martes, 14 de octubre de 2008

Hiperinflación a la vista!

Hoy voy a hacer un relato de economía-ficción, pero además de los buenos, de los de catástrofes, para que se puedan reir unos cuantos a gusto. Mi historia comienza el 14 de octubre de 2008, cuando unos cuantos dirigentes europeos se reunieron en Paris para echar unas risas (según nos cuenta Gabriel Calzada en Libertad Digital). Entre ellos, estaba el señor Trichet, máxima autoridad del Banco Central Europeo, el emisor de la moneda (de momento) conocida como Euro.

No sabemos de qué hablaron, pero todos salieron con un montón de pasta bajo el brazo para salvar a los bancos de sus respectivos países. Todo queda garantizado por el saco de pasta estatal. La cuestión es, como siempre, de dónde saldrá la pasta.

Sabemos que los Estados obtienen su pasta de tres formas:
1) Los impuestos: sin embargo, imagino que la subida de impuestos necesaria para estos planes de rescate sería lo suficientemente elevada como para tener un coste político inaceptable para las partes. O sea que esta fuente no les vale.

2) La deuda: en este caso, se trataría de que los estados pidieran a la plebe las cantidades millonarias que precisan, para devolvérselas en el futuro. Digo la plebe, porque no creo que las entidades financieras fueran las que suscribieran estas emisiones: eso sí que sería un juego de suma cero.
Pero, claro, si van a la deuda, los tipos de interés se pondrán por las nubes, y se fastidia otra vez el invento.

Así que solo nos queda, tachán....
3) La impresión de billetitos: por eso era importante que el señor Trichet estuviera por allí.
Así que imagino que convencieron al regulador independiente de que hay que estar al quite para emitir tantos billetitos como sea necesario para sufragar, no ya el plan de rescate, sino también algunos caprichillos de los respectivos gobiernos, a los que las cuentas tampoco les deben de estar encajando muy bien.

Sin olvidar que los funcionarios de la ingente Comisión Europea también cobran, claro. Creo que también estaba en la fiesta el señor Durao Barroso para pillar algo.

En definitiva, acordaron que, para salvar el (su) mundo había que emitir billetes y billetes. Con algunos, rescatarían, si fuera preciso, a los bancos; y con otros, seguirían pagando sus gastitos, a los que empezaban a tener dificultades para hacer frente. Y todos tan contentos.

Pero, sigue la historia, esta impresión de billetes acelerará la inflación, posiblemente hasta niveles olvidados, y desembocará en un fenómeno de hiperinflación que ya sabemos que termina con la destrucción de la moneda y del sistema financiero.
Claro, que eso pasará en el futuro, y para entonces a lo mejor ellos ya se dedican a otras cosas más amenas, o se les ocurre otra forma de engañarnos.

Desgraciadamente para ellos, en esta economía-ficción, los acontecimientos están yendo más deprisa de lo que cualquiera hubiera imaginado. Así que igual se llevan una sorpresa.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

La realidad supera a la ficción, se dice por ahí.

Jorge dijo...

Hmmm.... yo diría que últimamente la mayoría de los economistas están más preocupados por la deflación que por la inflación, por lo que tu artículo a lo mejor en vez de futurista es pasadista (perdón por el palabro).

Un abrazo,

Jorge

Nairu dijo...

Conclusión, hay que comprar oro para salvarse de la depreciación del euro. ¿no?

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Que curioso, Nairu, esta era una de las conclusiones que extraía la semana pasada hablando con mi gran amigo... Fehergon.

Ferhergón dijo...

Gracias por los comentarios

Firebird, jar
Los economistas mainstream creen que la crisis hara que se debilite la demanda y bajen los precios; deben de pensar que toda la peña va a meter la pasta bajo la cama y que ya no vamos a necesitar comer...
Los austriacos sabemos que la inflación se debe a la creación de moneda por parte de los bancos (de ahí el nombre) y no nos dejamos engañar por los cantos de sirena del sistema.
Si es futurista o pasadista lo sabremos en menos tiempo de lo que parece.
Entretanto, mira a ver qué te parece esta entrada
http://ferhergon.blogspot.com/2008/08/miedo-la-baja-inflacin.html

Jorge dijo...

Ellos "creen"
Nosotros "sabemos"

"El problema del mundo es que los fanáticos siempre están seguros de lo que creen, mientras que la gente razonable duda de sus propias ideas" Bertrand Russell

En cuanto al oro, a pesar del estragulamiento en la oferta minorista y de momentos puntuales de pánico comprador en los futuros, no parece que sea capaz de recuperar sus máximos históricos de hace unos meses. Posiblemente una cobertura dinámica dólar/yen sea menos arriesgada.

Un abrazo,

Jorge

Pablo dijo...

Tengo una pregunta, si en el proximo anyo la inflacion en Espanya no supera el 5%, podre pedirte que hagas un post explicando el porqu'e tu historia no se cumplio?

Te voy a contar yo otra historia, digamos que llega un economista austromaniaco a ministro de economia (coges lo ironico de la situacion?) y decide que el estado no va a hacer nada si los bancos se hunden, ya que asi se hara limpieza de activos poco rentables como comentabas tu en otro post. Asi que se hunde uno, y como buen economista el estado no garantiza nada, asi que unos pocos pierden sus ahorros. Se sabe ademas que otros bancos andan tocados, de manera que la gente saca su dinero del banco y se lo guarda, asi que se hunden otros bancos y mas gente pierde sus ahorros. Dada la gravedad de la situacion, la gente consume menos, viendo que se acercan tiempos duros, con lo que las empresas tienen menos ingresos. No solo eso, sino que resulta que los bancos no les quieren prestar dinero por si mas gente va a pedirles el dinero que han depositado, asi que las empresas pierden toda la liquidez y entran en suspension de pagos. Entonces empiezan a despedir empleados, tratando de compensar ingresos y gastos, pero como todas las empresas estan igual esto provoca que desciendan aun mas el consumo y con ellos los ingresos. Los desempleados tiran de sus ahorros en los bancos, dejandoles con menos liquidez si cabe y haciendo que estos quieran prestar menos dinero para no quebrar.

