lunes, 13 de junio de 2016

Revival, de Stephen King

Con Stephen King tengo una especie de relación-odio inmerecida para el famoso escritor. Por un lado, me da una pereza enorme comenzar a leer sus libros, a los que, como no puede ser de otra forma, atribuyo las cualidades negativas de un best-seller. Pero, por otro, aún me me ha decepcionado en ninguna de las lecturas de sus novelas. Es un magnífico escritor, y no solo por las tramas de sus novelas y su estilo, también por los temas que toca y las reflexiones que introduce.

He leído bastantes cosas de él, y sin duda lo que más me gustó fue la magnífica saga de la Torre Oscura, en que disfrute enormemente. Por cierto, no es de terror, y la recomiendo a todo el que no la conozca.

El último libro de King es este Revival que acabo de leer. Por lo que dice en la dedicatoria, el título parecía una especie de símbolo de la obra de King, pero compruebo rápidamente que de eso nada, que el autor no ha parado de escribir y producir en los últimos tiempos, o sea que nada de un Revival de King.

La historia no es especialmente original, pero la forma en que la cuenta King la hace típicamente absorbente. Del estilo de Stephen King lo que más me gusta, en esta obra, son esas frases cortas con las que pone colofón a una situación o pensamiento, y que te dejan en la incertidumbre tras algo que parecía claro.

¿De qué va la historia? Pues el narrador es un tipo con cierta dotes y experiencia musical y que fue rescatado de la droga por su antiguo pastor de la niñez, ahora dedicado a la experimentación "sobrenatural" con la electricidad. En realidad, es este pastor el verdadero protagonista del libro, y en torno a quien orbitan los acontecimientos, aunque en algunos momentos la trama parezca separarse de él. Y la intriga se desarrolla en torno a los efectos secundarios de las curaciones que, voluntaria o involuntariamente para los pacientes, realiza el ex-pastor.

Todo lo que ocurre, sobre todo en la niñez-adolescencia del narrador, en los 60-70, tiene el puro sabor de las pelis de Spielberg, y también es perfectamente previsible qué rol van a jugar cada uno de los episodios de dicha niñez en los momentos finales de la trama. ¿Quizá me parece todo tan previsible porque veo demasiadas series? Lo que pasa es que el estilo narrativo de King es absorbente y fluido, e incluso aunque anticipas por dónde va a ir la trama, no pierde atractivo la lectura.

En cuanto al aspecto filosófico-reflexivo, el tema que plantea King es también interesante y de actualidad: ¿qué es legítimo arriesgar para hacer avanzar la ciencia? ¿Es moral curar a pacientes desesperados sin poder anticipar los efectos secundarios que tal cura pueda tener, incluso si ellos quieren?


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