domingo, 25 de septiembre de 2016

El último reino ("The Last Kingdom"), de Bernard Cornwell

Llego a este autor y esta serie de novelas históricas gracias a la serie homónima, a la que a su vez llegué siguiendo la serie "Vikingos". En esta serie se nos cuenta la resistencia y eventual triunfo del reino de Wessex a las invasiones vikingas que sufrió Gran Bretaña en el siglo IX. Esta resistencia dio lugar a la posterior unificación de los diversos reinos preexistentes en lo Engaland, nombre que no es difícil imaginar que terminó en la actual England.

El protagonista de la serie es un personaje de ficción, Uhtred, hijo de Uhtred, y nieto de Uhtred, al que el autor otorga el señorío del actual castillo de Bamburgh. Sin embargo, el verdadero protagonista de la historia es el rey Alfred, nos informa el autor, Alfred el Grande, quien tuvo la capacidad de resistir la invasión, y la visión para unificar los reinos preexistentes (North Umbria, Mercia, East Anglia y, por supuesto, Wessex) en uno solo. La ventaja de usar Uhtred como protagonista es que facilita mucho la narrativa de ambas partes involucradas en la contienda, pues pasa de un bando a otro con relativa facilidad, aunque nunca como traidor, sino como prisionero o amigo.

No me detendré demasiado en los sucesos contados en esta primera entrega de las, nada más y nada menos, nueve de que consta la serie. En esta primera parte se nos cuenta cómo empieza la invasión vikinga y cómo rápidamente se hacen con todos los demás reinos de la isla, y preparan la invasión de Wessex. Esta fracasará, en parte gracias a la suerte (o el destino), y cuando finaliza la novela nos encontramos con Uhtred habiendo derrotado a Ubbu, uno de los grandes jefes vikingos en la batalla del valle de Pedreda. (Por cierto, Cornwell nos informa de que nunca les llamaron vikingos en la época, sino simplemente Danes).

Visto esto, voy a lo que más me interesa, que son las numerosas reflexiones que aparecen en la novela sobre la comparativa de religiones, y también sobre las costumbres en la época. Aunque el estilo narrativo es ciertamente tosco, como corresponde al supuesto narrador, Uhtred, de gran agudeza e inteligencia pero poco interesado en las letras, las reflexiones formuladas son de gran interés, y llamativas por las tosquedad con que son formuladas.

Son constantes las puyas que Uhtred mete contra el Dios cristiano, al que está constantemente poniendo a prueba para justificar la descreencia de los daneses y la suya propia. En muchos casos, el puyazo es encima irónico y divertido, y se hace con una ingenuidad solo aparente. Uno de los momentos culminantes es cuando los vikingos, habiendo atrapado al rey de Mercia, ven en una de las pinturas de la iglesia el martirio de San Sebastian (que, como es sabido, murió asaeteado). El jefe vikingo pide que le expliquen lo descrito en el cuadro, algo que es diligentemente contado por uno de los monjes que acompañan al rey.

Claro: el jefe vikingo que inicialmente iba a perdonar la vida de su rival, se ve acuciado por la curiosidad de ver si podría pasar lo mismo esta vez. Y llegan al acuerdo; tirarán flechas contra el rey y si éste es salvado por el Dios cristiano, se convertirán los daneses a tan poderoso aliado. Los titubeos del rey resultan palpables ante el giro de los acontecimientos, y poco pueden ser atenuados por las afirmaciones tranquilizadoras de los monjes. El resultado es el que ya se puede imaginar, aderezado por las carcajadas de los daneses.

El otro punto culminante del debate ocurre a borde de un barco en una fiera tormenta en que perece la mitad de la flota vikinga. Entonces, el monje acompañante de Uhtred le pregunta quién es el dios del mar para los vikingos. Y, recibida la respuesta, le pide a Uhtred que le rece para que les salve, y que el hará lo mismo con el Dios cristiano.

En cuanto al tema de leyes y costumbres, el tema está menos presente, pero sí aparecen algunas ideas de interés. Por ejemplo, ¿qué ocurre con la costumbre inglesa en terreno danés? Uno de los personajes afirma que bajo dominio inglés, estaba claro, por ejemplo, cómo se penalizaba el asesinato de una persona (y describe la costumbre de la época). Sin embargo. ¿qué ocurre con los asesinados por los daneses, que no se rigen por la misma costumbre?

