jueves, 5 de septiembre de 2024

Historia del arte: Una breve introducción ("Art History: A very short introduction"), de Dana Arnold

Era verdad lo de que era breve, y no tan verdad que fuera una historia del arte. De hecho, es que no lo es ni se pretendía que lo fuera, pese a que lo parezca por la primera parte del título. En realidad, se trata de la segunda parte, una introducción a la historia del arte.

Como tal, el objetivo es más bien explicar qué es el arte y hacer un breve análisis crítico sobre cómo se ha abordado tradicionalmente dicha historia, sin entrar propiamente a ella. La autora, Dana Arnold, escribe con claridad y precisión, aunque para mi gusto abusa mucho de la primera persona, lo que no me parece adecuado en un texto académico.

Lo otro que no me gusta es su sesgo postmodernista (claro, como acabo de leer sobre el tema y lo tengo reciente), aunque he de confesar que precisamente en la historia del arte algo, incluso bastante, sentido tiene. Esto no lo oculta la autora ya que desde la misma introducción nos avisa de que va a introducir "the ideas of such key thinkers as Hegel, Marx, Freud, Foucault, and Derrida in order to show how they have interacted with art history, not least in regard to the emergence of social histories of art and feminist art history.". Insisto en que, pese a ir especialmente sensibilizado, no he detectado que Arnold fuerce esta presencia; por el contrario, los pensamientos de esa gente parecen muy adecuados en este contexto. Lo que no es óbice para que, en cambio, no me trague ruedas de molino como que el "civil unrest" en Inglaterra tras la Revolución Francesa era también "a result of the poverty and deprivation that attended the Industrial Revolution", cuando es un hecho reconocido que la Revolución Industria, al contrario que la encomiada Francesa, contribuyó enormemente a mejorar las condiciones de vida especialmente de los pobres.

Pero, bueno, no nos liemos, que aquí lo importante es la historia del Arte. Arnold nos habla de las formas tradicionales de abordarla (por artista, por estilo), los orígenes de dichas formas y los problemas que tienen. Explica muy bien por qué durante mucho tiempo, incluso en nuestros días, quedó definido como canón de belleza lo que hacían los griegos, y posteriormente los artistas del Renacimiento. Lo que conlleva que solo se considerar arte lo que llama Arnold "high art", esto es, pintura y escultura, cuando posiblemente eran otros los objetos que más valor tenían en cada época. "The essential thing to remember here is that the values that we may place on a certain object may be different from those applied by the society that produced it."

Esta visión dejó fuera del arte un sinnúmero de expresiones artísticas: todo lo que no era pintura y escultura, para empezar, pero también todo el arte fuera de Occidente (Asia, África, pero también América, a la que Arnold obvia referirse), e incluso el arte no realizado por señores. Todos coincidiremos en que esta es una visión muy limitada del arte, que lo deja en manos, y me duele decirlo, del "hombre hetero blanco". Así que reconozco que aquí el postmodernismo, y autores con Marx y Foucault, sí habrían tenido una influencia positiva, al abrir el concepto de arte a todos los otros grupos al que dicha visión excluía. Quedaría por ver si los historiadores de arte originales lo hicieron con la intención de oprimir los grupos excluidos, o simplemente que no se les ocurrió  nada mejor.

Arnold también nos habla del importante papel que tienen los museos y el coleccionismo en la conformación de la historia del arte. Básicamente, si no la entiendo mal, nos dice que un objeto de arte pasa a ser parte de la historia precisamente gracias a esa aceptación.  Antes de llegar a esta conclusión, nos explica también la historia del coleccionismo y los museos, cómo se originó con los gabinetes de curiosidades, y cómo fue precisamente el "Grand Tour" inglés por Italia y Grecia el que catapultó la importancia del arte clásico como canónico, ya que los souvenirs de dicho viaje pasaban a integrar los citados gabinetes y eventualmente los museos.

No solo eso: el problema de los museos es que nos muestran la obra ordenada cronológicamente, o con otro criterio, pero siempre fuera del contexto para el que se hicieron, pues históricamente las obras no se hacían para exponerlas en museos (aunque sospecho que mucho del arte actual sí se hace con ese propósito). "So our primary evidence for art history– the work itself– is presented out of its original context. Looking at a work of art in a gallery can place emphasis on the physical characteristics of the work itself, which harks back to the principles behind art connoisseurship." Con lo cual, señala Arnold al final de la frase, la pieza de arte se expone pensando más bien en su apreciación por expertos que en ponerla en su contexto histórico. Y la apreciación del arte no es la historia del arte. De hecho, ya hemos visto cómo la distorsiona. 

Finalmente, Arnold reivindica el papel del objeto de arte en la historia. El plateamiento de "grandes hombres" (que también criticaba Rothbard en su historia del pensamiento económico, ver aqui) le parece erróneo, y no solo por lo de hombres; tampoco le parece bien la agrupación estilística, porque dan una sensación de progreso que no es cierta en la historia del arte. Como bien dice ella, qué pasa en el momento que se alcanza el canon fijado por el historiador? El declive, el fn del arte? Qué queda para el resto de los artistas después de Miguel Ángel?

Me han parecido muy interesantes los breves análisis que hace de piezas concretas como ilustración de alguno de los puntos que explica. Están repartidos por los distintos capítulos, aunque el foco de la propuesta se produce en el último, donde afirma que parte integral de la obra de arte son sus materiales, y proporciona explicaciones para principiantes sobre las razones del uso de los mismos.

Tampoco me quiero olvidar del análisis que hace sobre las limitaciones del lenguaje a la hora de describir el arte, que es una experiencia normalmente visual (en ningún momento habla Arnold de la música o de manifestaciones multimedia, aunque no creo que sea porque no los considera arte). Evidentemente, una experiencia visual no puede ser completamente trasladada a texto. Para ella, la descripción textual de una obra constituye un primer paso de su análisis, pero ni de lejos lo completa. Al mismo tiempo, reconoce que en otras épocas, por ejemplo, en las que escribieron los historiadores hasta bien entrado el siglo XX, era ésta la unica forma de hacerse una idea de la obra, con la que muchas veces no se podía tener otro tipo de contacto.

La verdad es que me ha parecido un librito muy interesante del principio al final. No era lo que esperaba, es cierto, pero gracias él estaré mejor preparado para apreciar la historia del arte que en algún momento leeré.

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