martes, 25 de octubre de 2022

Hyperion, oder der Eremit in Griechenland, de Friedrich Hölderlin

El nombre de este autor me sonaba un montón, como uno de los grandes escritores clásicos alemanes. Por alguna razón, lo asociaba a cuentos de hadas o de terror. Quizá porque como era romántico, me llevaba a pensar en las Rimas y Leyendas de Becquer. Pero nada de eso, es un poeta, bastante poeta por lo demás.

Esta obra de Hyperion es, al parecer, una de sus más conocidas y mejores, así que me lancé a por ella. Como está en prosa, no acerté con lo que me esperaba, y no me encontré nada de cuentos o leyendas, sino una especie de poema en prosa epistolar, en alemán. O sea, el peor de los mundos para mí: no me gusta el género epistolar, no me mola especialmente la poesía, la lírica alemana me parece cargante.

Pero como uno es un profesional (y el libro no era demasiado largo), me puse al oficio y me lo terminé. Conclusión; evitar en adelante leer este género literario. Y más en alemán, aunque a fuer de ser sincero, no he encontrado nada parecido en otras literaturas, y eso que la española, la inglesa y la francesa las tengo bastante bien curradas. Debe de ser que fuera del ámbito germano este género no triunfa. Me explico, no es no haya leído en otras lenguas algo que me guste; no, lo que digo en que no he leído nada parecido.

Hyperion se va a pasar una temporadita a Grecia (bueno, más bien a Turquía, Esmirna en concreto), y una vez allí se dedica a escribir cartas a su amigo Bellarmin, suponemos en Alemania. Durante su estancia se hace un gran amigo, Alabanda, y se enamora de Diotima, lo que da pie a incluir cartas tanto de ésta como a ésta. Venga paseos por los campos y episodios por el estilo, hasta que se va a guerrear contra los turcos por la independencia de Grecia (el año en 1770), y termina en un barco ruso. A su vuelta a Grecia, derrotado, se encuentra a Diotima muerta, como buen romántico. Y termina de vuelta en Alemania pareciéndolo aquello lo menos poético del mundo, no digamos sus compatriotas.

Vamos, que no hay trama. Lo único que pasa es que eso está contado con mucho recurso estilístico y reflexión idealista en muchos casos no fácil de seguir, como verdadera poesía en prosa. Como a mí el alemán me cuesta, pues el impacto retórico queda muy atenuado y termino leyendo por practicar.

Dejo alguna de las frases que me han llamado más la atención. Primero algunos pensamientos:

- Sobre la niñez: "Der Zwang des Gesetzes und des Schicksals betastet es nicht; im Kind ist Freiheit allein. In ihm ist Frieden; es ist noch mit sich selber nicht zerfallen. Reichtum ist in ihm; es kennt sein Herz, die Dürftigkeit des Lebens nicht. Es ist unsterblich, denn es weiß vom Tode nichts."

- Anarcocapitalismo Hölderliniano: "Immerhin hat das den Staat zur Hölle gemacht, daß ihn der Mensch zu seinem Himmel machen wollte."

- Visión de la guerra, obsoleta claro: "der Knechtsdienst tötet, aber gerechter Krieg macht jede Seele lebendig."

- Consecuencias de los actos: "alles Tun des Menschen hat am Ende seine Strafe, und nur die Götter und die Kinder trifft die Nemesis nicht"

- ¿Es posible vivir sin amor?: "Das macht uns arm bei allem Reichtum, daß wir nicht allein sein können, daß die Liebe in uns, so lange wir leben, nicht erstirbt."


Y ahora algunas comparaciones que me han parecido bonitas. Es el recurso estilístico que más usa:
-"hohe Worte, wenn sie nicht in hohen Herzen widertönen, sind, wie ein sterbend Blatt, das in den Kot herunterrauscht."
- "Ist der Mensch nicht veraltert, verwelkt, ist er nicht, wie ein abgefallen Blatt, das seinen Stamm nicht wieder findet und nun umhergescheucht wird von den Winden, bis es der Sand begräbt?"
-"Verstand ist ohne Geistesschönheit, wie ein dienstbarer Geselle, der den Zaun aus grobem Holze zimmert, wie ihm vorgezeichnet ist, und die gezimmerten Pfähle an einander nagelt, für den Garten, den der Meister bauen will."
-"in den Tiefen der Gebirgswelt wird das Geheimnis unsers Herzens ruhn, wie das Edelgestein im Schacht, im Schoße der himmelragenden Wälder, da wird uns sein, wie unter den Säulen des innersten Tempels,"
-"Sieh auf in die Welt! Ist sie nicht, wie ein wandelnder Triumphzug, wo die Natur den ewigen Sieg über alle Verderbnis feiert? und führt nicht zur Verherrlichung das Leben den Tod mit sich, in goldenen Ketten, wie der Feldherr einst die gefangenen Könige mit sich geführt?"

Un juego de palabras, viendo sus amoríos: "Wir nannten die Erde eine der Blumen des Himmels, und den Himmel nannten wir den unendlichen Garten des Lebens."

