Que el gobierno iba a tener que subir los impuestos era un secreto a voces desde hace más de un año. Si alguien tenía alguna duda, supongo que la despejaría el día que el señor ZP aseguró que no los subiría. Y que nos iba a tocar pagarlos a todos, era evidente desde que empezaron a decir que solo lo pagarían los ricos.
Ahora toca ir analizando los efectos de los primeros impuestos que han decidido fijar. Por ejemplo, la subida del IVA: 2 puntitos del tipo normal (del 16% al 18%) y un puntito en los del tipo reducido (del 7% al 8%). Por cierto, en términos relativos, es mayor la subida del tipo reducido, o sea que nadie se deje engañar por lo de que han subido menos los bienes más importanes.
Los analistas calculan con fruición cuanto subirá la recaudación fiscal con este porcentaje. Que calculen, que calculen. Utilizando la teoría económica es claro que no se puede determinar ni siquiera si es seguro que suba la misma; podría incluso bajar, en función de la elasticidad con respecto a los precios. Su asunción de que se consumirá lo mismo es incorrecta, pues evidentemente la demanda bajará y posiblemente la elusión del pago del IVA se incrementará. Y aunque asuman una bajada de la demanda, no hay forma de determinar a priori si dicha estimación se cumplirá. Así pues, no se puede concluir teóricamente que la recaudación fiscal suba con la subida del IVA.
Lo que sí es seguro, sin embargo, es que esta subida destruirá empleo. Lo que no está mal, teniendo en cuenta que el paro parecía ser el principal problema de la economía española. ¿Cómo se puede tomar una medida que inexcusablemente destruye empleo, y ni siquiera garantiza la subida de ingresos? Habrá que preguntárselo a los gurús económicos del gobierno (o sea, al ZP), o habrá que atribuirlo a la desesperación.
El razonamiento es sencillo. El precio depende de las preferencias de demanda y del stock disponible. Al subir el IVA, si los comerciantes tratan de repercutirlo en los precios de los bienes, la demanda bajará (a menos que sea inelástica en todos los bienes incrementados, lo que no es realista). Si baja la demanda, pero el stock se mantiene, habrá de bajar de nuevo el precio, aunque a costa de la rentabilidad del empresario. Eso hará que aquellos los que están más justitos en viabilidad (los productores marginales) tengan que cerrar su negocio, yéndose ellos mismos al paro con sus empleados.
El ajuste en stock hará que el precio suba hasta reflejar el nuevo tipo impositivo, pero con menor demanda y oferta: se han redirigido recursos a las preferencias del gobierno, y, por el camino, se han destruido unos cuantos empleos. Además, como se ha dicho, si la contracción de la demanda es superior a la subida del IVA (esto es, se deja de comprar más de un 2%, o se desvian dichas compras al mercado negro, sin IVA), esto supondrá también una reducción en la recaudación fiscal. Y, siguiendo la lógica gubernamental, les debería llevar a nuevas subidas de IVA, y entrar en una espiral destructiva sin salida (si mantienen su objetivo de incrementar por esta vía la recaudación fiscal).
Así que estupendo: más paro seguro, y nada seguro sobre la recaudación fiscal. Adelante, campeones, que vosotros podeis.
domingo, 27 de septiembre de 2009
viernes, 25 de septiembre de 2009
Crecer sin crear empleo
Escucho en la radio a nuestro presidente muy preocupado, ahora, por la posibilidad de que las economías crezcan sin creación de empleo. Los conocimientos de economia del citado son sobradamente conocidos (mejor dicho, desconocidos). Constituye lo que podríamos llamar un pozo de ignorancia.
Pero sospecho que igual para algún economista, sí existe la posibilidad de que la economía crezca sin crear empleo. Como para los neoclásicos la causalidad es la inversa, esto es, ellos creen que para crear empleo, la economía tiene que crecer, puede que en su paradigma exista esa posibilidad. De hecho, seguro que todos hemos oído aquello de que "para que nuestra economía cree empleo es necesario que crezca al 2% anual".
Para que la economía crezca es necesario que la riqueza crezca; para que la riqueza crezca, es necesario que se identifiquen mejores usos de los recursos que los actuales; y para que esos recursos se puedan combinar en mejores usos, es necesario, siempre, el concurso humano. No hay actividad económica sin trabajo. Por muy mecanizada que este una industria, siempre se necesita el factor humano.
Por tanto, es imposible que la economía crezca sin que lo haga el empleo. Es más, la economía crece como consecuencia de que lo hace el empleo (ceteris paribus). Son falaces los razonamientos contrarios, que nos quieren hacer creer la economía va por un lado y la gente por otro.
