nos extrae coercitivamente, y marquemos ambas casillas. Ya, ni Bibiana ni Miguel os lo agradecerán, pero sí mucha gente necesitada.

domingo, 4 de mayo de 2008

Sobre las falsas causas de la inflación

Hace unos días publiqué la explicación que da la economía austriaca de la inflación, que a mí me parece la verdadera (Ver http://ferhergon.blogspot.com/2008/04/sobre-las-verdaderas-causas-de-la.html).

Sin embargo, los políticos no pueden reconocer esto, y siempre nos buscan causas alternativas que la explican "perfectamente" y que nos dejan a todos asintiendo cual esos perritos que se llevaban en los coches hace unos años.

El discurso oficial es que la causa de la inflación actual es la subida generalizada de las materias primas, a causa de que China e India se han incorporado a la demanda global de las mismas. Evidentemente, esta supuesta causa no resiste el mínimo análisis.

Por ejemplo: vale, aceptemos que las materias primas han subido de precio. ¿Qué pasa, han subido todas a la vez? Si han subido los precios de dichas materias, habrá que dedicar más renta a su adquisición (en caso de que no se puedan disminuir las unidades compradas) y quedará menos renta disponible para adquirir otras cosas. Esta menor demanda implicará que ls precios de esas cosas alternativas bajaría, por lo que no asistiriamos a un aumento generalizado de precios.

Otro ejemplo: vale, se han incorporado a la vida económica millones de chinos e indios. Todos estos seres humanos han debido de empezar a comer hace poco, hasta ahora vivían del aire, pues es ahora cuando sube el precio del arroz.

Además, si son gente que de repente tiene dinero para comprar dicho cereal (y otros), será porque lo obtienen produciendo algo. ¿O es que el dinero se lo tiran desde el famoso helicóptero? Y si están produciendo algo todos esos chinos e indios, habrá más oferta de algunas cosas. Lógicamente, en estos bienes, los precios deberían estar bajando espectacularmente, de forma que se compensaría la subida de precios de las otras cosas, o, al menos, se atemperaría.

Pues nada, solo suben los precios. Eso sí, las autoridades monetarias siguen coordinándose para insuflar liquidez en los mercados. Léase, para que la inflación sea mundial, y no se empobrezcan unos ciudadanos más que otros.

sábado, 3 de mayo de 2008

Isabel la Católica, vista con otros ojos

Es curioso como cambia nuestra manera de pensar conforme se acumulan nuestras vivencias y experiencias.

Hace más o menos un año me leí una biografía de Isabel la Católica, la de Luis Suarez, en la edición regalada por ABC. La lectura es interesante, bien documentada, aunque tal vez un poco prolija por momentos, por lo que confieso que en algunos momentos me perdía.

En cualquier caso, la conclusión de mi lectura fue, como no podía ser de otra forma, un realce de la figura de la Reina Católica, verdadera fundadora del Estado moderno junto con su marido. En dicho libro se describen, con detalle, las distintas maniobras que tuvieron que hacer los monarcas para llevar la España de los reinos a la España consolidada territorialmente que ahora conocemos. Muchas de ellas son incomprensibles a la luz de la actualidad, pero quizá sobre esto merezca la pena hacer otro día una entrada en el blog.

Lo cierto es que un año después, y tras leer a Rothbard y a Hayek, la visión que tengo de la que me pareció en su momento una reina modelo, es completamente distinta. En efecto, las artimañas usadas por Isabel la Católica las veo ahora como los trucos usados para ir imponiendo su voluntad al pueblo, quienes ibamos perdiendo, con cada truco de su Majestad, un poco de la libertad que otrora teníamos.

Y no puede ser de otra forma: la consolidación de un Estado se consigue únicamente a costa de la libertad de los individuos, que se ven forzados a sacrificar sus intereses particulares a unos intereses generales inexistentes, creados artificialmente por aquellos que quieren imponer su voluntad. Así, vemos a las figuras históricas con un poco más de claridad, y los Reyes Católicos pasan de ser los fundadores del Estado español, a los iniciadores de la opresión estatal.

