jueves, 19 de marzo de 2020

Walden y Civil Disobedience, de Henry David Thoreau

Thoreau es un nombre que aparece una y otra vez en el ámbito de anarquismo, y no acababa de tener claro por qué. Era cuestión de tiempo que me enterará, y la importante referencia a "Walden" en el recientemente leído Blueprint, me hizo lanzarme por fin al descubrimiento. Tremendo error.

El volumen que he leído tiene dos obras de Thoreau, que tradicionalmente se editan juntas, dada la brevedad de la segunda ("Civil Disobedience"). Como siempre he sido un hombre de completos, aproveché para leer las dos obras, que asumía bastante conectadas. Y el caso es que la cosa no empezó mal. La edición leída empieza con un interesante preludio de un par de eruditos, y, como suele ser el caso, predispone positivamente a la lectura. Luego resultó que era más interesante este análisis preliminar que la obra de Thoreau.

El caso es que "Walden" es una novela realmente insufrible. Solo la he podido terminar a fuerza de voluntad, porque es un rollo. Thoreau es pedante, grandilocuente y carente de empatía para contar cosas de interés. Me explico: se supone que es un relato de su vida en el bosque Walden, al que se retiró a vivir en solitario durante unos años. Y se supone que nos va a contar cómo sobrevivió. Pero qué va. Hombre, algún truco sí que cuenta, pero la novela es principalmente sobre sus observaciones y reflexiones del entorno. Pero es que, como el tipo era muy leído, hay constantes referencias a obras clásicas, no solo griegas y latinas, también chinas, hindúes, iraníes... Así pues, tenemos un manual de supervivencia escrito en clave gongorina. Obviamente, mi edición está bien anotada, sino no las hubiera pillado.

Al principio, trataba de consolarme con su sentido del humor, que algo tiene. Aquí dejo una muestra:
"“You cannot live on vegetable food solely, for it furnishes nothing to make bones with;”and so he religiously devotes a part of his day to supplying his system with the raw material of bones; walking all the while he talks behind his oxen, which, with vegetable-made bones, jerk him and his lumbering plough along in spite of every obstacle."
Otra: "As for Doing-good, that is one of the professions which are full."


Y con las frases brillantes que se pueden obtener del lodazal de su pedantería:
"This spending of the best part of one’s life earning money in order to enjoy a questionable liberty during the least valuable part of it"(sobre la vida dedicada al trabajo)
Sobre las cosas en ruinas: "When the thirty centuries begin to look down on it, mankind begin to look up at it."
"Solitude is not measured by the miles of space that intervene between a man and his fellows."

"Objects of charity are not guests"
"The farmer knows Nature but as a robber"

Sorprende su temprana declaración pro-vegetarianismo: "I have no doubt that it is a part of the destiny of the human race, in its gradual improvement, to leave off eating animals, as surely as the savage tribes have left off eating each other when they came in contact with the more civilized."

En todo caso, ya por la mitad del libro la cosas se me empezó a hacer insoportable. Creo que el nadir fue el momento en que describe una batalla de hormigas (!) que presencia tras su cabaña. Más adelante nos deleitará también con sus reflexiones sobre la medida de la profundidad del lago Walden, aunque al menos aquí sí hay una frase meritoria: "The amount of it is, the imagination, give it the least license, dives deeper and soars higher than Nature goes."
 
El caso es que en algún momento se terminó este tostón infumable, y casi sin solución de continuidad, llegué a su "Civil Disobedience", su obra más conocida y más interesante para mí.
 
Me encontré con un ensayo del mismo estilo pedante, afortundamente sin tanta referencia erudita, sobre la relación del individuo y del gobierno. No se trata de algo razonado o académico, es más bien un alegato contra la intervención del Estado en nuestras vidas, pero con una causa bien clara: la rabieta que se ha cogido por pasar una noche en la cárcel al negarse al pago de una tasa impositiva. Ello lo vinculará con fines más altos (el fin de la esclavitud o la guerra con México), pero al final uno se queda con que le sentó bastante mal lo del impuesto.

De hecho, quien esté tentado a asociar a Thoreau con el anarcocapitalismo lo pensará dos veces al encontrarse con este desprecio por el dinero: "Absolutely speaking, the more money, the less virtue; for money comes between a man and his objects." O sea, el intercambio indirecto es malo para el ser humano. Y es que yo creo que este tipo es sobre todo un misántropo, un asocial: no odia al Estado como tal, sino como excrecencia de la sociedad.
 
No obstante, su exabrupto nos dona algunas frases de esas que conviene tener a mano, y algunos razonamientos apreciables. 
- Una visión para la esperanza. "That government is best which governs not at all;” and when men are prepared for it, that will be the kind of government which they will have."
- "I think that we should be men first, and subjects afterward. It is not desirable to cultivate a respect for the law, so much as for the right." (The right es lo correcto, no el Derecho)
- Problemas de la democracia: "I cast my vote, perchance, as I think right; but I am not vitally concerned that that right should prevail. I am willing to leave it to the majority. Its obligation, therefore, never exceeds that of expediency." 
- Magnífica esta cita a Confucio, repleta de sabiduria china: “If a state is governed by the principles of reason, poverty and misery are subjects of shame; if a state is not governed by the principles of reason, riches and honors are the subjects of shame.” La traduzco: "Si el estado se gobierna por los principios de la razón, la pobreza y la misería son vergonzosas; si el estado no se gobierna por dichos principios, la riqueza y los honores son vergonzosos". Queda para cada uno preguntarse si y qué ricos y excelentísimos españoles son una vergüenza o no.

Y cierro con una bonita frase que es un buen colofón tanto para su ensayo como para esta entrada. Léase con cuidadom porque incorpora buenas dosis de la pedantería de Thoreau, aunque a estas alturas de la lectura uno ya estaba curado de espanto.
"They who know of no purer sources of truth, who have traced up its stream no higher, stand, and wisely stand, by the Bible and the Constitution, and drink at it there with reverence and humility; but they who behold where it comes trickling into this lake or that pool, gird up their loins once more, and continue their pilgrimage toward its fountainhead."

Ya sabéis, pasad de "Walden". "Civil Disobedience" es una lectura muy corta, y merece más la pena.

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