Dicho esto, nos queda por ver el tema macroeconómico. Para el señor ZP, y la mayor parte de economistas, el crecimiento de la economía se mide con el crecimiento del PIB. Por eso, nos dicen, crecen las economías de Francia y Alemania. Sin embargo, esa medida es errónea (por razones que, entre otros, expone Reisman), y, además, está muy sesgada por el incremento de la oferta monetaria. Digamos que es una medida estupenda para reflejar crecimientos en términos monetarios, aunque no en términos reales.
Como el crecimiento en términos monetarios no implica crecimiento en términos reales, es evidente que para un mainstream, la economía puede crecer (el PIB puede crecer), sin hacerlo el empleo. Lo que pasa es que ese crecimiento es mentira (como posiblemente la cifra estadística manipulada que nos dan), y por eso el desempleo puede crecer, incluso con los datos también manipulados que nos dan.
Y sensu contrario: el PIB (la economía) podría decrecer y el empleo crecer, por ejemplo, si se incrementan las transacciones mediante trueque. Pero claro, a nuestros políticos lo que les importa es el dato que se han puesto de medida, no la realidad.
Pero sospecho que igual para algún economista, sí existe la posibilidad de que la economía crezca sin crear empleo. Como para los neoclásicos la causalidad es la inversa, esto es, ellos creen que para crear empleo, la economía tiene que crecer, puede que en su paradigma exista esa posibilidad. De hecho, seguro que todos hemos oído aquello de que "para que nuestra economía cree empleo es necesario que crezca al 2% anual".
Para que la economía crezca es necesario que la riqueza crezca; para que la riqueza crezca, es necesario que se identifiquen mejores usos de los recursos que los actuales; y para que esos recursos se puedan combinar en mejores usos, es necesario, siempre, el concurso humano. No hay actividad económica sin trabajo. Por muy mecanizada que este una industria, siempre se necesita el factor humano.
Por tanto, es imposible que la economía crezca sin que lo haga el empleo. Es más, la economía crece como consecuencia de que lo hace el empleo (ceteris paribus). Son falaces los razonamientos contrarios, que nos quieren hacer creer la economía va por un lado y la gente por otro.
Dicho esto, nos queda por ver el tema macroeconómico. Para el señor ZP, y la mayor parte de economistas, el crecimiento de la economía se mide con el crecimiento del PIB. Por eso, nos dicen, crecen las economías de Francia y Alemania. Sin embargo, esa medida es errónea (por razones que, entre otros, expone Reisman), y, además, está muy sesgada por el incremento de la oferta monetaria. Digamos que es una medida estupenda para reflejar crecimientos en términos monetarios, aunque no en términos reales.
Como el crecimiento en términos monetarios no implica crecimiento en términos reales, es evidente que para un mainstream, la economía puede crecer (el PIB puede crecer), sin hacerlo el empleo. Lo que pasa es que ese crecimiento es mentira (como posiblemente la cifra estadística manipulada que nos dan), y por eso el desempleo puede crecer, incluso con los datos también manipulados que nos dan.
Y sensu contrario: el PIB (la economía) podría decrecer y el empleo crecer, por ejemplo, si se incrementan las transacciones mediante trueque. Pero claro, a nuestros políticos lo que les importa es el dato que se han puesto de medida, no la realidad.
jueves, 24 de septiembre de 2009
La CNMV al rescate
Para algo están los organismos reguladores, sí señor. Para avisarnos a los pobres y descuidados inversores de que hay emisiones que pueden tener irregularidades. Por ejemplo, para avisarnos de la emisión de deuda de Nueva Rumasa, que se ha anunciado hasta en televisión.
Resulta que hay algunos de los potenciales inversores que, al parecer, le preguntan a la CNMV que qué le parece el tema. Y la CNMV se hincha a dar consejos: que miren muy bien todas las claúsulas, que se aseguren de lo que significa cada expresión, y que se asesoren adecuadamente antes de tomas la decisión, incluso con profesionales (alguna propuesta de la gente de la CNMV al respecto?). Y esta fenomenal que lo hagan. De hecho, es la segunda vez que emiten el comunicado de "cuidadín con Nueva Rumasa".
Es curiosa la manía que tienen a todo tipo medianamente independiente y emprendedor los gobiernos. Poca gente habrá creado tanta riqueza en España como el señor Ruiz Mateos, del que se podrán decir muchas cosas, pero ninguna contra su capacidad como emprendedor. Este tío es incansable, y siempre está a la busca de nuevas oportunidades de negocio. Y eso que ya le desmontaron el chiringuito una vez. Pero, nada, hay que avisar y reavisar sobre los riesgos de su emisión.
