Tras no gustarme El linchamiento, pero sí hacerlo Memoria del Comunismo, nueva lectura de Federico Jiménez Losantos. Toca esta vez la de cal, aunque no tal caliza como El linchamiento.
El libro está escrito en 1993 y consta de cuatro ensayos, diferentes, pero relacionados. El tema común es la amenaza a la libertad, tratada genéricamente en el primer ensayo, y de forma muy concreta referida a España en los otros tres. Recuérdese, 1993: cuatro años después de la caída del Muro de Berlín, y tras 11 años de gobierno del PSOE en España.
El aspecto más chocante para mí de FJL es su insistencia por ecualizar libertad y democracia, algo paradójico toda vez que este ensayo va de cómo se implantan mecanismos totalitarios en regímenes aparentemente democráticos. De ello se podría deducir que lo que busca FJL es defender el funcionamiento ideal de la democracia frente a las realidades humanas como forma de obtener la libertad. Desde una perspectiva anarcocapitalista, lo coherente es que todos los servicios sean suministrados en el mercado libre, y, si es así, no necesitarías democracia para elegir el proveedor de los servicios que se suponen públicos, y te ahorrarías las energias de defender un régimen que tiende a corromperse.
Precisamente por esto, FJL advierte contra quienes afirman que la caída de la URSS es una victoria liberal y de la libertad, y en concreto contra Fukuyama y su "Fin de la Historia". Aquí traza una línea quiza demasiado sutil, distinguiendo dos democracias, la que es garantía de las libertades (liberal) frente a "la que privilegia el número sobre la persona, la que sacraliza la voluntad mayoritaria sobre la misma Ley." Yo, como no veo clara la diferencia, me vuelvo a lo dicho anteriormente sobre que lo conveniente sería evolucionar a regímenes de mercado, aunque suponga llevar la contraria a Losantos, quien en la conclusión del libro afirma categóricamente que "El único remedio contra una democracia que no funciona es conseguir que funcione mejor. Nunca lo hará de modo perfecto, pero siempre será perfeccionable. Y si un régimen la hace imposible, siempre podremos cambiar de régimen."
Me parecen muy interesantes las reflexiones en torno a la visión finalista de la historia, algo que los liberales no comparten, sea cual sea el contenido (racista, filosófico, religioso o economicista, esto es, el mercado en equilibrio). Se pregunta FJL cuáles son las querencias que llevan a los individuso a movilizarse en torno a estas concepciones, y lo explica con dos conceptos: nostalgia de horda y, sobre todo, miedo. Concluye con una expresión brillante: "La conciencia de ese fondo salvaje en la condición humana, que se multiplica hasta alcanzar el totalitarismo en su dimensión social y política".
FJL, ya en 1993, caracteriza la dictadura silenciosa, la dictadura en democracia, como la que sabe combinar "un discurso de izquierdas, antiliberal, anticapitalista y antidemocrático , y una cierta promoción artística y económica." E identifica sin ambages la "corrección política" como una de las formas contemporáneas de totalitarismo. Ello podría explicar la elección de Trump como un mecanismo contra esta dictadura silenciosa en los EEUU. O sea, como una vuelta a la libertad!
En el segundo ensayo, FJL nos cuenta de qué forma el PSOE fue activando mecanismos totalitarios en la democracia española. Dos son los acontecimientos clave para Losantos, y ambos he de decir que los viví de pequeño y en los medios, aunque sin poder hacerme una idea de lo que representaban y sus consecuencias. Este ensayo ayuda a ponerlos en valor. Me refiero a la expropiación de RUMASA y al referendum sobre la OTAN. Para conseguir el primero, el PSOE tuvo que liquidar la independencia de la justicia, tanto del Tribunal Constitucional como del Supremo, amen de la aquiescencia de poderes fácticos como banca y medios. En el segundo, Felipe González se posiciona por encima de las instituciones (al revisar las decisiones legítimas del Parlamento, que ya había decido la entrada en la OTAN) y al mismo tiempo demuestra un control de todos los resortes necesarios para conseguir los resultados que precisa contra la opinión de la gente.
