domingo, 1 de octubre de 2023

Cómo visitar un museo de arte ("How to visit an art museum"), de Johan Idema

 Llevaba queriendo leer este libro desde que lo vi, cómo no, en la tienda de un museo. Sin embargo, no existe versión electrónica, por lo que me llevó mi tiempo hacerme con él. Eso sí, una vez en mis manos, apenas pude resistir un par de días sin asomarme a él y leerlo.

Y no era lo que esperaba, una pena. Viendo el formato del libro, recuerda mucho a las guias túrísticas visuales, y tiene mucha foto, por lo que me esperaba una especie de guia-burros para aprender a apreciar el arte dentro de los museos. Pero no es ni de lejos tan guia burros. Ni, de hecho, es una guia visual: tiene muchas fotos, pero son simbólicas y rara vez aparecen obras de arte en ellas, y de hecho no se comenta ninguna obra de arte en el libro. Uno diría que las fotos incluidas son, en sí mismas, fotos obras de arte y poco prácticas para la finalidad del libro.

La obra, por lo demás, se estructura en 32 breves capítulos, cada uno de ellos un consejo para nuestras visitas a un museo de arte. Los capítulos son independientes, se pueden leer en cualquier orden. Algunos de los consejos los he encontrado prácticos, otros ya los conocía o imaginaba, y algunos parecen dirigidos más a los museos que a sus visitantes (por ejemplo poner más asientos en las salas, incluir ambientación musical. dejar hacer fotos o mejorar las placas explicativas).

Hay mucho consejo de tipo social: hablar con los vigilantes, preguntar a los guías, visitar el museo con conocidos o parece a descansar en el café del museo para charlar sobre lo experimentado. Y es cierto que las piezas de un museo siempre se aprecian más con alguien al lado que te diga su impresión, incluidos niños (eso yo lo he vivido con mis hijos). 

Los consejos más interesantes a priori, para mí, hubieran sido los referentes a cómo apreciar un paisaje, un bodegón y un retrato. En cada caso, da tres pistas de cómo observar el tipo de cuadro, y son buenas las pistas. Pero es precisamente aquí donde se echan de menos esos ejemplos que yo esperaba ver en las fotos. Por ejemplo, respecto a paisajes: "If you look closely enough, you'll always discover something that gives away the fact that the artist is playing a game with your eyes". ¿Por qué no habrá rematado explicándolo para el caso de los cuadros que cita en el mismo párrafo?

Dos consejos prácticos con los que quedarse, estos sí aplicables desde el principio: no hay que pararse mucho tiempo para evitar las llamadas "museum legs", eso del ritmo cansino de los museos que tanto nos cansa. Yo ya he hecho la prueba, y funciona: conviene alterar de vez en cuando el ritmo y andar normalmente por las salas un rato antes de seguir. El otro consejo parece contradictorio: estar más tiempo mirando las obras para que empiecen a desvelarse nuevos detalles. También lo he hecho, y obviamente funciona, cuando las obras dan más de sí que un primer visionado.

Me gusta la crítica y despripción que hace de la técnica "white cube" que siguen la mayor parte de los museos, con la que se trata de concentrar toda la atención del visitante en las obras expuestas. Y no me gusta que la mayor parte de referencias a artistas tengan el snobismo propio de un consultor de arte, como se describe a sí mismo el autor, aunque hay que reconocer que también se mete con lo que él llama "artspeak", la obstrusa forma en que muchos museos describen sus obras para los visitantes.

En general, creo que sus consejos son útiles para gente que tiene muchas oportunidades de visitar un determinado museo (por ejemplo, lo de considerar la colección del museo como un menú más que como una checklist). Pero, ¿qué pasa con lo que creo es la mayoría de los casos, esto es, cuando uno visita un museo que posiblemente no vuelta a tener oportunidad de visitar, y además lo hace con limitaciones de tiempo porque su viaje no tiene días infinitos y hay que ver otros museos o atracciones en la ciudad antes de ir a la siguiente?

En resumen, sin estar mal, tampoco es tan iluminador como para que merezca la pena hacerse con este libro. Si uno tiene la oportunidad de echarle un vistazo, lo podrá leer en 30 minutos y algo en provecho sacará. Por cierto, entre otras cosas, la obra "But is it Art? An introduction to Art Theory", de Cynthia Freeland que no tardaré en leer.

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