En cambio, ¿qué nos ha dicho la CNMV de las emisiones de prefentes de la banca española? ¿Cómo ha prevenido al pequeño inversor de que quizá las entidades financieras se la estaban dando con queso? No entiendo mucho del tema, y tampoco me apetece investigarlo. Baste decir que la mayor parte de bancos y cajas españoles están colocando entre sus pequeños clientes unos titulillos por los que, al parecer, en el mercado de institucionales no les darían ni la mitad. Por eso se los colocan a los pequeños.
Pero claro, una cosa son los que están en el sistema y colaboran en el mutuo sostenimiento, y otra son los emprendedores que se tratan de buscar la vida con sus ideas. A los primeros, todo parabienes, a los segundos, todo comunicados.
Obviamente, me fio mucho más de la capacidad de cumplir sus compromisos de Nueva Rumasa que de todo el sistema financiero y estatal junto. Ahora, de lo que no me fio es que este último no le vuelva a hacer a Rumasa la pirula, y se queden los bonistas en pelota. Y, encima, por su bien. Como los impuestos, cuya subida, según la Salgado, nos va a beneficiar a los trabajadores.
Dios mio, que viene la CNMV al rescate. Sálvese quien pueda.
Resulta que hay algunos de los potenciales inversores que, al parecer, le preguntan a la CNMV que qué le parece el tema. Y la CNMV se hincha a dar consejos: que miren muy bien todas las claúsulas, que se aseguren de lo que significa cada expresión, y que se asesoren adecuadamente antes de tomas la decisión, incluso con profesionales (alguna propuesta de la gente de la CNMV al respecto?). Y esta fenomenal que lo hagan. De hecho, es la segunda vez que emiten el comunicado de "cuidadín con Nueva Rumasa".
Es curiosa la manía que tienen a todo tipo medianamente independiente y emprendedor los gobiernos. Poca gente habrá creado tanta riqueza en España como el señor Ruiz Mateos, del que se podrán decir muchas cosas, pero ninguna contra su capacidad como emprendedor. Este tío es incansable, y siempre está a la busca de nuevas oportunidades de negocio. Y eso que ya le desmontaron el chiringuito una vez. Pero, nada, hay que avisar y reavisar sobre los riesgos de su emisión.
En cambio, ¿qué nos ha dicho la CNMV de las emisiones de prefentes de la banca española? ¿Cómo ha prevenido al pequeño inversor de que quizá las entidades financieras se la estaban dando con queso? No entiendo mucho del tema, y tampoco me apetece investigarlo. Baste decir que la mayor parte de bancos y cajas españoles están colocando entre sus pequeños clientes unos titulillos por los que, al parecer, en el mercado de institucionales no les darían ni la mitad. Por eso se los colocan a los pequeños.
Pero claro, una cosa son los que están en el sistema y colaboran en el mutuo sostenimiento, y otra son los emprendedores que se tratan de buscar la vida con sus ideas. A los primeros, todo parabienes, a los segundos, todo comunicados.
Obviamente, me fio mucho más de la capacidad de cumplir sus compromisos de Nueva Rumasa que de todo el sistema financiero y estatal junto. Ahora, de lo que no me fio es que este último no le vuelva a hacer a Rumasa la pirula, y se queden los bonistas en pelota. Y, encima, por su bien. Como los impuestos, cuya subida, según la Salgado, nos va a beneficiar a los trabajadores.
Dios mio, que viene la CNMV al rescate. Sálvese quien pueda.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Millonarios en EEUU y en Europa
Leo en alguna noticia, de cuya fuente no puedo acordarme, algo referente al número de millonarios. Al parecer, como consecuencia de la crisis, el número de los mismos está cayendo espectacularmente en EEUU, mientras que se mantiene relativamente estable en Europa. Qué bien, qué suerte tenemos, nuestras fortunas son más seguras que allende los mares. Bendita vieja Europa.
Oooops. Se me ha olvidado que yo no soy millonario (salvo en lectores de este blog, claro). Así que quizá la noticia no sea tan buena. Me explico un poco.
En un mercado libre, la riqueza conseguida no está asegurada. La riqueza se obtiene dando servicio a los demás ciudadanos, y en la medida en que el empresario sea capaz de anticipar con mayor precisión las necesidades de aquellos, obteniendo recursos a bajo precio y dándoles utilidad de forma que su valor se multiplique, y lo pueda retener él.
Beneficios grandes tienen un efecto llamada y, sin barreras a la entrada, otros empresarios comenzarán a imitarlo, hasta llevar sus beneficios a la tasa normal de viabilidad de la empresa. La acumulación de riqueza solo se podrá mantener, si de nuevo se innueva y se buscan nuevas formas de satisfacer a los congéneres.
Ante una crisis económica, todos los empresarios han de ajustarse a las nuevas demandas. Pero no todos los harán con éxito. Por ello, en el mercado libre (asumiendo que en dicho mercado se puedieran producir crisis como la actual), muchos millonarios dejarían de serlo, al adecuarse la valoración de sus empresas y riqueza a la nueva situación.
