domingo, 13 de marzo de 2016

Pensar rápido, pensar despacio ("Thinking, Fast and Slow"), de Daniel Kahneman

En este volumen, el psicólogo y premio nobel de Economía (!) Daniel Kahneman hace un resumen de sus aportaciones a la psicología.

La mayor parte de sus aportaciones tienen como elemento común el modelado del cerebro como una entidad con dos instancias: una casi instintitiva, capaz de construir historias y tomar decisiones de forma muy rápida, y otra reflexiva, que necesita recabar más información y validarla antes de decidir nada. De ahí el título del tratado: "Pensar rápido y despacio".

Con independencia del contenido concreto, lo primero que he de reconocer es que este libro me ha hecho tener respeto a la psicología como ciencia, algo que antes no tenía tan claro. Tan importantes como las teorías, resultan los experimentos con los que se han validado las mismas, y que Kahneman describe con bastante detalle y rigor. Es esta posibilidad de experimentación rigurosa, que yo hasta ahora desconocía, la que me permite aceptar a la psicología como ciencia a la altura de las tradicionales.

Por lo demás, este libro es muy ameno de leer. Se aprende muchísimo, incluso cosas prácticas para la vida, y de forma entretenida. De hecho, tal impresión me causaron algunas de las ideas aportadas que escribí un par de comentarios en el IJM sobre él. El interesado las puede leer aquí:

https://www.juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/conciliando-la-teoria-de-las-perspectivas-de-kahneman-con-la-economia

https://www.juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/el-efecto-endowment-explicado-por-la-economia-austriaca

Una cosa más que añadir que es con la que cierra el libro Kahneman, y que es casi su colofón. De acuerdo a estudios experimentales sobre la felicidad (cuya metodología el autor explica y a mí me parece convincente), se obtienen algunos resultados para la reflexión:
1) El dinero NO da la felicidad. Una vez superada una cierta renta (que Kahneman cifra en unos 50.000 dólares por familia en los EEUU), no hay correlación entre felicidad y renta.
Esto aquí no es un aserto, sino una afirmación contrastada empíricamente.
2) Las personas con traumas graves (minusvalías...) no son más infelices que las personas sin estos problemas. Pero ello solo se detecta con determinadas metodologías, pues si se les pregunta directamente por su felicidad tienden a acordarse de sus deficiencias y entonces lógicamente revelan un nivel de felicidad por debajo de la media.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Tuve la suerte de comprar este libro en un aeropuerto, donde con acierto, estaba oculto en la pila de libros de autoayuda. Desde mi punto de vista, sirve para revalorizar la psicologia en relacion al ambito economico, con una aportacion empirica en multiples experimentos a lo largo de decadas.

Muy interesante, ampliamente recomendado; especialmente la aplicacion practica de varios experimentos en primera persona.