Y, confieso, veo con un poco más de simpatía las reivindicaciones catalanas de la actualidad, pues algo de sustento histórico tienen, aunque ahora sean usadas por otros dirigentes para lo mismo: imponer sus intereses particulares sobre los de los demás habitantes de Cataluña y de España.

Quién me ha visto y quién me ve, vaya por Dios.

viernes, 2 de mayo de 2008

Estamos en buenas manos

En esta democracia-ficción en que vivimos, uno de las bases de nuestra tranquilidad es la supuesta existencia de justicia y protección. Ambos servicios están en manos, normalmente, del Estado, por lo que dicha tranquilidad, una vez más, es producto más bien de nuestra imaginación que de la realidad.

Porque cuando nos enfrentamos a ésta, es bastante cruda. Por ejemplo, el reciente caso de la niña Mari Luz, o el más antiguo de la tal Madeleine, o el descubierto hace unos días en Austria. ¿Ha funcionado la policia o la justicia de forma eficiente en alguno de esos casos? Más bien no.

Desgraciadamente, no vale consolarse con que son casos excepcionales (que lo son). Una visita a cualquier comisaria despejará cualquier duda sobre la capacidad de este cuerpo para garantizar nuestra seguridad y la de nuestros bienes.

Un caso real: noche de sábado, un coche se empotra contra uno aparcado, que a su vez embiste al mío (por eso precisamente me entero del caso). Afortunadamente para mí, el mío solo sufrió bollos en la parte trasera, pero el otro quedó siniestro total. Vamos, que su dueña se quedó sin coche. ¿Hay alguien que dude de que el responsable de este atropello se va a ir de rositas? Y sin embargo ha destrozado uno de los activos más importantes de una persona, y posiblemente haya alterado su modus vivendi radicalmente.

O un caso más sencillo: las bandas que se dedican a destrozar los retrovisores de los autos. ¿Hay alguna posibilidad de que estos cuerpos en que se sustenta nuestra seguridad pongan fin a estas acciones? Me da la risa solo de pensarlo.

Pero sigamos instalados en nuestro universo. Pensemos que la seguridad pública funciona, y vivamos tranquilos. Por suerte, la mayor parte de nosotros no tendrá más que necesidades puntuales de sus servicios. Pero en esos casos de extremada gravedad, nuestra vida da un vuelco, y no hay ninguna garantía de que se nos defienda adecuadamente ante esa tesitura.

jueves, 1 de mayo de 2008

Mal momento para los musicales

La crisis económica que se avecina tiene ya efectos muy concretos, que se pueden llevar por delante estos espectáculos, que tanto tiempo había costado consolidar en Madrid.

El otro día observé que Jesucristo Superstar, estrenado a bombo y platillo en septiembre, cerrará en junio. Ya han tenido que realizar numerosas promociones (una de las cuales fue aprovechada por un servidor para verlo a mitad de precio), pero aún así la cosa no da de sí. Hombre, a mí personalmente no me gustó demasiado el montaje, aunque es de calidad (las canciones, en cambio, son muy buenas). Pero aún así no es normal que ya lo estén retirando.

Otro musical, este de mucho nivel y detalle, pero que ha pasado sin pena ni gloria, era el del "Rey de Bodas". La música no es tan conocida, pero os aseguro que el montaje estaba a la altura de lo mejor del West End. Pues tambíén me lo pude ver a precio de saldo, y además con el teatro medio vacio en un domingo por la tarde. Acabo de ver que lo cerraron el 9 de marzo.

Me llevo la sorpresa de que el incombustible "No me puedo levantar" también cerrará en junio. Y que el "Quisiera ser", con música del Duo Dinámico, también tiene suculentas promociones, que, visto lo visto, parecen ser el comienzo de los estertores de la producción.

Se salvan, de momento, "La Bella y la Bestia" (el mejor, claro está, una apuesta segura) y el recién estrenado "Diario de Anna Frank".

Así que tras unos meses de crisis ya casi nos hemos quedado en cuadro. ¿Qué pasará cuando arrecie? Qué pena. Y pensar que llegamos a tener 5 ó 6 musicales simultáneamente en Madrid...