De esto no me acuerdo el nombre: "Kein Eroberer schwächt sie, kein Kriegsglück berauscht sie, kein fremder Götterdienst betäubt sie, keine eilfertige Weisheit treibt sie zu unzeitiger Reife."

Bueno, suficiente. Suficiente de citas y suficiente de romanticismo alemán para este cuerpo. A ver si la próxima vez es de verdad una novela lo que leo.

jueves, 20 de octubre de 2022

Prisioneros de la geografía ("Prisoners of Geography"), de Tim Marshall

El planteamiento de este ensayo parecía muy interesante: entender cómo la geografía de los distintos países condiciona la geopolítica, y, por ende la historia de los mismos. Al menos eso es lo que el autor, Tim Marshall, periodista y reconocido experto en geopolítica, nos dice que va a hacer.

En la práctica, lo que tenemos es un libro que casi parece de conversación de café. Es cierto que cada capítulo comienza describiendo a grandes rasgos los aspectos geográficos del territorio analizado, pero a partir de ahí rara vez establece una línea causal rigurosa con la historia del país o países afectados, historia que también da a muy grandes rasgos, y menos aún con la estrategia geopolítica actual. O, si lo hace, a mí me ha parecido de perogrullo.

Veía este libro como una oportunidad de aprender mucho sobre nociones que normalmente no me atraen, pero que en este formato (en torno al mapa del país) me resultaban de interés. Una vez terminado el libro, y repasando su contenido, me doy cuenta de que apenas he aprendido nada (con la excepción del capítulo dedicado al Ártico, de esas cosas no tenía ni idea). Y no es que yo sea experto en geopolítica ni mucho menos, es que las cosas que nos cuenta el señor Marshall son muy triviales.

He de decir que el libro empieza con mucha fuerza y con el que quizá sea el mejor análisis de los que aporta el libro, el dedicado a Rusia, que por si fuera poco es de tremenda actualidad. Aquí nos casca lo siguiente, escribiendo en 2015: "Georgia, Ukraine, and Moldova, who would all like to join both organizations but are being held at arm’s length because of their geographic proximity to Russia and because all three have Russian troops or pro-Russian militia on their soil. NATO membership of any of these three could spark a war."

Lógicamente, me quedé con la boca abierta y empecé a venerar al autor. La lectura subsiguiente me reveló no tanto el conocimiento del autor capaz de hacer esa predicción, como lo trivial que es en el fondo la geopolítica en comparación con otras disciplinas sociales. Y es que la geopolítica va de lo que hacen los Estados, y los Estados son mucho más previsibles que el resto de la sociedad a la que gobiernan, porque carecen de capacidad de emprendimiento comparable, porque no internalizan los costes de sus acciones, y porque sus preocupaciones reales van poco más allá de sus fronteras, y su fiscalidad, porque condicionan el territorio en que pueden ejercer su poder. Poco más es necesario para anticipar sus animaladas.

Creo que este párrafo, procedente del análisis sobre Rusia, revela el tenor de la geopolítica y del libro: "From the Grand Principality of Muscovy, through Peter the Great, Stalin, and now Putin, each Russian leader has been confronted by the same problems. It doesn’t matter if the ideology of those in control is czarist, Communist, or crony capitalist— the ports still freeze, and the North European Plain is still flat."

Esta frase completa a la anterior, en este caso con referencia a China: "China has locked itself into the global economy. If we don’t buy, they don’t make. And if they don’t make, there will be mass unemployment." ¿Qué relación tiene esto con la geografía de China? ¿Y qué quiere decir aquí "nosotros" y "ellos"? ¿Qué pasa, los chinos no compran productos chinos?

Quizá entre los aspectos más interesantes del libros estén los casos en que analiza el trazado artificial de fronteras por los poderes occidentales, en comparación con las divisiones naturales causadas por la geografía: "The colonial powers used ink to draw lines that bore no relation to the physical realities of the region, and created some of the most artificial borders the world has seen. In the Middle East, an attempt is now being made to redraw them in blood." Son los casos de Oriente Medio (sobre todo Irak), India vs Pakistan y, por supuesto, Corea.

Lo cual nos lleva al Tratado de Tordesillas, sobre el que nos suelta "This mix can be traced back to the Treaty of Tordesillas between Spain and Portugal in 1494, one of the early examples of European colonialists drawing lines on maps of faraway places abouta lo que añade "The rest is a very unfortunate history in which the vast majority of the occupants of the lands now called South America were wiped out." No me gusta insultar, pero francamente después de esto anoté al margen un insulto para el autor.

No sé qué es mayor, su ignorancia o su estulticia. ¿De verdad compara el tratado de Tordesillas sobre territorios por descubrir, con lo que hicieron los ingleses, franceses y americanos en territorios perfectamente conocidos? ¿De dónde se saca que como consecuencia del mismo se aniquilaron a los habitantes de Suramérica? Es evidente que se ha confundido con su querido país, los EEUU, pues fue allí donde se produjo tal aniquilación y no en América del Sur, como cualquier visitante a ambas áreas geográficas podrá constatar fácilmente.