Que la expropiación de RUMASA habia sido algo gordo, ya me lo olía desde que empecé a aprender algo de teoría económica. Ahora, lo del referendum me pilla completamente de sorpresa, nunca lo había visto con esta perspectiva.
No obstante, los más demoledor de este ensayo no es esta descripción de los hechos, sino la constatación que hace Federico de que la corrupción socialista se hubiera producido con cualquier otro partido, y se puede repetir en el futuro con otro (profecía cumplida para el caso del PP como hemos visto los últimos años). Y es que el mal está en la partitocracia, y más en concreto en las Leyes Electoral y de Financiación de Partidos. Leyes que, por cierto, siguen con el mismo contenido que tenían en 1993, por lo que los problemas anticipados por FJL siguen latentes. Es legítimo preguntarse si la actual fragmentación de partidos, con la que llevamos conviviendo ya varios años, es una respuesta democrática que pueda permitir disciplinar e incluso eventualmente corregir los problemas generados por ambas leyes. Dejo de este ensayo otra de las frases brillantes del autor: " Si el poder político está a salvo de la Ley porque controla y nombra a los jueces máximos,nadie está a salvo del poder político."
En los dos ensayos finales reaparece el FJL de "El linchamiento", o sea, el malo, y le volvemos a ver abusando de la cita textual, de la auto-cita y hasta del resumen de un libro ajeno ("Extraños en su país", publicado con pseudónimo en su momento, aunque ahora ya conocemos su autor, Antonio Robles Almeida). En consonancia, el nivel de ideas originales decae hasta extremos preocupantes. Así, el tercer ensayo, dedicado al nacionalismo catalán, con un anexo al vasco, se enfoca sobre todo en la denuncia del monolingüismo como herramienta totalitaria. Aquí nos hablará de la revisión catalana de la historia, y también dedica espacio a citar a Sabino Arana en sus pasajes contra los castellanos. Poco más, aunque hay que reconocer que FJL era ya capaz de anticipar los acontecimientos de estamos viviendo en la actualidad hará 15 años, y llama la atención que en plena época de ETA, dedique más atención a Cataluña que al País Vasco, aunque quizá lo haga precisamente porque en la primera región el totalitarismo se iba imponiendo sin armas.
El último ensayo lo dedica a los medios de comunicación, denunciando el apagón informativo que se vivía en la época ("de este apagón no es que corten la corriente: es que se llevan las lámparas"), y la silenciosa dictadura informativa que fuerza a los medios "opinar lo que se debe opinar para no ofender a nadie importante ni molestar a ningún grupo político". ¿Con qué mecanismos se consigue esto? FJL lo tiene claro: el régimen concesional de los medios (en la época, Internet ha reventado todo esto) y la publicidad institucional.
Y nos cuenta con todo lujo de detalles la toma de control de Antena 3 Televisión y Antena 3 Radio por parte de Prisa y el Pacto de los Editores, narración en la incluye la reproducción literal de alguno de sus editoriales de la época. No demasiado interesante, salvo para gente del gremio, y sobre todo para él, directamente afectado por el tema. Y conste que eso no es decir que el tema no fuera grave. Solo que carece del nivel de profundidad y análisis de los dos primeros ensayos.
Acabo con una definición de totalitarismo que recoge Losantos en su libro, citando a un tal Friedrich. Así, totalitario es el régimen que cuenta con los siguientes elementos:
1. Una ideología oficial.
2. Un único partido de masas controlado por una oligarquía.
3. Monopolio gubernamental de las armas.
4. Monopolio gubernamental de los medios de comunicación.
5. Sistema policiaco de terror.
6. Economía dirigida de manera centralizada.
En suma, se trata un libro interesante, con dos ensayos bastante buenos y otros dos más flojillos, cuya lectura tampoco lleva mucho tiempo. En breve volveré con FJL y con su recientemente reeditado "Barcelona: La ciudad que fue". Seguro que toca otra vez arena.