jueves, 27 de diciembre de 2018

Serie: Oficina de Infiltrados ( Temporada 4)

Lo de esta serie es increíble. Ha llegado a la cuarta temporada, a la que pocas series llegan manteniendo el nivel, y encima ha conseguido una temporada aún mejor que las anteriores, que ya eran bastante buenas. Pero es que en esta, cada una de las tramas que nos propone es a cual mejor. Impresionante.

Se pueden identificar cuatro tramas, tres de las cuales terminan convergiendo. Una de ellas va sobre ciberseguridad e Inteligencia Artificial, ahí es nada. En otra, tenemos a  Malotrou escapado y perdido por Moscú, en tratos con la inteligencia rusa. Mientras tanto, en Francia, aparece un tal Jean Jacques (Mathew Amalric), una especia de asuntos internos de la agencia de infiltrados, que nos ayudará a ver la cara oscura de Malotrou, algo inesperado y para lo que viene bien algo de ayuda.

Con todo, y aún siendo super interesantes cada una de las tramas anteriores, la mejor es la que protagoniza el agente Jonas (Victor Artus) a la caza de terroristas franceses por los entornos más hostiles. De hecho, protagonizará estupendas escenas de acción en Túnez o en Siria, lo que no deja de ser paradójico, dado que su perfil es más bien el de agente intelectual, gordo y gafotas.

Se nota que el presupuesto de la serie va aumentando, pues cada vez hay más escena de exterior y de acción. Como ya he dicho, las mejores corresponden a la trama de Jonas. Una de ellas tiene lugar en Rakka: una escuadra de soldados kurdos (creo) tiene que guiar a Jonas y su guardaespaldas a través de las paredes del laberinto de casas arruinadas en que se ha transformado la ciudad. La otra cierra el capítulo 9, y transcurre en Túnez. Junto a las escenas de acción, son también magníficos los interrogatorios de los terroristas, en que se muestra la inteligencia emocional de Jonas. Interrogar a cada uno de los sucesivos terroristas es un verdadero reto que resuelve en cada caso de forma magistral.

Por su parte, la peripecia de Malotrou nos lleva a una prisión rusa, por ejemplo. Y también son apasionantes las intrigas relacionadas con la seguridad de los dispositivos y las infiltraciones en los ordenadores. Para ello, introducen a un nuevo personaje, César (Stefan Crepon) un jovencito super experto en IA. No está mal. A la que dejan todos un poco tirada es a nuestra conocida Marina, metida en la misma trama, pero casi de secundaria.

Otra excelente temporada de una serie que nos aterriza Homeland en la realidad del funcionariado francés. Disfruten ustedes.




5 comentarios:

Manuel dijo...

Francamente, esta serie me ha encantado. Hay cosas que no se explican como el papel de Malotrú que no se sabe en bando está, pero bueno. Una cosa que no entiendo de la serie es ¿cómo aparece muerta la soldado de la milicia yazidí en el hombro de Jonás? No lo entiendo. O de noche los han atacado (Y Jonás no se ha enterado) o suicidio. No acabo de explicarmelo.

Ferhergón dijo...

Muchas gracias por el comentario, Manuel.
Yo creo que todos sabemos de qué bando está Malotrú desde mediados de la primera temporada: del suyo.

Creo que la miliciana se suicida, por lo menos eso parece deducirse de las escenas previas. Pero no lo recuerdo con claridad.

Manuel dijo...

Volviendo a ver la escena, efectivamente, tiene un corte en la muñeca. Las escenas de la investigación de Jonás son muy buenas, de lo mejor de la serie.
Gracias por responder

Ferhergón dijo...

Gracias a ti, Manuel, por leer el blog.
Estoy de acuerdo, de lo mejorcirto, y me encantó el contraste con esa escena del último capítulo en que Jonás vuelve a casa en metro, como un día cualquiera de un trabajador más.

Manuel dijo...

Como ha dicho muchas veces Fernando Rueda, solo nos enteramos de las operaciones de inteligencia cuando fallan.