domingo, 18 de abril de 2010

Corazón "partío"

Desde la movida de Grecia, la amenaza de que la Comisión Europea se injiera aún más en los asuntos de los estados miembros de la Unión está creciendo exponencialmente. La última es la de que la Comisión tendría una especie de veto sobre los presupuestos de cada país, de forma que habrían de pasar por su aprobación antes de por la cámara representativa.

En plata: las decisiones de los representantes del pueblo, elegidos democráticamente, supeditadas a lo que dijeran los burócratas de Bruselas, elegidos por criterios bastante más oscuros. No creo que le pueda parecer bien a ningún "creyente" en la democracia.

Y, sin embargo, viendo el esperpéntico gobierno que nos ha tocado vivir, a uno esta perspectiva no le parece tan mal. Imaginemos unos cuantos burócratas europeos gobernando España con criterios de Alemania. Así pintado, no está tan mal el escenario.

Basta extrapolarlo al tema de la moneda. Si no fuera por la existencia del Euro y su gestión desde Frankfurt, a nadie le cabe duda de que nuestros estimados gobernantes ya habrían conseguido la hiperinflación de la que tanto hablé y por la que tanto se ríen algunos de este blog. Imagínense a ZP con la imprenta en sus manos: tendríamos dinero para todo.

Luego está el tema de la "calidad" de nuestra democracia, que también daría suficiente de sí como para que, en el fondo, dé igual que al gobernante lo elijas democráticamente o te lo impongan los alemanes. No se sabe quién será más burro.

Pero, y trato de volver a la lógica y dejar de lado el corazón, no hay que olvidar que la extensión territorial es una de las características del poder de los gobiernos, que es tanto mayor cuando más territorio abarca y menos posibilidad hay de "votar con los pies" (esto es, irse de donde te están fastidiando). Así pues, aunque coyunturalmente, gracias a los ZP boys and girls, parezca deseable otorgar más poderes a la CE para que supervisen a estos sinvergüenzas, hay que ver las cosas estructuralmente.

Porque a la CE eventualmente, y si no están ya, también llegarán gaznápiros por el estilo. Y si entonces encima controlan toda Europa, ni siquiera habrá a donde huir. Así que, mantengamos la estrategia contraria: menos poder para la CE (aunque en el corto plazo parezca doloroso) y desmontemos el tinglao por la vía de más poder a las Autonomías. Aquí, además, tendremos de nuestro lado a un montón de políticos de todos los partidos, e incluso al Tribunal Constitucional.

2 comentarios:

Carlos Díez dijo...

Estimado Fernando:

Comprendo y comparto esa sensación de la que hablas: racionalmente, el que los presupuestos de ZP puedan ser enmendados por técnicos economistas alemanes puede suponer una faja al déficit y al despilfarro consustancial al socialismo y más al socialismo cutre y vengativo que padecemos. Pero si hablamos de principios, por doloros que sea, no podemos asumir que se nos cuezan los presupuestos por individuos carentes de una legitimidad representativa, pese a que en la práctica sabemos que eso sucede a nivel de Europa y a nivel de España.

Por tanto, la única vía que veo es atomizar el poder, menos poder para la "Eurocracia", menos poder -también- para el Estado Central. Donde ya no concuerdo en nada contigo es en que se atomiza ese poder recurriendo a la figura de las Autonomías. Creo que ya es evidente que el sistema autonómico español ha fracasado. Aparentemente se cumple el principio de subsidiariedad al retirar competencias al Estado Central y pasarlo a la Autonomía, pero podemos ver que lejos de suponer eso una mayor sumisión del poder estatal a la soberanía democrática de los individuos, los niveles de injerencia administrativa se multiplican y padecemos regulaciones autonómicas, estatales, locales y europeas, restando soberanía al ciudadano y creando una telaraña burocrática muy lesiva, tupida y costosa.

Por tanto, la única manera que veo de atomizar ese poder es más mercado y menos Estado (entendido este como todas las administraciones, locales, autonómicas, nacionales y europeas), porque la taifa autonómica no supone competencia entre territorios (por ejemplo, que se bajen los impuestos para atraer trabajadores y empresas) sino colusión fiscal, compadreo de partitocracia y escarceo de las responsabilidades políticas culpando siempre a la administración no gobernada por los del partido que se queja.


Saludos.

Jorge dijo...

Fernando:

¡Ah, qué tiempos aquellos en que el PP, bajo la férrea dirección de Rato (el que decía que era bueno que los pisos subiesen un 20% al año porque eso mostraba que las familias españolas cada día tenían más riqueza; es decir cada vez hipotecas a más décadas) y Aznar (el que sacaba pecho del crecimiento del PIB ese en España frente al de Alemana; sin mencionar claro, que crecíamos gracias a las subvenciones de Alemania y a endeudarnos hasta las cejas)!

Veamos: 8 años de gobierno en los que la inflación no subió (lo del euro ese, paparruchas, hombre y lo de los pisos, es riqueza, no pan para hoy y hambre para mañana), los salarios mostraban la potencia española (los de los albañiles e inmigrantes claro, los universitarios no cuentan) y estábamos a punto de entrar en el G-8 (si no llegan a conspirar esos del PSOE con ETA para hacer un atentado como si hubiese sido Al-Qaeda, claro, que JoseMari ya nos tenía dentro con la Visa Oro).

¡Ahí sí que eramos una economía potente, qué tiempos aquellos!

Un abrazo,


Jorge