Suma y sigue, y nos dice que estos países "have come a long way since colonialism and slavery. There is still a long way to go." Una vez más, ¿de qué países habla? En Hispanoamérica no había ni de lejos la esclavitud que en los EEUU o en Brasil; y estos países nunca fueron colonias de España, sino territorios con el mismo rango de la península. ¿De verdad el señor Marshall no sabe esto? ¿Es fiable entonces algo de lo que nos cuenta de las historias de los distintos países? ¿O tiene la misma idea que de Sudamérica?

Pero sigamos: ¿qué nos dice de España? "Spain is also struggling, and has always struggled because of its geography." ¿Qué estamos sufriendo, como siempre, por la geografía? Se lo dice al país cuyos habitantes construyeron un Imperio en él que no se ponía el sol. O sea que no debe de ser tan terrible la nuestra, o a lo mejor es que, contrariamente a las tesis de este tipo, la geografía tiene una importancia muy secundaria en el devenir de las sociedades, sobre todo si a éstas se las deja libertad. 

Y cierro la glosa del esperpento con este párrafo, también de pozo de ignorancia: "Latin America, particularly its south, is proof that you can bring the Old World’s knowledge and technology to the new, but if geography is against you, then you will have limited success, especially if you get the politics wrong. Just as the geography of the United States helped it become a great power, so that of the twenty countries to the south ensures that none will rise to seriously challenge the North American giant this century nor come together to do so collectively." Pues solo recordarle a este señor lo dicho anteriormente de España primera potencia mundial durante unos cientos de años, y también que mientras en esas áreas con toda la geografía en contra se alumbraron los imperios azteca, inca y maya, en los EEUU tan favorecidos geográficamente solo había unos cuantos indios malviviendo. Iba a decir a caballo, pero hubiera mentido porque, señor Marshall, por si no lo sabe, los caballos los llevaron los españoles.
Aunque no me estaba entusiasmando el libro, lo consideraba interesante hasta que llegué al capítulo contra el que acabo de despotricar, que me ha parecido impresentable, y me ha sumido en dudas sobre el resto de lo leído. El autor escribe de forma atractiva, como todos los periodistas estadounidenses de cierto renombre, aunque no diría que escribe bien, Eso hace que la lectura se lleve agradablemente, aunque el contenido sea ligero y incluso erróneo y manipulador. 
Marshall concluye: "Our history has shown us the rapacious way of the zero-sum game. Arguably, a belief in partial geographic determinism, coupled with human nature, made it difficult for it to have been any other way."

Yo digo: es indiscutible que la geografía condiciona el desarrollo de las sociedades, pero lo hace solo en proporción a la falta de libertad que tenga. En la medida en que mayor sea el poder del Estado, menos emprendimiento hay y más "determinismo geográfico". Ese es el escenario de juego suma-cero que extiende Marshall a discreción. La pregunta pasa a ser si en la actualidad, contra todo lo que cabría pensar, hay más determinismo geográfico que en el pasado, esto es, si los Estados tienen más poder en la actualidad. Y la respuesta la da lo fácil que le resultó a Marshall prever que habría guerra si Ucrania se planteaba entrar en la OTAN. 



miércoles, 19 de octubre de 2022

Breve tratado sobre la reforma monetaria ("A Tract on Monetary Reform"), de John Maynard Keynes

Alguien se preguntará que qué hago a estas altura de mi vida leyendo a Keynes. Yo mismo me lo pregunto, o me lo preguntaba. Ahora ya me puedo responder: perder el tiempo. Sin paliativos. Solo hay dos cosas positivas de esta lectura: que es un obra breve para conocer la forma en que pensaba el señor, y los chistes que hace de vez en cuando. Lo demás es basura intelectual, que los lectores coetáneos podrían encontrar relevante y hasta interesante, pero que visto desde la perspectiva del siglo XXI y de los avances de teoría económica no tiene un pase. Sería como estudiar física leyendo a Heráclito.

Lo último está dicho en descargo de Keynes, que conste. Él escribía en su momento, con la coyuntura que le toco vivir, y con los conocimientos de teoría económica que habría en la época. Lo que es indecente es que estos pensamientos sigan guiando la actuación de políticos y autoridades.

Esta obra de Keynes es muy coyuntural. No pretende ni siquiera aportar avances en teoría económica. Se limita a constatar una situación de (lo que para él  es) gran inestabilidad en los precios, tras la Primera Guerra Mundial, y decide que es en interés de la sociedad que los precios sean estables. Con esta finalidad, utilizando la teoría cuantitativa del dinero (que no sé si define directamente él a nivel macro) llega a hacer propuestas concretas para en Inglaterra, y con las instituciones del momento, se puede conseguir ese objetivo macro. Ello pasará por cargarse el patrón oro, por cierto.

Su primer paso es demostrar que la inestabilidad de precios perjudica en general a los distintos grupos sociales. Esto lo hace tanto para procesos inflacionarios como deflacionarios. Aquí ya se empieza a traicionar la visión tremendamente estática que tiene este señor de la economía. Dice que tanto trabajadores como empresarios ¡se benefician de la inflación!, como si fuera automática la subida de precios y salarios debida a ella, y que solo se perjudica a los rentistas. No sé si lo primero pasaba en sus tiempos, pero ahora no creo que ni trabajadores ni empresarios lo crean. 

Un análisis dual hace para la deflación: esto me sorprendió inicialmente, pues tiendo a ver la deflación como algo positivo, ya que supone la revalorización del dinero, que es lo contrario de la inflación, que siempre he tenido por malo. Al continuar leyendo, me di cuenta de que Keynes hablaba de políticas deflacionarias, o sea, de acciones del Estado para revalorizar el dinero, y no de un proceso espontáneo. Claro, desde la perspectiva actual es inconcebible que se planteen políticas deflacionarias, pero parece que en los momentos en que escribe Keynes sí estaban sobre la mesa. Pero, vamos, tan intervención en el mercado es una política inflacionaria como una deflacionaria, así que mal las dos.

Ha de observarse que el análisis de "inestabilidad" de precios que hace Keynes procede ya de políticas estatales. O sea, son inestabilidades forzadas por la intervención, no inestabilidades naturales que puedan surgir de otro tipo de acontecimientos. De hecho, se podría pensar que la inestabilidad que tanto miedo da a Keynes era consecuencia del conflicto bélico: solo faltaría que una guerra de esas dimensiones no hubiera tenido consecuencias sobre el comercio y, por tanto, sobre los precios. Y máxime con los Estados empezando a guarrear con la política monetaria como nunca antes habían podido hacerlo. En este contexto, lo que parece absurdo es tratar de mantener a capa y espada una supuesta estabilidad de precios cuando están cambiando completamente las preferencias de la sociedad.

Y en cuanto a las soluciones, Keynes las construye sobre la teoría cuantitativa del dinero. Esta parte de una especie de transformación de la obvia Ingreso = precio x cantidad, según la cual la cantidad de dinero (M) ha de ser igual al (nivel de precios) x (número de unidades de vectores sintéticas que consumen los individuos) distinguiendo las que quieren comprar con dinero de las que quieren comprar con saldos de cuenta corriente. Es evidente que ambas magnitudes macro no tienen nada que ver con sus correspondientes micro: un precio es un precio; un nivel de precios exige una cesta de bienes que sea el consumo del ciudadano medio, y mierdas por el estilo. Y eso sin contar con el evidente dinamismo de ambas magnitudes.

El caso es que de aquí el tipo deduce que se puede mantener estable el nivel de precios manejando las otras magnitudes de su artificial ecuación. Dejando de lado nuestras preferencias por tener dinero en casa o en el banco (que digo yo que serán distintas de individuo a individuo y también en el tiempo), le quedan las otras magnitudes: número de billetes y coeficiente de caja de los bancos.

No entro más al trapo. Keynes está claramente superado y es un producto de su tiempo, y de un oportunismo flagrante. Leer sus obras es una pérdida completa de tiempo, y lo único que puede traer es malas ideas, así que mejor no hacerlo. Encima, tampoco es que escriba muy fluido. Eso sí, a alguien le sorprenderá la sorna que desprende en algunos pasajes. Aquí dejo uno antes de cerrar.

"But in some countries it seems possible to please and content the public, for a time at least, by giving them, in return for the taxes they pay, finely engraved acknowledgements on watermarked paper. The income tax receipts, which we in England receive from the Surveyor, we throw into the wastepaper basket; in Germany they call them bank notes and put them into their pocket-books; in France they are termed rentes and are locked up in the family safe."

domingo, 16 de octubre de 2022

Un puente sobre el Drina, de Ivo Andric

Es lo que tiene la lectura, que de vez en cuando te ofrece magníficas sorpresas, como ha constituido esta novela.  Pero empecemos por el principio. Este verano visité Bosnia, y entre otras de sus ciudades, Visegrad. Este pueblo está muy cerca de la frontera con Serbia, y lo más destacable, la razón por la que uno se pasa 2 horas conduciendo desde Sarajevo, es su puente sobre el río Drina, obra del famoso arquitecto Selin (que también hizo varias mezquitas en Edirne y Estambul). Pues bien, resulta que el puente adquirió su fama gracias a una obra del autor Ivo Andric, que obtendría el premio Nobel de literatura.

Andric es bastante reconocido en Visegrad, aunque no es de allí (sí vivió unos años), hasta el punto de que la nueva ciudad antigua se llama Andricgrad. Digo "nueva ciudad antigua", porque Visegrad fue arrasada por los serbios en la última guerra, dejando poco más que el puente de la antigua kasaba. Por curiosidad, aunque sin demasiado entusiasmo, me animé a leer la novela, un poco para conocer cómo era la vida en la zona. Me esperaba la típica saga familiar, pero lo que me encontré es, realmente, la historia del puente ("un eslabón indispensable en el camino que une Bosnia con Serbia y, más allá, a través de Serbia, con el resto de las provincias del imperio turco hasta Estambul.", y narrada de una forma maravillosa.

La verdad es que he disfrutado de la novela desde el principio hasta el final. Comienza con una visión general de Visegrad, en la que ya se "oponen" las distintas etnias de sus habitantes, a saber serbios-cristianos ortodoxos y turcos-musulmanes, aderezados con algún judío que otro. Y el autor lo hace contándonos las distintas historias y leyendas que ambas comunidades tienen en relación con el puente. El mismo sillar tiene una historia muy distinta para los niños turcos y para los niños serbios, si bien ambos juegan por igual encima del puente.

Dos cosas me han resultado fascinantes del estilo narrativo de Andric. En primer lugar, se refiere en todo momento a "nuestra" ciudad, la de todos sus habitantes incluido él; y lo hace en todo momento, aunque la historia del puente abarca 500 años y él lógicamente no ha podido vivirlos todos. Consigue así transmitir al lector un sentimiento de cercanía, tanto hacia él como a los suyos.

El segundo aspecto es espectacular. Consiste en cómo es capaz de transformar la narración de un hecho en un momento dado, en leyendas, habladurías o recuerdos conforma avanza el tiempo. Lo que en un capítulo es un hecho vivido por los personajes del momento, cobra tintes míticos cuando en capítulos posteriores aflora en el recuerdo de los habitantes de entonces, que han oído hablar o han vivido en la niñez el acontecimiento inicial. "Así, de la torre y los cruentos sucesos que estaban vinculados con ella no quedó más huella que algunos recuerdos tristes que fueron palideciendo y se desvanecieron junto con esa generación, y una viga de roble que no había ardido del todo porque estaba encajada en los escalones de la kapija."

La historia del puente comienza con su accidentada construcción ordenada por el visir Mehmed Pacha Solokovic, que ahora da nombre al puente, y a quien el autor imagina mirando el Drina impasable en su niñez. Tras unos cuantos años y escándalos, por fin queda construido con un Han u hospedería mantenido por una fundación del propio visir. Del puente, nos dice: "El milagro de los primeros días había entrado en su vida cotidiana y empezaron a cruzar el puente apresurados, indiferentes, preocupados, distraídos, igual que el agua rumorosa corría por debajo, como si fuera uno de los innumerables caminos que ellos y su ganado habían apisonado con los pies." Y así casi hasta nuestros días. El Han correrá suerte muy distinta una vez se pierda la fundación que dotaba su mantenimiento, conforme se va reduciendo el imperio turco.

Así nos va contando Andric diversas historias y sueños de los habitantes de Andric. Visegrad va observando como el imperio turco retrocede, cómo los serbios amenazan las fronteras, y cómo eventualmente el imperio austro-húngaro conquista Bosnia y llega al mismísimo Visegrad, con sus "germanos" (que así los llama uno de los habitantes de Visegrad), sus funcionarios, sus ingenieros y sus soldados.

Esta parte del libro es en la que más se detiene el actor y posiblemente la más interesantes desde el punto de vista histórico. La llegada de la "ley" del imperio austriaco supone inicialmente una explosíón de libertad y riqueza. "Lo que antes resultaba inalcanzable, lejano, caro, prohibido por las leyes o los prejuicios todopoderosos, ahora, en muchos casos, era posible y accesible para el que tuviera los medios o fuera capaz de obtenerlo."

Sigue, ya anticipando la calamidad que se avecina: "Así transcurrieron los últimos años del siglo XIX, años sin agitaciones ni grandes acontecimientos, como transcurre un río ancho y tranquilo ante su desembocadura incierta. A juzgar por ellos, pareciera que hubieran desaparecido los momentos trágicos en la vida de los pueblos europeos, y también de la kasaba del puente." Y añade: "o no llegaban hasta nosotros,"

La libertad da lugar a riqueza, y la riqueza permite pagar más impuestos, y hace a los Estados más fuertes, reduciendo la libertad y empobreciendo a la población. Aquí nos lo narra Andric para Visegrad, Primero la llegada del ferrocarril, pero luego empiezan las ordenanzas, los impuestos y la continúa inflación ("El único trabajo bueno y seguro era el abastecimiento del ejército o de una institución estatal, pero no estaba al alcance de cualquiera. Los impuestos generales y las tasas municipales eran cada vez mayores y más numerosos; se intensificaba la rigurosidad en la recaudación.").

El descontento social da lugar a corrientes como el nacionalismo o el socialismo, entre los jóvenes que ya conectan con el mundo gracias al tren. Que, por cierto, juega un papel similar en la época al de las redes sociales actuales, como ilustra en este pasaje, muy de actualidad, el autor: "Con la introducción del ferrocarril no sólo se habían acortado los viajes y el transporte de mercancía era más fácil; también se había acelerado el curso de los acontecimientos." Mientras, "Allá, en el mundo, se tiraban los dados o se reñía una batalla, y allá se resolvía el destino de cada uno de nosotros.", en un pasaje con reminiscencias de Zweig y en el que claudica la comunidad de Visegrad ante el poder de los Estados para regir sus destinos.

En una perspectiva micro, esto es lo que reflexiona una de las habitantes, honrada y próspera dueña del un hotel: "La ley de beneficios y pérdidas, una ley maravillosa que siempre había regido los procedimientos humanos, parecía no servir ya, porque había mucha gente que hacía, declaraba y escribía cosas cuyo fin y sentido ella no vislumbraba y sólo podían traer incomodidades y perjuicios.". Con ella se "puede hablar de negocios y acontecimientos, apoyándose en un cálculo consolidado y reconocido, lejos de la «política» y de las palabras grandilocuentes y peligrosas que lo ponen todo en cuestión y no explican ni confirman nada." Nótese la cualificación que da Andric (ley maravillosa, palabra peligrosas), a la distorsión que comienzan a sufrir las relaciones humanas, y lo está haciendo alguien que tuvo veleidades con el socialismo.

Por fin, llega el asesinato de Sarajevo y el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Una vez más, Andric nos narra la evolución de la kasaba en este nuevo tiempo, y lo hace si cabe con más brillantez que en los episodios anteriores. Lo que él narra para Visegrad es realmente lo que está ocurriendo a escala en Europa. Y la novela termina, no podría ser de otra forma, con la destrucción (parcial) del puente tras un bombazo de los serbios. Puente que, por cierto, ya había quedado "dejado a su suerte como un barco encallado o un templo abandonado." tras la construcción del ferrocarril.

Recomiendo sin ninguna duda la lectura de esta novela. Es magnífica, en la línea de Zweig y con el deje de Maalouf. Un premio Nobel muy merecido este dado a Ivo Andric.


martes, 11 de octubre de 2022

Amor en las ruinas ("Love in the ruins"), de Walker Percy

Este libro aparece citado en el que leí recientemente de Dalmacio Negro (Historia de las formas del estado). Lo citaba como ejemplo ilustrativo de cómo el Estado destruye la sociedad, o eso le creí entender. Lección aprendida: si no te gusta demasiado un libro, es muy improbable que te gusten libros en él aludidos. Y ese ha sido el caso de este verdadero tostón del señor Walker Percy, quien al parecer es un filósofo que novela sus ideas. Supongo que de filósofo a filósofo, el señor Negro y el señor Percy se entenderán fenomenal y hasta se reirán las gracias. A mí, como plebeyo, me costó mucho entender al primero y no creo haber entendido nada al segundo.

La historia va de un doctor, el protagonista, que diseña un aparato llamado Lapsómetro, con él que puede leer y alterar los estados cerebrales: "why not devise a gadget without wires that will measure the electrical activity of the separate centers of the brain? Hardly a radical idea. But here was the problem: given such a machine, given such readings, could the readings then be correlated with the manifold woes of the Western world, its terrors and rages and murderous impulses? And if so, could the latter be treated by treating the former?"

Esto creo que está claro. Lo que ya no lo está tanto es si realmente el tipo es un doctor o un loco de un manicomio (la duda se le planteará al lector en el capítulo del Pit, bien avanzado el libro). Tampoco acaba de quedar claro que tiene que ver el citado Lapsómetro con los acontecimientos que nos cuenta el señor en relación a una rebelión de Bantúes, y sus acciones como francotirador, que es con lo que empieza el relato. Y, como remate, tampoco soy capaz de saber qué tiene que ver el desenlace que se nos cuenta correspondiente a 5 años más tarde con el resto de lo narrado.

Así las cosas, el lector navega entre las ocurrencias de Percy sin saber muy bien a qué puerto le lleva. Por el camino aparecen tres señoras, Lola, Ellen y Moira con las que parece que va a formar familia estilo mormón, pero tampoco lo hace por razones no muy claras. If I live and love Moira, who’s to love Lola and how can I tolerate it? Same with Lola-Moira. And will Ellen stand for it in either case? Only one solution: I must live with all three."

 Y todo esto ocurre entre los bayous de Louisiana, en una ciudad en que conviven todo tipo de grupos culturales, políticos ("LEFTPAPASANE, which stood far what, according to the Right, the Left believed in: Liberty, Equality, Fraternity, The Pill, Atheism, Pot, Anti-Pollution, Sex, Abortion Now, Euthanasia.") y religiosos. "On Sundays Christian businessmen dress up and take their families to church, whereas unbelieving scientists are apt to put on their worst clothes and go bird-watching."  O esta: "The services overlap. Jews wait for the Lord, Protestants sing hymns to him, Catholics say mass and eat it"

Entre el maremagnum de ideas aparentemente inconexas, se encuentras algunas ideas graciosas, como las que recojo a continuación, que como se ve lindan con el surrealismo en muchos casos:

- "The Southern gothic novel yielded to the Jewish masturbatory novel, which in turn gave way to the WASP homosexual novel, which has nearly run its course."

- "At the same time that I developed liberal anxiety, I also contracted conservative rage and large-bowel complaints."

-"There is this damnable female talent for making a man ashamed,"

- "Property Rights Sunday is a major feast day in the A.C.C. A blue banner beside the crucifix shows Christ holding the American home, which has a picket fence, in his two hands."

-Everything is interdisciplinary now, Doc. As well as being third-generational."

La siguiente es un frase que casi resume el libro. O sea, que no se entiende: "A scoffing Irish behaviorist, the sort in whom irony is so piled up on irony, jokes so encrusted on jokes, winks and nudges and in-jokes so convoluted, that anticlericism has become anti-anticlerical, gone so far out that it has come back in as clericism and comes down on the side of Rome where he started."

Y no me puedo resistir a dejar esta curiosa referencia a un acontecimiento netamente español, de la cual se deduce que tuvo repercusiones globales: "You’re the new matador, Manolete taking on Belmonte.”

Por mi parte, una vez escritas estas líneas, procedo a olvidarme de este escritor, y posiblemente de todas las recomendaciones que encuentre en los libros de Negro, si es que vuelvo a leer algo de él.

viernes, 7 de octubre de 2022

C'était le XX siècle (I: De la Belle Époque aux Années folles), de Alain Decaux

Alain Decaux es un historiador y miembro de la Academia Francesa. Ha escrito montones de libros, aunque por lo que veo se le ha traducido poco al español. Yo no había leído nada de él, y me encontré con este libro en una batida de búsqueda de literatura en francés. Si a uno le gusta la historia, yerra poco leyendo algo de un historiador, y máxime si tiene vitola de buen escritor.

Se trata del primero de cuatro volúmenes que Decaux dedica a la historia del siglo XX. Pero es una historia sui-generis, no sistemática. En realidad, Decaux nos cuenta capítulos selectos ocurridos en dichos años, muy en la línea de los Momentos Estelares de Zweig, aunque los que nos cuenta Decaux no lo sean, y ni siquiera esté claro el criterio por él que los ha recogido.

En consecuencia, nos encontramos episodios poco sorprendentes, como puede ser la historia del Acorazado Potemkin (con él que se abre el volumen), el asesinato de Sarajevo (inevitable) o la revuelta de los predesores del IRA en Irlanda. Junto a ellos, tenemos algunos más cercanos al concepto de Zweig, como podrían ser el de los pilotos Louis Bleriot (primero en volar sobre el Canal de la Mancha, después del cual "On n’en est plus au stade de l’exhibition : on découvre que l’avion est un moyen de transport.") y Lindbergh (primero en cruzar el Atlántico en avión) o el descubrimiento de la tumba de Tut Ankh Amon.

Y luego tenemos algunos netamente franceses, para los que no encuentro otra explicación que la nacionalidad del autor. Por ejemplo, el asesinato del socialista Jaurés, que para Decaux era un pacifista irredento y el último obstáculo para que Francia entrara en la Primera Guerra Mundial. Al respecto, resulta muy interesante, y no es la primera ver que me la encuentro, la visión de la Internacional Socialista, la unión de los obreros del mundo, como valladar contra la guerra. "Tel est l’espoir de Jaurès. Il existe maintenant, partout en Europe, des partis socialistes puissants : en Allemagne, en Russie, en Italie. Tous jurent que, si la guerre venait à menacer, ils l’empêcheraient en déclenchant la grève générale. Ainsi la guerre deviendrait-elle impossible. De toutes les forces de son âme, Jaurès veut le croire." Claro, no tardarían los socialistas es dar la primera decepción a la humanidad, al ser incapaces de parar el conflicto pese a todas las esperanzas.

Más episodios franceses son el del piloto (otro) de guerra Guynemer, el juicio de Vincent Moulia (condenado en falso por supuesta traición, y revelador una vez más de cómo funciona la justicia estatal) o el del asesino en serie Landru. El interés de estos episodios me ha resultado menor, pero supongo que para los franceses será la bomba. Como tampoco me ha parecido demasiado interesante el dedicado a dos italianos anarquistas acusados de un atentado en los EEUU (Sacco y Vanzetti).

Si es en cambio mucho más interesante el dedicado a la conquista del Polo Norte por el general Umberto Nobile, tanto por la épica de la hazaña y de los intentos de rescate del dirigible caído (en uno de los cuales se perdió el mismísimo Amundsen, el Águila Blanca de Noruega, como por la polémica dentro del gobierno fascista del momento en Italia.

Decaux escribe con sencillez y en general la lectura se hace amena. No obstante, hay gran irregularidad en los episodios, tanto de fondo como de forma. Ya he hablado de lo primero, siendo el principal "problema" el foco que pone en historias franceses, que en algún caso me han resultado de nulo interés. También hay irregularidad en la forma, aunque no sabría decir por qué: solo que hay episodios que se me han atrancado en la lectura. Al final, lo más interesante quizá sea la selección de episodios que realiza, y hubiera sido genial que explicara porque los destaca.

Ya tengo preparadas las II, III y IV parte para su lectura, lo que revela que, pese a la irregularidad comentada, he disfrutado suficientemente del libro.




sábado, 1 de octubre de 2022

Obra maestra, de Juan Tallón

Es curiosa esta novela, por al menos dos razones. Primero, la temática: la desaparición de una obra de arte del museo Reina Sofia. Pero no una obra cualquiera, sino una escultura de Richard Serra llamada Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, de 38 toneladas de acero. ¿Cómo se roba o desaparece una escultura de estas dimensiones? Pues eso es lo que se pregunta tallón en esta obra,

La segunda razón es literaria. Para responder a la pregunta, Tallón utiliza un recurso inhabitual, cual es el de las voces creado por la escritora bielorrusa y premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexievich. Su obra principal Voces de Chernóbil inspiró la serie de HBO sobre la catástrofe. El caso es que Tallón estructura así su novela-investigación, solo que, claro, las voces en el fondo son todas la suya. Ello resulta desconcertante al principio, pues todos los personajes piensan y hablan aproximadamente de la misma forma, por lo que no los diferencias. El recurso no le funciona a nivel de forma, pero no está mal a nivel de fondo, porque le permite abordar el problema desde muchos puntos de vista, y tocar temas cercanos sin que se pierda el hilo.

