domingo, 6 de enero de 2019

La leyenda de Sigurd y Gudrun ("The Legend of Sigurd and Gudrun"), de J.R.R. Tolkien

Siendo The Lord of the Rings mi libro preferido desde que lo leí a los 10 años (lo he leído tres veces en español y dos en inglés), es difícil que me pueda resistir a cualquier obra que se atribuya a su autor J.R.R. Tolkien. Por supuesto, tanto el Hobbit como el Silmarillion estuvieron a la altura de las circunstancias (el Silmarillion solo cuando lo leí en inglés); las demás obras son más bien cuentos infantiles (Roverandom, El herrero de Wooton Major o Los Cuentos de Tom Bombadil). Además, recientemente disfrute otra vez del Tolkien más auténtico con "The Childreon of Húrin". Por eso, tarde o temprano este que ahora comento tenía que caer.

Y así ha sido. Pero, claro, este ya no tiene nada que ver con la mitología Tolkien, por mucho que los nombres del título parezcan ser adecuados a los que usa Tolkien en sus obras. Que nadie se engañe con ellos. Lo que nos presenta en esta ocasión su hijo, Christopher, es un par de poemas épicos que Tolkien redactó inspirándose en los Eddas nórdicos de los Volsungs y los Niflungs. Nada que ver con El Señor de los Anillos, al menos no directamente, aunque de su lectura resulta evidente que dichos mitos nórdicos tuvieron una influencia considerable en el universo Tolkien. Por citar unas pocas ideas: los anillos, el dragón, los Enanos e incluso el bosque Oscuro (Mirkwood).

El problema es que este material ocupa únicamente algo así como el 20% del libro. El resto son las notas explicativas, comentarios e introducción que incorpora Tolkien a modo de acompañamiento para explicar los poemas de su padre, específicamente las fuentes del mismo. Es cierto que algunos de estos textos proceden de escritos de JRR (por ejemplo, la introducción), pero ciertamente no son de interés para el amante del Señor de los Anillos.

Así que nos encontramos un libro que básicamente nos muestra la erudición de los Tolkien en relación con las obras nordicas, lo que me parece de muy limitado interés salvo para expertos filólogos, como lo era el autor del Señor de los Anillos. Entre otras cosas, aprenderemos la diferencia entre Eddas (versos nórdicos) y Sagas (prosa, normalmente de Islandia); también se establecen relaciones con la leyenda de los Nibelungos, sobre la que Wagner basaría su conocida serie de óperas (obsérverse la proximidad fonética entre Niflungs y Nibelungos); e incluso se investiga en las posibles raíces históricas de las leyendas, en un apéndice que es de lo más interesante del libro y que las vincula con la invasión de los Hunos (el malo de la leyenda es Atli, posiblemente Atila) y su enfrentamiento con godos y burgundians (esto es, los Niflungs).

En cuanto a la leyenda en sí, hay que reconocer el virtuosismo de Tolkien en su composición, sobre todo en lo que se refiere al uso de la aliteración. Resulta que Tolkien había identificado que los versos Eddaícos tenían una gran fuerza expositiva, lo que él atribuía en parte a este recurso estilístico. Como Tolkien lo que pretende es transponer la mitología eddaíca como nueva mitología nordica, su objetivo es recuperar estos eddas y ponerlos en inglés, pero sin que pierdan su fuerza narrativa. Ello le lleva a mantener esta aliteración, que básicamente implica en cada medio verso de dos versos sucesivos utilizar palabras que empiecen por la misma letra (o sonido).

La historia que se nos cuenta se centra en Sigurd (el último de los Volsungs), Brynhild (Brunilda, una Valkiria expulsada del Valhalla) y Gudrun (princesa de los Niflungs). Esta repleta de giros absurdos, incluso para el propio Tolkien, si se mira desde una perspectiva moderna.

En la primera de las leyendas (o Lay, en inglés), Sigurd confronta al dragón Fafnir con la ayuda de su espada y caballo mitológicos, le derrota y se lleva su botín. En su escapada, se encuentra con Brunilda con la que se compromete, compromiso que luego incumple para casarse con Gudrun por las intrigas de la madre de ésta. Entrega el oro a Gudrun, pero la ruptura del compromiso y posterior engaño de Brunilda para que se case con Gunnur, hermano de Gudrun, han sembrado ya la semilla del desastre, y la historia termina con los dos protagonistas principales muertos en senda piras, y el oro en mano de los Niflungs.

En la segunda leyenda, volvemos a tener un problema de ruptura de pactos, en este caso entre los Niflungs y los Hunos. Gudrun se casa con Atli, incluyendo como dote el oro de los Niflungs. Pero estos se hacen los remolones. Atli les invita a su corte para tenderles una trampa, y aquí tiene lugar el enfrentamiento final, en que por supuesto los Niflungs presentan una resistencia heroíca, pero acaban aniquilados.
 
Poco de lo anterior es discernible simplemente leyendo el poema de Tolkien, hay que apoyarse mucho en las notas. La lectura en sí del poema no aporta demasiado, no es del Tolkien al que estamos acostumbrados. No obstante, destacan el ya citado virtuosismo, y algunos de los capítulos concretos, como el último de la Leyenda de Gudrun.

Este libro no es un mal libro, si te interesa la mitología nordica hasta extremos casi de erudición. Pero si lo que vas buscando es una obra del Tolkien típico, es casi mejor que lo evites.

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