martes, 13 de octubre de 2009

Dinero y promesas de dinero

Sigo con el tema de la banca de reserva fraccional y su compatibilidad con el liberalismo. Paco Capella respondía a mi anterior entrada diciendo que el banco da una cierta remuneración por el dinero depositado y, además, presta una serie de servicios (domiciliaciones, transferencias...) que en muchos casos son gratuitos y son valorados por el cliente. Todo ello hace que no se pueda decir que la promesa de dinero valga estrictamente menos que el dinero.

Sin embargo, este analisis debe hacerse utilizando las construcciones imaginarias de la escuela austriaca. Esto es construyendo mentalmente la situación, y analizando las consecuencias de varias una sola causa, no todas a la vez. En latins, se dice que es un análisis ceteris paribus.

Por supuesto, la gente puede valorar más una promesa de Euro que un Euro por las razones que cita Capella: promesa de interés, servicios financieros asociados, prestigio, etc. Evidentemente, es una valoración subjetiva que depende de cada inidividuo. No se puede saber ex ante si un determinado individuo valora más 1 Euro o una promesa de 1 Euro de un determinado banco.

Hay otras muchas personas que valoran más cobrar 1 Euro en dinero, a que se lo ingresen en una cuenta. Por ejemplo, los que prefieren no pagar impuestos.

Por eso, es necesario hacer el análisis ceteris paribus, a igualdad de preferencias sobre los restantes aspectos de tener el dinero en una cuenta bancaria. Y en estas condiciones es evidente que, con reserva fraccional, la promesa de dinero vale siempre menos que el dinero, puesto que existe una probabilidad de default (esto es, que el banco no pueda hacer frente a sus pagos).

A igualdad de todas las demás valoraciones, en un banco con reserva fraccional el dinero depositado vale menos que en uno con reserva 100%. Hay una pérdida de valor por ingresar dinero en un banco de reserva fraccional que no se produce al meterlo en un banco de reserva 100%.

Por supuesto, la valoración de dicha probabilidad corresponde a cada individuo (no hay un valor único indiscutible), pero existe. Puede aproximarse tanto a 0 como queramos, pero es estrictamente mayor que cero. El problema es que, en la actualidad, el sistema nos fuerza a ceder valor del dinero al ingresarlo en un banco para poder obtener los demás servicios; no hay opción alternativa.

Además, es imposible que la haya porque el banco que pretendiera una reserva del 100% sería obviamente menos rentable que todos los de reserva fraccionaria, por lo que no encontraría inversores. Item más, ni siquera hay competencia en minimizar la probabilidad de default (esto es, restar valor al dinero ingresado), puesto que las actuaciones de la banca central y gobiernos tienden a igualar dicha probabilidad.

La ilusión en que vivimos de que dinero y promesa de dinero de un banco constituye, posiblemente, una forma alternativa de explicar el origen del ciclo económico, en este caso vinculándolo a la creciente probabilidad de default y consecuente disminución del valor del dinero. Si no se confundieran, no se produciría dicha disminución: el dinero mantendría su valor (ceteris paribus) y la promesa de dinero iría perdiéndolo conforme el banco reutilizara el dinero.

Por último, como ilustra la referencia que dejó Daniel Ballesteros en la entrada, está por ver y demostrar que la banca de reserva fraccionaria sería viable en un mercado libre, compitiendo con la banca de reserva 100%. Intuyo que no sobreviviría, pero no sé si es demostrable.

Ah, y queda lo de probar que es el descalce de plazos la verdadera causa del ciclo. Personalmente, la hipotesis me sigue sin convencer. De hecho, solo me parece convincente si se acepta que el descalce de plazos solo puede ocurrir con reserva fraccionaria, pero, en este caso, sería esta última la causa de los ciclos.

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