lunes, 8 de junio de 2020

El koala asesino ("The killer koala"), de Kenneth Cook

Ya lo he dicho montones de veces, otra vez más: siempre estoy en caza y captura de novelas de humor. Cualquier lectura (o serie, o película) que prometa unas risas, es digna de mi atención. Este libro es otro ejemplo, en este caso, de humor procedente de las antípodas. Kenneth Cook es un periodista australiano, muy atento a los detalles cómicos y con muchas aventuras y aventurillas que contar. Aquí nos cuenta algunas, normalmente relacionadas con animales.

Como digo, son vivencias verídicas suyas, alguna de las cuales le cuesta contar tal cual, puesto que "
The situations that one observes almost invariably have to be changed radically, simply because they are unbelievable." En la mayor parte de ellas, aparecen uno o varios animales, normalmente cocodrilos y serpientes, aunque también hay camellos, algún elefante y, por supuesto, el koala que da título al libro. 
 
Aparte de esto, muchas de las situaciones que nos cuenta parecen de verdadera vida o muerte, con una fina línea entre la comedia y la tragedia, que solo el pragmático espíritu australiano deja en anécdotas. Tenemos una accidentada sesión de submarinismo, una visita a una mina con carga de demolición incluida, una embestida de un jabalí y, por supuesto, unas cuantas raciones de serpientes y un par de cocodrilos. En todas ellas, parece que la vida del narrador habría estado en juego, sin olvidar el episodio del koala. De estos nos dice que no le gustan porque son "nasty, cross, stupid creatures without a friendly bone in their bodies". Y es que un tema constante del libro es el respeto a la naturaleza, en el doble sentido de que hay que cuidarla, pero también cuidarse de ella. Vamos, que los animales son muy bonitos, pero también muy peligrosos.
 
Otro tema común son las visitas a los bares perdidos en la inmensidad de Australia. Nos confiesa Cook que "The main cause of trouble in my life is that I keep running into friendly people in bars.". En un pueblecillo de mineros de opalo, Coober Pedy, esto le llevará al episodio de la mina antes citado, pero también a asistir a la ingesta de 100 cervezas (stubbies) en una hora por un tipo barrilete. En otro de estos bares, tras la aparición de una peligrosa serpiente, contemplará el salto al otro lado de la barra con cierto grado de proeza: "It says much for Australian fortitude that four of them got there with full glasses of beer still in their hands."

Dos son mis episodios favoritos: el del enema del elefante, que es hilarante, en parte porque el dueño del elefante se refiere a la caca como "activos/assets". Así pues, el problema del elefante en términos económicos se formula así: 'There's about a tonne of assets blocked in the pipeline.' Tras la aplicación exitosa del enema, obvios es decir que todos estos activos se hacen "líquidos".

El otro es sobre un aborigen y un camello, encontrados en mitad del desierto, y empieza así: "There are Aborigines and camels. Individually they are formidable. Combined they are almost lethal." Anticipo que la parte del peligro del camello es, sobre todo, su aliento.

Librillo entretenido para leer. No llega a la carcajada, pero sí a la sonrisa, y es algo revelador de la forma de vida en la salvaje Australia. 

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