lunes, 29 de septiembre de 2008

Ya no cuela, y tres soluciones

Nada, que no se enteran estos bancos centrales y FEDs. Que el truco de la inyección de liquidez, por muy coordinada que esté, ya no cuela con las Bolsas. En su momento, picaron los intervinientes en el mercado, posiblemente azuzados por algunos interesados. Pero a estas alturas de la película, lo de la manivela, ya no se lo cree nadie.

Lo empezaron haciendo en agosto de 2007 para calmar turbulencias pasajeras. Un año después, han conseguido que las turbulencias se transformen en una tormenta de tomo y lomo, que se está llevando por delante a todo quisque. Hoy las Bolsas, pese a la inyección y tal, han caído en picado, y siguen. O sea que el remedio no vale ni para atajar los síntomas, no digamos ya la enfermedad. Pero ello, erre que erre, como si valiera para algo. Tiene razón Gabriel Calzada cuando afirma en su artículo de hoy en Libertad Digital que estamos en manos de incompetentes.

De todas formas, hoy no quiero ser tan destructivo. Y en vez de cerrar esta entrada con carcajadas, lo que sería inapropiado dada la gravedad de la situación, gravedad que crecerá en respuesta a las fallidas curaciones de los síntomas, lo voy a hacer en plan Friedman, a ver si me dan el Nobel.

Se me ocurren tres soluciones para solucionar la crisis económica que se avecina. Por supuesto, como digo, la solución está en conseguir que las Bolsas se estabilicen, como dicen los preclaros. Así que propongo tres posibilidades. Luego construiré unos cuantos modelillos micro o macro para demostrar que la elegida soluciona el problema, y las otras son una burrada.

Ahí van las soluciones:
1) Prohibir a los valores de la Bolsa que bajen de precio. Lo novedoso de esta medida es que se les prohibe directamente a ellos, como creo que hacían en épocas pretéritas con los animales. Así, si Endesa baja un 10%, se les puede condenar, no sé, a mojarlos en agua salada. Eso a los títulos les fastidia un montón.

2) Obligarnos a todos a comprar acciones. COn esta medida, una parte de nuestra renta no inferior al 20% deberá ser dedicada a la compra de títulos bursátiles. En principio, se podrán elegir, aunque en función de las necesidades se podrían racionar. A todos se nos dará un periodo transitorio de 1 mes para dedicar dicho % de nuestro patrimonio bruto a la citada adquisición.

3) Dar más poderes al supervisor de mercados. Vamos, poderes de verdad, no la castaña que tiene ahora. Con estos poderes, el supervisor podrá fijar los precios de todos los títulos diariamente o, si es necesario, con mayor frecuencia. Los economistas neoclásicos optimizarán el recorrido bursátil mediante modelos econométricos para que la eficiencia sea máxima, emulando lo que sería un mercado perfecto.
Este método ha sido usado en el pasado y se sigue utilizando por algunos dictadores. Lo que ocurre es que se aplica a mercados imperfectos en los que difícilmente puede funcionar. Dada la gran transparencia de la Bolsa, seguro que aquí sí funciona.

Joe, a qué merezco el premio Nobel?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡hay motivo para estar feliz (en lo ideológico!)

El Congreso de los EEUU...la camara de los representantes, ha rechazado el Plan SOCIALISTA de Bush.

Anónimo dijo...

jeje...simplemente genial. No he podido evitar citarte.

Anónimo dijo...

Ostras pues la opcion 2 creo que sería la elegida por los progres del mundo entero.
Que los ciudadanos aporten un 20% de su salario para sujetar el mercado.
Todos nos imaginamos quien estaría en el lado vendedor, no? :-))

Mary White dijo...

Ferhergón!!! Malo, más que malo...
(te recuerdo que tenemos algo a medias... )

J. Rogelio Rodríguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J. Rogelio Rodríguez dijo...

Fernando: apoyo sin dudarlo tu candidatura al Nobel...,¡de veras!

Otro tema, para calentarte un poquito. Adivina en qué periódico leo lo siguiente: "un nuevo marco regulador no eliminará las crisis pero podrá reducir su intensidad" / "Hay que abandonar la actitud derrotista de que es difícil cambiar el sistema que nos tiene atrapados".

Un abrazo.