En cambio, en un mercado regulado y con barreras a la entrada, los millonarios están mucho más protegidos de estos cambios. Si eres millonario porque te has forrado con las renovables (subvenciones y licencias), porque tienes concesiones de autopista o de TV de pago, porque eres político metido a conseguidor, o tienes algún monopoliete de andar por casa, o, mejor aún, porque tu banco puede expandir el crédito con el respaldo de los gobiernos, tu fortuna es mucho más resistente.
La conclusión es inmediata: la mayor intervención en los países europeos asegura mucho mejor las fortunas de los millonarios de aquí, frente a los de EEUU, cuya mayor liberalización exige al millonario una mejor adaptación al entorno, si es que quiere mantener su fortuna.
Griten conmigo: Viva Europa, viva Botín, vivan los Entrecanales y los Albertos, y vivan Florentino y Luis Rivero. VIVAN!
Oooops. Se me ha olvidado que yo no soy millonario (salvo en lectores de este blog, claro). Así que quizá la noticia no sea tan buena. Me explico un poco.
En un mercado libre, la riqueza conseguida no está asegurada. La riqueza se obtiene dando servicio a los demás ciudadanos, y en la medida en que el empresario sea capaz de anticipar con mayor precisión las necesidades de aquellos, obteniendo recursos a bajo precio y dándoles utilidad de forma que su valor se multiplique, y lo pueda retener él.
Beneficios grandes tienen un efecto llamada y, sin barreras a la entrada, otros empresarios comenzarán a imitarlo, hasta llevar sus beneficios a la tasa normal de viabilidad de la empresa. La acumulación de riqueza solo se podrá mantener, si de nuevo se innueva y se buscan nuevas formas de satisfacer a los congéneres.
Ante una crisis económica, todos los empresarios han de ajustarse a las nuevas demandas. Pero no todos los harán con éxito. Por ello, en el mercado libre (asumiendo que en dicho mercado se puedieran producir crisis como la actual), muchos millonarios dejarían de serlo, al adecuarse la valoración de sus empresas y riqueza a la nueva situación.
En cambio, en un mercado regulado y con barreras a la entrada, los millonarios están mucho más protegidos de estos cambios. Si eres millonario porque te has forrado con las renovables (subvenciones y licencias), porque tienes concesiones de autopista o de TV de pago, porque eres político metido a conseguidor, o tienes algún monopoliete de andar por casa, o, mejor aún, porque tu banco puede expandir el crédito con el respaldo de los gobiernos, tu fortuna es mucho más resistente.
La conclusión es inmediata: la mayor intervención en los países europeos asegura mucho mejor las fortunas de los millonarios de aquí, frente a los de EEUU, cuya mayor liberalización exige al millonario una mejor adaptación al entorno, si es que quiere mantener su fortuna.
Griten conmigo: Viva Europa, viva Botín, vivan los Entrecanales y los Albertos, y vivan Florentino y Luis Rivero. VIVAN!
sábado, 19 de septiembre de 2009
El socialismo del PP y el socialismo de los españoles
Uno de los principales problemas que tendrá España para salir de la crisis es la ausencia de alternativa política, por lo menos a día de hoy, y hablando a nivel nacional. El PP es tan socialista o más que el PSOE. Otra prueba la hemos tenido esta semana, con el apoyo a la famosa medida de los 420 Euros.
La táctica del PP ante esta clase de medidas es lamentable, y deja a los ciudadanos con algo de sentido común huerfanos y sin esperanza, si es que alguno de esos ciudadanos pensaba que un político les podía sacar del atolladero. Sistemáticamente, el PP se pone a pedir más de lo que el generoso PSOE concede. Que el PSOE propone 420 Euros desde agosto, el PP le desgasta diciendo que tenía que ser desde enero; que el PSOE reparte 2500 Euros por niño, el PP cree que tienen que ser 3000. Y así.
Esto solo puede responder a la percepción, errónea o equivocada, que tienen del españolito medio. Deben de pensar que a este españolito le gusta regalar su dinero en mensajes de falsa solidaridad. Pero quizá la cosa sea más complicada. Quizá el españolito medio no tiene la culpa de ser tan ingenuo. Y es que, si hay algo en que han conseguido triunfar los estados, es en separar gastos e ingresos, de forma que todos vivimos en la ilusión de que existe por ahí un tesoro de dinero público, y que todo lo que tenemos que hacer es repartirlo bien. Se nos olvida que ese tesoro se alimenta de nuestros impuestos.
