viernes, 28 de febrero de 2025

Calle de la Estación, 120 ("120, rue de la Gare"), de Léo Malet

De Léo Malet lei hace poco Nestor Burma et le monster. Se trataba de una novela policíaca sin más, que no justificaba el renombre del autor. Por ello decidí darle una segunda oportunidad con el que es el primer libro de Nestor Burma y que lanzó al estrellato a su autor, este que ahora comento.

Mi diagnóstico no ha variado ni un ápice. Otra novela de detectives sin mayor aliciente. Este solo aparece al principio, por el estilo humorístico de Malet, que recuerda enormemente al detective anónimo de Eduardo Mendoza en su "El laberinto de las aceitunas" y otros. Además, como dicho detective, también Nestor Burma se escapa del hospital en que está internado para hacer su investigación, aunque no es de un psiquiátrico, y esto solo la hace al principio, antes de que le den de alta. 

De esos momentos iniciales en que aún se tiene ilusión por esta lectura quedan frases como "je mis le produit polonais qu’on nous vendait à la cantine sous le nom de tabac. C’était une espèce de dynamite à ébranler les estomacs, très suffisante pour enfumer le paysage et répandre alentour une odeur poussiéreuse, agréablement âcre.", "Le tabac de Zurich, le chocolat, les saucisses et le café au lait de Neuchâtel, le mousseux de Bellegarde et les fruits d’un peu partout constituaient un puzzle alimentaire qui ne pourrait trouver sa solution que hors de mon estomac." o "cela faisait partie de notre fameuse politique de « franchise » mutuelle. Autrement dit, balivernes et compagnie.".

Otro aspecto que parecía que podría dar juego es que la acción tiene lugar en la Francia dividida de la segunda guerra Mundial, en que hay que ir de una ciudad a otra con salvoconductos. Pero apenas tiene influencia en la novela, salvo un ataque aéreo en Paris en un determinado momento de la novela. "la porte de Châtillon, nous remarquâmes, dans le ciel noir, les pinceaux lumineux de projecteurs. Nous roulâmes pendant cinquante mètres et les sirènes mugirent lugubrement."

Así las cosas, y dado que no soy muy fan del genero policíaco per se, el único aliciente que he encontrado en esta lectura han sido las palabras de jerga con que salpica Malet su narración, y que rara vez se encuentran en la literatura francesa:"tignasse", "diablotin", "fariboles", "gruillons", "pagaille", "tarabiscotée", "trucider", "bagout d’un camelot"...

Y con esto, paso página sobre el señor Léo Malet.

martes, 25 de febrero de 2025

Mañana, y mañana, y mañana ("Tomorrow and tomorrow and tomorrow"), de Gabrielle Zevin

Quien me recomendó este libro lo hizo basándose en las referencias a videjuegos que tiene. Por aquí me enganchó y por eso lo leí. Y no creo que tenga mucho más que a mí me interese, pues eso aparte, se trata de una novela no sé si de amor o de amistad, o de ambas cosas a la vez según el momento. No creo que llegue a ser romántica, pero no le queda lejos.

A ver, está bien escrita y se lee a gusto, pero es una historia que aporta más bien poco, como tampoco lo hace demasiado el estilo de la autora, correcto pero no brillante. Por otro lado, tiene un cierto tufillo woke que, sin apestar, incomoda algo en ocasiones. El momento peor es cuando la autora confiesa, por boca de uno de los personajes. que esta es su utopia: "Guns are verboten; socialism rules; gameplay rewards conservation".

La historia que se nos cuenta es la de un triángulo de amigos o de amores, según el momento, cuyos protagonistas son Sam, Sadie y Marx. Sam y Sadie se conocieron de pequeños en el hospital, tras un grave accidente de Sam que le dejó con trauma, y al que Sadie iba por estar internada su hermana. Los niños se conocieron y empezaron a jugar al Donkey Kong juntos, con lo que Sadie ayudó a Sam a salir del trauma. Por su parte, Marx y Sam se conocieron en la universidad compartiendo habitación. El triángulo se cierra con el reencuentro fortuito de Sadie y Sam tras muchos años, y la decisión de hacer juntos un videojuego. Marx será el productor de lujo del juego preocupándose de todo lo que no sea programación y diseño, y de ahí surgira la compañía "Unfair Games" sobre la que es estructura la novela.

Por supuesto, hay mucha referencia a juegos de ordenador, pero no tanto como yo esperaba, y no a los juegos más legacy con los que yo empecé. Ya me he referido al Donkey Kong, franquicia de la Nintendo; otros mencionados se resumen en la siguiente párrafo: "She arranged the games, which were in a combination of jewel cases and book- like cardboard containers, on the shelf: Commander Keen, Myst, Doom, Diablo, Final Fantasy, Metal Gear Solid, Leisure Suit Larry, The Colonel’s Bequest, Ultima, Warcraft, Monkey Island, The Oregon Trail, and three dozen others." Aunque también se menciona muy brevemente la conversacional Colossal Cave Adventure. Como se ve, estamos unos diez años después que las referencias que usa Ready Player One, más ajustadas a mi edad. 

Uno de los puntos que prometía ser más interesante era la descripción de los juegos que diseñarían los protagonistas. Por cierto, otro punto woke: la programadora genial es ella, Sadie, no los chicos. No sé por qué, siempre que la cosa va de videojuegos son ellas las que programan, contraviniendo cualquier estadística por sexos tanto de programadores como de jugones. Tiene tela. A ver si alguien se da cuenta en algún momento que lo original ya no es que sean chicas, pues en todas las novelas y series son siempre ellas.

Decía que prometía ser de lo más interesante, porque la descripción del primer juego que crean, por supuesto, Sadie, nos muestra un juego original hasta la genialidad. Se llama "Solución" y consiste en ser muy rápido fabricando aparatos. La sorpresa es que si decides dedicar tiempo del juego en vez de a ganar, a investigar a qué se dedica lo que produces, te encuentras que es una fábrica Nazi, y que por tanto ganar el videojuego significa cooperar con el triunfo Nazi, o sea, una derrota moral. Me pareció un enfoque espectacular para un videojuego,

Pero con el resto de videojuegos que diseñan (Ichigo, Both Sides, Mapleworld, Master of the Revels o Pioneers). la autora se conforma con darnos unas pinceladas sobre la historia, quizá algo sobre la estética, y poco más, por lo que resulta muy difícil imaginar cómo se jugaría en realidad a estos juegos. Y, claro, al no tener que pensar en cómo se juegan, es fácil imaginar historias chorra. Así, de Both Sides esto es lo que sabremos: "Rose the Mighty can save her village, then maybe Alice Ma can save herself from lung cancer. The two stories are linked but proceed along separate tracks. You can only advance in one by advancing in the other."

En todo caso, lo que más interesante de la novela me ha parecido de la novela son las frecuentes reflexiones filosóficas comparando los videojuegos con la vida. Pueden ser más o menos discutibles, pero en todo caso son originales, y no recuerdo haber leído cosas así anteriormente (ni yo mismo haberlas pensado, pese a haber sido jugón y un poquito filósofo). Por ejemplo:

"You can watch if you want. I’m going to play until the end of this life.” “That’s a good philosophy,”"

"
“A programmer is a diviner of possible outcomes, and a seer of unseen worlds.”"

"
The idea that there was a way to play any game that had the minimal number of errors, the least moral compromises, the quickest pace, the highest number of points. The idea that you could play a game without ever dying or restarting."

"Sadie had often reflected that sex and video games had a great deal in common. There were certain objectives that needed to be met. There were certain rules that shouldn’t be broken. There was a correct combination of movements— button mashes, joystick pivots, keystrokes, commands— that made the whole thing work or not work. There was a pleasure to knowing you had played the game correctly and a release that came when you reached the next level. To be good at sex was to be good at the game of sex."

Termino con esta, que es de la que supongo viene el título del libro: "“What is a game?” Marx said. “It’s tomorrow, and tomorrow, and tomorrow. It’s the possibility of infinite rebirth, infinite redemption."

He dicho más arriba que Zevin deja un cierto aroma woke durante la novela. Sin embargo, al final parece que es capaz de reirse de sí misma, cuando Sam y Sadie se refieren a las nuevas generaciones de programadores, a las que Sadie da clase: "Their standards are higher; they call bullshit on so much of the sexism and racism that I, at least, just lived with. But that’s also made them kind of, well, humorless." Y Sam remata: "“If their traumas are the most interesting things about them, how do they get over any of it?”".

