sábado, 16 de marzo de 2024

La guerra futura ("The future of war"), de Lawrence Freedman

Tenía una curiosidad moderada por leer algo más o menos riguroso sobre la guerra, que al mismo tiempo no me resultara demasiado aburrido. Lo bélico no es un tópico que me interese demasiado, pero como uno tiene ansia de completitud, también algo quería conocer.

Este libro me fue recomendado por no recuerdo quién, y el autor es el típico académico inglés que parece sabérselo todo, así que para un buen punto de partida (aunque como no pienso seguir explorando el tópico también lo es final).

La lectura no decepciona, por lo menos a alguien que no tenga conocimientos del tema, como un servidor. Quizá a otros les parezca básico. Hay análisis conceptual, sumario teórico, repaso histórico, y. también, ciencia ficción. Vamos poco a poco.

Para empezar, un definición de guerra: "We define war through this duality, acknowledging its inescapable violence but requiring that at least this be organised and purposive. Random acts of violence or conflicts that are conducted without violence do not count as wars." Lo que pasa es que la guerra, así conceptualizada o de cualquier otra forma, es originada por individuos y, por tanto, sujeta a emprendimiento. "By stressing this aspect of thinking about war, peace, and the use of armed force this book provides a reminder that history is made by people who do not know what is going to happen next.

Pero aquí hay ya que introducir un importante matiz, y es que la guerra no tiene su origen tanto en los individuos como en los Estados, lo que tiene consecuencias fundamentales para entender sus problemas, sus orígenes y su devenir. En pocas palabras, los individuos que toman las decisiones referentes a la guerra, empezando por su declaración, no internalizan los costes de las mismas, por lo menos no desde hace unos 200 años.

Si algún mandatorio puede ganar mucho dinero o prestigio declarando o manteniendo una guerra cuyos costes sufren otras personas, va a tender a promover tal guerra. Hay ejemplos a puñados, muchos de ellos reflejados en novelas o películas. Como el general que manda a la batalla a sus hombres sabiendo que a las 12 va a empezar el armisticio.

O sea que uno de los principales problemas de la guerra es que su sujeto son los Estados y no las personas individuales. Eso hace que todo el cálculo coste-beneficio esté distorsionado, empezando por el cálculo de riesgos para el futuro: 

"Predictions of the future are never anything but projections of present automatic processes and procedures, that is, of occurrences that are likely to come to pass if men do not act and if nothing unexpected happens; every action, for better or worse, and every accident necessarily destroys the whole pattern in whose frame the prediction moves and where it finds its evidence."

A esto únase la distorsión en incentivos, y ya podemos explicarnos el gran peso que cobra la ciencia ficción en el libro de Freedman. Porque resulta que los Estados y sus cúpulas militares se toman muy en serio las amenazas que imaginan escritores y guionistas de cine. Son inquietantemente frecuentes los ejemplos de esto que recoge Freedman, empezando por la película "On the beach" y siguiendo con otras más predecibles como "Wargames". Pero la cuestión es que los mandos militares se toman en serio estas cosas, y, claro, siendo el Estado, es difícil discernir si es porque realmente es una amenaza seria, o porque les da disculpas para conseguir recursos y poder adicional. Volvemos al tema de las distorsiones de incentivos.

Me llama la atención especialmente porque es el mismo patrón que observo para la intervención en los mercados, solo que en este caso son hordas de economistas imaginando de qué forma las empresas pueden fastidiar a los consumidores y pidiendo regulación que lo impida. Al menos en el caso económico se mantiene una apariencia de seriedad (para quien no sepa teoría económica) a la que en el caso bélico parece renunciarse. Anoto antes de seguir que Freedman también muestra su escepticismo sobre esta forma anticiparse a las guerras del futuro, reconociendo que los efectos se tienden a exagerar.

Lo que trata de hacer Freedman es analizar en el pasado como se veían las guerras del futuro (ya pasadas desde nuestra perspectiva) supongo que para ver su grado de acierto. Lo que pasa es que, claro, aparece el problema de la profecía autocumplida: "How people imagined the wars of the future affected the conduct and course of those wars when they finally arrived. Unanticipated wars, in forms that had not been imagined, left participants and commentators struggling to understand where they had come from and how they might best be fought.

Y recuérdese la cita anterior sobre la imprevisibilidad del ser humano, emparejada con los incentivos de los Estados.  "Moscow and Washington miscalculated in their assessments of the risks they faced because they did not appreciate that others might miscalculate so badly in the risks they were prepared to take.En la misma línea, recuérdese como los gobiernos siempre dicen que el conflicto se va a resolver en poco tiempo y fácilmente (Primera Guerra Mundial, Irak, o más recientemente Ucrania): ¿ es porque son negligentes calculando los riesgos de unos costes que no van a sufrir los individuos que deciden, o porque quieren convencer a la opinión pública de que hay que ir al conflicto? Elijan su respuesta, que ninguna es buena para nuestra visión del Estado.

Freedman hace un interesante repaso histórico de conflictos y cómo se veían, practicamente hasta la primera invasión rusa de Ucrania, incluyendo guerras civiles y coloniales. Evidentemente, el libro no alcanza la reciente guerra de Ucrania. Tras este repaso, se mete a ver cómo se está imaginando la guerra del futuro y las nuevas tendencias bélicas. El primer repaso me ha parecido más interesante y entretenido, mientras que la segunda parte, junto a la dedicada a la "ciencia de la guerra", se me ha hecho algo bola.

Cierro con un par de cosas, un poco off-topic, que me han parecido interesantes. La primera es una cita de Salvador de Madariaga: "Technical difficulties are political objections in uniform." Se refiere a las excusas que los burócratas emiten para no ejecutar las decisiones políticas cuando no les conviene. Imagino que Milei en Argentina estará encontrando constantes "dificultades técnicas" para desregular los mercados. La solución la sabe él bien: no hacer caso y desregular aunque se caiga el mundo.

La segunda es la cínica visión que tiene Freedman de la Declaración de los Derechos Humanos, una perspectiva que me ha pillado por sorpresa, pero que es ciertamente interesante aunque siniestra: "whatever was said about justice and human rights, the charter at its core was about removing all excuses for wars of conquest and a celebration of sovereignty." puesto que "Even if states were acting against their people in an unjust or discriminatory matter, so long as they were not actually disturbing international peace and security, they should be left alone." En otras palabras, otros Estados no se inmiscuirían en lo que la URSS (oooops) otros páises hacían a sus ciudadanos puesto que todos se habían comprometido a respetar los Derechos Humanos. De coña, claro.

El libro es algo interesante para quien quiera introducirse al proceloso mundo de la guerra, pero tengo dudas sobre si no habrá mejores introducciones. A mí me ha ido decepcionando crecientemente conforme avanzaba en su lectura, y no tengo claro sin recomendarlo.

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