sábado, 13 de marzo de 2021

Justicia sin Estado: La empresa de la ley ("The enterprise of law"), de Bruce L. Benson

Este es uno de los libros de obligada lectura para todo economista austriaco, y yo ya hacía tiempo que debía de haberlo leído. ¿Por qué? Porque trata de los límites del libre mercado, que tradicionalmente se ponen en la provisión de servicios como la defensa o la justicia, para los cuales siempre es muy difícil imaginar alternativas fuera del Gobierno, y más si no estás familiarizado con teoría económica.

Incluso para los economistas acostumbrados a defender el mercado como mejor forma de distribución los recursos escasos, les suele resultar imposible aplicar la misma lógica para las telecomunicaciones, la ropa y el pan, a la justicia y la ley. Y es comprensible, claro. Benson, en este libro, lleva a cabo un análisis económico canónico de los servicios de ley y justicia, para demostrar algo que el economista austriaco ya sabe, que es que su provisión estaría mejor dejada a manos del libre mercado en competencia, en vez de en el monopolio legal del Estado.

Ese análisis canónico pasa por demostrar que ha habido sociedades y/o momentos históricos, en que la provisión de estos servicios se ha realizado sin Estado, lo que no es difícil de imaginar a poco que se piense en ellos, pues es obvio que relaciones y disputas entre los seres humanos existían mucho antes de que se inventará el Estado. Y Benson lo hace con gran brillantez, si bien enfocado casi en exclusiva en la sociedad anglosajona, con el complemento de la ley mercantil (en su vertiente internacional) y la curiosidad del sistema de los Kapaukus. El único reproche que puede hacérsele es que no aporte un análisis similar para el derecho continental, o el chino, puesto que sus postulados, al basarse en teoría económica, son universales y deberían aplicar también en otras jurisdicciones.

En todo caso, es importante notar cómo se pasa del derecho consuetudinario, basado en costumbres, jueces de elección libre y, sobre todo, objetivo de restitución de la víctima, al llamado "common law" en los países anglosajones. Y lo digo porque, hasta ahora, la "common law" me parecía un sistema bastante ideal, sobre todo en comparación con los sistemas continentales, que se basan mucho más en l norma escrita y el derecho positivo, mientras que la "common law" es mucho más jurisprudencial, esto es, mucho más cercana a las costumbres. En resumen, que si a Benson le parece mucho peor la "common law" que las costumbres, ¿qué pensará de sistemas legales cómo la Unión Europea o el español? 

Hay un cambio fundamental en el paso de la ley consuetudinaria a la ley autoritaria, emanada desde arriba. y es el abandono del principio de restitución de la víctima en favor del del castigo del culpable. "Under customary law, offenses are treated as torts (private wrongs or injuries) rather than crimes (offenses against the state or the “society”)."

¿Por qué se produce esta reorientación (al menos en el mundo anglosajón)? Pues por los beneficios que el segundo sistema supone para el rey. Explica muy bien Benson como los reyes obtienen su poder a través de la prestación de servicios de defensa; pero, una vez consolidados, tienen fuertes incentivos para extender su poder a otros ámbitos de la vida de sus protegidos para incrementar sus ingresos. De ahí surgen las "felony"s ("Any crime called a felony meant that if the appellee was found guilty his possessions escheated to the king.") y, consecuentemente, "The more crimes called felonies, the greater the income".

Con ello se abandona el sistema de restitución de la víctima, que tenía (y tendría en la actualidad) grandes ventajas: 1) Tiende a compensar a la víctima (lo que incentiva a ésta a participar y perseguir el proceso) y elimina por tanto su deseo de venganza violenta (es pacificador en sí mismo) y 2) Permite al criminal comprar la "paz" quebrada y así recuperar su sitio en la sociedad (compárese con los presos en las cárceles y su casi imposible reintegración en la sociedad).

Una vez establecido el proceso histórico, que es lo más apasionante e instructivo del libro para mí, Benson procede con el análisis económico, basado en la escuela de Public Choice y en el análisis de fallos de mercado. Esta parte me ha sorprendido muy poco, ya que es el análisis que me cabía esperar. En todo caso, me ha sorprendido para mal, porque no acabo de ver clara la estructura del análisis, por lo que me parece a veces repetitivo y en general desordenado, y porque los datos que aporta están muy, muy obsoletos, de los años 70 y 80, y centrados exclusivamente en los EEUU. Ambas cosas son lógicas, porque el libro tiene sus años y está escrito por un estadounidense. No obstante, la obsolescencia de los datos resta credibilidad al ensayo, hubiera sido muy deseable que se actualizaran tras 20 años, de la misma forma que se ha incorporado un prefacio.

La principal idea del análisis económico es la consideración de "tragedia de los comunes" para esta clase de servicios (ley, policía, cárcel), al prestarse "gratuitamente" (al menos, sin precio visible para los usuarios) a la sociedad. Ello causa los efectos clásicos de sobreutilización, requiriendo por tanto algún tipo de racionamiento, e infra-inversión. Como es sabido, el racionamiento se hace mediante espera, o sea, los retrasos judiciales que todos sufrimos (y que son mucho mayores en nuestro país que en EEUU).

Otro de los análisis que propone Benson es el de organizaciones burocráticas o el de grupos de poder. En cuanto el primero, las burocracias necesitan señales distintas de los precios para guiar su actividad, lo que normalmente da lugar a efectos perversos para la sociedad. Un ejemplo llamativo es el de medir el éxito de la policía por sus arrestos, pues evidente que ello crea incentivos perversos, ya que los policías preferirán esperar a que ocurra el crimen a prevenirlo, para así mejorar sus estadísticas.

El ensayo termina con lo que cabe esperar. Por un lado, numerosas ilustraciones de cómo los servicios de ley y seguridad se prestan cada vez más por el mercado, sea en autoprestación ("More and more citizens are buying firearms for personal protection; burglar alarms are being installed and guard dogs purchased. Citizens are barring their windows, learning self-defense, carrying whistles and other noisemakers, and buying self-protection devices.") o contratando con empresas privadas, incluyendo aquí a los propios Estados y la creciente tendencia a la subcontratación de estos servicios (véase la serie Orange is the New Black, con una crítica implícita de la prestación de servicios carcelarios por una empresa privada).

Y, por supuesto el "gran finale" consiste en una descripción muy completa y razonada de cómo sería un sistema de ley y justicia proporcionado por el libre mercado. Aunque, todo hay que decirlo, Benson no tira de demasiada imaginación porque el sistema consuetudinario que ha descrito al principio del libro, y, sobre todo, el principio de restitución de la víctima, le proporciona los principales mimbres para su respuesta. Que cierra de forma muy convincente.

Aunque considero este libro de lectura imprescindible, me hubiera gustado decir que me ha entusiasmado. Por desgracia, no ha sido así, se ha quedado en interesante. La historia de los sistemas legales es brillante, pero ya dije que se echa de menos una mayor amplitud de miras en el tiempo y el espacio. Y la parte de análisis económico me ha resultado bastante aburrida, a fuer de predecible y, sobre todo, de obsoleta; si los ejemplos y datos hubieran sido más actuales, seguro que me hubiera importando menos la predictibilidad del análisis. En todo caso, animo a todo lector interesado en los problemas de la justicia en España a leer con espíritu crítico esta obra.

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