domingo, 2 de noviembre de 2008

Robinson Crusoe en crisis

La entrada de ayer resultaba algo abstracta, y entiendo que puedan surgir dudas sobre esa pérdida de riqueza a que me refería, la que causa el retorno a una pobreza mayor que al inicio de la expansión monetaria. Para aclararlo mejor, quizá sea bueno coger a nuestro Robinson en su isla y ver qué le pasa cuando le sometemos a expansión monetaria. Vamos allá.

Breve recordatorio: al llegar a la isla, Robinson puede coger bayas de los árboles a razón de 5 por hora; rápidamente se da cuenta de que con una buena vara podría duplicar su producción, y dedica parte del tiempo de coger bayas a procurarse y prepararse una buena vara. Robinson sabe que todos los días necesita un par de horas para mantener la vara ante roturas, o buscar una nueva. Si se queda sin ella, se vería obligado a coger bayas con la mano, al ritmo anterior. Sería evidentemente más pobre.

Así que tenemos a Robinson con sus 60 bayas diarias y su vara. Veamos qué ocurre si, de repente, Robinson empieza a ver doble, por las razones que sea. Cree que donde cogía 60 ahora coge 120 (me temo que hay que meter un factor de ilusión, pues en eso consiste precisamente la expansión monetaria).

Rápidamente, ve a su stock de bayas crecer y se encuentra con una cantidad que jamás soñó. Sus provisiones le van a durar muchísimo; se puede pegar lujos, como comerse 80 o 100 bayas diarias (frente las exiguas 60 que venía consumiendo). Con la misma dedicación, ahora coge 120, de las que se come 60 y atesora otras 60. Al mismo tiempo, aprovechando la opulencia, decide que va a decicar el tiempo extra a fabricar un robot que coja las bayas por él, ya no necesitará más el palo.

Pasa el tiempo, y un buen día su visión vuelve a la normalidad. ¿Qué es lo que ve? Su vara está ya prácticamente inservible, no se puede usar. Pero es que además, sus reservas de bayas han desaparecido: creía que tenía muchas, pero era mentira. Se estaba comiendo todas las que cogía (realmente 60) y las 60 que creía almacenar no existen. Evidentemente, en esta situación, ya no hay tiempo para dedicar al robot, pues está en juego su supervivencia.

Robinson se ve obligado a abandonar su proyecto, y está como cuando llegó a la isla. Sin vara y con capacidad para coger solo 5 bayas por día. Está peor que cuando comenzó a ver doble.

Pues eso. No da un poco de miedo?

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