lunes, 21 de abril de 2008

Pocahontas, la película

Es curioso las reflexiones que pueden surgir de los eventos más inesperados. Ayer, como buena tarde lluviosa de domingo, optamos por el entretenimiento familiar "in house": ver una película de dibujos animados con los niños, para entendernos. La elegida, por la más pequeña de mis hijas, fue Pocahontas, de Walt Disney. A ello, y con paciencia.

La película no está mal, tiene buena música y un argumento cuidado. Pero lo que atrajo mi atención fue la contraposición entre la toma de decisiones de los ingleses conquistadores, y de los indios invadidos.

En el segundo caso, las decisiones se toman en conclave, con participación de todos los interesados y afectados. En el primero, el gran decisor es el virrey, que ha montado la expedición con el beneplácito de su Majestad.

En el momento decisivo de la película se va a producir el enfrentamiento armado. Ni indios ni la mayor parte de blancos desean el enfrentamiento. Los primeros deciden que tienen que ir a él para defender su propiedad privada de los invasores, y lo hacen, como digo, tras una reunión de los interesados. Más democráticamente, imposible.

¿Cómo toman la decisión los blancos? Muy interesante, porque resulta que el virrey les convence que es en interés de todos acudir al rescate del protagonista John Smith, atrapado por los indios: "él lo hubiera hecho por nosotros". Por supuesto, al virrey le importa un bledo lo que le pase a John Smith, lo que quiere es el supuesto oro de los indios, para lo que estos no dejan de ser un obstáculo.

Y aquí tenemos la traslación mágica que guia nuestros democráticos Estados: la conversión de un interés particular (el oro) en un interés general (el rescate de John Smith) para conseguir que los ciudadanos facilitien la obtención del primero.

Ahora, donde pone rescate de John Smith, póngase "impedir el cambio climático", "conseguir el pleno empleo" o "luchar contra la inflación". Así se pueden camuflar en la actualidad esos intereses particulares que solo se pueden conseguir convenciendo a la gente de la existencia de intereses colectivos inexistentes.

En Pocahontas, es el sacrificio de John Smith el que pone fin a la superchería del virrey, y libera finalmente a los ciudadanos. Parafraseo la pregunta del otro día, ¿quién será nuestro John Smith?

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