Yo diría que Zevin también es un poco "humorless" pese a esta frase. Pero hay alguna cosa divertida en su novela. Me encanta la descripción que hace de Los Ángeles cuando los protagonistas están decidiendo si se mueven allí desde Boston. Un extracto: "Did she know that no one walked, not even one block? That they drove from their front doors to their mailboxes?" Otra frase divertida que dejo aquí: "“Wow, that is amazingly naive,” Sadie said. “The belief that someone on the internet knows the truth about anything.”"

Por último, también me ha llamado la atención algo de vocabulario de la autora, con palabras con que no me había tropezado, pero que sí existen: "bloviating", "cosplayed" o "deictin" son buenos ejemplos. Y no querría olvidar tampoco las visitas que Sam y Sadie hacen a la colección de flores de cristal de la universidad de Harvard, donde un friqui con vocación de completitud como yo sí ha estado. y el Hearst Castle, más mainstream, pero igualmente visitado.



jueves, 20 de febrero de 2025

Ébano (Ashanti), de Alberto Vázquez Figueroa

De Vázquez Figueroa leí hace mucho tiempo cosas. Si no recuerdo mal, Tuareg lo leí, y creo que también es suya ¿Quién mató al embajador? (La verdad es que "creer" en la época de Internet es cosa de perezosos: ya he chequeado que realmente es suya, aunque prefiero dejar la redacción que me salió).

En su momento me parecieron unas novelas correctas, entretenidas, pero sin más capacidad para engancharme al autor y seguir leyendo cosas. Tenían, como tiene este, ese tono ingenúo de la novela española setentera y ochentera, en que los personajes tienen pocas dobleces y las cosas están más o menos claras a nivel psicológico, por lo que solo hay que centrarse en la aventura.

Esta me la he leído por su temática y subtítulo, puesto que acabo de volver de un viaje a la capital Ashanti (Kumasi, en Ghana) y he tenido tiempo en los largos trayectos para reflexionar sobre la esclavitud. Por cierto, dejo ya aquí caer que la potencia del imperio Ashanti se debió a que exclavizaban a las tribus vecinas para vendérselas a los comerciantes blancos.

El caso es que la historia que nos plantea don Alberto va precisamente de esclavitud en nuestros tiempos. Bueno, en sus tiempos (la novela es de 1974), espero que ahora la situación haya mejorado y ya no haya transporte de esclavos a través del Sahara.

El protagonista, David, fotógrafo, se casa con una hermosa negra, Nadia, atleta olímpica y con carrera universitaria (incidentalmente, descendiente de los Ashanti) y se va de luna de miel a hacer fotos por Áfirca. En un descuido por Camerún, la moza es capturada por un traficante de esclavos que se empeña en llevarla a través del Chad y Sudán a Arabia Saudi, donde espera obtener un buen precio por ella, y algo menos por los otros esclavos que la acompañan.

A partir de aqui, la novela traza en paralelo el recorrido de David en busca de su amada, y el de ésta en la caravana de esclavos. Ello dará lugar a grandes momentos en que se describe el África subsahariana, en los que se revela a Figueroa como un claro amante del continente.

"No completó la frase; habían sobrepasado un campo de cortas dunas, y ante ellos se abría lo que siglos atrás debió de ser un caudaloso y ancho río, y ahora no era más que una profunda depresión de escarpadísimas orillas y lecho pedregoso.—La Sekia…—señaló el targuí—. Aquello es Sudán."

"«las piedras que andan», rocas de cien kilos de peso que avanzaban dejando tras sí un ancho surco en la arena,"

¿Por qué hay gente que opta por vivir en lugares como el Sahará y hasta los ama? Una explicación muy de economía austriaca: "Los humanos somos seres extraños y, afortunadamente, muy diferentes los unos de los otros… Para la mayoría, este desierto no significa más que el último rincón del mundo, y esta lucha, un quijotismo trasnochado. Para mí, en el desierto he llegado a encontrarme a mí mismo,"

Es una lectura interesante, en la que no hay mucha sorpresa. El malo está claro: "Generaciones de sus antepasados habían recorrido África traficando en esclavos, sacándolos de sus pestilentes pantanos y sus húmedos bosques en los que apenas se diferenciaban de los animales, para convertirlos en seres humanos en los mercados de Zanzíbar, Jartum, o La Meca, y a nadie se le había ocurrido pensar jamás que lo que hacían no fuera justo a los ojos de Alá.". Y también lo está el desenlace, aunque la tensión se mantenga hasta la última página.

