lunes, 6 de noviembre de 2017

El poker del mentiroso ("Liar's Poker"), de Michael Lewis

Sorpresa agradable esta lectura. Me tropiezo con él com recomendación para aquellos a los que les ha gustado "House of Lies". Esta novela, inspiradora de la serie homónima, es supuestamente una de burla de la consultoría estratégica. Y, claro, me atrae porque uno tiene un pasado tal.
 
Por su parte, el autor de "Liar's Poker" es Michael Lewis, que descubro es también el autor de "The big short" en que se basa la magnífica película homónima, con el título español "La gran apuesta". La conjunción de ambas circunstancias hace que inmediatamente me decante por la lectura, con la idea de que es una obra burla, en este caso, de los bancos de inversión.

No es así. Pero no por eso el libro desmerece, ni mucho menos. Aunque empieza como si fuera a ser paródica, tras un par de capítulos nos damos cuenta de que Lewis nos va a contar su experiencia en Solomon Brothers cuando trabajó allí en los años 80. A veces será con comentarios irónicos, a veces no, pero siempre será interesante y bien documentado.

¿Qué conclusiones de pueden extraer? Muchas y muy jugosas. La primera es que el oficio del trader no tiene nada que ver con ser inteligente o saber teoría económica o matemáticas. Es un oficio de matones, de gente que no tiene miedo a jugar con cosas muy importantes, que sigue sus instintos a morir. Esto no se adquiere estudiando, y casi el único factor relevante parece ser la juventud: esto es, no dar demasiadas vueltas a las cosas y lanzarse, las mismas razones por las que los soldados han de ser jóvenes también, si no no habría quien les arrastrara a a la guerra. Lo del master en Harvard es irrelevante, como lo prueba el background que nos explica Lewis para algunos de los principales triunfadores en la profesión, como Rainieri, o el comportamiento de muchos de estos tipos en los cursos de formación al entrar en a firma, cual si fueran niños de secundaria. Pero, vamos, se puede resumir en esta frase que dice alguno a sus compañeros:
"If you guys weren't trading bonds, you'd be driving a truck. Don't try to get intellectual in the marketplace. Just trade.'

El autor es muy crítico con métodos para invertir, como el chartismo, al parecer mucho más utilizado en Europa que los USA, y hace referencias al mismísimo pater del Value Investing, Benjamín Graham. Esto, junto a una de las frases de su epílogo "One of those beliefs is that the amount of money one earns is a rough guide to one's contribution to the welfare and prosperity of our society.", hace pensar que alguna simpatía por la economía austriaca debe de tener. 
 
Y para quien le dude, que chequee esta frase, clara crítica al mainstream estudiado por él y sus compañeros traders: 
"Studying economics was more a ritual sacrifice. I can't prove this, of course. It is bald assertion, based on what economists call casual empiricism. I watched. I saw friends steadily drained of life. I often asked otherwise intelligent members of the prebanking set why they studied economics, and they explained that it was the most practical course of study, even while they spent their time drawing funny little graphs. They were right, of course, and that was even more maddening. Economics was practical. It got people jobs." (obsérvese la ironía final)

Porque, como se ha dicho más arriba, Lewis tiene claro que lo que hacen los traders no tiene nada que ver con la economía, sino más bien con, bueno, los huevos. Dos citas al respecto:
"economic theory (which is, after all, what economics students were supposed to know) served almost no function in an investment bank" y más divertida aún, sobre la forma de reestructuras Solomon Brothers tras las primeras crisis: "The men who made the decision were practicing their favorite anatomical trick of thinking with their balls. In other words, they weren't thinking at all but trading." (subrayado mío)
 
Me llama la atención cómo Lewis describe la creación del mercado de cédulas hipotecarias, y sus famosas franjas (trenchs), detonante de la crisis de 2007, y que haga referencias a la Ginie Mae y Freddie Mac, que saltaron a la palestras en ese año. Y me llama la atención porque este libro es de 1989, pero ya ilumina con claridad las distorsiones que se estaban creando en esa parte del mercado, guiadas por las preclaras mentes de traders como los de Solomon.
 
Lewis es también crítico y se burla de aquellos pundits, periodistas, analistas, que pretenden ser capaces de explicar los movimientos de los mercados con un par de eventos ingeniosamente unidos. Y nos dice: "I spent much of my working life inventing logical lies like this. Most of the time when markets move, no one has any idea why. A man who can tell a good story can make a good living as a broker." (otro subrayado mío).
 
Lo que me lleva a otra de las frases estrella, con la que no puede estar más de acuerdo y que también  le he dicho a todo el que me ha querido oir cada vez que algún banco "alerta" de una crisis:
"(Note to members of all governments: Be wary of Wall Streeters threatening crashes. They are tempted to do this whenever you encroach on their turf. But they can't cause a crash any more than they can prevent one.)".
 
Lo cierto es que este libro, pese a su edad avanzada (en mercados bursátiles 1987 es un pasado muy lejano, se han sufrido al menos dos crisis gordas desde entonces), tiene muchas enseñanzas de actualidad, y señala errores y comportamientos que seguramente se estén repitiendo. Por eso, y porque es muy entretenido (en general, los capítulos más históricos, en que no está contando su experiencia personal, son más rollo), merece la pena leerlo.
 
Dejo algunas frases más de las que he ido rescatando de la lectura: 
"There are those who would have you think that a great deal of thought and wisdom is invested in each take-over. Not so." (en fin, mejor no pensarlo)
"A successful undergraduate investment banking interview sounded like a monastic chant." (Todos sabían lo que había que responder a cada pregunta que te hacían)
"At that time I hadn't had the education required to feel poor on forty-eight thousand dollars"
"But the traders did not become correspondingly more refined in their behavior. For each step forward in market technology they took a step backward in human evolution." (O sea que imaginemos como estarán ahora de involucionados con lo que ha cambiado la tecnología de los traders desde 1987, pensemos tan solo en Internet y los móviles)

2 comentarios:

Eurib dijo...

Un error: no es Genie Mae, sino Fannie Mae.

Ferhergón dijo...

Muchas gracias, Mariano. Es un error, porque realmente me quería referir a Fannie Mae.
Pero más bien es una confusión, pues Ginnie Mae es cómo se llamaba en los 70 a la institución de la que después derivaron las otras dos.
Vamos, que no me lo he inventado.