lunes, 16 de junio de 2008

Hayek ilustrado para niños

El otro día accedí a las demandas de mi hija pequeña al respecto de la lectura de un cuento, experiencia estupenda a la que cada vez voy dedicando menos tiempo. Evidentemente, la elección del cuento le corresponde a la demandante, y en esta ocasión no fue menos. Así que me encontré a las diez de la noche leyendo a la pequeña un cuentecillo de nombre "El perro y el lobo".

La historia es como sigue (más o menos a párrafo por página y con espléndidas ilustraciones): un lobo tenía mucha hambre, y se puso a buscar comida. Primero, irrumpió en el corral de un granjero con la intención de hacerse con una de sus gallinas, a lo que el legítimo propietario opuso la contundencia de sus razones, en forma de porra.

Posteriormente, su objetivo pasó a ser un panal de abejas, cuyas habitantes también tuvieron reparos en compartir con el lobo el fruto de sus esfuerzos, con la consecuencia de que el lobo hubo de ocultarse bajo el agua ante la previsible acometida del enjambre.

Eventualmente, acudió a un cubo de basura, y, en ese momento, aparece en escena el otro protagonista de la historia, el perro. Bien vestido, bien alimentado, inquiere del lobo las razones de su triste actuación, y opone su cómoda situación, proponiéndole que se busque un amo que le cuide y le dé de comer. El lobo pregunta qué tiene que hacer a cambio. Y el resto del cuento no me resisto a transcribirlo literalmente:

"-Llevar este collar para que mi amo me ate siempre que quiera.
El lobo pensó en el consejo dado por el perro, pero decidió que a él no le gustaba ir atado.
- Yo prefiero pasar hambre y ser libre para ir adonde quiera, antes que tener la barriga llena siendo un esclavo."

Creo que van a poner este cuento como lectura recomendada en Educación para la Ciudadanía.

PD: Desgraciadamente, no puedo dar la referencia del volumen de cuentos pues, como buen libro de uso infantil, hace mucho que desaparecieron su portada y contraportada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No me convence. También puede responder el perro que, en lugar de robar, consigue la comida a cambio de compañía, mediante un intercambio voluntario que beneficia a ambos.

Fonseca dijo...

Desde luego, el lobo es un agresor. Tan antiliberal como el estado.

Como metáfora es bonito. Sería una expléndida letra de alguna canción de heavy metal.

Pero robar es inmoral. Y la moral es el piloto de la libertad (Huerta de Soto dixit)


Fonseca

Marzo dijo...

En toda fábula es arbitrario qué animales son personas y cuáles no. Aquí son personas los humanos, el lobo, el perro y las abejas, pero no las gallinas. ¿Por qué? ¿Por qué está mal que el lobo robe miel a las abejas, pero no lo estaría que lo haga el humano que pone colmenas?

Porque las fábulas no son exposiciones rigurosas de sistemas filosóficos.

Anónimo dijo...

Este cuentecillo es una fábula de Esopo. Realmente, poco serio se ha dicho que no lo dijeran antes un griego.
Saludos.

Stewie Griffin dijo...

"Desde luego, el lobo es un agresor. Tan antiliberal como el estado".

En realidad existe una diferencia entre el lobo y el estado: el estado es un agresor sistemático, que se reviste de un manto de falsa legitimidad, el lobo solo es un criminal común que acepta la delictividad de sus acciones.