viernes, 7 de mayo de 2021

The myth of the entrepreneurial state, de Deirdre McCloskey y Alberto Mignardi

Tuve oportunidad de escuchar a Mariana Mazzucato en una reciente reunión de la OCDE. Esta señora es, supuestamente, experta en innovación y apuesta por un Estado emprendedor, y tiene el suficiente prestigio como para que la inviten a estos eventos y estar entre el comité de expertos de salida de la crisis en su patria, Italia. Como es lógico, salí horrorizado y no terminé su intervención, en parte también porque estaban censurando todas mis preguntas en el chat.

Cuando me topé con este libro y leí en su prefacio que era una refutación de las tesis de Mazzucato, no tarde en hacerme con él, y tampoco mucho en leerlo. McCloskey es una prestigiosa economista relacionada con la escuela de Chicago, muy conocida en ámbitos liberales, y a Alberto Mignardi le conozco personalmente, pues alguna vez me ha invitado a las reuniones del Instituto Bruno Leoni, que él dirige. Vamos, que este libro era un verdadero caramelo.

Glups. Mi gozo en un pozo. Así no es como se refuta a los marxistas o a los neoclásicos, por lo menos no ante un público que no esté entregado. Me ha parecido un libro pedante, repetitivo, desenfocado, desordenado e incluso aburrido. Y eso que yo estoy entregado a la causa y conozco todas las teorías que utilizan. Es un cúmulo de citas de autores de todo tipo, incluidas series y canciones, contra o burlándose del Estado. No he hecho las cuentas, pero podría ser que hubiera más texto reproduciendo citas que original de los autores. Y éste tampoco será muy original para este libro, pues la autora más citada, con diferencia, es la propia McCloskey, solo hay que ir a la sección de referencias para constatar que todas sus obras son pertinentes. O eso parece.

El libro es una gran pedantería, como rara vez me he encontrado. Valgan algunas frases cogidas de aquí y allí, pero hay mucho dónde elegir:

"how could the crooked timber of humanity yield anything but a certain “imperfection,”

"It’s not qualia alone, that is, but also quanta."

"Mazzucato does not acknowledge the issue, settling for cherry picked examples, a good many of them from fruit trees bearing incommensurate apples and oranges and cherries, mixed"

"French cuisine still depends to some degree on Le Guide Cuisinaire (1903) by Auguste Escoffier, as for example in its five “mother sauces:” béchamel, espagnole, velouté, hollandaise, and tomate."

"If you drive from Copenhagen across the bridge to Malmö in Sweden, the pastry shifts from ambrosia to fodder"

También es algo cargante el insulto constante a Mazzucato. No es que esté de más algo de sarcasmo, e incluso algún insultillo sutil, pero habrá que tratarla desde un mínimo de respeto, sobre todo para que el lector neutro que está formando su posición no salga horrorizado. Una muestra: "Her Exercises in Economic Analysis (1960) is highly recommended for Professor Mazzucato, to acquire the price theory she does not now have."¿No es mejor contar primero cómo explica los precios Mazzucato y argumentar por qué está mal? Y conste que lo hacen los autores, pero de una forma tan dispersa que, si el lector no conoce ya la teoría alternativa, le va a costar mucho localizar sus mimbres entre la vorágine de citas eruditas.

Con todo, ninguno de estos aspectos, aún siendo un obstáculo para la lectura, me hubiera impedido disfrutar del libro si de verdad se hubiera enfocado a lo que pensaba. Pero, en realidad, lo que hacen es, con la disculpa de Mazzucato, cuyo foco es claramente la innovación y el emprendimiento, recopilar los argumentos estándar contra el Estado, que ya conozco bien, sin particularizarlos específicamente para el caso que defiende la autora refutada. Obviamente, esos son los argumentos, pero hay que particularizarlos al ámbito de la innovación, Si Mazzucato defiende que Internet es creación del Estado americano, cumple explicar por qué ha sido, o demostrar que no, y no quitarse el marrón con un párrafo citando un artículo de Hazzlett sobre el espectro radioeléctrico. Para empezar, hubiera estado bien que dedicaran un capítulo a articular la hipótesis de Mazzucato y sus argumentos, como se hace en cualquier ensayo de refutación. Pero no lo hacen: lo único que encontraremos son frases sueltas de sus obras por aquí y por allá.