Me gusta esta reflexión, que quizá siga vigente, aunque no esté tan claro como en 1974: "Como un nuevo Mahoma nacido de las arenas del desierto, el petróleo es obra de la voluntad de Alá, para que recuperemos el esplendor de los tiempos pasados… Dominaremos el mundo sin necesidad de derramar sangre, y puedes estar segura de una cosa: no lo manejaremos peor de lo que está manejado ahora."

Por último, no puedo dejar de llamar la atención sobre la ironía de esta reflexión de Nadia, al hilo de lo que comenté hace unos párrafos: "Ella, Nadia, era ashanti, «coromantina», y no dejaría que la «melancolía fija» la venciera. Lucharía por su libertad hasta el último momento; hasta que no quedara oportunidad de escapar, y sólo entonces pondría fin a su vida, aunque fuera por el sistema de contener la respiración hasta asfixiarse."

En suma: nada especialmente relevante, pero sí una lectura entretenida e informativa. 

miércoles, 19 de febrero de 2025

Pálido fuego ("Pale fire"), de Vladimir Nabokov

Segundo intento de recuperar al gran Nabokov de Lolita, tras la reciente lectura de Laughter in the Dark, y segundo fracaso, No sé si lo intenteré otra vez con Ada, or the Ardor, pero de momento lo voy a dejar en barbecho.

Pale Fire es ciertamente un libro muy, muy extraño. Su planteamiento, como ahora explicaré, es  original, pero no acaba de funcionar. Pale Fire es un poema de unos 1000 versos escrito por John Shade. Pues bien, la novela de Nabokov se estructura como una edición de dicho poema anotada por el autor y narrador, quien se muestra desde el principio como amigo y valedor del poeta. "One is too modest to suppose that the fact that the poet and his future commentator first met on a winter day somehow impinges here on the actual season."

Quien haya leído una edición anotada de cualquier obra clásica me entenderá. Hay un prefacio, en que se nos introduce la obra y el autor; luego se reproduce la obra, y finalmente las notas explicativas, para los versos en que el comentarista las juzgue necesarias. Además, se acompaña de un índice de materias que también es satírico. Esta es la estructura que sigue Nabokov en su novela, pero téngase en cuenta que todo es ficticio y por así decirlo de broma. La poesia se la ha inventado Nabokov, como al poeta y al analista. 

Y la obra pretende ser divertida. Rescato aquí un par de fragmentos del poema, para dejar claro que no hay épica ni lirismo que valga, sino cosas muy de andar por casa:

"At first we'd smile and say: 

"All little girls are plump" or "Jim McVey 

(The family oculist) will cure that slight 

Squint in no time.""

"Now I shall speak of evil as none has
Spoken before. I loathe such things as jazz; 
The white- hosed moron torturing a black 
Bull, rayed with red; abstractist bric- a- brac; 
Primitivist folk- masks; progressive schools; 
Music in supermarkets; swimming pools; 
Brutes, bores, class- conscious Philistines, Freud, Marx, 
Fake thinkers, puffed- up poets, frauds and sharks"

El poema ya deja al lector un poco tocado, porque no es difícil enterarse de qué va la vaina, pero al menor tiene por delante un montón de notas que se supone que le explicarán el poema y darán sentido al libro.

Esperanza que se completamente truncada cuando el comentarista empieza a hablarnos de un país llamado Zembla, de las vidas de la gente de allí y de un tipo llamado Gradus, cuando no puramente personales. Todo ello, siempre, con forma de anotaciones al poema.

Por ejemplo: "Line 130: I never bounced a ball or swung a bat Frankly I too never excelled in soccer and cricket: I am a passable horseman, a vigorous though unorthodox skier, a good skater, a tricky wrestler, and an enthusiastic rock- climber."

O: "The passage 797 (second part of line)- 809, on the poet's sixty- fifth card, was composed between the sunset of July 18 and the dawn of July 19. That morning I had prayed in two different churches (on either side, as it were, of my Zemblan denomination, not represented in New Wye) and had strolled home in an elevated state of mind."

Para el interesado sobre el ficticio territorio de Zembla: "The Bera Range, a two- hundred- mile- long chain of rugged mountains, not quite reaching the northern end of the Zemblan peninsula (cut off basally by an impassable canal from the mainland of madness), divides it into two parts, the flourishing eastern region of Onhava and other townships, such as Aros and Grindelwod, and the much narrower western strip with its quaint fishing hamlets and pleasant beach resorts."