Pero es que los políticos son unos artistas. Su planteamiento es siempre el mismo: es bueno que la educación sea gratuita, que la sanidad sea universal, que los parados de larga duración sean ayudados. Y quién va a discutir que eso sea bueno? No sería bueno también que todos tuviéramos un Testa Rossa y una casa en la playa?
El problema es que nada de eso es gratis, todo se tiene que pagar. Por ejemplo, si la educación es gratuita, de qué vivirán los profesores?. Cómo no podrán vivir, no habrá profesores. Y tampoco educación gratuita. Así de sencillo: para que sea "gratuita" para alguien, otro alguien tiene que pagarla.
Pero los españoles somos ciegos a esta segunda parte. Solo debatimos en términos de bondad, y no de coste. Las quejas por las subidas de impuestos van por otro lado. Así que el PP se vuelve socialista y opta por la vía cómoda: en vez de tratar de hacer ver a los "buenos" españoles que cada subsidio va a suponer mayores impuestos, lo que hace es huir hacia adelante, y pedir más subsidio. Por lo que, implícitamente y pese a lo que diga su líder, también está a favor de que nos suban los impuestos.
Este es el socialismo que nos toca vivir, y con el que pretendemos salir de la crisis económica. Así que tendremos crisis y socialismo mientras el cuerpo aguante y, luego, ya veremos.
La táctica del PP ante esta clase de medidas es lamentable, y deja a los ciudadanos con algo de sentido común huerfanos y sin esperanza, si es que alguno de esos ciudadanos pensaba que un político les podía sacar del atolladero. Sistemáticamente, el PP se pone a pedir más de lo que el generoso PSOE concede. Que el PSOE propone 420 Euros desde agosto, el PP le desgasta diciendo que tenía que ser desde enero; que el PSOE reparte 2500 Euros por niño, el PP cree que tienen que ser 3000. Y así.
Esto solo puede responder a la percepción, errónea o equivocada, que tienen del españolito medio. Deben de pensar que a este españolito le gusta regalar su dinero en mensajes de falsa solidaridad. Pero quizá la cosa sea más complicada. Quizá el españolito medio no tiene la culpa de ser tan ingenuo. Y es que, si hay algo en que han conseguido triunfar los estados, es en separar gastos e ingresos, de forma que todos vivimos en la ilusión de que existe por ahí un tesoro de dinero público, y que todo lo que tenemos que hacer es repartirlo bien. Se nos olvida que ese tesoro se alimenta de nuestros impuestos.
Pero es que los políticos son unos artistas. Su planteamiento es siempre el mismo: es bueno que la educación sea gratuita, que la sanidad sea universal, que los parados de larga duración sean ayudados. Y quién va a discutir que eso sea bueno? No sería bueno también que todos tuviéramos un Testa Rossa y una casa en la playa?
El problema es que nada de eso es gratis, todo se tiene que pagar. Por ejemplo, si la educación es gratuita, de qué vivirán los profesores?. Cómo no podrán vivir, no habrá profesores. Y tampoco educación gratuita. Así de sencillo: para que sea "gratuita" para alguien, otro alguien tiene que pagarla.
Pero los españoles somos ciegos a esta segunda parte. Solo debatimos en términos de bondad, y no de coste. Las quejas por las subidas de impuestos van por otro lado. Así que el PP se vuelve socialista y opta por la vía cómoda: en vez de tratar de hacer ver a los "buenos" españoles que cada subsidio va a suponer mayores impuestos, lo que hace es huir hacia adelante, y pedir más subsidio. Por lo que, implícitamente y pese a lo que diga su líder, también está a favor de que nos suban los impuestos.
Este es el socialismo que nos toca vivir, y con el que pretendemos salir de la crisis económica. Así que tendremos crisis y socialismo mientras el cuerpo aguante y, luego, ya veremos.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Sobre El Rey León
Hacía tiempo que no escribía una entrada de las alegóricas, de esas que le encantan a algunos de los contertulios de este blog. Como hace poco tuve oportunidad de ver de nuevo este clásico de Disney, se dispararon de nuevo las interpretaciones extrañas y provocadoras de la película. Así que voy a compartir algunas de ellas.
La historia se abre con la canción del ciclo de la vida, el círculo de la vida. Mussafa, el rey, le enseña a su hijo Simba la importancia que tienen todas las criaturas dentro de ese círculo y lo importante que es que no haya interferencias con el orden natural de la vida. Como rey, Simba no debe pretender alterar dicho círculo, sino preservar su respeto. Cualquier interferencia con este orden "espontáneo" puede llevar a la destrucción al sistema y a sus habitantes.
Es tan obvia el paralelismo con el libre mercado que no sé si merece la pena desarrollarlo. En el libre mercado, la gente puede vivir y desarrollarse dentro del orden "espontáneo" de Hayek. Y el intervencionismo en el libre mercado lleva, de forma inevitable, a su destrucción y con ella, la de la prosperidad de los individuos.
También sabemos que una mera intervención no destruye el mercado; es el empeño en sostenerla para cumplir fines ajenos al mismo lo que puede producir su destrucción. En el momento en que el estado cesa en sus interferencias, el mercado rápidamente se recupera, casi como si no hubiera pasado nada. Lo mismo pasará con el círculo de la vidad una vez Simba releve de su situación al malvado Scar y sus hienas cómplices. Y eso, pese a toda la destrucción que estas causan.
La principal consecuencia de la intervención es, en la película, la hambruna, la carestía de alimentos, los shortages (que diría Reisman). Al interrumpir el ciclo natural, el grupo de poderosos es capaz de vivir muy bien, pero solo durante un tiempo corto. Se destruye la riqueza del sistema y, al final, no hay comida para nadie, tampoco para el estado. Sí, a corto plazo los políticos y sus amigos se benefician, pero a medio plazo también la situación de estos empeora respecto a la original. De hecho, las hienas piden el regreso de Mussafa.
Por último, hay que referirse al ejército de hienas, evidente réplica de los ejercitos totalitaristas, estilo desfile militar ante Stalin. Es claro que la película lleva al extremo este intervencionismo de que hablamos: la única finalidad del poder es alimentar a las hienas, como garantía para mantenerse (hay que mantener el ejército). Pero no debería olvidarse que no hace falta llevar las cosas a ese extremo para constatar que el intervencionismo conduce a la destrucción del mercado y que lleva al mismo resultado, aunque de forma más suave.
La interferencia con el orden natural destruye el ciclo de la vida. Pues eso.
La historia se abre con la canción del ciclo de la vida, el círculo de la vida. Mussafa, el rey, le enseña a su hijo Simba la importancia que tienen todas las criaturas dentro de ese círculo y lo importante que es que no haya interferencias con el orden natural de la vida. Como rey, Simba no debe pretender alterar dicho círculo, sino preservar su respeto. Cualquier interferencia con este orden "espontáneo" puede llevar a la destrucción al sistema y a sus habitantes.
Es tan obvia el paralelismo con el libre mercado que no sé si merece la pena desarrollarlo. En el libre mercado, la gente puede vivir y desarrollarse dentro del orden "espontáneo" de Hayek. Y el intervencionismo en el libre mercado lleva, de forma inevitable, a su destrucción y con ella, la de la prosperidad de los individuos.
También sabemos que una mera intervención no destruye el mercado; es el empeño en sostenerla para cumplir fines ajenos al mismo lo que puede producir su destrucción. En el momento en que el estado cesa en sus interferencias, el mercado rápidamente se recupera, casi como si no hubiera pasado nada. Lo mismo pasará con el círculo de la vidad una vez Simba releve de su situación al malvado Scar y sus hienas cómplices. Y eso, pese a toda la destrucción que estas causan.
La principal consecuencia de la intervención es, en la película, la hambruna, la carestía de alimentos, los shortages (que diría Reisman). Al interrumpir el ciclo natural, el grupo de poderosos es capaz de vivir muy bien, pero solo durante un tiempo corto. Se destruye la riqueza del sistema y, al final, no hay comida para nadie, tampoco para el estado. Sí, a corto plazo los políticos y sus amigos se benefician, pero a medio plazo también la situación de estos empeora respecto a la original. De hecho, las hienas piden el regreso de Mussafa.
Por último, hay que referirse al ejército de hienas, evidente réplica de los ejercitos totalitaristas, estilo desfile militar ante Stalin. Es claro que la película lleva al extremo este intervencionismo de que hablamos: la única finalidad del poder es alimentar a las hienas, como garantía para mantenerse (hay que mantener el ejército). Pero no debería olvidarse que no hace falta llevar las cosas a ese extremo para constatar que el intervencionismo conduce a la destrucción del mercado y que lleva al mismo resultado, aunque de forma más suave.
La interferencia con el orden natural destruye el ciclo de la vida. Pues eso.
martes, 15 de septiembre de 2009
Albricias, por fin suben los precios
Ay qué alegría me ha dado al saber el dato de IPC en agosto. Ay, qué por fin se interrumpe la terrible tendencia que nos llevaba al pozo deflacionario. Ya empieza la recuperación económica, ahora sí. Pues en agosto, el índice de precios al consumo subió un 0,3%. E interrumpió la tendencia de bajadas que sufríamos con gran dolor en meses anteriores.
Alegrémomos todos, que ya estamos pagando precios más caros por los mismos bienes en los que no hemos acabado de notar las bajadas de que nos informa el IPC. Y que más da que los salarios no hayan subido, lo importante es que ya volvemos a pagar más. Claro, luego la gente piensa, con razón, que los economistas están locos.
