viernes, 11 de julio de 2025

La llamada de la tribu, de Mario Vargas Llosa

Otro libro más del escritor peruano, y van... Ni me molesto en poner los links a las lecturas recientes que he hecho de sus libros, la última "El pez en el agua". Lo que pasa es que este ha sido el más decepcionante de los que he leído y casi una pérdida de tiempo.

En él, Vargas Llosa nos resume el pensamiento de los siete personajes que él considera claves para su cambio del socialismo al liberalismo. Los citados siete son: Adam Smith, Ortega y Gasset, Hayek, Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean-François Revel. Y en eso consiste el libro: nos hace una breve biografía de cada uno de ellos, y a continuación un resumen de sus libros más importantes. La sensación que tiene uno es que Vargas Llosa recuperó para este cometido sus apuntes de cuando los leyó, y suenan como tales, con muy poca reflexión adicional. Con todos los respetos, me atrevería a decir que estas entradas que pongo en mi blog aportan una mayor reflexión sobre lo leído del que aporta don Mario en este libro.

Por si fuera poco, esta es la tercera reseña de Adam Smith que me embuto en menos de un año, tras leer las de Rothbard y Heilbroner, Y con Raymond Aron me pasa lo mismo, salvo que solo es la segunda tras la que leí en Le courage de la nuance. Con la excepción de Berlin, son autores que conozco, y alguno lo tengo muy currado (Hayek). Quizá lo más valioso de esta lectura sea que me ha dado el empujón final para leer a Popper, cuya obra conozco solo de oídas, y para volver con Revel, quien me gusta mucho. También para descubrir algo de Berlin. Así que en breve los tendremos por aquí.

El otro punto de interés de este libro es el prólogo, en que Vargas Llosa se dedica a reflexionar en vez de a resumir el pensamiento de otros. El punto en que más discrepo con él, que apareció en el ya citado "El pez en el agua", es la importancia que da a la democracia. Él sabrá, si no se hubiera quedado en Hayek y hubiera llegado a Rothbard quizá no tendría tanto entusiasmo.

Es en esta introducción donde explica el título del libro, procedente de alguna cita de Popper: "Así llama Karl Popper al irracionalismo del ser humano primitivo que anida en el fondo más secreto de todos los civilizados, quienes nunca hemos superado del todo la añoranza de aquel mundo tradicional—la tribu— cuando el hombre era aún una parte inseparable de la colectividad, subordinado al brujo o al cacique todopoderosos, que tomaban por él todas las decisiones, en la que se sentía seguro, liberado de responsabilidades"

También aquí se refiere a su visión del régimen castrista y la evolución con los años, muy interesante al comienzo: "Para mi generación, y no sólo en América Latina, lo ocurrido en Cuba fue decisivo, un antes y un después ideológico. Muchos, como yo, vimos en la gesta fidelista no sólo una aventura heroica y generosa, de luchadores idealistas que querían acabar con una dictadura corrupta como la de Batista, sino también un socialismo no sectario, que permitiría la crítica, la diversidad y hasta la disidencia. Eso creíamos muchos y eso hizo que la Revolución cubana tuviera en sus primeros años un respaldo tan grande en el mundo entero." Habiendo estado en Niquero y viendo donde desembarcaron Castro y sus secuaces, doy fe de que aquello sí fue heroíco, y no imagino a ninguno de sus enclenques sucesores ideológicos, más atentos a abusar de sus compañeras de partido, haciendo lo mismo. Pienso en Errejón, Pablito Iglesias o Sanchijuela por esos manglares y me da la risa.

Volviendo con Vargas Llosa, también discrepo en poner todas las libertades a una altura similar, cuando los recursos que precisas para implementar las otras solo los podrás usar y conseguir si tienes libertad económica. Por eso sacude a Pinochet: "Esos ignorantes creían que una política de mercado podía tener éxito con Gobiernos represivos y dictatoriales. Pero también fracasaron muchos intentos democráticos en América Latina que respetaban las libertades políticas pero no creían en la libertad económica—el mercado libre—, que es la que trae desarrollo material y progreso." Por lo menos, tiene claro que al menos está a la altura de las otras, lección que nos tendríamos que traer inmediatamente a la Unión Europea antes de que sea demasiado tarde.

Este ensayo de Vargas Llosa no merece la pena. Tengo la sensación de que lo escribió con un cierto grado de obligación moral que le da su gran fama, para apalancar la menor de estos pensadores sobre aquella. Noble empeño sin duda, pero que en mí ha caído en terrano ya plantado y crecido, y por tanto innecesario. Eso sí, leeré a Popper, Berlin y volveré a Revel en breve.  

No hay comentarios: