martes, 13 de enero de 2009

Irresponsables economistas keynesianos

La verdad es que en medio de este fragor que vivimos, en que la mayoría de la gente tiene claro que es bueno que el Gobierno aumente su gasto para sacarnos de la crisis, resulta difícil encontrar un huequecillo argumental que me permita escribir algo nuevo u original. Lo digo porque los argumentos contra esa política están ya puestos encima de la mesa, son contundentes, y son también ignorados por los políticos en la carrera a ninguna parte para salvar el culo.

Así poco me queda más que la pataleta argumental. Y recriminar a los economistas mainstream su irresponsabilidad y complicidad con las políticas que nos van a llevar a la ruina, por alentarlas y justificarlas. Por sumergir a la sociedad en el desconcierto académico, al proponer una visión falsa de la economia, pero gracias a la cual ellos pueden vivir del cuento.

Bueno, pues lo que viene ahora ya lo habréis oído o leído, pero yo también lo quiero decir. Todo lo que gaste el Gobierno para "revitalizar" la economia, absolutamente todo, provendrá del dinero que nos ha quitado a los ciudadanos, dinero que, obviamente, lo hubieramos gastado nosotros si no nos lo hubieran quitado.

Por tanto, es imposible que revitalice la economía con medidas de este tipo: todo lo que aumente su consumo será a costa de disminuir, exactamente en la misma medida, el nuestro. Es un juego suma cero, en el mejor caso. Pero hay una gran diferencia: si lo gastaramos nosotros se crearía estrictamente más riqueza que si lo gasta el Gobierno, por la sencilla razón de que nosotros lo gastaríamos en lo que nos conviene a nosotros, que somos sus legítimos dueños, mientras que el Gobierno lo malgastará. Esto es, lo gastará en lo que a él le convenga, no en lo que venga bien a la sociedad.

Hay quien dice que no nos lo tiene porque quitar de lo nuestro, porque puede endeudarse para realizar su gasto. Claro, en este caso se incrementará el consumo a corto plazo, pero a costa de restringirlo en el futuro. Con el agravante de que se restringirá aún más dicho gasto, al tenerse que pagar los intereses de la deuda adquirida.

Y aquí es donde está la mayor irresponsabilidad. Porque el Gobierno se estará gastando el dinero de gente que ni siquiera está aquí para decirle que no se lo gaste. Se está gastando el dinero que van a generar mis hijos y mis nietos, y lo está gastando en cosas que ni siquiera queremos nosotros, o sea que a ver que les parece a las futuras generaciones, cuando tengan que afrontar su pago.

Imagino que mandarán a salva sea la parte al acreedor. E imagino que los potenciales acreedores no son ajenos a esta circunstancia. Por lo que los tipos de interés para la deuda pública comenzarán a dispararse.

¿Os imaginais que cuando por fin encontrarais trabajo cogiera vuestra padre y os dijera: "toma, aquí tienes esta casa en la montaña; sí, ya sé que a ti te gusta la playa, pero cómo querías que lo supiera; por cierto, debes 360.000 Euros al banco"? ¿ Y si te dijera: "toma, tu abuelo te compró esta casa en la montaña; ni a ti ni a mí nos gusta, yo he hecho lo que he podido, te quedan por pagar 360.000 Euros"?

Pues tarde o temprano algún Gobierno de este y otros países se sentirá así. No por responsabilidad hacia sus acreedores, sino porque habrá perdido todo el crédito y no podrá endeudarse para sus virguerias.

5 comentarios:

J. Rogelio Rodríguez dijo...

No se puede estar más acertado Fernando. Preciso, claro, sin proselitismos (es lo bueno de tu estilo, lo entiende aquél que lo quiere entender).

Resulta aterrador, desde mi punto de vista, esa idea generalizada, casi religiosa de que los Gobiernos estñan formados por personas éticamente superiores, más preparadas, que todo lo saben y que todo lo van a solucionar... Esa es una de las raíces del problema: no cuestionarse estas cosas.
Un abrazo.

Carlos Díez dijo...

La palabra clave que FerHerGón no menciona pero que late en todo el texto es "cortoplacismo". Una de las consecuencias indeseables del sistema de elecciones periódicas es que los gobernantes sean incapaces de mirar mucho más allá de la próxima convocatoria electoral. Quien logra hacerlo, deja de ser un simple político para convertirse en estadista.

No cabe esperar eso de Zapatero. Pero FerHerGón pone bien el acento en los economistas que asesoran a los políticos. El propio Keynes rechazó las críticas al déficit y la inflación inherentes a sus recetas con su célebre frase de "En cien años, todos muertos". Pero algo parecido dijo Cheney. Para que luego nos miren raro a quienes decimos que la Administración Bush lejos de liberal ha sido claramente socialista en muchas cosas.

Esa mentalidad de "el que venga detrás, que arree con el déficit" son los vientos que siembran nuestros políticos para que nosotros y las generaciones venideras recojamos las tempestades.

No olvidemos que la crisis actual es la tempestad sembrada cuidadosamente durante lustros de intervencionismo y dinero "fácil" por parte de los Bancos Centrales, órganos centralizados de intervención masiva y sistemática en la economía.

¿Capitalismo? Ojalá hubiera más de eso.

Saludos.

Pablo dijo...

Estimado Fernando,

Espero sinceramente que tus argumentos sean mejores que los que aquí expones, pues en caso contrario tienen poco de contundentes.

No es la primera vez que expones argumentos que chocan directamente con la realidad, aun estamos todos esperando la hiperinflación que anunciabas mientras nos encaminamos a la deflación, y aquí de nuevo tus argumentos chocan contra la realidad:

"dinero que, obviamente, lo hubieramos gastado nosotros si no nos lo hubieran quitado."

La tasa de ahorro de las familias duplica la del 2007. Como ves, no, no nos lo hubieramos gastado nosotros. Es más, a pesar del dinero que el gobierno recauda los ciudadanos se gastan incluso menos. El problema de la teoría austriaca es que sabe muy poco de la psicología humana y de nuestro comportamiento, que:
a)Tiende a caer facilmente en pánico.
b)Tiende a ser conservador.

El gobierno por tanto en esta situación actua corrigiendo el mercado elevando el consumo. Y no solo eso sino que lo hace de la mejor forma que puede: invirtiendo en infraestructuras que facilitaran que las empresas privadas hagan negocio más adelante, y proporcionando prestamos para que la inversión de las empresas se acelera cuanto antes.

Cuando la crisis pase, serán los ciudadanos los que aumenten el consumo por sí mismos, y es que como te digo la economia es una ciencia social y por tanto debe tener en cuenta el comportamiento humano.

Carlos Díez dijo...

Me sorprenden las afirmaciones de Pablo. Primero, dice que "El problema de la teoría austriaca es que sabe muy poco de la psicología humana[...]" para luego rematar que "[...]como te digo la economia es una ciencia social y por tanto debe tener en cuenta el comportamiento humano."

Bien. Yo creo que precisamente la teoría austríaca critica los excesos mecanicistas de los neoclásicos, que pintan una economía en equilibrio perpetuo donde todo encaja. Y cuando la realidad les desmentía, se apresuraban a crear algún gráfico para "corregir" la realidad. Mises denominó a la Economía "la más joven de todas las ciencias" (porque tenía el encargo más difícil, según Huerta de Soto) y la encuadraba en la Praxeología como ciencia más amplia, entendiendo a ésta como "la ciencia de la ACCIÓN HUMANA".

Vamos, que decir que la teoría austríaca prescinde de conocer el comportamiento humano es como criticarle al correcaminos que sea lento...

Señala Pablo que -como los ciudadanos se han puesto a ahorrar más- se contrae el gasto, con ello la demanda agregada y por ende, toda la economía. Vamos, keynesianismo puro (y duro). ¿Os acordáis de la "paradoja de la frugalidad"? Pues por ahí van los tiros.

Pero Pablo, ese dinero ahorrado no se esconde bajo el colchón (eso sería mero atesoramiento, no ahorro), sino que se deposita en el banco. Es decir, al subir el ahorro, los créditos que puedan darse estarán fundamentados en riqueza real, no en anotaciones contables basadas sobre bienes sobrevalorados (inmuebles). Ese ahorro se detrae de gastos que dejan de percibirse como útiles debido al estallido de la burbuja por el aluvión de dinero "fácil" promovido por los Bancos Centrales. Es decir, ese ahorro es una fase necesaria del ciclo (sí, del ciclo predicho por la teoría austríaca, mira por dónde).

Defiendes el Gasto Público mediante el acto de fe de que el Estado invertirá correctamente, a pesar de que vemos despilfarro por doquier. También dices que "Cuando la crisis pase, serán los ciudadanos los que aumenten el consumo por sí mismos,[...]" pero olvidas que si cuando pase la crisis, queda un déficit bestial fruto de las inversiones a tontas y a locas del Estado, serán esos mismos ciudadanos de los que hablas quienes tendremos que hacer frente a esa deuda. Los políticos que la generaron ya estarán dando conferencias en universidades.

Saludos.

Anónimo dijo...

Mis propuestas LIBERALES:
- prohibir los impuestos, por el lado español, unilateralmente, al comercio efectuado con cualquier habitante del planeta, en todas sus facetas: de bienes, equipos, financieros y humanos. El comercio o trueque, que no son sino lo mismo, permite la división del trabajo, la especialización, y en resúmen, EL AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD POR UNIDAD DE PERSONA Y TIEMPO, motivo por el cual la clase media europea del S.XXI vive unos 70 años y con bienestar material, y no unos 25 o 3o como vivían no ya la "clase media" del siglo X, sino las clases altas o Nomenklaturas. En no impedir que el individuo, intrumento de la libertad mediante, AUMENTE LA PRODUCTIVIDAD DE SU ESFUERZO, descansa el avance material de toda la humanidad.
- suprimir, unilateralmente, cualquier barrera a la inmigración desde el exterior hacia España, concediendo la nacionalidad en cuanto se superase un exámen básico sobre conocimientos mínimos del idioma español.
- devolver la responsabilidad/libertad al ser humano, desmontando el Estado Tutor, dejando como únicos y suficientes “servicios públicos” la Justicia, Policía y Defensa, devolviendo el destino de sus vidas a sus legítimos depositarios: los individuos.
- con motivo de lo anterior, se reduciría la presión fiscal del 40% actual al 3% o 4%. Que la presión fiscal sea del 40% quiere decir que de cada 100 días que trabajas, sólo te quedas con el producto de 60, pues los otros 4o estás trabajando para el Estado, para la Neonobleza, para la Nomenklatura, para la Clase Privilegiada, en definitiva. No olvides que el político, investido de buenas intenciones (tú no), y de brillante sabiduría (tú no) ha de cuidarte como si fueras un niño, decirte cómo has de vivir, ofrecerte “kultura”, “edukar” a tus hijos, ser tu médico obligatorio, “informarte” con radio y tv estatales…
- permitir que en cada domicilio haya armas para defender la vida y propiedad de sus moradores. Al fin y al cabo, los malos siempre se hacen con ellas. No debe prohibirse a los honrados ni a las maltratadas que no puedan defenderse en su hogar. Y como defensa frente al Estado. Lo primero que hacen los protodictadores es desarmar a la población. Si los alemanes hubiesen dispuesto de esta libertad nunca hubieran padecido el nacional socialismo. De hecho el gran esfuerzo de los estados esclavistas del sur del EEUU consistió en negar a los negros la propiedad de armas. Por lo mismo lucha hoy el Ku Klux Klan. Si los indígenas americanos hubieran dispuesto de armas de fuego nunca se hubiera producido la conquista europea. Lo mismo con África. La amenaza de posible mutua destrucción, de que nadie está por encima de otro, es la mejor garantía para la paz y la seguridad colectiva e individual.Vis pacem para bellum.
- dividir en parcelas iguales a repartir entre todos los ciudadanos cada kilómetro cuadrado de tierra de “propiedad pública”. Lo que es de todos no es de nadie. Sólo se garantiza su beneficio para la comunidad en tanto alguien puede extraer de ella un beneficio particular.
- en el mismo sentido, privatizar hasta el último rincón del mar. Un dueño vigilaría que a nadie se le ocurriese vertir ni una gota de aceite o petróleo en su parcela, el propietario sería el primer interesado en proteger los pezqueñines mirando por su futuro y viabilidad económica siendo así los mejores ecologistas y obteniendo los mejores resultados medioambientales, al modo de las mariscadoras gallegas o los parcelistas de monterías de la Sierra Morena, que cuidan de sus parcelas y sus animales dejando que las que son del Estado ardan en verano. El dueño le sacaría beneficios materiales, en fín, se pondría en valor una enorme extensión de superficie planetaria que hoy día por no ser de nadie no hace sino echarse poco a poco a perder.
- prohibir la intervención del Estado en la economía: no hace sino tirar con pólvora ajena, apostar por proyectos menos rentables para la comunidad que los iniciados por los particulares, favorece el robo por parte de todo político, establece una sociedad chantajeada, amordazada, y clientelista mediante el uso de las subvenciones…
- fijar un Banco Central con la misma independencia que la de los jueces.
- prohibir al Estado el endeudamiento. Su endeudamiento encarece los préstamos a los más débiles, que somos los particulares.
- prohibir la devaluación de la moneda.
- impuestos, inflación y devaluación son las tres formas más refinadas que han encontrado los ladrones para desvalijar silenciosamente a los trabajadores de este planeta.
- eliminar inmediatamente los subsidios a la energía eólica y fotovoltaica. Aparte de que sólo se están enriqueciendo los amigos de los ministros, consejeros y presidentes nacional, autonómicos y provinciales, el hecho de que obliguen a consumir energía eólica o fotovoltaica quiere decir que es más cara que las otras, y por tanto consume más recursos medioambientales que las otras. Nos ha salido el tiro por la culata. Las energías alternativas acabarán sustituyendo a las otras, pero no cuando lo decidan dos o tres iluminados. Las leyes del comercio, que no son sino leyes de la naturaleza, de la realidad, no pueden cambiarse a fuerza de reales decretos, del mismo modo que no puede cambiarse la ley de la gravedad por orden ministerial. Ninguna revolución tecnológica ha nacido del Estado, sino de particulares en sus casas o sótanos buscando el beneficio propio (véase la máquina de vapor, la imprenta, la informática…). La intervención de 4 iluminados forzando a consumir electricidad eólica y fotovoltaica no está sino hipotecándonos, a largo plazo, a los más débiles, a los pobres, despilfarrando recursos medioambientales, e impidiendo el verdadero y sólido avance de esas tecnologías y libre consolidación en nuestro entorno.
- y algunas más, todas en la misma línea liberal, esto es, respetuosa con la realidad natural del ser humano.
- en definitiva, desencadenar las fuerzas productivas que viven dentro de cada persona, y que ahora están atenazadas por este omnipresente leviatán que es el Estado.

Salud, comercio y propiedad, mucha propiedad, a nadar en la abundancia!. GLOBALIZACIÓN PARA TODOS, ESPECIALMENTE PARA LOS MÁS POBRES!!! Si los chinos la aplican y salen de la miseria, los demás también pueden vivir en la riqueza. Al fin y al cabo, comercio y propiedad son las dos instituciones que han permitido a Occidente vivir bien. Dejen a los pobres benefiarse de las mismas, no son inferiores racialmente, no están condenados a malvivir de las limosnas.- prohibir al Estado el endeudamiento. Su endeudamiento encarece los préstamos a los más débiles, que somos los particulares.