Y es que, a quien lea la noticia, le dan ganas de echarse a la calle a celebrarlo. Aunque tenga que pagar unos centimillos más por la cerveza. Y yo que sigo sin entender cuál es la buena noticia en una subida de precios.
Para el gobierno y la economía neoclásica, la subida de precios proviene de un mayor consumo. Y, si se empieza a consumir más, las empresas se pondrán más contentas, se reactivará la actividad económica y se empezará a crear empleo, lo que a su vez acrecentará el consumo, y así entramos en un círculo virtuoso estupendo.
Evidentemente, algo debe de fallar en esta burbujita. ¿Cómo es posible que, de repente, la demanda o el consumo suba? ¿De dónde salen los nuevos ricos capaces ellos solos de demandar tanto que suban los precios? Porque lo que sí ha pasado, por ejemplo, es que el paro ha crecido en 80.000 personas. Vamos, que no hay indicios especialmente razonables para asumir que la subida de precios se debe a una reactivación del consumo. Más precisamente, a que dicha reactivación se deba a que la gente ve mejor el panorama.
Para los economistas austriacos, la cosa es más sencilla, pues es bien conocido que estas subidas generalizadas de precios no responden a nada que tenga que ver con reactivaciones de consumo y otras zarandajas, sino a los incrementos del dinero enchufado por los bancos centrales. Lo que llevan haciendo durante más de un año.
Es más, como los austriacos no son tan miopes, se dan cuenta de que el dinero de nueva creación no necesariamente va a bienes de consumo, sino que normalmente empieza dirigiéndose a la bolsa, y aquí llevamos en subida libre desde marzo. Pero como esta subida de precios no se ve en el IPC, no existe.
Así que, si había que alegrarse por la subida de precios, llevamos 6 meses perdidos de alegría. Aunque, claro, a mí me parece que esto de que suban los precios no tiene nada de alegre, y sí de alarmante.
Alegrémomos todos, que ya estamos pagando precios más caros por los mismos bienes en los que no hemos acabado de notar las bajadas de que nos informa el IPC. Y que más da que los salarios no hayan subido, lo importante es que ya volvemos a pagar más. Claro, luego la gente piensa, con razón, que los economistas están locos.
Y es que, a quien lea la noticia, le dan ganas de echarse a la calle a celebrarlo. Aunque tenga que pagar unos centimillos más por la cerveza. Y yo que sigo sin entender cuál es la buena noticia en una subida de precios.
Para el gobierno y la economía neoclásica, la subida de precios proviene de un mayor consumo. Y, si se empieza a consumir más, las empresas se pondrán más contentas, se reactivará la actividad económica y se empezará a crear empleo, lo que a su vez acrecentará el consumo, y así entramos en un círculo virtuoso estupendo.
Evidentemente, algo debe de fallar en esta burbujita. ¿Cómo es posible que, de repente, la demanda o el consumo suba? ¿De dónde salen los nuevos ricos capaces ellos solos de demandar tanto que suban los precios? Porque lo que sí ha pasado, por ejemplo, es que el paro ha crecido en 80.000 personas. Vamos, que no hay indicios especialmente razonables para asumir que la subida de precios se debe a una reactivación del consumo. Más precisamente, a que dicha reactivación se deba a que la gente ve mejor el panorama.
Para los economistas austriacos, la cosa es más sencilla, pues es bien conocido que estas subidas generalizadas de precios no responden a nada que tenga que ver con reactivaciones de consumo y otras zarandajas, sino a los incrementos del dinero enchufado por los bancos centrales. Lo que llevan haciendo durante más de un año.
Es más, como los austriacos no son tan miopes, se dan cuenta de que el dinero de nueva creación no necesariamente va a bienes de consumo, sino que normalmente empieza dirigiéndose a la bolsa, y aquí llevamos en subida libre desde marzo. Pero como esta subida de precios no se ve en el IPC, no existe.
Así que, si había que alegrarse por la subida de precios, llevamos 6 meses perdidos de alegría. Aunque, claro, a mí me parece que esto de que suban los precios no tiene nada de alegre, y sí de alarmante.
domingo, 13 de septiembre de 2009
El gasto público en España: lo que no vemos
Andamos todos un poquillo revueltos, algunos hasta fisiológicamente, con el tema de la inevitable subida de impuestos que ha comenzado a anunciarnos el gobierno. Y, claro, algunos ingenuos se plantean si no cabría como solución alternativa, la reducción del gasto público. Oiga usted, en vez de subir la imposición sobre el ciudadanos, en cuyas consecuencias coinciden todos los economistas, y no precisamente para bien, ¿por qué no se plantean gastar menos?