Y, para colmo de males, la pedantería y supuesta erudición de los autores tiene un tremendo agujero negro en España, tanto en la conquista de América (¿o es que eso no fue emprendimiento?) como en la Escuela de Salamanca. Observen los textos, que son brutales.
"crucially, the bold adventurers, in parallel with liberations in science, in music, in geographical exploration, came to be tolerated and even commended by the rest of the society, first in 17th
18th. Holland in the century and then in Britain in the 18th." Es textual, sí, yo tampoco doy crédito. Hombre, alguna aventura quedaba para esos siglos, pero la gran parte ya la habían hecho los españoles en el XV y el XVI. No estaría de más que se leyeran "La cruzada del océano". (Obsérvese que les hago recomendación, como ellos a Mazzucato, pero sin insultarles).

Y el caso es que un poco antes han dicho que "The Great Enrichment, that is, came from human ingenuity emancipated. Ordinary people, emboldened by liberalism, ventured on extraordinary projects—the marine chronometer, the selective breeding of cotton seed, the band saw, a new chemistry, or merely venturing boldly to a new job, or to the New World," O sea, que ese Great Enrichment NO empieza con el liberalismo inglés, ya ha empezado, al menos, en la España que se embarca al Nuevo Mundo.

Pero parece que las gafas ideológicas no les dejan ver esa parte de la historia. Como también les impiden reconocer los orígenes de las teorías liberales en nuestra Escuela de Salamanca: "the new philosophy of liberalism began to speak in earnest of political egalitarianism and adult empowerment. It was a curious result of a long series of liberating accidents, after 1517 in Luther’s theses, after 1568 in the Dutch Revolt, after 1642 in the English Civil War, after 1688 and 1776 and 1789 in the English and American and French revolutions.". Menos mal que tenemos a Elvira Roca para contarnos cómo el origen del liberalismo, de la palabra y posiblemente del concepto, se radica en las Cortes de Cádiz.

Para McCloskey y Mignardi solo se empieza a crear riqueza con el protestantismo y la Revolución Industrial. Gran visión histórica. 

Por si fuera poco, y en clara contradicción con las consecuencias de las teorías que exponen, no tienen problema con la existencia del Estado para determinadas funciones, ni más ni menos que para el control de la pandemia actual, en que ya hemos visto con qué brillantez han actuado todos, sin casi ninguna excepción: "We do not want to erect a liberal counter-myth, that private provision can always take care of everything. COVID-19 needed to be scotched by the State..." O sea, que el Estado emprendedor es un mito salvo si es para luchar contra las pandemias. Por este desagüe conceptual se le puede ir todo el bello razonamiento construido a base de erudición y pedantería. ¿Por qué para la pandemia sí y para otras cosas no?

Además, según ellos, se puede medir "the total production of an economy in terms of value.(...) GDP measures the capacity of the marketed portion of the economy." Otro gazapo conceptual camuflado entre pensamiento y pensamiento.

La verdad es que la lectura de este libro es un horror y no la recomiendo. Es más, espero que no lo lean más que economistas austriacos, porque en otro público neutro podría tener un efecto indeseable en favor de Mazzucato, simplemente por efecto repelencia. 

¿Se puede salvar algo? Hombre, siempre. Entre sarcasmo e ironía, me he encontrado con esta frase brillante: "Armed with coercion, the entrepreneurial State forces people boldly to go where no one has gone before. For 27 or 109 years." Y también me ha encantado la cita a Yes, Minister con que se cierra el penúltimo capítulo, aunque no acabe de convencerme su pertinencia en ese lugar.

No hay comentarios: