sábado, 1 de octubre de 2022

Obra maestra, de Juan Tallón

Es curiosa esta novela, por al menos dos razones. Primero, la temática: la desaparición de una obra de arte del museo Reina Sofia. Pero no una obra cualquiera, sino una escultura de Richard Serra llamada Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, de 38 toneladas de acero. ¿Cómo se roba o desaparece una escultura de estas dimensiones? Pues eso es lo que se pregunta tallón en esta obra,

La segunda razón es literaria. Para responder a la pregunta, Tallón utiliza un recurso inhabitual, cual es el de las voces creado por la escritora bielorrusa y premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexievich. Su obra principal Voces de Chernóbil inspiró la serie de HBO sobre la catástrofe. El caso es que Tallón estructura así su novela-investigación, solo que, claro, las voces en el fondo son todas la suya. Ello resulta desconcertante al principio, pues todos los personajes piensan y hablan aproximadamente de la misma forma, por lo que no los diferencias. El recurso no le funciona a nivel de forma, pero no está mal a nivel de fondo, porque le permite abordar el problema desde muchos puntos de vista, y tocar temas cercanos sin que se pierda el hilo.

Entre las voces que simula el autor las hay de personajes reales, entre ellos Richard Serra, el ex ministro Solchaga o González-Sinde, la ministra de Cultura en el momentos de la desaparición. Y también hay personajes inventados mediante los que supongo que Tallón cuenta los hechos, a veces, pero no estoy seguro de que siempre, deducidos de sus investigaciones. Lo más curioso es que entre las voces está la del propio Tallón quejándose de las dificultades que tuvo para hacerse con la documentación judicial del caso, algo que le parecía imprescindible para sacar la novela adelante.

Una vez superado el desconcierto inicial al respecto del estilo narrativo, estamos en condiciones de sumergirnos en un mundo completamente nuevo, del que apenas yo conocía algo. Se trata del mundo del arte, de los marchantes. de los coleccionistas, pero también del burocrático, judicial y policial, de los funcionarios escaqueándose, y de los expertos en logística y materiales, porque montar las obras de Serra es un reto por si solo, en que el escultor siempre está involucrado, Muy interesante todo.

Hay un tema de fondo durante todo el libro, o quizá a mí me lo parece por tener la sensibilidad desarrollada en ese sentido: el de la incompetencia o negligencia funcionarial. Para empezar, tenemos la empresa Macarrón S.A., una empresa histórica y verdaderamente heroica, que se había encargado de transportar a Francia los cuadros del museo del Prado para que estuvieran protegidos durante la Guerra Civil, y los había traído de vuelta. A esta empresa es a la que se encarga el almacenamiento de la obra una vez más finalizada su exposición. Pues bien, cuando se notifica la desaparición de la obra, resulta que esta empresa ya ha desaparecido, y lo ha hecho porque el Ministerio no le paga lo que le debe; como el Ministerio no pagaba, la empresa no podía pagar a la Seguridad Social, y como no pagaba a la Seguridad Social, la Administración Pública no podía pagar a la empresa. Y así hasta que quebró y desapareció. Increíble, pero debe de ser la experiencia que tienen muchas medianas empresas en España.

Otra instancia de negligencia y dejadez es la ya referida en la relación con los juzgados, en este caso el de Arganda. Y también es muy interesante una cosa que yo he pensado en ocasiones. y que Tallón llama la "sovietización del sistema" artístico, "o sea, la proliferación de artistas que trabajan para el Estado exclusivamente". Una de sus voces dice: "A mí me interesa mucho el mercado, me parece una cosa saludable. Lo que no me gusta es ese otro mercado, el de los artistas oficiales y sus encargos públicos, que nació con Duchamp y hoy se mantiene."

Muy interesantes me han parecido los dos o tres capítulos que dedica a estimar los costes que supondría robar las piezas de acero que constituían la obra. Tanto su transporte como su despiece in situ parecen prohibitivos habida cuenta de la maquinaría específica que se requeriría. Por tanto, su hipotético robo solo tendría sentido como pieza artística, es la única forma en que se podría rentabilizar, no como acero. Pero, el problema es que, como explica muy bien alguna de las voces, las obras de Serra están concebidas para un espacio concreto, y pierden su valor artístico fuera del mismo. En estas condiciones, ¿para qué robarla? Tallón concluirá hipotetizando que algunos gitanos de la proximidad de los almacenes abandonados, y con todo el tiempo del mundo, hubieran ido laminando la obra y llevándosela en pequeñas porciones a modo de chatarra. Y es una hipótesis porque nadie sabe, a día de hoy, dónde está o cómo acabó la obra.

Hay también unas cuantas voces que hablan de arte y su interpretación, no siempre de forma afectiva. Entre las que cuentan cosas más atractivas está la del "protagonista", Richard Serra, que tiene varias intervenciones a lo largo del libro. Me gusta especialmente la reflexión que hace al contemplar "Las Meninas", que le lleva a abandonar la pintura en favor de la escultura, por encontrar insuperable el talento de Velázquez: "Cuando vi Las meninas me di cuenta de que no había posibilidad de que me acercara a eso. El espectador en relación con el espacio, el pintor incluido en la pintura, la maestría con la que podía pasar de un pasaje abstracto a una figura o un perro me paralizaron. Cézanne no me había paralizado, De Kooning y Pollock no me habían paralizado, pero Velázquez parecía algo demasiado grande con lo que lidiar. Eso me envió al ataúd de la pintura."

Y, por supuesto, muchas reflexiones de los distintos personajes que se asoman a la novela, a veces incongruentes con el perfil del personaje (pero no seamos clasistas). Dejo aquí una que me ha hecho gracia, aunque en general ni fu ni fa:  "Hay que saber reconocer cuándo se acaba el optimismo, en qué momento se traspasa la raya con la que dejas de serlo y te vuelves un incompetente, un idiota."

"Obra maestra" no es nada por el estilo, pero está lo suficientemente bien para estar cómodo recomendándola. Es muy entretenida, ciertamente instructiva, un punto anti-estatista y hasta tendría algo de suspense si no fuera porque he hecho el spoiler más arriba. 




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