Entre las voces que simula el autor las hay de personajes reales, entre ellos Richard Serra, el ex ministro Solchaga o González-Sinde, la ministra de Cultura en el momentos de la desaparición. Y también hay personajes inventados mediante los que supongo que Tallón cuenta los hechos, a veces, pero no estoy seguro de que siempre, deducidos de sus investigaciones. Lo más curioso es que entre las voces está la del propio Tallón quejándose de las dificultades que tuvo para hacerse con la documentación judicial del caso, algo que le parecía imprescindible para sacar la novela adelante.

Una vez superado el desconcierto inicial al respecto del estilo narrativo, estamos en condiciones de sumergirnos en un mundo completamente nuevo, del que apenas yo conocía algo. Se trata del mundo del arte, de los marchantes. de los coleccionistas, pero también del burocrático, judicial y policial, de los funcionarios escaqueándose, y de los expertos en logística y materiales, porque montar las obras de Serra es un reto por si solo, en que el escultor siempre está involucrado, Muy interesante todo.

Hay un tema de fondo durante todo el libro, o quizá a mí me lo parece por tener la sensibilidad desarrollada en ese sentido: el de la incompetencia o negligencia funcionarial. Para empezar, tenemos la empresa Macarrón S.A., una empresa histórica y verdaderamente heroica, que se había encargado de transportar a Francia los cuadros del museo del Prado para que estuvieran protegidos durante la Guerra Civil, y los había traído de vuelta. A esta empresa es a la que se encarga el almacenamiento de la obra una vez más finalizada su exposición. Pues bien, cuando se notifica la desaparición de la obra, resulta que esta empresa ya ha desaparecido, y lo ha hecho porque el Ministerio no le paga lo que le debe; como el Ministerio no pagaba, la empresa no podía pagar a la Seguridad Social, y como no pagaba a la Seguridad Social, la Administración Pública no podía pagar a la empresa. Y así hasta que quebró y desapareció. Increíble, pero debe de ser la experiencia que tienen muchas medianas empresas en España.

Otra instancia de negligencia y dejadez es la ya referida en la relación con los juzgados, en este caso el de Arganda. Y también es muy interesante una cosa que yo he pensado en ocasiones. y que Tallón llama la "sovietización del sistema" artístico, "o sea, la proliferación de artistas que trabajan para el Estado exclusivamente". Una de sus voces dice: "A mí me interesa mucho el mercado, me parece una cosa saludable. Lo que no me gusta es ese otro mercado, el de los artistas oficiales y sus encargos públicos, que nació con Duchamp y hoy se mantiene."

Muy interesantes me han parecido los dos o tres capítulos que dedica a estimar los costes que supondría robar las piezas de acero que constituían la obra. Tanto su transporte como su despiece in situ parecen prohibitivos habida cuenta de la maquinaría específica que se requeriría. Por tanto, su hipotético robo solo tendría sentido como pieza artística, es la única forma en que se podría rentabilizar, no como acero. Pero, el problema es que, como explica muy bien alguna de las voces, las obras de Serra están concebidas para un espacio concreto, y pierden su valor artístico fuera del mismo. En estas condiciones, ¿para qué robarla? Tallón concluirá hipotetizando que algunos gitanos de la proximidad de los almacenes abandonados, y con todo el tiempo del mundo, hubieran ido laminando la obra y llevándosela en pequeñas porciones a modo de chatarra. Y es una hipótesis porque nadie sabe, a día de hoy, dónde está o cómo acabó la obra.

Hay también unas cuantas voces que hablan de arte y su interpretación, no siempre de forma afectiva. Entre las que cuentan cosas más atractivas está la del "protagonista", Richard Serra, que tiene varias intervenciones a lo largo del libro. Me gusta especialmente la reflexión que hace al contemplar "Las Meninas", que le lleva a abandonar la pintura en favor de la escultura, por encontrar insuperable el talento de Velázquez: "Cuando vi Las meninas me di cuenta de que no había posibilidad de que me acercara a eso. El espectador en relación con el espacio, el pintor incluido en la pintura, la maestría con la que podía pasar de un pasaje abstracto a una figura o un perro me paralizaron. Cézanne no me había paralizado, De Kooning y Pollock no me habían paralizado, pero Velázquez parecía algo demasiado grande con lo que lidiar. Eso me envió al ataúd de la pintura."

Y, por supuesto, muchas reflexiones de los distintos personajes que se asoman a la novela, a veces incongruentes con el perfil del personaje (pero no seamos clasistas). Dejo aquí una que me ha hecho gracia, aunque en general ni fu ni fa:  "Hay que saber reconocer cuándo se acaba el optimismo, en qué momento se traspasa la raya con la que dejas de serlo y te vuelves un incompetente, un idiota."

"Obra maestra" no es nada por el estilo, pero está lo suficientemente bien para estar cómodo recomendándola. Es muy entretenida, ciertamente instructiva, un punto anti-estatista y hasta tendría algo de suspense si no fuera porque he hecho el spoiler más arriba.