lunes, 12 de septiembre de 2016

El almuerzo desnudo ("Naked Lunch"), de W.S. Burroughs

Ya anticipaba en la entrada sobre "Las ventajas de ser un marginado" que este libro había entrado en mi lista de futuras lecturas. Y aprovechando la curiosidad y ser una obra relativamente breve, ya me he aventurado en su lectura. En mala hora.

Al protagonista del libro de Chbosky, al marginado, el libro se le hace incomprensible al principio, pero al final da a entender que le ha gustado. A mí me pasó un poco al contrario: el prefacio promete un libro que puede ser interesante, pero rápidamente, en cuanto empieza, se transforma en una verdadera pesadilla desagradable, inconexa, infumable y... prescindible.

En el prefacio el autor nos confiesa su adicción a determinadas sustancias, y nos habla casi científicamente de la diferencia entre drogas que causan adicción física, y otras que no, aunque sí creen dependencia por el placer que proporcionan. Esta parte es interesante, así como la confesión de que este libro es como "Naked lunch", la comida desnuda que tenemos en la punta del tenedor justo antes de llevárnosla a la boca y en la que se ve tal cual es. Por cierto, si el traductor del título hubiera leído esta pequeña reflexión, supongo que no lo hubiera traducido de la forma que se hizo.

A partir de aquí entramos en una serie de escenas inconexas a cual más depravada, en la que son constantes las sodomías y actos sexuales aún más violentos, a poder ser con participación de niños, eso sí, sin distingos de razas o nacionalidades. Todos los protagonistas de esta pesadilla hacen cosas por el estilo, o no se sabe, o no se sabe siquiera si son protagonistas. Determinados nombres aparecen varias veces a lo largo de la narración, aunque no podría asegurar si son los mismos individuos.

Las cosas ocurren en distintos países y ciudades del mundo, pero sin continuidad. La sensación constante en la lectura es que no sabes por qué estás leyendo lo que estás leyendo, ni adónde vas ni de dónde vienes. Y eso que hay veces que pareces "sincronizar" y parece haber alguna historia, hasta que cinco minutos después te das cuenta de que no sabes cómo has llegado al nuevo sitio desde que sincronizaste.

En todo caso, el autor confiesa, de forma explícita al final, que son cosas que escribía bajo el efecto de las drogas, y que esa debe de ser la causalidad en ese mundo. De hecho, el hombre parece haber experimentado sobre sí mismo numerosos tratamientos y combinaciones para ver qué daban de sí. Y también hay que reconocerle que se pronuncia claramente en contra del consumo de estas sustancias, contra el cual pretende que esta "Comida desnuda" sea un disuasor.

Pese a todo, lo siento, me ha parecido basura ilegible: no la recomendaría en ningún caso, y no la volvería a leer, ni al autor le daría otra oportunidad. Con todo, os dejo una frase del libro, que espero corresponda a un momento de más lucidez que de colocón:

"Bureaus cannot live without a host, being true parasitic organisms (A cooperative on the other hand can live without the state. That is the road to follow. The building up of independent units to meet needs of the people who participate in the functioning of the unit. A bureau operates on opposite principle of inventing needs to justify its existence.) Bureaucracy is wrong as a cancer, a turning away from the human evolutionary direction of infinite potentials and differentiation and independent spontaneous action, to the complete parasitism of a virus"
Ni Mises, vamos.

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