El objetivo de estas líneas es desmontar el mito de que el gasto de nuestro gobierno es excesivo. Y para ello nada mejor que acudir a Bastiat, economista frances de hace unos siglos, para que nos aporte su metodología. Él la aplicó con profusión en su "Ce qu'on voit et ce qu'on ne voit pas" (Lo que se ve y lo que no se ve").
Básicamente, se trata de que a la hora de hacer análisis económicos, no basta con quedarse en lo que es inmediatamente visible, sino que hay que rascar un poco para ver los efectos ocultos. Por ejemplo, si con dinero público se hace un puente, este puente es lo que se ve. Lo que no se ve es todo lo que se ha dejado de producir por dedicar ese dinero al puente.
Pues lo mismo propongo hacer con nuestro gasto público, y demostraré como nuestros políticos nos ahorran ingentes cantidades de dinero. Empiezo:
Lo que se ve:
- Zapatero de vacaciones en Lanzarote.
- Pajin cobrando 20.000 Euros al mes.
- Gallardón a la caza y captura de unos juegos olímpicos para Madrid.
- Chaves dando bien de dineros públicos a la empresa de su hija,
Lo que no se ve:
- Zapatero se podría ir de vacaciones a la costa Azul, a Miami o a Sudáfrica. Gracias a su modestia, nos estamos ahorrando un pastón.
- Pajín ganaría mucho más dinero en la empresa privada; Pajín, en realidad, sacrifica salario por servicio a los españoles. Nadie en la empresa privada con su nivel de responsabilidad tiene un sueldo tan magro.
- Gallardón no está tratando de conseguir un mundial de futbol, ni que el Tour de Francia pase por Madrid, ni los juegos olímpicos de invierno. Gracias a esta humildad, se ahorra muchísimo dinero, en este caso, el contribuyente madrileño.
- Chaves no está ayudando a toda su familia con este nivel, solo lo reserva para su hija. En justicia, debería poder extender dádivas de esta cuantía a todos sus parientes hasta tercer o cuarto grado de consanguinidad, que para eso ha sacrificado tantos años en favor del andaluz. Y sin embargo, limita estas cantidades para descendientes directos, ahorrando de paso gran cantidad de impuestos al contribuyente andaluz.
Creo que ya queda suficientemente ilustrado el fenómeno, que resulta difícil aprehender sin conocimientos económicos. Benditos políticos que, cuanto más gastan, más ahorran.
El objetivo de estas líneas es desmontar el mito de que el gasto de nuestro gobierno es excesivo. Y para ello nada mejor que acudir a Bastiat, economista frances de hace unos siglos, para que nos aporte su metodología. Él la aplicó con profusión en su "Ce qu'on voit et ce qu'on ne voit pas" (Lo que se ve y lo que no se ve").
Básicamente, se trata de que a la hora de hacer análisis económicos, no basta con quedarse en lo que es inmediatamente visible, sino que hay que rascar un poco para ver los efectos ocultos. Por ejemplo, si con dinero público se hace un puente, este puente es lo que se ve. Lo que no se ve es todo lo que se ha dejado de producir por dedicar ese dinero al puente.
Pues lo mismo propongo hacer con nuestro gasto público, y demostraré como nuestros políticos nos ahorran ingentes cantidades de dinero. Empiezo:
Lo que se ve:
- Zapatero de vacaciones en Lanzarote.
- Pajin cobrando 20.000 Euros al mes.
- Gallardón a la caza y captura de unos juegos olímpicos para Madrid.
- Chaves dando bien de dineros públicos a la empresa de su hija,
Lo que no se ve:
- Zapatero se podría ir de vacaciones a la costa Azul, a Miami o a Sudáfrica. Gracias a su modestia, nos estamos ahorrando un pastón.
- Pajín ganaría mucho más dinero en la empresa privada; Pajín, en realidad, sacrifica salario por servicio a los españoles. Nadie en la empresa privada con su nivel de responsabilidad tiene un sueldo tan magro.
- Gallardón no está tratando de conseguir un mundial de futbol, ni que el Tour de Francia pase por Madrid, ni los juegos olímpicos de invierno. Gracias a esta humildad, se ahorra muchísimo dinero, en este caso, el contribuyente madrileño.
- Chaves no está ayudando a toda su familia con este nivel, solo lo reserva para su hija. En justicia, debería poder extender dádivas de esta cuantía a todos sus parientes hasta tercer o cuarto grado de consanguinidad, que para eso ha sacrificado tantos años en favor del andaluz. Y sin embargo, limita estas cantidades para descendientes directos, ahorrando de paso gran cantidad de impuestos al contribuyente andaluz.
Creo que ya queda suficientemente ilustrado el fenómeno, que resulta difícil aprehender sin conocimientos económicos. Benditos políticos que, cuanto más gastan, más ahorran.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)