Y así transcurre la lectura, con Nabokov apuntando sus maravillosa manera de escribir, pero con el lector pérdido en historias aparentemente desconectadas y sin saber muy bien a qué atenerse. He de decir que al final todo tiene su lógica, que revelaré más abajo para no hacer spoiler. Pero tendrá que ser un lector obstinado el que alcance esas páginas finales para que el puzzle queda al compuesto. Yo me he pasado la mayor parte de la lectura deseando terminar el libro de una vez y pasar a otra cosa, maldición de quien no es capaz de dejar un libro sin acabar.

Voy con el spoiler: lo que ocurre es que el narrador/comentarista es en realidad el rey de Zembla huído de aquel país y perseguido por un asesino, el tal Gradus. Y lo que quería de Shade era un poema referido a su país Zembla. Pero resultó que Shade hico la poesía que le dio la gana, y el narrador solo la pudo leer despues´de que el poeta muriera, por error, a manos de Gradus.

martes, 18 de febrero de 2025

El laberinto de los extraviados ("Le Labyrinthe des Égarés"), de Amin Maalouf

Como tengo oportunidad de decir cada vez que termino uno de sus libros, Maalouf es uno de mis escritores preferidos en lengua francesa, de quien he leído absolutamente todo. Por desgracia, las últimas obras que he leído, o que ha escrito, ya no eran sus maravillosas novelas, sino mas bien ensayos. Así ha sido con las lecturas más recientes de él, que son las únicas que recojo en el blog: El naufragio de las civilizaciones y la bastante anterior Las cruzadas vistas por los árabes

De hecho, uno de los grandes elogios que puedo hacer de una novela es que su estilo me recuerda a Maaloug. Así lo hice con las excelentes Ali y Nino, de Kurban Said, o Todo se desmorona, del nigeriano Chinua Achebe. Vuelvo a recomendarlas aquí.

Pero la obra que nos ocupa no es novela, sino ensayo. Parece que Maalouf ha abandonado el género que le hizo famoso, y ahora prefiere reflexionar sobre el devenir de la sociedad actual, lo que hace desde una excepcional atalaya, dado su profundo contacto con las culturas orientales y el Islam. Así que, cuanto menos, cabe esperar de él un enfoque original.

En este libro, Maalouf reflexiona sobre el modelo de sociedad de occidente, básicamente el establecido por los Estados Unidos, y analiza las alternativas que pudieron ser y no fueron. Menos mal que después de todo el repaso concluye que estamos en el mejor mundo, pese a todos los defectos que se pueda encontrar en la sociedad americana,

Las alternativas para Maalouf pudieron venir de tres países: Japón, la Rusia soviética, y China. Y lo que hace es contarnos una breve historia de las tres potencias, acompañada de la de EEUU, a la que califica como la ciudadela de occidente.

Aunque igual la historia que nos cuenta no sea demasiado rigurosa, lo hace con ese estilo brillante que le caracteriza, con lo que el libro no es que se lea, es que se devora. No creo que merezca la pena detenarme sobre detalles. De la que más he aprendido, por desconocimiento, es de la de Japón. La de Rusia y la URSS la conozco bastante mejor, y no me ha descubierto demasiadas cosas Maalouf. Respecto a China, me ha ayudado a sistematizar lo que ocurrió a finales del XIX y principios del XX: por fin he sitúado las guerras del Opio, y el papel jugado por Mao Zedong antes de hacer de aquello una república comunista.

Quizá la sorpresa más grande me la he llevado con EEUU, donde Maalouf encuentra como mayor problema los conflictos raciales con los negros ("un échec tout aussi étonnant, et qui demeure, pour les États- Unis, jusqu’à ce jour, une tache, et même une tare : leur affligeante incapacité à résoudre la question raciale."), y nos traza una interesante historia con la que podemos entender bastantes cosas de la sociedad americana. Y es que, me parece, la problemática allí es sui generis en comparación con el resto del mundo.

Dejo algunos párrafos que explican el origen del problema, que parecía resuelto tras la victoria de los federales en la Guerra Civil y la abolición de la esclavitud.

