El señor Frazer fue un antropólogo escoces de la primera mitad del siglo XX, pero a su obra no llegué por vía científica, sino porque aparece en El pez en el agua, el último libro que leí de Vargas Llosa.
El objetivo del ensayo es aparentemente modesto. Responder a estas dos preguntas sobre unas costumbres en un santuario cercano a Roma: "Why had the priest of Aricia to slay his predecessor? And why, before doing so, had he to pluck the Golden Bough?" Lo que pasa es que el lector no se engaña, pues ya sabe el tamaño del volumen que tiene (virtualmente) ente manos, unas 1200 páginas y eso que es una versión acortada por el propio autor.
Y es que para responder a estas dos cuestiones, Frazer nos va a llevar de viaje por todo el mundo describiendo ritos y costumbres de distintos pueblos y tribus de los cinco o seis continentes, que ni siquiera la vieja Europa se salva de su repaso.
El marco teórico para el análisis que introduce Frazer en los primeros capítulos es digno de retener, y así lo hago, siempre aceptando con el propio autor que todo el análisis es necesariamente hipotético, pues "We can never completely replace ourselves at the standpoint of primitive man, see things with his eyes, and feel our hearts beat with the emotions that stirred his. All our theories concerning him and his ways must therefore fall far short of certainty; the utmost we can aspire to in such matters is a reasonable degree of probability.". Texto en el que, por cierto, se puede apreciar la calidad de la literatura que esta obra antropológica ofrece. Frazer escribe fantásticamente, aunque la naturaleza científica y exhaustiva de esta obra le dé pocas oportunidades de lucirse, pues casi el 80% de la misma es recopilación de costumbres una detrás de otra.
Pero vuelvo al marco teórico. Frazen establece tres etapas sucesivas en la comprensión e intento de control de los fenómenos naturales: la magia, la religión y la cienca. Los pueblos más primitivos no superan la fase mágica (entre otros, Frazen se refiere a los aborigenes australianos), mientras que los más avanzados están en la etapa científica, como bien sabemos.
Respecto a la magia, esto nos dice Frazen: "If we analyse the principles of thought on which magic is based, they will probably be found to resolve themselves into two: first, that like produces like, or that an effect resembles its cause; and, second, that things which have once been in contact with each other continue to act on each other at a distance after the physical contact has been severed. The former principle may be called the Law of Similarity, the latter the Law of Contact or Contagion."
Curiosamente, Frazen conecta el progreso social con la división del trabajo, como haría cualquier buen economista, y además sostienen que el mago es la primera instancia de especialización en la historia. "Social progress, as we know, consists mainly in a successive differentiation of functions, or, in simpler language, a division of labour. (...) Now magicians or medicine-men appear to constitute the oldest artificial or professional class in the evolution of society."
Pero, como es lógico, conforme crece la sofistcación social, más dudas aparecen sobre el funcionamiento de la magia, pues es evidente que esas creencias raramente funcionaban. Es entonces cuando los magos más espabilados se vuelven sacerdotes, y la comunidad pasa a la etapa religiosa. La idea que si la magia no funciona es porque hay espíritus o dioses, con los mismos rasgos que las personas, que pueden controlar que pasen las cosas. El papel de la religión es conseguir que hagan caso a los humanos. "For religion, then, I understand a propitiation or conciliation of powers superior to man which are believed to direct and control the course of nature and of human life. Thus defined, religion consists of two elements, a theoretical and a practical, namely, a belief in powers higher than man and an attempt to propitiate or please them."
La tercera etapa, la científica, es de poco interés para el trabajo de Frazen. aunque éste encuentra elementos en común entre ciencia y magia, y ambos esencialmente opuestos a la religión: "Thus in so far as religion assumes the world to be directed by conscious agents who may be turned from their purpose by persuasion, it stands in fundamental antagonism to magic as well as to science, both of which take for granted that the course of nature is determined, not by the passions or caprice of personal beings, but by the operation of immutable laws acting mechanically."
Con el marco teórico así asentado, empieza el diluvio de ritos y costumbres con los que Frazen irá sucesivamente avanzando en su explicación para conseguir dar respuesta a las dos preguntas arriba planteadas. El avance es constante, pero laberíntico, uno no sabe muy bien por qué ahora Frazen se dedica a acumular cierto tipo de ritos, y luego otros. Pero, claro, el libro es super-entretenido, pues no deja de contar más y más costumbres extrañas recopiladas de todos los rincones de la Tierra. He aquí una: "When the farms of the Sea Dyaks or Ibans of Sarawak are much pestered by birds and insects, they catch a specimen of each kind of vermin (one sparrow, one grasshopper, and so on), put them in a tiny boat of bark well-stocked with provisions, and then allow the little vessel with its obnoxious passengers to float down the river. If that does not drive the pests away, the Dyaks resort to what they deem a more effectual mode of accomplishing the same purpose. They make a clay crocodile as large as life and set it up in the fields, where they offer it food, rice-spirit, and cloth, and sacrifice a fowl and a pig before". El lector que se adentre con Frazer en este volumen se va a encontrar con cientos de descripciones como la que acabo de poner, por lo que le será difícil aburrirse, aunque quizá haya momentos en que le resulte un punto repetitivo.
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