Eso si que es una peli de terror.

Anónimo dijo...

Esa película se podría dar, siempre y cuando la crisis se centrara exclusivamente en los bancos. Pero no es así. Existe una crisis localizada e identificada que afecta al mercado financiero, mejor dicho, al inexistente mercado financiero interno. Pero existe otra crisis que afecta al ciudadano medio, y aquí poco tienen que ver los bancos. Hemos canalizado todo el mal al sistema financiero, que sin embargo, y a pesar, es víctima, posiblemente, de los abusos de la construcción. Tener un mercado inmobiliario de más de 1 millón de viviendas sin vender, es una lacra con un elevado coste. Sin embargo el crecimiento se basaba en la construcción.

El banco ha hecho lo que sabe hacer, vender dinero. El problema es que ha vendido lo que no posee. Y eso sólo lo avalan los gobiernos.

Jonsy Gaviota dijo...

Eso de que un ministro de economía austromaniaco no haría nada en la actual situación está por ver... se puede hacer y mucho.

- Empezando por eliminar trabas a la creación de empresas
- Seguimos por flexibilizar el mercado laboral
- Continuamos por establecer mecanismos de seguimiento y control eficaces e independientes
- Luego nos metemos con el sector público y empezamos a hacer limpieza
- Un buen sistema de supervisión y penalización que luche de manera eficaz contra el fraude fiscal, a la seguridad social, al sistema de pensiones...
- Lo acompañamos de una política judicial seria que ponga a tanto ladrón caminito de jerez
- Y como guinda modificamos el sistema educativo, y la política de ayudas y subvenciones (¿He oído SGAE?) que premie la productividad, la competitividad, la iniciativa y el esfuerzo, de manera, que empezando por la escuela, y acabando por las empresas y la administración, el vago/gorrón se convierta en un ser despreciable y el esfuerzo tenga premio

¿Seguro que no se puede hacer nada?

Nairu dijo...

Claro que un buen ministro austriaco impulsaría todas las medidas que comenta Jonsy. Es una falacia muy extendida, y que algunos liberales han contribuido a extender, que los liberales defendemos una pasividad absoluta.
Podría tener sentido si los mercados fuesen realmente libres, pero cuando son rígidos e intervenidos hay que actuar para liberalizarlos introduciendo flexiblidad y eliminado barreras a la competencia.

Anónimo dijo...

Muchas thanks.

Firebird:
-Ellos creen que 2 y 2 son 5
- Nosotros sabemos que 2 y 2 son 4.
Hay mucho fanatismo aquí? Pues lo mismo.

Pablo:
Hacía tiempo que no te pasabas por aquí.
Si el año que viene la inflación no supera el 5%, sabré explicaterlo, seguro. La economía es muy compleja, y son muchos los fenómenos que interactuan. La economía austriaca analiza los fenómenos mediante construcciones mentales que tratan de aislarlos.
En el análisis de la inflación, se aisla la emisión de moneda de otros posibles fenómenos.
Por ejemplo, imagina que se inventa una vacuna contra el hambre y ya no necesitamos comer: evidentemente, la inflación no crecería tanto, pues la demanda de alimentos desaparecería.

Ahora bien, ceteris paribus, la inflación subirá más con esta actuación de los gobiernos.
Saludos.

Stewie Griffin dijo...

- "Un buen sistema de supervisión y penalización que luche de manera eficaz contra el fraude fiscal, a la seguridad social, al sistema de pensiones..."

Lo que me faltaba por leer.

Jonsy Gaviota dijo...

"lo que me faltaba por leer"

Evidentemente, si este fuera un mundo ideal, este apartado no haría falta, pues la seguridad social y las pensiones no estarían gestionadas por el estado, sino que cada uno se buscaría sus propias lentejas. Del mismo modo posiblemente tampoco fueran necesarios (tantos) impuestos....

Pero como este no es nuesto mundo ideal anarcoliberal , y de lo que se trata es de qué haría un ministro de economía austromaniaco en esta situación, pues lo menos que se puede hacer es garantizar que si hay que pagar, al menos que lo que paguemos esté bien gestionado, y que no haya paganos y gorrones, o que si los hay, estos últimos se pudran en la cárcel
Y si el control puede ser hecho de manera que el gobierno no pueda meter mano en los controladores, pues mejor que mejor

A lo mejor es que he entendido mal el sarcasmo...

Anónimo dijo...

Un ministro austriomaniaco lo primero que haria sería eliminar el monopolio de la moneda y la imposición legal de aceptarla. Después eliminaria el banco central. Si algun banco no puede responder a sus depositantes se enjuiciaria a los banqueros y se cerrarian los bancos.
Ya veriamos que pronto empezaban a aparecer monedas privadas con respaldo 100% real auditadas por instituciones independientes siguiendo protocolos estandarizados.

En cualquier ingeniería siempre se presupone el peor caso, en la financiera no debería ser distinto. Y la confianza es siempre algo efímero con lo que no se puede contar.