"La raison de cette impasse, c’était que la Louisiane, la Floride et la Caroline du Sud avaient « retenu » leurs votes jusqu’à ce qu’on accepte leurs conditions, qui étaient de mettre fin à la reconstruction, de retirer les troupes nordistes qui stationnaient encore dans les États sudistes, et de reconnaître à ces derniers le droit de gérer désormais « leurs » affaires sans que le pouvoir fédéral puisse s’en mêler."

Como consecuencia de estas concesiones, "Le territoire de l’ancienne Confédération devint une zone de non- droit, où une partie significative de la population était privée des attributs de la citoyenneté comme de tous ses droits civiques. Et où l’on imposa une ségrégation raciale systématique dans les écoles, les administrations, les lieux de résidence, les transports publics, etc. Des hordes de Blancs pratiquaient des lynchages en toute impunité, tandis qu’un larcin commis par un gamin « de couleur » pouvait le conduire à la chaise électrique."

Eso en los estados del sur. Pero, en general, esto es lo que ve Maalouf que ocurrió:

"Bien entendu, cette « neutralité » n’avait pas, pour les deux communautés raciales, des conséquences similaires. Les Blancs étaient déjà au pouvoir, dans tous les domaines et depuis plusieurs générations. Ils tenaient solidement l’administration, l’économie, les écoles, les tribunaux, les journaux, les forces de sécurité et tout le reste. Sans doute les Noirs étaient-ils tout aussi motivés pour se battre, mais ils n’en avaient absolument pas les moyens. C’est comme si, sur un ring, l’arbitre avait annoncé que tous les coups étaient désormais permis, sans se préoccuper du fait que l’un des deux boxeurs avait les mains et les pieds menottés."

Maalouf recoge el ejemplo de Woodrow Wilson, el preclaro presidente norteamericano que redefinió las reglas internacionales tras la primera Guerra Mundial, con el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Lo que nos aclara Maalouf es que "quand Wilson parlait du droit à l’autodétermination, il avait à l’esprit les nations d’Europe centrale et orientale, qui ne supportaient plus l’autorité des Russes, des Autrichiens, ou des Turcs ; jamais il ne songeait aux « peuples de couleur »". Porque, en el fondo, Wilson creía en la superioridad de los blancos sobre las demás razas, a las que había que tutelar: "Chez la grande majorité des gens, les lettrés comme les illettrés, les progressistes comme les conservateurs, il y avait une vision hiérarchisée des races, et Wilson ne faisait pas exception à la règle." Todo ello compatible con el progresismo y el feminismo de Wilson.

Mucho material para la reflexión, vamos. El epílogo es muy poco interesante, con las esperadas alusiones al cambio climático o la IA, y también con la esperada conclusión de que todo tiene solución siempre que aceptemos que en este momento estamos "extraviados". Por suerte, aquí se queda Maalouf y no se dedica a proponer soluciones.

Aunque el libro me ha gustado bastante, y me parece recomendable, no quiero dejar sin mencionar su principal problema y que casi hace que lo deje de leer a poco de empezar. Se refleha en párrafos como el siguiente, referido a la expansión geográfica de Europa: "Dans les décennies suivantes, tous les océans seraient sillonnés par des capitaines, des aventuriers, des négociants, des botanistes et des missionnaires venus de Gênes, de Venise, de Porto, de Bristol, d’Amsterdam ou de Saint- Malo. Une vaste entreprise d’exploration, de colonisation, d’exploitation et de conquête, qui allait faire de l’Europe occidentale, pour des siècles, le centre politique, économique et intellectuel de la planète."

¿Nadie echa de menos algo? ¿La ausencia de referencias a España es negligencia, ignorancia o simplemente chauvinismo francés de un libanés? A ver, yo le doy el beneficio de la duda, y por eso seguí la lectura. En general, este desconocimiento no se hace patente en el resto del libro, aunque vuelve a haber alguna morcilla, como cuando se refiere al nacimiento de EEUU ("Il n’était pas facile pour une nation émergente de préserver sa neutralité face aux puissants empires européens qui avaient pris l’habitude d’obtenir, de gré ou de force, tout ce qu’ils désiraient."), pero afirmando que dichas potencias europeas eran Inglaterra y Francia. ¿Qué posesiones tenian entre las dos que pudieran incomodar a la nueva nación?

Bueno, prefiero no seguir con esto, que me quitaría el buen sabor de boca que me dejó al final este libro.