sábado, 4 de octubre de 2008

Me troncho con Trichet

Así que, al parecer, que uno nunca se puede fiar demasiado de los periodistas, Trichet ha dicho que las "tensiones inflacionistas han disminuido", lo que se interpreta por arúspices como que se puede anticipar una bajada en los tipos de interés del BCE.

Dejando de lado la cuestión de la utilidad de bajar los tipos de interés, tratada recientemente por Rallo en su blog, y a la que también creo haber dedicado una entrada en el pasado, me centro en la cuestión de cómo sabe este señor que las "tensiones inflacionistas han disminuido". Como veremos, la cuestión tiene trampa, y la frase raudales de demagogia.

Vamos con la inflación: la inflación no es un fenómeno natural, como nada de la economía. Es algo que está causado por la acción humana. Por inflación nos hacen entender una subida generalizada de los precios, como si todas las cosas tendieran a subir de precio impelidas por algún tipo de fuerza interna.

Pero a poco que une se cuestione la cosa, aflora la paradoja: vamos a ver, si sube el precio de, digamos, el petróleo, es evidente que la renta disponible para comprar otras cosas disminuye, ya que gastamos más en petróleo, y nuestro sueldo no ha subido. En esas condiciones, la demanda, bien del petróleo, o bien de las otras cosas, ha de bajar. Luego, también su precio, en igualdad de todas las condiciones. Por tanto, es imposible que todas las cosas suban a la vez de precio, y además siempre lo estén haciendo.

¿Imposible? No del todo, puesto que ocurre. Algo extraño debe de estar sucediendo. Puede ser que, en vez de subir todas las cosas de precio, lo que ocurra es que esté bajando el valor del dinero, aunque las cosas mantengan el suyo. Esto si explicaría el crecimiento generalizado de los precios. ¿Por qué baja el valor del dinero? Porque los bancos, mediante la utilización de los depósitos para préstamos, y los bancos centrales, imprimiendo billetes, crean dinero de la nada.

En suma, las "tensiones inflacionistas" no ocurren como los fenómenos telúricos, sino que obedecen al comportamiento concreto de unas entidades: los bancos centrales. Por eso, el señor Trichet debería conocer de primera mano si hay o no tensiones inflacionistas, puesto que es él quien las crea.

Interpretando literalmente sus palabras, lo que debería de estar diciendo es que no va a imprimir billetes. Y, ojo, a lo mejor es lo que está diciendo. Ojalá. Porque la alternativa es demagogia pura: está justificando la posible bajada de tipos en una presunta "destensión inflacionista", que el se va a apresurar a tensar.

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