Esta semana hemos sufrido en Madrid la huelga de los vigilantes de los parquímetros; recientemente, tuvimos las de la EMT y el metro, y tampoco están lejanas las de las basuras del Metro, en un pueblo malagueño, o la espectacular en Napoles, o la terrible de los funcionarios de justicia La pregunta surge sola: ¿por qué parece que solo hay huelgas en los servicios públicos? ¿Son sus trabajadores los únicos que pueden conseguir sus objetivos con este medio?
Tradicionalmente, solía pensar que son los únicos que las hacen porque son los únicos que pueden usar como rehenes de sus pretensiones al resto de los ciudadanos, cosa que no está al alcance de otros trabajadores.
Sin embargo, recientemente he cambiado mi punto de vista. Ahora soy más bien de la opinión de que, para estos trabajadores, la huelga es la única forma de conseguir cosas que los trabajadores del sector privado pueden conseguir con su trabajo e incremento de productividad.
La base de este punto de vista está en la perspectiva que para cada agente, el público y el privado, supone una "inversión", en sentido amplio. Pensemos que un gobierno hace un puente para dar servicio a sus ciudadanos. Desde el momento en que el puente está operativo y el objetivo político amortizado, su mantenimiento pasa a ser exclusivamente un centro de costes. Para el Estado, dicho puente no supone otra cosa, y su entusiasmo por el dicho mantenimiento será perfectamente descriptible.
Por el contrario, si el puente es hecho por un agente privado, para obtener beneficios en su explotación, la citada infraestructura es percibida como un centro de ingresos, y el dueño tiene todos los incentivos para cuidarlo y mantenerlo adecuadamente.
Pues bien, esto mismo es lo que pasa con los trabajadores de los servicios públicos: constituyen únicamente un centro de costes para el Estado, y no tiene ningún incentivo para "cuidarlos". Al contrario. Esto con independencia de que sus condiciones de partida puedan ser mejores que las del trabajador del sector privado, dentro de la clásica ineficiencia de gestión del sector público.
Pero lo cierto es que, dada la ausencia de incentivos de su empleador por mantenerlos productivos, su única arma para mejorar las condiciones de trabajo es la huelga. Así que periodicamente nos tocará sufrir de forma inevitable estos fenómenos. Mejor no pensar que, encima de los perjuicios que nos causan, terminará traduciendose en una subida de impuestos.
2 comentarios:
Para ser precisos, virtud que no deberías perder, los vigilantes de los parquímetros y los limpiadores del metro de Madrid son empleados de empresas privadas que han ganado contratas con los entes públicos correspondientes, y sin embargo hacen huelgas...
Sin embargo esto no invalida tu argumento. Las empresas privadas están limitadas por las condiciones que les ha impuesto el ente público en la contrata y no operan en régimen de libertad total. Si a esto le sumas que ambas huelgas tienen un elevado componente político por la manipulación de los sindicatos, pues....
Bien la puntualización. Empecé hablando de servicios públicos, pero en algún punto de la entrada no soy suficientemente preciso y hablo de empleados del sector privado.
Thanks, man.
Publicar un comentario