Muy bonito este libro de Félicien Marceau, autor hasta ahora desconocido para mí. Es un libro de cuentos, la mayor parte de los cuales transcurren en el sur de Italia. Los cuentos están bien escritos y son muy entretenidos, con personajes incluso entrañables y situaciones, no por curiosas, menos realistas.
Di con él en una de mis compras aleatorias de libros de segunda mano, que procuró hacer cuando me toca algún viaje a la capital de Europa, Bruselas.
Me quedo con la historia de Don Pascual, especie de tragedia corneillana, sin tragedia. Don Pascual es un guappo napolitano, que es confinado por la policia en su localidad natal, la famosísima Positano en la costiera Amalfilitana.
Don Pascual tiene una hija, de la que se enamora un lugareño, pero para la que Don Pascual tiene un destino más alto: otro guappo, don Nicolas. Así que en una resolución desesperada, el lugareño decide secuestrar a la chica, garantizándose así el matrimonio por la deshonra cometida. Por supuesto, es un secuestro consentido.
Pero el ingenuo de nuestro héroe, cuando don Pascual irrumpe en su casa y encuentra a su hija, y con el fin de tranquilizar al futuro suegro, le indica que en la habitación "no hay cama". Don Pascual encuentra que su hija no ha sido deshonrada, y en ese momento la compromete con don Nicolás, también presente en la escena.
Es en ese momento cuando interviene un astuto carabinieri, que se presenta en la casa de don Pascual a confrontar los honores en estilo Corneille. Le informa de que va a detener al lugareño por secuestro de su hija; sin embargo, el honor de guappo impide a don Pascual acudir a la policia para resolver estos problemas. Por tanto, niega que haya habido tal secuestro. De ello deduce el carabinero que la chica se ha presentado por propia voluntad en casa de su "novio". Si no ha ido obligada, entonces ha ido voluntariamente. Y se pone en duda el honor de la hija.
En esta situación entre la espada y la pared, don Pascual opta por su honor de guappo, como bien intuía el policia. Por lo que lo siguiente es cuestionar quién podría casarse con una casquivana que visita por las noches la casa de otros hombres.
Por supuesto, en este cuento no hay muertes finales, sino boda feliz, con activa participación del supuestamente despechado don Nicolás. Magnífico. Ahora, supongo que a este autor no se le habrá traducido a español, como a tantos otros.
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