Dos aspectos más de interés. Primero, el detalle con que Cornwell describe combates y batallas, no en cuanto a su disposición estratégica (que carece de las sutilezas de los enfrentamientos romanos, por ejemplo), sino en cuanto al comportamiento de las personas en estos eventos. Digo que la estrategia no es muy sutil, porque básicamente se resume en usar adecuadamente lo que llaman el "muro de escudos", y poco más.

El segundo aspecto es la omnipresencia de restos romanos y la sensación que estos causan en los protagonistas. Ya son varios siglos tras la caída del imperio, y los restos de aquellas obras cobran tintes cuasi míticos entre las personas del siglo IX. De hecho, las pocas construcciones de piedra que encuentran suelen ser ruinas de edificaciones romanas, algo que muchos de ellos no son capaces de entender cómo se pudo hacer. Ello muestra la caída en calidad de vida que supuso el final de dicha sociedad, y es un aviso a navegantes de lo (relativamente) fácil que puede ser caer en condiciones de vida cuando una forma de sociedad se destruye.

O, dicho de otra forma, que si seguimos jugando con fuego, igual Mad Max no es tan imposible, porque al fin y al cabo, los ingleses del siglo IX no eran muy distintos a Mad Max al ver los restos de la civilización romana, de la que supongo que nadie pensó que se podría caer.

Comienzo la segunda entrega de la serie: The Pale Horseman.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una magnifica serie que abunda en los temas favoritos del autor; a mi me gusto mucho "El rey del invierno", sobre Arturo, donde el narrador es un sajón afiliado a las huestes arturicas.

Aunque en Inglaterra hay polemica respecto a su rigor historico, es novela fresca y magnifica de leer.

Joe Doe dijo...

Respecto al comentario anterior, sólo comentar que El Rey del Invierno forma parte de una trilogía, tratando las tres novelas como indicaba anónimo el mito artúrico desde un punto de vista "realista". Los títulos de las restantes son El Enemigo de Dios y Excalibur. Como se puede adivinar por el título de la segunda, también en ellas se trata el choque de la relogión cristiana con las antiguas creencias druídicas.

Inzitan blog dijo...

Buena saga, un poco a lo Santiago Postiguillo, es decir, un porcentaje alarmante de los capítulos son una especie de "en capítulos anteriores...", y cuanto más avanza la saga, pero. No obstante, yo me la leí completa en verano, bueno, menos el último que aún no está traducido. Entretiene, qué ya es mucho.

Ferhergón dijo...

Muchas gracias por los comentarios y recomendaciones. Por mi parte. tengo por delante 8 libros de Cornwell, o sea que otras de sus obras tendrán que esperar. Si bien lo que he leído de momento está bien, Posteguillo está muy por encima, tanto en ambientación como en estilo narrativo. No creo que Cornwell consiga emocionarme tanto como don Santiago en esa inolvidable batalla de Zama.

Dicho lo cual, también es cierto que Cornwell ha optado por una narrativa en primera persona lo que no le permite el relato espectacular de Posteguillo.

¿Habéis visto la serie sobre los libros? ¿Qué os parece?

Inzitan blog dijo...

Lo nuevo siempre parece mejor, y en cierto modo he sido injusto con Santiago, si que escribe mejor que Bernard, pero ambos padecen de lo mismo, y en cierto modo es normal cuando se escribe una saga por entregas. Supongo que cuando están escribiendo se piensan que alguien puede empezar a leer la serie por el tomo equivocado y se crea que aquello es el comienzo o algo así... o eso, o simplemente tienen que entregar un tomo a la editorial cada mes de septiembre.

Yo ya tenía vista la serie (está en Netflix), pero para nada alcanza la parte épica de la novela, de echo se omiten episodios muy importantes, supongo que por temas de reducción de costes de producción y demás, una pena. Aún así, se pasa el rato bien.

Dicho esto, ya me está tardando la traducción de la décima entrega...

Ferhergón dijo...

Conste que para mí lo nuevo es Cornwell, pues a Posteguillo ya le leí hace unos años.

En cuanto a la décima entrega, solo decirte que si tu fuente es mi post sobre The Pale Horseman, es un error mío. Solo tengo nueve novelas, lo puse de memoria y me equivoqué.

Respecto a la serie, no he echado de menos ningún episodio importante ahora que estoy leyendo los libros. De hecho, la primera temporada sola alcanza hasta la mitad de la segunda novela, pero no he visto que falte nada importante. ¿A qué te refieres?

Gracias por los comentarios.