lunes, 30 de octubre de 2023

La telaraña de Carlota ("Charlotte's Web"), de E.B. White

No sé por qué, esto es, donde cogí la referencia, pero tenía esta novela infantil apuntada para leerla. Si cuando la apunté sabía que era literatura infantil o no, soy incapaz de recordarlo. En todo caso, no le hago ascos al género (como expliqué recientemente aquí), así que, además a la vista de la escasa extensión de la obra, me la he leído ni corto ni perezoso.

Me encuentro un cuento infantil donde los animales hablan unos con otros, incluidos los arácnidos. Tenemos a la araña del título, al cerdito Wilbur (protagonista principal) y a la rata Templeton, junto con una niña, Fern, con la que se inicia la historia. A su alrededor hablan ovejas, otros cerdos, alguna vaca, y tartamudean los gansos.

La historia es simple, pero tiene su profundidad. Wilbur es rescatado del abandono y muerta por Fern, hija del dueño de la madre de Wilbur. Tras alimentarlo a base de biberones, no hay sitio en la casa, y ha de venderlo a su tío. Por supuesto, Fern piensa que así podrá seguir disfrutando del cerdito, mientras que es fácil adivinar cuáles son las intenciones del tío para con el animal. No hay juicio moral, ni lo hago yo, ni lo hace White, estamos en una granja de principios del siglo XX.

Enterado de su destino, Wilbur encontrará una inesperada aliada en la araña Charlotte que de una forma ingeniosa conseguirá salvarle y extender su vida. Y extenderla más allá del interés de la rescatadora Fern, que rápidamente crece y pierde todo interés por los animales no racionales para dedicárselo a los chicos ("As they passed the Ferris wheel, Fern gazed up at it and wished she were in the topmost car with Henry Fussy at her side."). Esta es la reflexión que me parece de más profundidad: cómo el tiempo pasa, y cómo el tiempo se lleva la vida de Charlotte (¿cuánto tiempo vive una araña?) y el interés de Fern, pero ambos han sido decisivos para la supervivencia de Wilbur, cuya vida superará en duración a ambas circunstancias.

La mejor formulación la da, por supuesto, la araña Charlotte, aunque solo en lo referente a su vida, no a la de Fern: "After all, what’s a life, anyway? We’re born, we live a little while, we die. A spider’s life can’t help being something of a mess, with all this trapping and eating flies. By helping you, perhaps I was trying to lift up my life a trifle."

Un tema que apenas se desarrolla, pero que por el momento parecía de interés, es el de ser amigo de una araña ("But what a gamble friendship is! Charlotte is fierce, brutal, scheming, bloodthirsty— everything I don’t like. How can I learn to like her, even though she is pretty and, of course, clever?”"). Aunque ya Charlotte le ha proporcionado esta brillante respuesta: "“Why not? It’s true, and I have to say what is true. I am not entirely happy about my diet of flies and bugs, but it’s the way I’m made.". 

En la misma línea, las reflexiones sobre lo fácil o difícil que es hacer telas de araña, en las que participará un erudito doctor. "“Well, who taught a spider? A young spider knows how to spin a web without any instructions from anybody. Don’t you regard that as a miracle?”"

Y como en toda literatura infantil con un mínimo de calidad, debe de haber censuras veladas a la vida de los adultos. E.B. White nos deja alguna:

"Children almost always hang onto things tighter than their parents think they will."

"Did you ever hear of the Queensborough Bridge?” Wilbur shook his head. “Is it a web?” “Sort of,” replied Charlotte. “But do you know how long it took men to build it? Eight whole years. My goodness, I would have starved to death waiting that long. I can make a web in a single evening.” “What do people catch in the Queensborough Bridge— bugs?” asked Wilbur."

"“But Charlotte,” said Wilbur, “I’m not terrific.” “That doesn’t make a particle of difference,” replied Charlotte. “Not a particle. People believe almost anything they see in print."

La historia está contada de forma agradable y manteniendo el interés. White no es Lewis Carroll ni Barrie ni Baum, pero alguna de esas frases deliciosas que abundan en la literatura infantil sí nos deja:

"“I don’t think there is any such thing as less than nothing. Nothing is absolutely the limit of nothingness."

Esta me gusta mucho, Templeton advirtiendo a Wilbur de las cosas que preferiría no sufrir: "“Struggle if you must,” said he, “but kindly remember that I’m hiding down here in this crate and I don’t want to be stepped on, or kicked in the face, or pummeled, or crushed in any way, or squashed, or buffeted about, or bruised, or lacerated, or scarred, or biffed."

Aquí tenemos un amanecer bucólico, pero con su rasgo de modernidad americano: "“When the first light comes into the sky and the sparrows stir and the cows rattle their chains, when the rooster crows and the stars fade, when early cars whisper along the highway, you look up here and I’ll show you something."

La obra de E.B. White no parece haber dado mucho más de sí, aunque también escribió una obra quizá aún más conocida: Stuart Little, que recuerdo haber visto en película. No creo que la lea, pero ahí queda apuntada y está levemente recomendada.

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