domingo, 12 de noviembre de 2023

Homecoming, de Rana Foroohar

 Sin sorpresas con este libro. Rana Foroohar en una periodista del Financial Times, entregada al intervencionismo y al estatismo, fan del Presidente Biden y hater de Trump. Alucinante que un medio económico que solía tener algo de prestigio haya caído en las garras de la izquierda (esta tipa no es solo periodista, en una de las jefas editoriales, y recientemente también vi una noticia sobre el director pidiendo más intervención).

El libro no merece demasiado comentario. Es el típico barullo socialista repleto de contradicciones, lugares comunes, falta de causalidad y pim-pam-pum a lo que les parece mal. No hay un hilo que permita seguir lo que defiende la señora, sino una mezcla de mentiras con medias verdades y con echar culpas al neoliberalismo y a Trump de todos los males del mundo, desde el cambio climático hasta las desigualdades de género.

El tono se aprecia según comienza el libro, con una frase como esta: "Since the 2008 financial crisis and, more recently, the Covid- 19 pandemic, it has become quite clear that the “invisible hand” that is supposed to guide our markets and our economy as a whole toward a happy and healthy equilibrium isn’t always right.". Pero ¿cómo va a funcionar la "mano invisible" si el Gobierno te encierra en tu casa y en tu país, o se dedica a imprimir dinero a mansalva? 

Sin embargo, para esta señora, que las cadenas de suministro se interrumpieran por tan draconianas medidas nunca vistas, es una prueba de que el mercado libre (como si lo que tenemos o teníamos antes del COVID lo fuera) no es resiliente, porque se centra en la eficiencia. Está claro que los mercados de Cuba, la antigua URSS o Venezuela han mostrado su gran "resiliencia" cada vez que han tenido ocasión.

Y hay que quedarse con esta palabra, "resilience", que ya estaba en el nombre de los fondos europeos con los que la CE ha regado a los países miembros, para solaz de gentuza como el que nos ha gobernado estos años. Es el nuevo mantra contra el capitalismo y la libertad: los mercados libres no son resilientes.

Ya hace tiempo que decidi tomarme este tipo de libros a broma, y descojonarme de los autores. No merece la pena, y no lo voy a hacer, dedicarme a refutar el cúmulo de chorradas que dice esta señora, entre ataque a Trump y al neoliberalismo. Es curioso ver lo que entiende esta señora por neoliberalismo, pues le pone raíces en la sociedad MontPelerin, fundada por Hayek y de la que soy orgulloso miembre. Como si en la globalizazión y en lo que hacen los Estados tuviera mucha influencia. Más curioso aún es plantearse porque los llama neoliberales: ¿es que había liberalismo antes y estos lo renovaron? En todo caso, Hayek sería liberal, no neo. 

Eso sí, como no tiene ni idea de que estos economistas suelen seguir a la escuela austriaca, les endosa todos los modelos económicos que cociben al ser humano como un robot. Ay Foroohar de mi alma, que esos son los Stiglitz y otros a los que tanto veneras y citas. Pero si te da igual, has elegido tu "hombre de paja" y a él le vas a dar los palos.

Para conseguir esa "resilience" de que habla, ya hay un movimiento global (que además permitirá combatir el cambio climático, al que cada vez que se refiere es para recordarnos que es real, que está pasando, que existe; curioso, también, que haya que recordárnoslo todo el rato). Y conste que a mí me parece fenomenal que el mercado demande cadenas de suministro más cortas y cosas producidas cerca, pero que sea el mercado con su demanda, y no los subsidios estatales con los que según ella hay que ayudar a todas estas iniciativas. ¿No es lo que demanda la gente? Pues entonces, ¿para qué hacen falta subsidios?

Perdón, claro, es que las lechugas de los huertos verticales que tanto le gustan a esta pija valen 6 euros. Y ya pueden estar ricas y ser nutritivas, que a ver quien se puede dejar 6 euros en una lechuga. Pero no preocuparse, que con los datos personales que recabaremos a nivel de comunidad, todo se soluciona, recogiendo las ideas de, estos sí, neomarxistas reconocidos como los autores del "Radical Markets", otros que tal bailan.

Podría seguir despotricando un rato largo, pero es tanta pérdida de tiempo como haber leído esta basura. Que por qué me lo he leído, se preguntará el lector avisado: pues para discutirlo en un club de lectura. Aunque no lo discutiré, me burlaré de las chorradas que dice. Tengo párrafos y párrafos apuntados para echar unas merecidas risas. Y me niego, siempre lo hago, a decir que merece la pena leer esto para conocer al enemigo. Esto es siempre una pérdida de tiempo que lo único que puede hacer es confundirte: el "enemigo" no debate con la lógica y el razonamiento, sino con la yuxtaposición y el sensacionalismo. Es inútil su lectura porque no se aprende nada, y no hay nada que rebatir porque se autorrebate (también tengo ejemplos a patadas de sus contradicciones).

Por ser constructivo, diré que sí ha habido algunas cosillas que he aprendido, sobre todo las tecnologías que describe Foroohar como posibilitadoras de esa mayor localización de la producción: la impresión 3-D, los huertos verticales, los talleres textiles en Carolina del Norte, el Lavacrete de la compañía Icon, las cosas de Taiwan y quizá alguno más. 

Pero es que tampoco me fio mucho de que lo haya contado bien. Mira que tiene fijación esta señora con los Big Techs (de hecho, su primer panfleto fue contra ellos), por lo que hay que asumir que sabrá algo de lo que hacen, pero va y suelta "If computer power is measured by the megabytes of computer chips..." mientras (como dice ella), "wireless capability is measured in G, whose evolution has been no less dramatic and is now set to be even more impactful as the world reaches 5G"  revelando que ni de eso sabe.

Cierro ya llamando la atención sobre otra de sus fijaciones con el tema de la "resilience": lo bien que lo hace el ejército todo esto, y lo bueno que sería nombrar un "zar" de la resiliencia que coordinara todos los departamentos ministeriales afectados. Si es que la cabra tira al monte, y a los socialistas los que les va es mandar a los ciudadanos.

Otro libro a evitar leer.

No hay comentarios: